Ayer 9 de marzo de 2015, la web rezandovo.org cumplió cuatro años. Nació el miércoles de Ceniza de  2011 y en su breve historia en internet, la web ha crecido exponencialmente,  dentro de las redes digitales y fuera, en iglesias, colegios y muchos hogares…Cada día es especial: su oración, sus voces, sus músicas y sus oyentes lo hacen distinto. La labor emprendida por la Compañía de Jesús en Valladolid ha permitido que en todo este tiempo se hayan grabado 1.280 oraciones, gracias a la colaboración de 24 personas que han puesto sus voces  y otras 48 redactores ahondando en el evangelio.

La mayoría de las oraciones están dedicadas a proponer una reflexión en el día a día, pero en esta suma también cuentan las destinados a niños y niñas (45), para recorrer el Camino, para celebrar y regalar en un cumpleaños, por el año de la fe, ante la violencia…Y entre todas reciben más de 100.000 descargas diarias, desde países tan diversos como España, México, Estados Unidos, Colombia, Argentina,  República Dominicana o Chile…países donde más ha calado la propuesta, aunque hay muchos más.

El número de descargas se han multiplicado por 20 en este tiempo y en la misma proporción la conexión con esta comunidad de oración vía Facebook –con más de 20.000 seguidores -  y vía tuiter –con más de 8.000 seguidores-. La oficina recibe cientos de correos electrónicos que ponen cara, nombre e historia a cada oyente.  Todo un regalo. Las ciudades españolas con más usuarios de la web son de Madrid, Sevilla, Valladolid, Valencia y Málaga.

Pero la magia de internet convierte la propuesta en universal, sin fronteras.  De hecho, unos 43.000 teléfonos o dispositivos móviles viajan con la aplicación por el mundo (35.000 son android). El perfil de usuario es heterogéneo si bien destaca el uso que hacen de este servicio las mujeres con edades comprendidas entre los 45-54 años. De momento, las descargas revelan que el crecimiento sigue siendo exponencial y que la web rezandovoy no deja de ser una invitación a compartir en el día a día un rato de oración.  La esencia no ha cambiado.

 

(rezandovoy)