Esta parroquia -la mía- cada día funciona peor

 

No tengo nada que objetar a mis feligreses. Todo lo contrario. Son gente tan extraordinaria que no solo me aguantan, sino que hasta me quieren y colaboran más de lo pudieran imaginar.  Si cuento anécdotas, reales más que la vida misma, es simplemente por sacar una sonrisa a mis lectores y hacerles conocer esos detalles siempre curiosos que ocurren en la “trastienda” de la vida parroquial. Son esas cosas que te llegan con la común introducción de que esta parroquia cada día está peor… ¿Las razones?

Si es que usted no se preocupa de nada… En la hojita parroquial de este pasado domingo ponen como canto final “Salve Madre” y sin embargo acabaron cantado “salve Regina”. Pero hombre, un despiste… Sí, sí, un despiste pero que indica lo que indica: que usted tiene la cabeza en todas partes menos en la parroquia.

Vamos, vamos. Y luego querrá que la gente venga a misa. Ayer estaba el aire acondicionado a una potencia que cogí un catarro, encima con lo que cuesta, luego andarán quejándose de que no hay dinero… Un rato después: y luego querrá que venga la gente a misa, ayer el aire acondicionado es que casi ni se notaba… con la cosa del ahorro, asfixiaditos de calor.

¿No pone en la cartelera que el despacho es en tal horario? Claro… Pues ayer vine y estaba cerrado. Tenía un cartel puesto que decía que volvía en unos minutos. Ya empezamos, a ver cuántos minutos son. Pues ya puse que diez minutos. Sí, pone diez minutos y luego vuelve en diez minutos o en una hora, así que me fui. Si se está en el despacho se está, y no hay excusas. Pues vale, y te dices para tus adentros: (no iba a poner un cartel avisando de que estoy con gastroenteritis aguda…)

Oiga, ayer le mandé a Cáritas a una señora que vino a pedir en mi puerta y por lo visto no le dieron nada. Pues no, porque la señora no está empadronada en este barrio y debe ir a la parroquia que le corresponda. Ya se lo dije. Bah, no sé para qué piden para Cáritas si luego llega un pobre y no le hacen caso con la disculpa de los papeles. Si es lo que yo digo, la parroquia cada vez peor.

Mire, D. Jorge, que es que mi niña se casa este verano aquí cerca, en la ermita de Nuestra Señora de … (ermita que uno conoce perfectamente y en la que si quieres casarte tú debes llevar el cura). Pues es que fíjese, nos haría mucha ilusión que usted casara a la niña (ni conozco a la niña y a los padres no sé si los he visto alguna vez). En agosto y sin conocer a nadie… pues mire, no puedo comprometerme. Pataleta y reproche: mucha disponibilidad, mucha palabra pero luego, cuando pides un favor nada de nada.

El niño ya sabe que está viniendo a catequesis. Claro! Ya sé que le toca la comunión el año que viene pero hemos pensado que como la bisabuela está tan mayor, que si se podría adelantar un año la primera comunión. Además, para no complicarle a usted la vida, habíamos pensado que la celebrara en el jardín de casa, mucho más discreto. Me temo que no es posible: cuando toque y en el templo parroquial como todos los niños. Desde luego ya me habían dicho que usted era imposible, pero es que así no hay forma de atraer a la gente.

Cosas reales como la vida misma. Anécdotas sin importancia, pero ya ven: para algunos feligreses, señales evidentes de que la parroquia va cada día peor. Curiosamente para evaluar la parroquia no miran las misas, la capilla de adoración, la catequesis, los servicios de Cáritas. Es igual. El aire acondicionado no está a la temperatura que me agrada. Mala parroquia, desastre de párroco.

A cambio llegas a casa y te encuentras con el buenazo de Socio, que por encima de que le hayas dejado con poca agua o llegues un poco más tarde de lo habitual, te recibe con una alegría y unos saltos que valen un imperio.