La triste conclusión del desfile de San Patricio en Nueva York

 

Soy de los que me molesta cuando los medios nos explican una historia y luego no nos informan del desenlace, aunque éste haya podido ser decepcionante. Por lo tanto voy a acabar con la conclusión de la polémica participación del cardenal Dolan en el desfile de este año con motivo del Día de San Patricio en Nueva York.

Resumiendo: la noticia es que no hay noticia. Todo sucedió según el guión previsto, no hubo ninguna reacción, ni gesto, ni palabra reseñable por parte del cardenal Dolan. Todo lo más unas expresiones de júbilo por presidir, en calidad de “Gran Marshal”, la festiva comitiva. En concreto, Dolan declaró: “Estoy tan radiante como el sol, así que gracias a Dios por el honor y la alegría”. Interpelado por el periodista Michael Voris sobre si tenía “algo que decir a los fieles católicos que consideran que lo que está haciendo aquí es un gran escándalo para la fe”, el cardenal respondió con un “No, vamos. Nos encantaría contar con usted”, antes de enviarle a la seguridad del evento para que le expulsara de la zona de periodistas.

No voy a insistir en las medias verdades que se esgrimieron para justificar la presencia del cardenal Dolan en el desfile y que ya abordé en mi post. El anuncio de que, para compensar la incorporación de un grupo homosexualista en el desfile, los organizadores iban a levantar la prohibición contra los grupos pro vida finalmente quedó en nada. Así, el desfile de 2015 abrió sus puertas a los grupos homosexualistas pero no a los pro vida, que continúan proscritos (deben de defender algo realmente abominable para que persista esta prohibición). “El desfile de Nueva York ha permitido a un grupo homosexualista desfilar con una pancarta por primera vez en su historia de 253 años, pero ha negado ese derecho a participar a un grupo pro vida”, ha declarado Elizabeth Rex, la presidenta de The Children First Foundation, un grupo pro adopción que intentó infructuosamente desfilar en la marcha de San Patricio.

Por su parte, la Catholic League presidida por Bill Donohue, una habitual en el desfile, cumplió con su palabra de no desfilar este año. El propio Donohue declaró en relación al comité organizador que “no sólo me dijeron una cosa e hicieron otra, sino que decidieron incluir un grupo gay que no es católico ni irlandés, mientras rechazaba los católicos pro vida. Esto es tan pasmoso como indefendible”.

En resumen, Dolan cumplió con el guión (ya había declarado que estaba encantado con la inclusión del grupo homosexualista, que no le causaba ningún problema y que pensaba que era una “sabia decisión”), los medios cumplieron con el guión y dieron abundante cobertura y atención a los homosexualistas, la Catholic League no apareció y, por último, el alcalde de Nueva York, el demócrata Bill de Blasio tampoco quiso desfilar pues afirmó que se había hecho poco para dar mayor protagonismo aún a los grupos que realizan propaganda homosexualista (ya se ve que es imposible contentar a todo el mundo). Los organizadores ya han afirmado que el año que viene aceptarán a más grupos homosexualistas en lo que promete ser una especie de desfile del orgullo gay con banderas irlandesas y gorros pagados por Guiness.

Para acabar, desplacémonos un poco más al norte hasta Boston. Aunque tiene otra dimensión, comparto con quienes leen estas líneas el vídeo con la canción de las monjitas del colegio del Inmaculado Corazón de María de Boston. El colegio católico tradicionalmente había participado en la marcha, pero la inclusión de un grupo homosexualista les ha hecho retirarse de un desfile que se había convertido en un escaparate para la propaganda homosexualista. A las monjas, Esclavas del inmaculado Corazón de María, no les ha parecido una “sabia decisión” y participar en el desfile les parece, han afirmado, que daría la impresión de que están de acuerdo con la agenda homosexualista. Y para mostrar su desacuerdo, además de no participar, han grabado esta canción: