ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 12 de marzo de 2015

La frase del día 12

"Quien no sabe sonreír, no es persona seria". 
San Luis Orione

 


El papa Francisco

Francisco en Santa Marta: ¿escucho al Señor o hago lo que quiero?
En la homilí­a de este jueves, el Santo Padre recuerda que los santos son los que no tienen miedo a dejarse acariciar por la misericordia de Dios

El Papa: no existe ningún pecado que Dios no pueda perdonar
Al recibir a los participantes de un curso organizado por la Penitenciaría Apostólica, el Santo Padre recuerda que cada fiel que se acerca a la confesión es 'tierra sagrada'

El Papa: 'nuestra juventud nos desafía a escucharnos mutuamente'
En su discurso a los obispos de Corea en Roma en Visita ad Limina, recuerda su visita a este paí­s y habla sobre 'la memoria, la juventud y la misión de confirmar a los hermanos en la fe'

Dos años desde el Habemus Papam
Este viernes 13 de marzo se cumplen dos años desde que el Cónclave eligió al primer Pontí­fice latinoamericano de la historia

Iglesia y Religión

El Regnum Christi y los Legionarios agradecen su 75 aniversario con un año jubilar
Iniciará en la solemnidad del Sagrado Corazón de 2015 y concluirá en la solemnidad de Pentecostés de 2016. Sus miembros han sido invitados a vivir este año con 'una alegrí­a sobria y humilde', como un tiempo para la conversión y la evangelización

Monseñor Romero será beatificado el 23 de mayo
La ceremonia tendrá lugar en El Salvador y será presidida por el cardenal Amato

Mirada al mundo

AIN lanza una campaña de emergencia para socorrer a los cristianos de Siria
La Fundación pontificia se une a la jornada de oración convocada por el patriarca Gregorio III para el 15 de marzo. Ese día se cumple el cuarto aniversario del comienzo de la guerra

El Estado Islámico crea una policí­a femenina
La Brigada Al Jansa es implacable con las mujeres que infringen las normas dictadas por los radicales. En sus filas, la mayorí­a de las yihadistas son extranjeras occidentales

La Biblioteca Nacional acoge la muestra 'Teresa de Jesús. La prueba de mi verdad'
Se trata de un recorrido biográfico por el pensamiento de la santa y doctora de la Iglesia

Entrevista

El vicario auxiliar del Opus Dei: Francisco invita a identificar las propias periferias
Entrevista a Mons. Fernando Ocáriz, a propósito de su nuevo cargo institucional y del libro entrevista 'Sobre Dios, la Iglesia y el mundo'

Rome Reports

Papa en Santa Marta: Los santos llevan adelante a la Iglesia, no los hipócritas (Vídeo)
Explicó que quienes hacen lo que quieren endurecen su corazón y no dejan entrar a Dios

Las 7 palabras con las que Francisco ha revolucionado la Iglesia (Vídeo)
Se cumplen dos años de su elección

Francisco: 'La confesión no debe ser una tortura' (Vídeo)
Ni confesores 'de manga ancha' ni 'rígidos': misericordiosos

Espiritualidad

Dignidad de las mujeres
Reflexiones del obispo de San Cristóbal de Las Casas

'Convertir el mundo en templo de Dios y del hombre'
Carta pastoral del arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra. 'El mayor pecado del ser humano es la insensibilidad y la dureza del corazón'

Beata Dulce Lopes Pontes - 13 de marzo
«Este ángel bueno de Brasil realizó una labor apostólica impresionante. Fundadora de las Hijas de María Siervas de los Pobres, puso en marcha colegios, bibliotecas, uniones obreras católicas, albergues, etc., además de una extraordinaria red hospitalaria»


El papa Francisco


Francisco en Santa Marta: ¿escucho al Señor o hago lo que quiero?
En la homilí­a de este jueves, el Santo Padre recuerda que los santos son los que no tienen miedo a dejarse acariciar por la misericordia de Dios

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Si el cristiano no se deja tocar por la misericordia de Dios y a su vez ama al prójimo, como hacen los santos, termina siendo un hipócrita. Así lo ha advertido el santo padre Francisco en la homilía de esta mañana en la misa celebrada en Santa Marta.

De este modo, Francisco ha explicado que al principio fueron los profetas y después le tocó a los santos. Con ellos Dios ha construido en el tiempo la historia de su relación con los hombres. Y, a pesar de la excelencia de estos preelegidos --a pesar de sus enseñanzas y sus acciones-- la historia de la salvación se ha visto accidentada, atravesada por muchas hipocresías e infidelidades.

El papa Francisco ha reflexionado ampliamente desde Abel hasta nuestros días. En la voz de Jeremías, propuesto por la Lectura del día, está la voz de Dios mismo, que constata con amargura como el pueblo elegido, aún habiendo recibido muchos beneficios, no le había escuchado. Así, el Papa ha recordado que Dios ha dado todo, pero ha recibido de vuelta solamente “cosas feas”. “La fidelidad ha desaparecido, no sois un pueblo fiel”, recuerda.

De este modo, ha proseguido indicando que “esta es la historia de Dios. Parece que Dios llorase, aquí. Te ha amado tanto, te he dado tanto y tú… Todo contra mí. También Jesús mirando a Jerusalén lloró. Porque en el corazón de Jesús había toda esta historia donde la fidelidad había desaparecido. Nosotros hacemos nuestra voluntad, pero haciendo esto en el camino de la vida seguimos un camino de endurecimientos: el corazón se endurece, se petrifica. Y la Palabra del Señor no entra. Y el pueblo se aleja. También nuestra historia personal se puede convertir en esto. Y hoy, en este día cuaresmal, podemos preguntarnos: ‘Yo, escucho la voz del Señor, o hago lo que quiero, lo que me gusta?’”

El episodio del Evangelio de hoy muestra un ejemplo de “corazón endurecido”, sordo a la voz de Dios. El Papa ha recordado que Jesús sana a un endemoniado y a cambio recibe una acusación. Es la típica excusa de los legalistas que creen que la vida está regulada por las leyes que hacen ellos, ha advertido Francisco.

A propósito, el Pontífice ha explicado que también esto ha sucedido en la historia de la Iglesia. “Pensada en la pobre Juana de Arco: ¡hoy es santa! Pobrecita: estos doctores la quemaron viva, porque decían que era una hereje, acusada de herejía... Pero eran los doctores, los que sabían la doctrina segura, estos fariseos: alejados del amor de Dios”. Así, ha puesto también el ejemplo del beato Rosmini, cuyos libros era pecado leer y ahora es beato. “En la historia de Dios con su pueblo, el Señor mandaba, para decirles que amaba a su pueblo, a los profetas. En la Iglesia, el Señor manda a los santos. Son santos que llevan adelante la vida de la Iglesia: son los santos. No son los poderosos, no son los hipócritas: no. Los santos”.

Los santos “son los que no tienen miedo a dejarse acariciar por la misericordia de Dios. Y por esto los santos son hombres y mujeres que entienden muchas miserias, muchas miserias humanas, y acompañan al pueblo de cerca. No desprecian al pueblo”, ha asegurado el Obispo de Roma en la homilía.

En la conclusión, el Papa ha recordado que Jesús dice “quien no está conmigo está contra mí”. Pero --se ha preguntado-- ¿no habrá un camino en medio, un poco de aquí un poco de allá?  A lo que ha respondido: “No. O tú estás en el camino del amor, o en el de la hipocresía. O tú te dejas amar por la misericordia de Dios, o haces lo que quieres, según tu corazón, que se endurece más, cada vez, en este camino”. Finalmente, ha asegurado que o eres santo o vas por el otro camino. “Quien no recoge conmigo, deja las cosas… No, es peor: dispersa, arruina. Es un corruptor. Es un corrupto que corrompe”.

