ENTREVISTA

José Manuel Peco SJ: “Sería positivo actualizar y relanzar esta espiritualidad del Apostolado de la Oración para el siglo XXI”


Entrevista a José Manuel Peco SJ, director diocesano del apostolado de la oración en la diócesis de Oviedo. 

El Papa Francisco ha apostado por relanzar la espiritualidad del Apostolado de la Oración, una práctica religiosa que se originó en el siglo XIX, en el ámbito de la Compañía de Jesús, y que se extendió rápidamente, formando grupos específicos, o siendo parte de otros ya creados. Se define como un “camino espiritual”, inspirado en el Corazón de Jesús, que desea responder a las necesidades de la vida interior de todas las personas.

A través de la oración y de la Eucaristía, las personas ofrecen el día y su vida por las intenciones del Papa, para que esas necesidades de la Iglesia se puedan hacer realidad. Desde el pasado mes de noviembre, el sacerdote jesuita José Manuel Peco SJ es el responsable del Apostolado de la Oración en la diócesis de Oviedo.

-¿Cuál fue el origen del Apostolado de la Oración?

A mediados del siglo XIX, en Francia, un grupo de jóvenes jesuitas, estudiantes de Teología, tenía el deseo de irse a las misiones, algo que no podían realizar hasta que no terminaran sus estudios. Su director espiritual, el padre Gautrelet, en la fiesta de San Francisco Javier, el 3 de diciembre de 1844, (acabamos de hacer, por tanto, los 170 años) les mostró que podían empezar la misión sin necesidad de irse de Francia. ¿Cómo? Ofreciendo a Dios su oración y su trabajo, y apoyando con su vida entera la labor de la Iglesia. A través de la oración, hacían su compromiso diario de velar y trabajar por extender el reino de Dios. Ésa fue la semilla del Apostolado de la Oración.
Con el tiempo, muchos de estos jóvenes se fueron a misiones, por eso el Apostolado de la Oración tiene un espíritu misionero de extender el reino de Dios por todos los lugares del mundo.

Más adelante, el padre Enrique Ramiere, en 1844, enriqueció esta fórmula de espiritualidad con una nueva hondura: hacer el ofrecimiento diario identificándose con el Corazón de Cristo. Ambas devociones están muy unidas.

-¿Cómo se organiza el Apostolado de la Oración en el mundo?

En aquellos sitios donde es posible, hay grupos de personas que forman parte expresamente del Apostolado de la Oración, aunque también puede suceder que esta práctica religiosa enriquezca y forme parte de otros grupos que ya hay. Porque el Apostolado de la Oración no es un movimiento como tal, sino un camino espiritual inspirado en el Corazón humano y el Corazón de Jesús que desea responder a las necesidades de la vida interior de todas las personas. A través de la oración y de la Eucaristía, las personas ofrecen el día y su vida por las intenciones del Papa. Todos los meses, el Papa reza concretamente por dos intenciones, una general y otra de carácter misionero. Las personas que forman parte del Apostolado de la Oración rezan a diario para que esas intenciones que el Papa ha propuesto se hagan realidad.

-¿En qué estado se encuentra el Apostolado de la Oración en Asturias? 

En la diócesis, como en prácticamente todas las diócesis españolas, el Apostolado de la Oración cuenta con un director diocesano, que puede ser jesuita, o no. Hasta ahora no lo era, y desde noviembre, el Arzobispo me ha nombrado a mí. El Papa en su día le encomendó a la Compañía de Jesús la tarea de promover esta espiritualidad, que puede vivirse dentro de cualquier asociación o movimiento de la Iglesia. Porque lo que pretende es inculcar en las personas el orar por las intenciones del Papa y permanecer unidos al Sagrado Corazón de Jesús, que en el fondo es el centro vital de la vida del cristiano, de donde surgen los más grandes deseos.

-Siendo nuestro Papa actual miembro de la Compañía de Jesús, ¿ha puesto un afecto especial sobre esta práctica religiosa?

Efectivamente, hace poco se reunió con el Secretario general de toda la Iglesia para el Apostolado de la Oración, que es el General de la Compañía. El Papa Francisco piensa que sería positivo actualizar y relanzar esta espiritualidad del Apostolado de la Oración para el siglo XXI. Así se lo dijo a nuestro padre General, que escribió a todos los jesuitas para que se organizase un secretariado que pudiera llevar adelante todo esto. El secretariado formado está en conexión con todos los obispos de las distintas diócesis. Yo mismo, desde el pasado mes de noviembre, estoy nombrado como director diocesano en Asturias.
 

-¿Qué tipo de actividades se podrían llevar aquí?

Estamos intentando ver qué cosas se pueden hacer. Primero conocer las realidades que tenemos. Aquí parece que hay un grupo en Gijón y otro en Oviedo, con el que tenemos que ponernos en contacto. Además, tenemos por delante el reto de dar a conocer esta espiritualidad a los jóvenes, porque es una pena que se pierda esta devoción que puede enriquecer tanto a los cristianos. Debemos tener interés por aquello que le preocupa al Papa y por todas las necesidades que tiene la Iglesia.

En Asturias, además, tenemos la suerte de tener un monumento al Sagrado Corazón en el Monte Naranco de Oviedo, un sitio excepcional, y que hay que abrir a actividades con jóvenes. En este momento hay todos los años una Gira, en junio, el domingo después del viernes del sagrado corazón. Tenemos que intentar relanzarlo para los grupos juveniles.

-Es todo un reto transmitir estas devociones antiguas a las nuevas generaciones. 

Sí, pero hay que pensar que la oración es válida para jóvenes y mayores. Son distintos modos de orar, ciertamente, pero todos como cristianos desde nuestro bautismo estamos llamados a tener relación con Dios, a través de la celebración de la Eucaristía, momento culmen de la vida cristiana, y también a través del encuentro personal con Cristo. Todos los cristianos, sean mayores o jóvenes, tienen un deseo y un anhelo de estar en contacto con Dios y que él sea el centro de nuestra vida.

(Iglesia en Asturias)