¿Y los demás, qué somos?

 

Es bien cierto que no se puede negar que en el seno de la Iglesia católica hay de todo. Así, desde creyentes que creen mucho hasta los que creen que se puede, por ejemplo, ser hijo de Dios sin amar a la Iglesia de Dios que es, a saber, la católica.

 

Pues bien, entre nosotros hay algunos (seguramente pocos pero muy ruidosos) que tienen ideas muy peregrinas. Y lo son porque se avienen a lo que el mundo dice que es bueno y mejor y, claro, unas veces puede ser blanco, otras negro u otras, en fin, gris. Olvidan, por eso mismo, muchos aspectos de la doctrina católica que, es de suponer, deben aceptar de buen grado.

 

Esta cosa surgió, al parecer, en Austria, allá por 1995.

 

Dicen, de ellos mismos, que son "una red de grupos, trabajando en diferentes partes del mundo para crear el diálogo que lleve a la renovación y reforma de la Iglesia Católica Romana”. Y, en efecto, una red en la que atrapan a todo aquel que, desavisado, se deja caer en ella.

 

Defiende cosas como, por ejemplo, el  "matrimonio” entre homosexuales o lesbianas, la aprobación de los sacerdotes casados… y todo lo que pueda resultar anacrónico, absurdo, ridículo o fuera de lugar. En general, lo que se hace, desde tal movimiento, es, simplemente, rechazar la doctrina católica en cuanto les viene mal lo que diga.

 

El caso es que el nombre que se dieron, algo rimbombante y que muestra su espíritu es meridianamente definidor: “Somos Iglesia”.

 

Digamos, por concretar (aunque repitamos algo) las demandas del Movimiento Internacional Somos Iglesia son: 


1. La ´primacía´ de la conciencia en todas las decisiones morales, especialmente en cuestiones de moral sexual como por ejemplo, el control de la natalidad.


2. Garantizar los ‘derechos’ humanos respecto a la sexualidad de todas las personas, sin hacer referencia a su ‘orientación sexual’.

 
3. Permitirles a todos los divorciados y vueltos a casar por lo civil recibir la comunión sin necesidad de cambiar de conducta.


4. La aprobación de los sacerdotes casados, de los teólogos disidentes y de todos los que ejercen la “libertad” de palabra, es decir, de todos los que enseñan ideas contrarias a la doctrina del Magisterio de la Iglesia.

 

Podemos ver, como se diría popularmente, de qué pie cojean aquellos creyentes presuntamente católicos que militan en tal tipo de asociación, grupo o lo que eso sea.

 

Es bien cierto, como podemos ver, que en la Iglesia católica hay de todo “como en botica” pero, como no es recomendable en una botica, no debe haber productos caducados y es la razón por la cual quien corresponda debería poner a buen recaudo a los miembros de “Somos Iglesia” que pululan por sus respetos espirituales como Pedro por su casa siendo, como es, una casa, la nuestra, donde las normas están muy establecidas y la doctrina bien entendida.

 

“Somos Iglesia”, por poner un ejemplo, se presentó en España en septiembre de 1995 en una asociación que no podía faltar en este aquelarre: la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Fue presentada, además, nada más y nada menos, que por Hans Küng que, como es más que sabido, está privado del título de “teólogo católico” por el vaticano y, por tanto, tiene de católico y de teólogo lo mismo que Satanás tiene de buen ángel. Y, a partir de tal momento, no podemos negar que se ha extendido por la madre patria y, es casi seguro, por las hermanas naciones americanas donde procuran pescar en el río revuelto de la falta de formación católica que, por desgracia, abunda entre nosotros.

 

Y, ahora, para terminar, un ejemplo que ha de ilustrar mucho.

 

En mayo de 2014 se informó, en esta casa de InfoCatólica y en la página “Ius Canonicum” de la excomunión de la responsable del movimiento “Somos Iglesia”. Y se recogía así:

 

“Este es el final de un largo enfrentamiento entre el movimiento ‘Wir sind Kirche’ (‘Somos Iglesia’) y el Vaticano. Según la información del diario Tiroler Tageszeitung, los austriacos Martha Heizer, responsable en Austria del movimiento, y su esposo, Gert Heizer, han sido excomulgados por atentar la celebración de la eucaristía, uno de los ‘graviora delicta’ que deben ser juzgados por la CDF con un procedimiento especial. El diario alemán Die Welt asegura que la información ha sido confirmada en ‘círculos católicos’.

El obispo de Innsbruck, monseñor Manfred Scheuer, ‘emitió personalmente el decreto a la pareja el miércoles 21 de mayo por la noche’, declaró Martha Heizer a radio ORF Tirol. Los dos implicados rechazaron inmediatamente la condena. ‘No lo aceptamos porque nos cuestionamos la integridad de todo el proceso’, dijo Heizer.

Esta mañana dice en un comunicado que está ‘profundamente consternada al estar en la misma categoría que los sacerdotes pedófilos’, en alusión al procedimiento seguido en su caso. En su opinión, ‘este procedimiento muestra hasta qué punto la Iglesia Católica necesita renovación’.

¿La razón de las dos excomuniones? Atentar la celebración de Misas sin sacerdote en la residencia de la pareja. Desde hace varios años, Martha Heizer admite que ella y su marido dan la bienvenida en su casa a estas fiestas, en las que algunos fieles participan con regularidad. Son simulaciones de misas que constituyen ’graviora delicta’ (delitos graves) según el Derecho canónico.

‘El caso causó controversia en el 2011’, explica el Tiroler Tageszeitung, con la intervención del obispo local. La Congregación para la Doctrina de la Fe anunció entonces la creación de una comisión para conocer el caso.

Martha Heizer encabeza el movimiento ‘Somos Iglesia’ desde el 7 de abril pasado -un movimiento fundado precisamente en Austria en 1995, y del cual ella es una de los fundadoras-. A los 67 años, Martha Heizer se dió a conocer por sus posiciones favorables a la ordenación de mujeres y ‘una renovación de la Iglesia a través de los laicos’, dice Die Welt. Desde 2012, dirige el Movimiento Internacional Somos Iglesia (IMWAC).

Con esta decisión, el obispo Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se mantiene fiel a su posición anterior: en 2009, el prelado alemán, entonces Obispo de la diócesis de Regensburg, había suspendido a Pablo Winckler, director de la ‘Wir sind Kirche’ en Alemania”

 

En fin, que más claro… agua. Y es que, además, si tales presuntos creyentes católicos son Iglesia…. ¿los demás, qué somos?

 

Eleuterio Fernández Guzmán