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El Papa: no existe ningún pecado que Dios no pueda perdonar
Al recibir a los participantes de un curso organizado por la Penitenciaría Apostólica, el Santo Padre recuerda que cada fiel que se acerca a la confesión es 'tierra sagrada'

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Los sacramentos son el lugar de la proximidad y de la ternura de Dios para los hombres, son la forma concreta en la que Dios piensa para venir a nuestro encuentro, para abrazarnos, sin avergonzarse de nosotros y de nuestros límites. Lo ha explicado el Papa en su discurso a los participantes del Curso sobre el Foro Interno organizado por la Penitenciaría Apostólica. Así, Francisco ha afirmado que entre los sacramentos, ciertamente el de la reconciliación hace presente con especial eficacia el rostro misericordioso de Dios, “lo concretiza y lo manifiesta continuamente, sin descanso”. Asimismo ha afirmado que no existe ningún pecado que Dios no pueda perdonar. “Solo lo que se resta a la misericordia no puede ser perdonado como quien se aparta del sol no puede ser iluminado ni calentado”, ha precisado.

De este modo, a la luz de este “maravilloso don de Dios”, el Pontífice ha subrayado tres exigencias: “vivir el sacramento como medio para educar a la misericordia”, “dejarse educar por lo que celebramos”, “cuidar la mirada sobrenatural”.

En primer lugar, el Santo Padre ha recordado que “vivir el sacramento como medio para educar en la misericordia, significa ayudar a nuestros hermanos a hacer experiencia de paz y de comprensión, humana y cristiana”. A propósito ha asegurado que la confesión no debe ser una “tortura”, sino que todos deberían salir del confesionario con la felicidad en el corazón, con el rostro radiante de esperanza, aunque a veces también bañados por las lágrimas de la conversión y de la alegría que se deriva. Además, el sacramento “no implica que se convierta en un interrogatorio pesado, fastidioso e invasivo”. Al contrario, Francisco ha afirmado que “debe ser un encuentro liberador y rico de humanidad, a través del cual poder educar en la misericordia, que no excluye, sino que comprende también el justo compromiso de reparar, en la medida de lo posible, el mal cometido”. A este punto, el Papa ha advertido que muchas veces se confunde la misericordia con ser confesores de manga ancha. “Ni confesores de manga ancha, ni confesores rígidos son misericordiosos”, ha asegurado. El confesor misericordioso “lo escucha, lo perdona, pero lo toma y lo acompañan, porque la conversión sí, comienza --quizá-- hoy, pero debe continuar con la perseverancia… Lo toma consigo, como el Buen Pastor que va a buscar la oveja perdida y la toma consigo”.

En el segundo aspecto abordado por el Papa, ha exhortado a los confesores a que se dejen educar por el sacramento de la reconciliación. “¡Cuántas veces sucede escuchar confesiones que nos edifican!”, ha exclamado. Del mismo modo ha señalado que ocurre a menudo “asistir a verdaderos milagros de conversión”. Personas que desde hace meses, a veces años, están bajo el dominio del pecado y que, como el hijo pródigo, vuelven sobre sí mismos y deciden levantarse de nuevo y volver a la casa del Padre para implorar el perdón.

A propósito, Francisco ha asegurado que pueden aprender mucho de la conversión y del arrepentimiento de estos hermanos. “Ellos nos empujan a hacer también nosotros un examen de conciencia: ‘Yo, sacerdote, ¿amo así al Señor, que me ha hecho ministro de su misericordia?’ ‘Yo, confesor, estoy dispuesto al cambio, a la conversión, como este penitente, al cual he sido puesto a su servicio?’”

Para finalizar, el Pontífice ha reflexionado sobre el tercer aspecto afirmando que “cuando se escuchan las confesiones sacramentales de los fieles, es necesario tener siempre la mirada interior dirigida al Cielo, a lo sobrenatural". De este modo, el Papa ha recordado que deben reavivar la conciencia de que ninguno ha sido puesto en este ministerio por méritos propios, ni por las capacidades teológicas o jurídicas, ni por el trato humano o psicológico.

“Todos hemos sido constituidos ministros de la reconciliación por pura gracia de Dios, gratuitamente y por amor, es más, precisamente por misericordia", ha recordado. “Somos ministros de la misericordia gracias a la misericordia de Dios, no debemos nunca perder esta mirada sobrenatural, que nos hace verdaderamente humildes, acogedores y misericordiosos hacia el hermano y hermana que pide confesión”. Asimismo ha pedido que el momento de la escucha de la administración del sacramento también debe ser sobrenatural “escuchar de forma sobrenatural, de forma divina; respetuosa con la dignidad y las historias personales de cada uno, para que pueda comprender qué quiere Dios para él o para ella”.

Y finalmente, Francisco ha asegurado que también “el pecador más grande que viene delante de Dios a pedir perdón es ‘tierra sagrada’, y también yo, que debo perdonarlo en nombre de Dios, puedo hacer cosas más feas que las que él ha hecho”. Cada fiel penitente que se dirige a la confesión --ha subrayado-- es tierra sagrada, tierra sagrada para cultivar con dedicación, cuidado y atención pastoral.

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El Papa: 'nuestra juventud nos desafía a escucharnos mutuamente'
En su discurso a los obispos de Corea en Roma en Visita ad Limina, recuerda su visita a este paí­s y habla sobre 'la memoria, la juventud y la misión de confirmar a los hermanos en la fe'

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - “Vuestra presencia hoy me trae a la mente recuerdos de mi reciente visita a Corea, donde experimenté de primera mano la bondad del pueblo coreano, que tan generosamente me recibieron y compartieron conmigo las alegrías y las tristezas de su vida. Mi visita a su país seguirá siendo un estímulo duradero para mí en mi ministerio a la Iglesia Universal”. Así lo ha asegurado hoy el santo padre Francisco en su encuentro con los obispos coreanos que se encuentran en Roma con motivo de la Visita Ad Limina.

Tal y como ha recordado Francisco, durante su visita a este país tuvieron la oportunidad de reflexionar “sobre la vida de la Iglesia en Corea y, en particular, en nuestro ministerio episcopal al servicio del Pueblo de Dios y de la sociedad”. De este modo ha continuado esta reflexión esta mañana, “poniendo de relieve tres aspectos de mi visita: la memoria, la juventud y la misión de confirmar a los hermanos en la fe”.

El Papa ha asegurado que uno de los momentos más hermosos de su visita a Corea “fue la beatificación de los mártires Paul Yun Ji-chung y compañeros”. Al hacerles beatos “alabamos a Dios por las innumerables gracias que derramó sobre la Iglesia en Corea durante su infancia, y también dimos gracias por la respuesta fiel dada a estos dones de Dios”.

De este modo, ha explicado que “incluso antes de que su fe se manifestara plenamente en la vida sacramental de la Iglesia, estos primeros cristianos coreanos no sólo fomentaron su relación personal con Jesús, sino que la llevaron a los demás, independientemente de su clase o posición social, y habitaron en una comunidad de fe y de caridad como los primeros discípulos del Señor”. Esa primera comunidad --ha observado el Papa-- os ha dejado a vosotros y a toda la Iglesia un hermoso testimonio de la vida cristiana”.

De este modo, el Pontífice les ha recordado la importancia de trabajar junto con los sacerdotes, religiosos y religiosas, y líderes laicos de sus diócesis, “para asegurar que las parroquias, escuelas y centros de apostolado son auténticos lugares de encuentro”,  encuentro con el Señor y el encuentro con los otros, especialmente a los pobres, los ancianos, los olvidados.

A continuación, el Pontífice ha hablado de los jóvenes “que desean vivamente llevar adelante el legado de sus antepasados”. Ellos --ha recordado-- están en el comienzo de su vida, llena de esperanza, promesas y posibilidades. Por eso, Francisco ha observado que “así como el testimonio de los primeros cristianos nos llama a cuidar unos de otros, nuestra juventud nos desafía a escucharnos mutuamente”.

El hablar con los jóvenes, “nos reta a compartir la verdad de Jesucristo con claridad y de una manera que ellos puedan entender. También pone a prueba la autenticidad y la fidelidad de nuestra fe”, ha reflexionado Francisco. Aunque es Cristo a quien predicamos y no a nosotros mismos, “estamos llamados a ser un ejemplo para el pueblo de Dios con el fin de atraer a la gente hacia Él”, ha añadido. De este modo, el Papa ha exhortado a los prelados a “mirar a los jóvenes a quien servís. Vedlos como aliados en la construcción de una Iglesia más santa, más misionera y humilde, una Iglesia que ama y adora a Dios, tratando de servir a los pobres, los solitarios, los enfermos y los marginados”.  

