Iniciativa de la familia carmelita

El Papa inició la oración mundial por la paz con Santa Teresa de Jesús

 

«Me uno de corazón a esta iniciativa, para que el fuego del amor de Dios venza los incendios de guerra y de violencia que afligen a la humanidad y el diálogo prevalezca en todas partes sobre el conflicto armado. Santa Teresa interceda por esta nuestra súplica». Estas fueron las palabras del Santo Padre con las que dio inicio, esta mañana en la misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta, a la oración mundial por la paz, en el marco del V Centenario de Santa Teresa de Jesús.

26/03/15 7:10 PM


(Aica) El papa Francisco pronunció la oración que dará la vuelta al mundo, gracias a la iniciativa de la familia carmelita.

En la celebración eucarística estuvieron presentes el padre general de la Orden Carmelita, Saverio Cannistrà, y el vicario general, padre Emilio Martínez, quien indicó que fue «un momento emocionante»porque el Pontífice dedicó unas palabras para la oración por la paz y a Santa Teresa.

El padre general se acercó al Papa y éste le entregó una vela, como símbolo visible de las almas que se unirán a la oración, para encender un fuego que ilumina, no que abrasa. Este fuego que representa la paz.

Junto con la vela el Santo Padre entregó al padre general una carta dirigida a la Orden:

“Queridos hermanos y hermanas: Pasado mañana, 28 de marzo se celebra el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia.

A petición del padre General de la Orden de los Carmelitas Descalzos -aquí presente hoy con el Padre Vicario- en esa jornada tendrá lugar en todas las comunidades carmelitas del mundo una hora de oración por la paz. Me uno de corazón a esta iniciativa, con el fin de que el fuego del amor de Dios venza los incendios de guerra y de violencia que afligen a la humanidad y el diálogo prevalezca por doquier sobre el conflicto armado. Santa Teresa de Jesús interceda por esta nuestra súplica”.

A esta oración están invitados a unirse todos los católicos, los cristianos de otras confesiones, los miembros de otras religiones y los hombres y mujeres de buena voluntad. Está inspirada en las palabras de Santa Teresa de Ávila: ‘Estase ardiendo el mundo (Teresa de Jesús, Camino de perfección 1,5) […] al contemplar los conflictos, las guerras y las divisiones de la sociedad y la Iglesia de su tiempo, con el anhelo de presentar a Jesús la súplica de la humanidad de hoy".