Un enamorado de Dios grita en el desierto

«Sí, en Occidente, en la Iglesia, hay una crisis masiva de oración»

 

Johannes Hartl, Director de la Casa de Oración de Augsburg (Gebetshaus Augsburg) está convencido de que hoy necesitamos con urgencia anunciar en lo público las verdades de la fe, con valentía y lealtad sólida al Evangelio. Pero primero, orar y adorar. El retorno a la experiencia de Dios vivida en la oración y la Adoración, como el restaurar la fidelidad a la Palabra revelada en Jesucristo, son el camino efectivo para que Occidente tenga futuro.

29/03/15 9:58 AM


(Portaluz) Quien así reflexiona, en entrevista con el periódico alemán kath.net, es Johannes Hartl, teólogo y director de la Casa de Oración de Augsburg (Alemania). Sin rodeos apunta a lo que en su opinión es el corazón de la crisis entre los católicos alemanes…. No viven con Jesús como Señor de sus vidas. Porque cuando él se convierte en el Señor del corazón de alguien, esto tiene repercusiones significativas en todas las áreas de la vida: identidad, las palabras que usa, el dinero, la sexualidad, el pensamiento....

Hartl está casado y es padre de cuatro hijos. Trabajó en las misiones juveniles durante varios años y en los comités nacionales de la Renovación Carismática. En Augsburgo describe a la Casa de Oración que lidera junto a otros católicos, como una iniciativa de los jóvenes cristianos dentro de la Renovación Carismática de la Iglesia Católica, que entró en vigor en 2005. Creemos que Dios es absolutamente fascinante. Él es digno de ser adorado, glorificado, día y noche. Lo hacemos a nuestra manera. Juvenil, ecuménicos y con música de alabanza moderna.

Johannes, tú transmites un alto grado de confianza en la fe. ¿Cómo ha sido tu relación con Jesús? ¿Cambió tu vida? ¿Cuándo empezó?

Agradezco a mis padres y los monjes de la abadía benedictina en Metten, cerca de donde yo crecí, el poder tener una base sólida en la fe.

Pero fue mi primera experiencia personal con Dios, siendo adolescente, lo que me convirtió en un amigo apasionado de Jesús. Desde entonces le he visto trabajar de una manera tan increíble y poderosa que estoy más convencido que nunca de que Jesús es la respuesta a las preguntas más profundas de la humanidad. Yo, literalmente, necesitaría horas para hablar de todos los milagros que he experimentado.

¿Ese encuentro con Dios puede ser sólo una intensa, indefinida y subjetiva emotividad?

Las personas que piensan eso de la conversión nunca han conocido a alguien que realmente se ha convertido. He estado fuertemente determinado por la Renovación Carismática, pero en última instancia no es un asunto atribuible a los carismas o a las experiencias emocionales. Una conversión verdadera -y he visto un montón de ellas, especialmente entre los jóvenes- es una transformación real y duradera del corazón. El Nuevo Testamento lo llama con razón: nacer de nuevo (cf Juan 3: 3, 1 Corintios 5:17.).

Este encuentro con Jesús: ¿Tiene efectos concretos y visibles en la persona y su forma de vida? ¿Qué quiere hoy Jesús entre nosotros?

Jesús predicó el reino de Dios. Él no predicó que uno debe ser una mejor persona, ser un poco más ético o ir a la iglesia con más frecuencia. Esos son todos resultados de…. Lo importante para vivir el Reino de Dios es conocer y reconocer que Dios es el Señor. Cuando Él se convierte en Señor de una persona, tiene efectos enormes en todos los ámbitos de la vida: la identidad, las palabras que usa, el dinero, la sexualidad, el pensamiento. ¡La mayoría de los católicos bautizados en Alemania de hecho no viven con Jesús como Señor de sus vidas! Él quiere que el Reino de Dios irrumpa en todas las áreas de nuestras vidas. Nada más y nada menos.

En el último encuentro de Casas de Oración (MEHR Conference) tú hablaste de signos de los tiempos ¿Cuáles son estos signos de los tiempos que ha de considerar un cristiano?

Estoy convencido de que la verdadera renovación en la fe sólo viene de una relación personal con Jesús. Y esto a su vez crece de manera decisiva en la oración. Por esa razón, el regreso a la oración, al discipulado personal con Jesús es la preocupación más urgente e importante del momento. Tenemos que mirar las cosas con seriedad y honestidad, observando que nuestra sociedad occidental está a la deriva. Pero nuestra respuesta no puede ser mera desesperación o la mera militancia, sino que debe ser una renovación interior a la única cosa que puede cambiar al mundo: El fuego del Espíritu Santo. Dios es tan poderoso en Europa, como en África o Asia. Él puede hacer las mismas cosas. Si nos entregamos a él, a su palabra… creer y rezar.

Orad sin cesar pide san Pablo en su carta 1 a los Tesalonicenses (capítulo 5 versículo 17). ¿La crisis de Occidente tiene su raíz en una crisis de la oración, especialmente en la iglesia?

En primer lugar, permítanme coincidir: Sí, en Occidente, en la Iglesia, hay una crisis masiva de oración. Una gran parte de todos los creyentes (incluso sacerdotes, consagrados religiosos y teólogos) simplemente no han aprendido cómo orar. O por lo menos no a orar de tal manera que en realidad les toque en el interior. Creo que en este siglo 21 podemos encontrar nuevos caminos para desarrollar una intensa vida de oración.

En la Casa de Oración en Augsburg vemos de primera mano cuán profundo y estable es el cambio en las personas (jóvenes, principalmente) una vez que se encuentran con Dios en la oración. La gente ama orar una vez que descubren a Dios. Los jóvenes que nos visitan y quienes trabajan con nosotros en realidad pasan 4 horas al día en oración y están encantados de hacerlo.

¿Qué caracteriza una auténtica Adoración y verdadera alabanza?

Si realmente estás tras los pasos de Jesús, entonces la Adoración auténtica siempre se caracteriza por los dos polos: En espíritu y en verdad (Juan 4,26). Para mí, personalmente, el en espíritu significa en parte que la oración no es sólo algo que yo produzco frenéticamente, sino un evento, donde el Espíritu Santo viene y me ayuda. Algo que no es sólo un esfuerzo humano, sino una verdadera experiencia, real, de lo sobrenatural y algo que el espíritu de Dios mismo produce en mí.

En verdad significa, para mí, por un lado, que una respuesta a Dios nunca pierde de vista la Palabra que Dios comunicó primero. Sólo a través de Jesucristo, que es la Palabra, tenemos acceso a Dios. Jesús, quien se hace visible con autoridad en la Sagrada Escritura, tal como la iglesia ha conservado e interpretado su tradición. ¡No hay verdadera oración sin una verdadera revelación de Dios! Al mismo tiempo, en verdad quiere decir que yo sea totalmente auténtico. Yo no necesito fingir ser otra persona delante de Dios. No es un gesto piadoso, no es un deporte de alto rendimiento. Es la posibilidad de estar directa y abiertamente ante el Padre que me muestra su amor, a mí, en Jesucristo y que me hace capaz de rezar incluso en mi debilidad por medio de su espíritu de consuelo. Así la oración no sólo se convierte en auténtica, sino en muy satisfactoria. ¡Es un gran privilegio!

En tu intervención en la última Conferencia MEHR citando a Malaquías 2: 14-16 lo interpretarse de la siguiente manera: Esto significa que Dios dice, el matrimonio es importante para mí. Y cómo tratas al matrimonio y la fidelidad es importante para mí. Y no puedes llamar falso lo que he llamado verdadero acerca de esto. ¿Es una cuestión clave este tema?

La verdad nombré cinco temas que considero claves. Creo que, en el futuro, mucho va a ser decidido según los cristianos se posicionen respecto a: El papel del hombre y la mujer, la homosexualidad, el aborto, la cuestión del Infierno (o reconciliación universal) y el universalismo en un amplio sentido (si todas las religiones son iguales). Me siento alentado por la postura que hasta ahora el Magisterio ha tomado y sigue tomando en estos temas. De hecho, creo que los temas como sexualidad, matrimonio y familia son algo absolutamente central. En última instancia no es una cuestión de moral, sino de nuestra imagen del hombre. Debido a que en la sexualidad el hombre se enfrenta a sus deseos más íntimos y el encanto irresistible del amor. La sexualidad humana es, por un lado el punto donde vemos elementos psicológicos, físicos y espirituales del hombre más estrechamente vinculados. Al mismo tiempo, es el punto de nuestra mayor vulnerabilidad. Todo lo que hacemos en el área de la sexualidad tendrá repercusiones significativas en nuestra alma y relación con Dios.

Desde que nuestra cultura moderna comenzó a distanciarse cada vez más de Dios, la sexualidad se ha convertido en un ídolo. Esto hace que pierda su belleza divina y asuma un carácter adictivo. Pero cualquiera que ataca a este ídolo incurre en la ira de las masas.

Una teología del cuerpo fundada en lo bíblico genera hostilidad, pero se necesita con urgencia porque los corazones atrapados en una errada sexualidad, sin Dios, están sufriendo y sangrando aunque muchos de ellos no lo admitan.