Por otro lado, el Pontífice ha pedido a los presentes que sean “servidores, así como Cristo vino a servir y no a ser servido”. La nuestra --ha especificado el Papa-- es una vida de servicio, dado libremente, para cada alma confiada a nuestro cuidado, sin excepción”. En este espíritu de servicio, ha añadido Francisco, sed solícitos unos con los otros. Asimismo, les ha pedido que estén cerca de sus sacerdotes, “sed verdaderos padres, que buscan no solo exhortar y corregir, sino más bien acompañar en sus dificultades y alegrías”. También les ha pedido estar cerca de los religiosos y religiosas “cuya consagración enriquece diariamente y es compatible con la vida de la Iglesia”. Por último ha afirmado que “con estos obreros comprometidos en la viña del Señor, junto con todos los fieles laicos, podéis construir en el legado de vuestros antepasados y ofrecer al Señor un sacrificio digno para la profundización de la comunión y de la misión de la Iglesia en Corea y Mongolia”.

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Dos años desde el Habemus Papam
Este viernes 13 de marzo se cumplen dos años desde que el Cónclave eligió al primer Pontí­fice latinoamericano de la historia

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Han pasado dos años de aquel famoso Buona sera! del primer Pontífice latinoamericano de la historia de la Iglesia. Era el 15 de marzo de 2013. Segundo día de Cónclave en la Capilla Sixtina. Una gran multitud oraba y esperaba en la plaza de San Pedro poder ver el humo de color blanco salir de la chimenea. Los cardenales concelebraron aquella mañana a las 8,15 la misa en la Capilla Paolina y desde allí, se dirigieron a la Capilla Sixtina para las votaciones, dos por la mañana y dos por la tarde. Las 'fumatas' se realizaban al terminar la sesión de la mañana y la de la tarde.

Aquel día, de la chimenea de la Capilla Sixtina salió el humo blanco a las 19,05 de la tarde. Los primeros segundos fueron confusos porque nuevamente parecía humo negro, pero poco después no cabía lugar a dudas. Un abundante humareda blanca anunciaba al mundo que los cardenales habían elegido al sucesor de Benedicto XVI. Las campanas de la basílica repicaban y los fieles presentes en la plaza, protegidos de la lluvia con paraguas e impermeables, mostraban su alegría y entusiasmo.

El humo blanco significaba que en la votación se había obtenido mayoría absoluta y que el recién elegido Papa respondió afirmativamente al cardenal Giovanni Battista Re, que en nombre de todo el colegio de los electores le pidió el consentimiento: “¿Aceptas tu elección canónica para sumo pontífice?” Una vez recibido el consentimiento, le preguntó: “¿Con qué nombre quieres ser llamado?”

A este punto el maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias, monseñor Guido Marini, actuando como notario y teniendo como testigos a los dos ceremonieros, que fueron llamados en ese momento, levantó el acta de la aceptación del nuevo Pontífice y escribió el nombre.

A continuación, el recién elegido Papa pasó al llamado "cuarto de las lágrimas", en el que se vistió por primera vez con las vestiduras papales. Después se realizó una pequeña ceremonia con una lectura del Evangelio en la que se lee “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia". Al finalizar los cardenales le prestaron obediencia, y cantaron el Tedeum. Casi una hora después, el cardenal protodiácono, Jean-Louis Tauran, se asomó al balcón central de la basílica de San Pedro y pronunció las palabras que todos esperaban “Habemus Papam”. Mientras tanto, el recién elegido Papa rezaba delante del Santísimo en la Capilla Paulina.

Hacia las 20,00 de la tarde la plaza quedó en silencio y se escuchó "Annuntio vobis gaudium magnum. ¡Habemus Papam! Eminentissimum ac reverendissimum dominum, y en latín indicó el nombre de Jorge Mario Bergoglio. Desconocido para muchos e inesperado para casi todos.

Bastaron sus primeras palabras desde ese balcón, aquella tarde lluviosa de marzo, para que despertar el cariño y el entusiasmo de los católicos, y también muchos no católicos, del mundo.

“Queridos hermanos y hermanas, buona sera, como ustedes saben los cardenales en el Cónclave tienen que encontrar a un obispo de Roma, y parece que los hermanos cardenales fueron a buscarlo casi al final del mundo, pero estamos aquí. Les agradezco la acogida a la comunidad diocesana de Roma como su obispo”. “Antes de todo querría hacer una oración por nuestro obispo emérito Benedicto XVI, recemos todos juntos para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja. Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Les deseo que este camino de Iglesia que hoy iniciamos y en el que me ayudará el cardenal vicario aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta hermosa ciudad. Y ahora querría dar la bendición si bien antes les pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, les pido a ustedes recen al Señor para que me bendiga. Porque es la oración del pueblo pidiendo la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración vuestra por mí. Ahora daré la Bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Hermanos y hermanas, les dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descansen".

Estas fueron las primeras palabras del papa Francisco. Dos años después el Pontífice argentino no solo está dejado un gran legado espiritual, e impulsado con fuerza a la Iglesia, sino que está protagonizado multitud de momentos en los que sus gestos, caricias y abrazos no están dejando indiferente a nadie.

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Iglesia y Religión


El Regnum Christi y los Legionarios agradecen su 75 aniversario con un año jubilar
Iniciará en la solemnidad del Sagrado Corazón de 2015 y concluirá en la solemnidad de Pentecostés de 2016. Sus miembros han sido invitados a vivir este año con 'una alegrí­a sobria y humilde', como un tiempo para la conversión y la evangelización

Por Redacción

ROMA, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - El Regnum Christi y los Legionarios de Cristo han convocado un año jubilar para celebrar el 75º aniversario de la fundación. En una carta su director general, el P. Eduardo Robles Gil, propone pautas para celebrarlo en coherencia con su sentido profundo: “un tiempo de alegría, de agradecimiento y de pedir perdón y de perdonar”, apunta.

Todos los miembros del Regnum Christi —seglares, Legionarios de Cristo, consagradas, laicos consagrados, sacerdotes diocesanos— han sido invitados a celebrar esta conmemoración “con alegría sobria y humilde”, y como una oportunidad “para escuchar lo que el Espíritu dice a la Iglesia y a nosotros dentro de ella”, como “un tiempo de purificación de la memoria” para experimentar “que donde abundó el pecado sobreabundó la gracia”, y como una ocasión para a reconciliación: “que nadie se sienta excluido en nuestra familia espiritual”, exhorta el P. Eduardo en su misiva.

El director general invita a vivir este período siguiendo las actividades propias y cotidianas con un espíritu nuevo, haciendo presente el Reino de Cristo en el mundo por la oración, la comunión y el servicio a los demás, informó este jeves la Oficina de Prensa de la Congregación en un comunicado. No se prevén actividades conmemorativas multitudinarias. Más bien propone enardecer el espíritu misionero y evangelizador: “Busquen participar en misiones de evangelización, catequesis en parroquias o en colegios” donde “anunciar de manera explícita que el Reino de Cristo está ya presente en medio de nosotros y ayuden a otros a encontrarlo, especialmente por la caridad y el anuncio valiente de la Buena Nueva”, afirma.

Por otro lado, el año jubilar será también ocasión “para fomentar la publicación de escritos que ayuden a transmitir mejor nuestra espiritualidad, profundizar en nuestra historia, identidad y misión. Nuestras universidades pueden ofrecer una valiosa contribución en este campo”, sugiere. Otras iniciativas generales que se proponen son la organización de espacios para el reencuentro, momentos de oración para agradecer y pedir perdón, y ámbitos que favorezcan verdaderos encuentro con Cristo en los que se experimente “la alegría de vivir juntos el evangelio y de ser enviados a instaurar el Reino”.

El director general recuerda en su carta la historia reciente del Regnum Christi: “Hace años estábamos convencidos de que nuestro carisma era parte de la nueva primavera de la Iglesia”, afirma el P. Robles Gil. “Hoy seguimos teniendo esta misma certeza de que es el Señor quien ha suscitado nuestra familia espiritual, y al mismo tiempo reconocemos que en nuestro campo también crece la cizaña y hemos experimentado la fragilidad humana y el pecado. Y no obstante estas debilidades, sabemos que Cristo vive, que nos acompaña también hoy, y que podemos alegrarnos hoy porque su bondad no se apaga y su misericordia es eterna”, concluye.

