Temor a la colaboración entre yihadistas de todo el continente

El yihadismo recluta jóvenes congoleños musulmanes en el Congo

 

Jóvenes congoleños musulmanes están siendo reclutados en el norte y sur de Kivu, al este de República Democrática del Congo, por grupos que están tomando poco a poco una clara tendencia yihadista. La alarma ha sido lanzada por algunos artículos de la prensa del país. «Se habla de este problema desde hace tiempo, pero ahora el fenómeno parece haber tomado una dimensión más preocupante», dice a la Agencia Fides el P. Loris Cattani, misionero javeriano que conoce muy bien la zona.

13/03/15 7:53 AM


(Fides/InfoCatólica) El misionerio explica que «en los informes del grupo de expertos de la ONU sobre el este de la RDC todavía no se reconoce la existencia de relaciones entre los grupos armados congoleños y los Shabaab de Somalia, sin embargo, en la prensa congoleña se han publicado artículos que plantean la posibilidad de relaciones incluso Boko Haram de Nigeria».

En la zona ya actúa ADF (Fuerzas Democráticas Aliadas) un grupo de origen ugandés que ha adoptado una ideología yihadista fuerte: está acusado entre otras cosas de la desaparición de tres padres asuncionistas de los cuales no se sabe nada desde octubre de 2012.

Posible puente de colaboración entre grupos yihadistas

«No quisiera que los diferentes grupos yihadistas africanos creen un puente desde Somalia a Nigeria y Malí, a través del este de la República Democrática del Congo, Sudán, la República centro-africana y partes de Chad y Camerún», dice el P. Loris.

Según informes de prensa, los jóvenes congoleños son enviados por la Muslim Defense International a la zona del macizo del Graben para ser adoctrinados y entrenados en el uso de las armas. La zona parece ser una especie de «zona libre» que se utiliza para entrenar a combatientes islamistas jóvenes de Kenia, Uganda, Ruanda, Sudán y Nigeria, que luego son enviados de vuelta a sus países de origen.

«El fenómeno aún no se ha comprendido completamente, pero me parece que en base a lo que ha surgido hasta ahora es el momento de comenzar a sonar la campana de alarma sobre lo que pasa en esta parte de la República Democrática del Congo», dice el padre Loris.