La carta íntegra se puede leer aquí.

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Monseñor Romero será beatificado el 23 de mayo
La ceremonia tendrá lugar en El Salvador y será presidida por el cardenal Amato

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Monseñor Romero, arzobispo salvadoreño asesinado por odio a la fe en 1980, será beatificado el próximo 23 de mayo en El Salvador. El encargado de anunciar la fecha ha sido monseñor Vincenzo Paglia, postulador de la causa, en una rueda de prensa en San Salvador. También confirmó que la ceremonia de beatificación será presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos.

El santo padre Francisco autorizó el decreto sobre el martirio del Siervo de Dios Óscar Arnulfo Romero Galdámez, quien fue arzobispo de San Salvador, el pasado 3 de febrero. Monseñor Romero nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios (El Salvador) y fue asesinado por odio a la fe, el 24 de marzo de 1980, en San Salvador. Fue muy conocido por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado mientras celebraba misa. En 1994, la causa para su canonización fue abierta por su sucesor Arturo Rivera y Damas.

Ya en el vuelo de regreso del viaje apostólico del Papa el 19 de enero de Manila a Roma, durante la rueda de prensa en el avión, Francisco indicó que no sería él quien presidiera la beatificación de este mártir. “¡Allí habrá guerra entre el cardenal Amato y monseñor Paglia!”, bromeó.

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Mirada al mundo


AIN lanza una campaña de emergencia para socorrer a los cristianos de Siria
La Fundación pontificia se une a la jornada de oración convocada por el patriarca Gregorio III para el 15 de marzo. Ese día se cumple el cuarto aniversario del comienzo de la guerra

Por Redacción

MADRID, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - En el cuarto aniversario del comienzo de la guerra de Siria y ante el aumento de violencia hacia la minoría cristiana, la Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha decidido lanzar una campaña de emergencia para socorrer a los cristianos que permanecen en el país en condiciones de refugiados. La pequeña comunidad se encuentra alojada en las aldeas al norte del país, así como en Damasco.

Todas las organizaciones humanitarias coinciden en señalar la guerra de Siria como una de las mayores catástrofes humanitarias desde la II Guerra Mundial por el elevado número de refugiados que está provocando: el 40 por ciento de la población siria ya no vive en el país. Siria se ha convertido en el país con mayor número de desplazados internos del mundo: cerca de 8 millones de personas han tenido que huir de sus casas.

En este escenario, los cristianos sufren además las consecuencias de ser objetivo de persecución por parte de los terroristas del Estado Islámico, como se ha podido comprobar hace pocos días con el mayor secuestro masivo de cristianos en la región de Hasake. Los yihadistas tomaron varias aldeas de la provincia, que contenía la mayor presencia cristiana de toda Siria, y secuestraron a más de 200 personas.

Por todo ello, la Fundación pontificia ha lanzado esta nueva campaña de emergencia para sostener a la pequeña comunidad cristiana, que además de sufrir los traumas de la persecución no tiene como alimentar y alojar a sus familias. Los proyectos que va a apoyar en Siria son principalmente de carácter humanitario como medicinas, comida, ropa y alojamiento. Desde el inicio de la guerra, esta institución a nivel internacional ya ha prestado ayuda de emergencia por valor de 6,3 millones de euros, han informado en un comunicado.

Además, AIN se ha unido al llamamiento a la oración del patriarca Gregorio III de Antioquía, cabeza de la Iglesia Greco Melquita unida a Roma, para el próximo domingo 15 de marzo. Ese mismo día, hace cuatro años, comenzaron en la ciudad siria de Daraa las protestas contra el presidente Bashar Al Assad.

"Desde las profundidades de nuestro sufrimiento y dolor en Siria, nos dirigimos a todo el mundo para exclamar junto con nuestra gente que sufre y que camina por la sangrienta vía de la cruz: ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta de guerra en Siria! Creemos en la fuerza de la oración y el ayuno, por lo que llamamos a un día de solidaridad con Siria, a una jornada de ayuno y oración por la esperanza y la paz en Siria", ha clamado Gregorio III.

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El Estado Islámico crea una policí­a femenina
La Brigada Al Jansa es implacable con las mujeres que infringen las normas dictadas por los radicales. En sus filas, la mayorí­a de las yihadistas son extranjeras occidentales

Por Iván de Vargas

MADRID, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) cuenta con un número indeterminado de mujeres entre sus filas. En las provincias de Deir al Zur y Al Raqa, ambas al noreste de Siria, los islamistas radicales han creado una policía femenina que patrulla por la zona.

Se desconoce con exactitud la cifra total de miembros de la llamada Brigada Al Jansa, cuyo nombre hace alusión a una poetisa contemporánea del profeta Mahoma que se convirtió al islam. Algunas fuentes locales apuntan que su número podría oscilar entre las doscientas y mil brigadistas, de las que la mayoría son extranjeras occidentales.

El ISIS no permite a las mujeres tomar parte en la lucha armada. La alternativa que ofrece a las yihadistas que se suman a la causa es casarse con algún miliciano o adherirse al grupo policial, aunque en sus filas también hay esposas de guerrilleros del grupo extremista. Antes de salir a patrullar por las calles, las reclutas reciben entrenamiento en el manejo de armas y formación religiosa.

Una vez completado el adiestramiento pueden empezar a trabajar en la Brigada Al Jansa, donde se trasladan en grupos de entre tres y cinco personas, en los que siempre hay alguna araboparlante, en busca de mujeres que contravengan los preceptos de la organización fundamentalista.

A la hora de intervenir de forma implacable, torturan y castigan con latigazos a las infractoras, las activistas de la citada organización terrorista se rigen por las normas dictadas en un manifiesto titulado ‘La mujer en el Estado Islámico’. Divulgado en las redes sociales y publicado ahora en inglés por la Quilliam Foundation, el documento recuerda que “el papel señalado para la mujer es permanecer oculta y mantener la sociedad desde detrás de su velo”. Su traductor y analista, Charlie Winter, explica que el texto está dirigido únicamente a las féminas del mundo árabe y musulmán.

“Las mujeres tienen su secreto Celestial en el sedentarismo, la quietud y la estabilidad, y los hombres son lo contrario, movimiento y fluidez, porque esa es la naturaleza del hombre. Si los papeles se mezclan y solapan, la base de la sociedad se conmueve, sus pilares se agrietan y sus paredes se derrumban”, subraya el controvertido texto.

“El modelo preferido por los infieles en Occidente fracasó en el minuto en que las mujeres fueron liberadas de su celda en el hogar”, advierte.

También indica que “se considera legítimo para una niña casarse a los nueve años. Las chicas más puras se casarán a los 16 o 17, mientras aún son jóvenes y activas. Los hombres jóvenes no tendrán más de 20 años en estas gloriosas generaciones”.

El documento concluye pidiendo a las mujeres: “No causéis vergüenza al Califato, servidlo aunque sea con una palabra”. 

Un informe reciente del Alto Comisionado de la ONU y de la UNAMI (Misión en Irak de las Naciones Unidas) refleja con unos datos escalofriantes las injusticias a las que son sometidas las mujeres como consecuencia del avance del Estado Islámico y el salvajismo que profesa en la defensa de su cosmovisión radical. La violencia sexual sectaria, es decir, hacia colectivos que no profesan su interpretación del islam, es el pan de cada día para las yazidíes o las cristianas en ese país.

En esta línea, otro manual del ISIS enseña a sus seguidores a tratar a las mujeres como auténticas mercancías. El documento, llamado ‘Su’al wa-Jawab fi al-Sabi wa-Riqab’ (Preguntas y respuestas sobre la toma de cautivas y esclavas), ha sido publicado por la Biblioteca Al-Himma, la editorial del Califato, con fecha del mes de Muharram de 1436 (mediados de octubre a noviembre de 2014).

Editada en forma de cuestionario, la guía responde a preguntas como “¿Se puede adquirir a dos hermanas al comprar esclavas?”. En uno de sus 27 puntos, recoge a partir de qué edad se puede violar a una menor.

El autoproclamado Estado Islámico permite también que una mujer sea “propiedad” de varios hombres, que deberán llegar a un acuerdo para “usarla”. Además, “es posible golpear a las prisioneras” aunque sólo como medida disciplinaria. 

Según ha explicado el Centro de Control de la Amenaza Yihadista y Terrorista (JTTM), ante la ola de indignación que ha provocado el uso de las prisioneras como esclavas sexuales, el manual pretende dar una serie de directrices a los guerrilleros.

Los yihadistas creen estar en su pleno derecho de utilizar a las cautivas para comerciar con ellas. En uno de los números de la revista oficial, Dabiq, el ISIS presumía de ello: “Tras su captura, las mujeres y los niños yazidíes fueron repartidos de acuerdo con la ‘sharia’ entre los luchadores que participaron en las operaciones de Sinyar. Después, un quinto de los esclavos fue transferido a las autoridades del Estado Islámico para ser repartidos como ‘khum’ [botín de guerra]”, señala la publicación.

La compraventa de esclavas en el Califato parece una realidad indiscutible. Los líderes de la organización fundamentalista, de hecho, han llegado al extremo de emitir una lista de precios oficiales en función de la edad de la mujer, más cara cuanto más joven. 

En el mercado de Mosul, las niñas cristianas y yazidíes de uno a nueve años se han vendido al precio de 172 dólares americanos, según ha informado Iraqi News. “En el nombre de Alá, el Compasivo y misericordioso hemos recibido noticias de que en los mercados de ganado y mujeres la demanda se ha reducido drásticamente y esto afectará a los ingresos del Estado Islámico, así como la financiación de los muyahidin en el campo de batalla. Hemos hecho algunos cambios. A continuación se presentan los precios de mujeres cristianas y yazidíes”, dice el texto en árabe.

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La Biblioteca Nacional acoge la muestra 'Teresa de Jesús. La prueba de mi verdad'
Se trata de un recorrido biográfico por el pensamiento de la santa y doctora de la Iglesia

Por Redacción

MADRID, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - La Biblioteca Nacional de España (BNE) y Acción Cultural Española (AC/E) han organizado la exposición “Teresa de Jesús. La prueba de mi verdad”, con motivo de la celebración del V Centenario del nacimiento de la santa abulense. En esta ocasión, palabras e imágenes se unen para profundizar en el pensamiento de la doctora de la Iglesia a través de un recorrido biográfico. El título de la muestra hace referencia a un verso que Teresa de Ávila escribió para la profesión de Isabel de los Ángeles en 1571.

La colección, que se expone en la Biblioteca Nacional desde el 12 de marzo hasta el 31 de mayo, está compuesta por 110 piezas entre libros, grabados, esculturas y pinturas que muestran su activa labor como fundadora y su extraordinaria producción literaria, ha informado la Comisión Nacional del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús.

El visitante podrá observar desde las obras “El libro de la vida” y “Camino de perfección”, autógrafos de la reformadora del Carmelo, un ejemplar del “Índice de libros prohibidos”, copias del epistolario de la Santa Andariega, hasta obras de Rubens, Alonso Cano, Zurbarán, Durero, Gregorio Fernández, etc.

Los comisarios de la exposición, la catedrática de Literatura Española Rosa Navarro y el doctor en Historia de Arte y licenciado en Teología Juan Dobado, han destacado “la riqueza” y el “gran interés” de las obras y documentos expuestos, tanto desde el punto de vista iconográfico y artístico como documental y biográfico.

Santa Teresa, una gran lectora desde niña, “entiende el proceso de escritura como una apertura de su alma a los demás, de este modo ella escribe con maestría de la misma manera que habla, para ser entendida, recurriendo a sus experiencias cotidianas para expresar su misticismo”. Este es el objetivo de esta exposición, el acercar sus libros a los visitantes a través de un recorrido por sus vivencias.

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Entrevista


El vicario auxiliar del Opus Dei: Francisco invita a identificar las propias periferias
Entrevista a Mons. Fernando Ocáriz, a propósito de su nuevo cargo institucional y del libro entrevista 'Sobre Dios, la Iglesia y el mundo'

Por H. Sergio Mora

ROMA, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Mons. Fernando Ocáriz nació en París en 1944. Es consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe desde 1986 y de otros dicasterios de la Curia romana. En 2004 fue nombrado vicario general del Opus Dei y en diciembre pasado vicario auxiliar. Recientemente se ha publicado el libro entrevista Sobre Dios, la Iglesia y el mundo (en italiano, La Chiesa, mondo riconciliato), en la que este físico y teólogo, autor de numerosos estudios teológicos, aborda temas como el trabajo, la libertad, la evangelización, la fe y la razón, el papel de la teología, etc. ZENIT le ha preguntado sobre su reciente libro y sobre el nombramiento como vicario auxiliar de la prelatura del Opus Dei.

El pasado 12 diciembre Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, le nombró vicario auxiliar con plenas competencias de gobierno. ¿Qué implica esta figura? 
-- Mons. Ocáriz: Los estatutos que la Iglesia ha dado al Opus Dei (promulgados por san Juan Pablo II con la Constitución Apostólica Ut sit) establecen que el oficio de prelado es vitalicio. La misma norma prevé la figura del vicario auxiliar, como ayuda para el gobierno de la prelatura cuando las circunstancias lo aconsejen. Mons. Echevarría ha considerado que ha llegado el momento de poner en práctica esta posibilidad, ya prevista por el fundador en los primeros estatutos que se presentaron a la Santa Sede. Después de escuchar a los órganos que le ayudan en el gobierno pastoral, decidió nombrarme vicario auxiliar para que compartiera la misma potestad ejecutiva que el derecho reserva al prelado.

Gracias a Dios en los últimos años ha crecido el número de circunscripciones de la prelatura que dependen de modo más directo del prelado. Todo eso comporta un notable aumento del trabajo de gobierno. El vicario general auxiliar --y el nuevo vicario general-- podremos, con la gracia de Dios, aportar nuestra ayuda para seguir esa tarea de modo directo, y mantener la cercanía con las personas y las instituciones sociales y educativas que reciben la asistencia pastoral del Opus Dei.

¿Cómo se están coordinando en su trabajo diario con el prelado?
-- Mons. Ocáriz: Nos coordinamos con un gobierno colegial, trabajando cada uno en diversos asuntos; este modo colegial de proceder lo estableció san Josemaría desde el principio del Opus Dei. Por mi parte, pido todos los días al Espíritu Santo que me ayude a ser un fiel colaborador de Mons. Echevarría, que transmite tanto optimismo y deseos de fidelidad a Cristo en la Iglesia.

Los fieles y cooperadores del Opus Dei suelen llamar padre al prelado, ¿qué significa esto?
-- Mons. Ocáriz: En muchos países se llama padre a los sacerdotes e incluso, en algunos lugares, a los obispos. San Josemaría encarnó de modo intenso ese sentido de paternidad espiritual. Esa vivencia se transmite a los sucesores como un legado valioso, con el soplo del Espíritu Santo. Pienso en la espléndida fidelidad en la continuidad del beato Álvaro del Portillo, primer sucesor de san Josemaría. La paternidad del prelado hace que los fieles de la prelaturapuedan experimentar ese rasgo familiar --la Iglesia es familia-- tan presente en la fisonomía espiritual del Opus Dei.
Los estatutos de la prelatura se refieren a la función del prelado con las palabras "maestro y padre". Eso resalta que la tarea que la Iglesia encomienda al prelado --al igual que a todo pastor que está al frente de una circunscripción eclesiástica: diócesis, prelatura, etc,-- no se agota en el ejercicio de la potestad de gobierno, sino que comprende esta dimensión importantísima de paternidad hacia todos los fieles --sacerdotes y laicos-- que le están confiados.

¿Cuáles son los desafíos específicos del Opus Dei durante el pontificado del Papa Francisco?
-- Mons. Ocáriz: El Santo Padre invita a cada uno a salir de sí mismo para llevar a Cristo a las periferias no solo geográficas sino también existenciales: las del pecado (sabiendo que todos somos pecadores), del dolor, de la injusticia, de la ignorancia. Esa invitación nos interpela: ¿cuáles son mis periferias?
Las personas del Opus Dei, como tantos fieles de la Iglesia, testimonian su fe en la vida ordinaria: en el hogar, en el trabajo, en las relaciones sociales. San Josemaría decía que hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno descubrir. También en las periferias de la vida personal, se encuentra ese algo santo: cuando aliviamos el dolor de quien está a nuestro lado, combatimos la injusticia social con nuestro trabajo bien hecho, eliminamos la miseria con el servicio, o reparamos en alguna medida con la oración el mal causado por el pecado. Además de esos desafíos de la vida ordinaria, en el Opus Dei deseamos secundar el ejemplo y las iniciativas del Santo Padre.

¿Por ejemplo? 
-- Mons. Ocáriz: en el Opus Dei deseamos secundar el ejemplo y las iniciativas del Santo Padre: el saber dar a cada persona el tiempo que necesita, rezar por los cristianos perseguidos, hacer amar más el sacramento de la Penitencia, preocuparse por los inmigrantes que se dejan la vida en el Mediterráneo, dialogar con quienes no piensan como nosotros o no comparten nuestra fe...

¿Por qué Mons. Echevarría ha establecido un año mariano para los fieles y cooperadores del Opus Dei?
-- Mons. Ocáriz: Este año nace en plena sintonía con la devoción mariana del Santo Padre y su deseo de cercanía con las familias. Se trata de poner en las manos de la Virgen las necesidades de la Iglesia y de la humanidad, y especialmente de las familias. La felicidad de los hombres se plasma en la familia. Así Mons. Echevarría invita a rezar juntos a la Madre de Dios en el hogar, cuando sea posible: por ejemplo el Rosario y el Ángelus. Nuestra Madre, Santa María, nos une con ternura a Dios y a los demás.

En su libro Sobre Dios, la Iglesia y el mundo aparecen con frecuencia los conceptos de libertad, tolerancia y convicciones personales. ¿Cómo puede articular un cristiano de hoy estos valores?
-- Mons. Ocáriz: Cuando predomina un clima relativista, es lógica la sospecha de intolerancia hacia quienes tienen convicciones firmes. El relativismo manifiesta --en buena parte en la cultura occidental-- la crisis de la razón, que reniega de su propia esencia: tratar de conocer la verdad y el sentido de la existencia. Desemboca fácilmente en un actuar egoísta.
Por otra parte, la noción de tolerancia se emplea con frecuencia como equivalente al respeto por las opiniones y actuaciones distintas de las propias. En el contexto relativista, es sinónimo de indiferencia: concuerda entonces con una idea de libertad entendida también como indiferencia. En cambio, el sentido original del verbo tolerar es el de no impedir un mal, que se conoce como tal y que se podría impedir, con el fin de evitar un mal mayor. La armonía entre libertad, tolerancia y convicciones personales requiere la atención al bien común. La cultura individualista tiende a ignorarlo. Pienso que es necesario poner el concepto de bien común en el centro del debate público.

Hoy se habla poco de esperanza cristiana, uno de los temas que trata en su libro. ¿Por qué le parece interesante hablar de esta virtud? 
-- Mons. Ocáriz: Porque la esperanza cristiana no es un simple consuelo, como una anestesia. Ciertamente remite a nuestro destino último; sabemos que no tenemos en la tierra una morada permanente. San Pablo pone la esperanza en lo que nos está reservado en los cielos. Al mismo tiempo, nuestra esperanza se refiere a la vida presente; es la pequeña esperanza, la de cada día, que se fortifica con la oración y los sacramentos, esas huellas de Jesucristo, como decía san Josemaría, en un camino que conduce a la felicidad eterna. 

¿Y qué papel juega la esperanza ante situaciones complejas como la falta de trabajo, la crisis de fe y de cultura?
-- Mons. Ocáriz: La esperanza cristiana ilumina los distintos aspectos de la vida personal y social, también las dificultades a las que usted se refiere: esa luz es la verdad de las cosas y su sentido, no asegura resultados económicos, conversiones o cambios culturales, sino que impulsa a hacer lo posible para resolver los problemas. Nace en el calor de la caridad. Somos bien conscientes de que la historia no puede alcanzar un término definitivo de plenitud inmanente. El hombre es libre, y siempre está en una indeterminación abierta tanto al progreso como al fracaso. Es la fuerza del amor de Jesucristo, no la nuestra, la que salvará al mundo.

Ud. da bastante atención en el libro al papel de la mujer en el mundo. ¿Cuál es la contribución que aporta el Opus Dei a la promoción de la mujer en la sociedad?
-- Mons. Ocáriz: El mensaje de san Josemaría anima a la mujer a desarrollar una presencia activa en la ciencia, el arte, el periodismo, la empresa, la política, la acción social: en todos los ámbitos que configuran el espacio público. Las mujeres del Opus Dei reciben la misma intensidad de formación espiritual y teológica que los varones; por eso, para el gobierno pastoral de la prelatura, el prelado y sus vicarios cuentan con dos organismos que les asesoran, uno de mujeres y otro de varones.
Por lo que se refiere a la promoción de la mujer en general, hay numerosas iniciativas en el mundo entero: escuelas, colegios, universidades, centros de capacitación en zonas socialmente deprimidas, etc.

¿Y en el hogar?
-- Mons. Ocáriz: La belleza del mensaje sobre la santificación de la vida ordinaria ha conllevado también una revalorización de las profesiones relacionadas con la atención del hogar y el servicio a la persona. Es bonito, pues se podría decir que la casa, el hogar, es el lugar en que cada mujer y cada hombre se rehace. Cada cristiano es casa de Dios, templo vivo. La Iglesia es una casa, nos protegen las manos de Dios, son como un techo que al mismo tiempo nos abre el Cielo.
En la prelatura, algunas mujeres quieren libremente tener como trabajo profesional la administración doméstica de los centros. Son un punto de referencia para cada persona que se acerca a los apostolados del Opus Dei: su ejemplo y su dedicación humanizan nuestras vidas, nos muestran cómo santificar lo de cada día: enseñan a amar, como solo una madre puede hacerlo. A esas mujeres se les podría aplicar una expresión de san Juan Pablo II: con un corazón que ve, son auténticas centinelas de lo invisible.

Leer también: El prelado del Opus Dei gobernará con el apoyo de un auxilar

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Rome Reports


Papa en Santa Marta: Los santos llevan adelante a la Iglesia, no los hipócritas (Vídeo)
Explicó que quienes hacen lo que quieren endurecen su corazón y no dejan entrar a Dios

Por Rome Reports

ROMA, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Las 7 palabras con las que Francisco ha revolucionado la Iglesia (Vídeo)
Se cumplen dos años de su elección

Por Rome Reports

ROMA, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Francisco: 'La confesión no debe ser una tortura' (Vídeo)
Ni confesores 'de manga ancha' ni 'rígidos': misericordiosos

Por Rome Reports

ROMA, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Espiritualidad


Dignidad de las mujeres
Reflexiones del obispo de San Cristóbal de Las Casas

Por Felipe Arizmendi Esquivel

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - VER

Hemos celebrado el día internacional de la mujer y nos alegra el progresivo lugar que van ocupando muchas mujeres en la familia, en la comunidad y en la Iglesia. En algunas de nuestras comunidades indígenas, las jóvenes salen a estudiar en la Universidad y ya no se casan tan chicas, ni sus padres las casan sin conocer al novio, como antes; las esposas de los diáconos permanentes toman más parte en celebraciones y servicios evangelizadores; hay más mujeres en grupos y organizaciones que luchan por el bien común. Unas, desde hace años han destacado.

Sin embargo, falta mucho por avanzar. Por ejemplo, en un programa de radio que tengo, recibo con frecuencia mensajes como estos: Fui violada por mi papá durante 10 años. Ya lo dejé, pero ¿es pecado que abandone mi familia? Ya no podría vivir con ellos. ¿Qué puedo hacer? Un sobrino sólo se juntó con su pareja, pero los papás de ella pidieron dinero. ¿Qué decir sobre eso? Me enteré de una infidelidad por parte de mi esposo y somos casados por la iglesia; se me hace muy difícil volver a confiar en él. Dice que ha cambiado, pero no puedo creerle. ¿Qué puedo hacer? Me casé por la iglesia, pero me separé de mi esposo, porque tomaba y me pegaba. El ya tiene otra familia y yo ya me he confesado. ¿Puedo comulgar? ¿Debo dejar a mi esposo? Es un desobligado, no es responsable. ¿Qué hago? Estoy desesperada.

PENSAR

El domingo pasado, el Papa Francisco envió “un saludo a todas las mujeres que cada día tratan de construir una sociedad más humana y acogedora. Y un gracias fraterno también a las que de mil maneras testimonian el Evangelio y trabajan en la Iglesia. Y ésta es para nosotros una ocasión para reafirmar la importancia de las mujeres y la necesidad de su presencia en la vida. Un mundo donde las mujeres son marginadas es un mundo estéril, porque las mujeres no sólo traen la vida sino que nos transmiten la capacidad de ver más allá --ven más allá de ellas--, nos transmiten la capacidad de entender el mundo con ojos distintos, de sentir las cosas con corazón más creativo, más paciente, más tierno. ¡Una oración y una bendición particular para todas las mujeres!" (I-III-2015).

En días anteriores, dijo a los miembros del Consejo pontificio de la cultura: “Que las mujeres no se sientan huéspedes, sino plenamente partícipes en los varios ámbitos de la vida social y eclesial. La Iglesia es mujer, es la Iglesia, no el Iglesia. Este es un desafío que ya no se puede postergar.

Desde hace tiempo hemos dejado atrás, al menos en las sociedades occidentales, el modelo de subordinación social de la mujer al hombre, modelo secular que, sin embargo, jamás ha agotado del todo sus efectos negativos. También hemos superado un segundo modelo, el miedo a la pura y simple paridad, aplicada mecánicamente, y a la igualdad absoluta. Así, se ha configurado un nuevo paradigma, el de la reciprocidad en la equivalencia y en la diferencia. La mujer, pues, debería reconocer que ambos son necesarios porque poseen, sí, una naturaleza idéntica, pero con modalidades propias. Una es necesaria para el otro, y viceversa, para que se realice verdaderamente la plenitud de la persona… Vosotras, mujeres, sabéis encarnar el rostro tierno de Dios, su misericordia, que se traduce en disponibilidad para dar tiempo más que a ocupar espacios, a acoger en lugar de excluir. En este sentido, me complace describir la dimensión femenina de la Iglesia como un seno acogedor que regenera la vida.

Por lo tanto, las numerosas formas de esclavitud, de mercantilización, de mutilación del cuerpo de las mujeres, nos comprometen a trabajar para vencer esta forma de degradación que lo reduce a simple objeto para malvender en los diferentes mercados. En este contexto deseo atraer la atención sobre la dolorosa situación de tantas mujeres pobres, obligadas a vivir en condiciones de peligro, de explotación, relegadas al margen de las sociedades y convertidas en víctimas de una cultura del descarte” (7-II-2015).

ACTUAR

Hagamos cada quien lo que nos corresponde, para que las mujeres ocupen el digno lugar que Dios mismo les tiene asignado en la familia, en la sociedad y en la Iglesia.

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'Convertir el mundo en templo de Dios y del hombre'
Carta pastoral del arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra. 'El mayor pecado del ser humano es la insensibilidad y la dureza del corazón'

Por Mons. Carlos Osoro

MADRID, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - “Convertir el mundo en templo de Dios y del hombre”, es el título de la carta pastoral del Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra, para esta semana. A continuación publicamos el texto íntegro de la misma:

Dios quiere transformar el mundo con nuestra conversión. Y nuestra verdadera conversión comienza con un deseo inmenso y profundo que implora perdón y salvación. De ahí la importancia de la oración cristiana, que es lo opuesto a la evasión de la realidad o a un intimismo consolador. La oración cristiana es fuerza de esperanza, es expresión máxima de la fe en un Dios que es Amor y que nunca abandona al hombre. La conversión es invitación a volver siempre a los brazos de Dios, a fiarnos de Él, a dejarnos regenerar por su Amor. Es una gracia, un don que abre el corazón a la bondad de Dios. 

Impresionan siempre aquellas palabras del Evangelio: “Haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo…” (cf. Jn 2, 13-25). Es todo un gesto profético de verdadera provocación, que quiere desbaratar toda manipulación de Dios, que no tolera que se pudran el hombre y el templo. Por eso Jesús dice: “no convirtáis la casa de mi Padre en un mercado” (cf. Jn 2, 13-25). Esta actuación de Jesús nos está llevando más allá. El templo que Él quiere no es un templo construido por los hombres, sino por Dios. Cristo ha venido para enseñarnos a hacer de este mundo un templo de Dios, donde el hombre sea respetado y considerado desde la dignidad con que Dios mismo lo creó. Ha venido para devolver al ser humano su libertad, ofreciéndonos el camino que nos la regala y, así, poder ofrecerla con nuestra vida: “destruid este templo y en tres días lo levantaré… Él hablaba del templo de su cuerpo” (cf. Jn 2, 13-25).

Para convertir el mundo en templo de Dios y del hombre es necesario saber escuchar y obedecer a Dios. El secreto para tener un corazón que entienda es formarse un corazón capaz de escuchar. Urge tomar en serio escuchar a Dios, oír su Palabra y así, obedecer a Dios que, en Jesucristo, nos ha regalado el modo de ser y vivir del hombre verdadero, el modo de estar junto a los hombres. El mayor pecado del ser humano es la insensibilidad y la dureza del corazón, por eso convertirse a Cristo, hacerse cristiano es recibir un corazón de carne, sensible y con pasión por hacer que todos los hombres sean tratados como imagen y semejanza de Dios. Y, que así, el mundo se convierta en un templo.

Tres claves son necesarias para hacer de este mundo un templo de Dios y del hombre. Yo las llamo con estos nombres: regalar, ofrecer y cambiar. Son llaves que nos abren las puertas para estar presentes en este mundo: 1) salir para regalar la libertad; 2) salir ofreciendo el rostro de Cristo y 3) salir para cambiar el corazón del hombre:

1. Salir para regalar la libertad: es la libertad que Dios nos da y nos ofrece Jesucristo. Es la libertad que nos llama a eliminar cadenas, distancias, descartes, ataduras, es la libertad que nos da Cristo, que nada quita al hombre. Recuerdo aquellas palabras que el día 22 de octubre de 1978, al iniciar su ministerio, San Juan Pablo II nos dijo: “¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!”. Hablaba a los fuertes, a todos aquellos que tienen miedo de que Cristo pueda quitarles algo de su poder, a quienes no han entendido que si lo dejan entrar conocen su propia libertad y que la tienen que dar a los demás. Es la libertad que elimina el dominio de la corrupción, el quebrantamiento del derecho, la arbitrariedad generalizada en las cuestiones más importantes para la vida humana. Si dejamos entrar a Cristo dentro de nosotros, si nos abrimos a Él, no solamente no perdemos nada, sino que hacemos nuestra vida y la de los demás libre, bella y grande. Cristo no quita nada y lo da todo. Dejemos que nuestra vida la ocupe Cristo, que nos regala libertad. No nos dejemos robar la libertad que nos ha dado Jesucristo. Es esta libertad regalada la que, haciéndonos libres, desencadena libertad en aquellos con quienes nos encontremos. Globalicemos con nuestra vida esta libertad que nos ha sido regalada por Cristo.

2. Salir ofreciendo el rostro de Cristo: Jesucristo es la Verdad hecha Persona que atrae hacia sí al mundo. Su rostro es resplandor de Verdad. Sin Él perdemos la orientación, nos aislamos, nos reducimos a mirarnos a nosotros y a mirar solo por nuestros propios intereses. Sólo Él nos hace vivir y nos ayuda a realizarnos plenamente. Solo Él nos capacita para renovar la sociedad a través de la ley del Amor. Salgamos ofreciendo la Verdad, el rostro de Jesucristo. Cuando San Agustín se pregunta sobre lo que puede mover al hombre por encima de todo y en lo más íntimo de su ser, exclama: “¿Ama algo el alma con más ardor que la verdad?”. Para ofrecer el rostro de Cristo hay que tener un encuentro con Él. Como nos decía el Papa Benedicto XVI: “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Deus caritas est, 1). Por ello, hay que salir al mundo y a encontrarnos con los hombres desde el encuentro con Cristo, ofreciendo su rostro.

3. Salir para cambiar el corazón del hombre: con Cristo se ha abierto de par en par la puerta entre Dios y los hombres. Él sigue llamando a las puertas del mundo, a las puertas del corazón de todos los hombres, para que el Dios vivo y verdadero que se nos ha revelado en Jesucristo pueda llegar a nuestro tiempo y cambiar nuestra vida. Os aseguro que la realidad del mundo no se sostiene sin Dios. La época moderna ha desarrollado la esperanza de la instauración de un mundo perfecto, que parecía lograrse gracias a los conocimientos de la ciencia y a una política fundada científicamente. El reino de Dios se ha querido reemplazar por la esperanza del reino del hombre. Hemos visto que esta esperanza de un reino del hombre se aleja cada vez más. Por eso, salir y ofrecer a Jesucristo, y ofrecer ese cambio del corazón que solamente Él realiza, es la mejor oferta que podemos hacer para mejorar el mundo y para hacer posible que se globalice todo lo que construye y cambia el corazón del hombre: el amor, la justicia, la paz, la fraternidad, la entrega, el servicio, la verdad, el don de sí mismo. Para que los demás sean lo que tienen que ser. Cristo rompe el hermetismo de un mundo construido por el hombre y que se cierra en sus propios egoísmos. El mundo es el templo donde los hombres viven como hijos de Dios y por eso como hermanos. Donde se manifiesta la gloria de Dios que es la gloria del hombre.

Con gran afecto os bendice:

+Carlos, Arzobispo de Madrid

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Beata Dulce Lopes Pontes - 13 de marzo
«Este ángel bueno de Brasil realizó una labor apostólica impresionante. Fundadora de las Hijas de María Siervas de los Pobres, puso en marcha colegios, bibliotecas, uniones obreras católicas, albergues, etc., además de una extraordinaria red hospitalaria»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 12 de marzo de 2015 (Zenit.org) - María Rita de Souza Brito Lopes Pontes nació en Salvador de Bahía, Brasil, el 26 de mayo de 1914. Era la segunda de cinco hermanos. Su progenitor, Augusto, era dentista y profesor de la facultad de Odontología. Su madre, Dulce María, murió a los 26 años después de dar a luz a la benjamina. Entonces la futura beata tenía 6. Su padre iba a estar a su lado siempre, animándola y ayudándola en sus iniciativas apostólicas hasta el fin de sus días. Él mismo fue impulsor de importantes obras de acción social. De tres de los hijos habidos en el matrimonio: Augusto, Dulce y María Rita, se hicieron cargo sus tías.

Los tres hermanos tomaron la primera comunión en 1922. Cinco años más tarde, en plena adolescencia, Dulce sintió cómo se despertaba su interés por la vida religiosa. Se adentró en lugares deprimidos de la ciudad junto a una de sus tías y, a partir de entonces, la marginalidad y pobreza que vio a su alrededor le conmovieron poderosamente; tanto que ya no pudo apartarlas de su mente. Introdujo en sus acciones cotidianas la ayuda a quienes sufrían múltiples carencias, dándole prioridad. Y para ello convirtió el sótano de su casa en un lugar asistencial, que fue sumamente apreciado por los que no tenían recursos para afrontar sus difíciles jornadas. Hacía todo lo que podía para paliar tan graves deficiencias. Les proporcionaba alimentos, ropa, medicinas…

En 1932, después de haber cursado estudios en la Escuela Normal de Bahía, profesó como terciaria franciscana. Se vinculó a este carisma conducida por su director espiritual, el padre Hildebrando Kruthaup, ofm. Tomó el nombre de Lucía. Pero al año siguiene ingresó en el Instituto de lasHermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios. De esta Orden le habían hablado en el convento de Nuestra Señora del Destierro en 1929. Y al realizar los votos en agosto de 1934, eligió el nombre de Dulce en honor a su madre. Modelo para su vida fue Teresa de Lisieux. Estaba convencida de que debía imitar su conducta: «Creo que soy como el pequeño amor de mi pequeño corazón, que por más amor que tenga es poco para un Dios tan grande […]. A ejemplo de santa Teresita, creo que deben ser agradables al Niño Jesús todos los actos pequeños de amor por menores que sean».

Durante tres meses del año 1934 realizó una intensa actividad apostólica. Fue destinada a Salvador, y en el Hospital Español desempeñó diversos oficios, desde enfermera a portera, y también sacristana. Hizo un curso que la capacitó para la farmacia. Además, impartió clases en el colegio de Santa Bernadete, y trabajó con los obreros de Itapagipe. Con la firme convicción de que «el amor supera todos los obstáculos, todos los sacrificios», no halló barreras para un apostolado admirable, fecundo y eficaz. Luchó en todo momento sin desfallecer por el bien de los desfavorecidos. Si se pudiera hablar en términos de curriculum, el suyo es impresionante: la fundación de las Hijas de María Siervas de los Pobres, colegios, bibliotecas, uniones obreras católicas, albergues, el colegio San Antonio para hijos de los trabajadores residentes en el barrio de Massaranduba, en Salvador, en el que también se dio formación a los adultos, etc., además de una extraordinaria red hospitalaria, y todo ello hallándose con su capacidad respiratoria al 30% durante los 30 últimos años de su vida. Era, sin duda, la gracia de Dios que la fortalecía y dilataba sus posibilidades de forma constante, sosteniéndola por encima de las penalidades y problemas que se le presentaron.

El origen del St. Anthony’s Hospital, que inauguró con 150 camas en 1959, fue el fruto de su tesón, ya que tras poner en marcha el sindicato de trabajadores de San Francisco, en Bahía, se dedicó a recoger a personas enfermas y a darles cobijo en una isla de Salvador de Bahía, en casas que nadie habitaba. Cuando la obligaron a desalojarlas, echó mano de sus arrestos, que le sobraban, y las trasladó a un antiguo mercado de pescado, hasta que los expulsaron de allí. Sin perder jamás la confianza en Dios, condujo al gallinero de su convento a 70 personas enfermas. Después de su apertura, este hospital llegó a contabilizar 3000 pacientes diarios. Sus numerosas fundaciones se hallan aglutinadas bajo el nombre de Obras Sociales «Hermana Dulce». En 1979 el cardenal arzobispo de Salvador, Brandão Vilela, le pidió que abriese fundación en Alagados.

El reconocimiento por su asombrosa labor propició que en 1988 fuese presentada como candidata al Premio Nobel de la Paz. Tuvo el consuelo de encontrarse con Juan Pablo II en dos ocasiones. La primera en julio de 1980, y la segunda en octubre de 1991, cuando se hallaba en el hospital donde permaneció 16 meses. El pontífice, que tan bien conocía el dolor en carne propia, hizo notar: «Este es el sufrimiento de los inocentes. Igual al de Jesús». Dulce fue una religiosa fidelísima a su regla en momentos en los que en su congregación había quienes propugnaban que aquélla se mitigara. Una mujer de oración, sacrificada y penitente, que difundió entre los pobres, los operarios y los enfermos su amor al Sagrado Corazón de Jesús y a la Inmaculada.

Murió en el convento de San Antonio el 13 de marzo de 1992. El sepelio, realizado en medio de la consternación de la gente que la consideraba Madre de los pobres y ángel bueno de Brasil, fue una explosión de gratitud. Conducida en un coche de bomberos, fue escoltada por los cadetes de la policía militar y seguida por una imponente procesión de 6 km. Así homenajeaban a la que ya había entrado de forma triunfante en la gloria. Su cuerpo permanece incorrupto. Fue beatificada en Salvador de Bahía por el cardenal Geraldo Majella Agnelo, en representación de Benedicto XVI, el 22 de mayo de 2011.  

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