NOTA DE PRENSA
EL ARZOBISPO DE OVIEDO BENDIJO ESTE MIÉRCOLES, DÍA 1, LOS SANTOS ÓLEOS Y CONSAGRÓ EL SANTO CRISMA QUE SERVIRÁN PARA ADMINISTRAR SACRAMENTOS COMO EL BAUTISMO, CONFIRMACIÓN Y UNCIÓN DE ENFERMOS
.- El actual Administrador Diocesano de Santander, P. Manuel Herrero, pidió a los sacerdotes que perseveren en el servicio a la Iglesia, así como a “los hombres y mujeres de nuestro tiempo”
.- Mons. Jesús Sanz ofició la Misa Crismal al encontrarse la Diócesis en sede vacante, hasta que se nombre un nuevo Obispo
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SANTANDER |
01.04.2015
El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, ha presidido en la catedral de Santander la tradicional Misa Crismal que se celebra todos los años como pórtico del Triduo Pascual y en la que se bendicen los Santos Óleos y se consagra el Santo Crisma que servirán, entre otras funciones, para administrar varios sacramentos a los fieles a lo largo del año.
La presencia de Mons. Sanz en Cantabria se ha debido a la actual situación de sede vacante episcopal que vive la Diócesis de Santander hasta que la Santa Sede nombre un nuevo obispo.
La misa se inició con la intervención del padre Manuel Herrero Fernández, en su calidad de Administrador Diocesano de Santander, que dio la bienvenida al arzobispo de Oviedo.
El padre Herrero recordó que la misa Crismal es también una manifestación de comunión de los sacerdotes con el obispo, con el que “cooperan en santificar, acompañar y enseñar” al pueblo de Dios.
Además, explicó que esta celebración anual sirve para que los presbíteros manifiesten su “voluntad de perseverar” en el servicio a la Iglesia, así como a “los hombres y mujeres de nuestro tiempo”.
Por último, el Administrador Diocesano instó a celebrar con “alegría, gratitud, unidad y en comunidad” los santos misterios.
Misa Crismal
El sentido de esta antigua celebración que se ofició a las 11 de la mañana, es el de manifestar la comunión de los sacerdotes con su obispo, por lo que es costumbre que en este día asistan numerosos presbíteros de la Diócesis.
Esta misa hace referencia, igualmente, a los sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía), y durante la celebración los sacerdotes renuevan la promesas de su ordenación y “su entrega al Señor” para seguir sirviendo a sus comunidades.
En esta Eucaristía, el obispo consagra todos los años el Santo Crisma y también bendice los Santos Oleos, que este día estarán depositados en tres grandes ánforas situadas ante el altar. Para ello, el obispo emplea un antiguo rito según la tradición de la Iglesia.
Santo Crisma
Así, con el Santo Crisma, se ungirán, a lo largo del año, a todos los recién bautizados; sustancia que también servirá para sellar a los nuevos confirmados y para ungir a los sacerdotes que sean ordenados.
Este crisma también se utiliza en la dedicación de las iglesias, en la consagración de los altares y se emplea para ungir en la cabeza a los nuevos obispos cuando son revestidos con esta dignidad.
Para consagrar en Santo crisma, compuesto por aceite de olivas, el obispo sopla hacia el interior de una gran ánfora, mientras invoca al Espíritu Santo. Además, a esta sustancia se la añade un perfume, de modo que cuando se unge a los fieles, “éstos difundan una agradable fragancia, como signo de que los cristianos propagan el aroma del buen olor de Cristo”.
Santos Óleos
Por su parte, con el óleo, son signados los catecúmenos como preparación y disposición previa al bautismo; esta misma sustancia sagrada es empleada por la Iglesia para impartir el sacramento de la Unción de enfermos para que éstos “reciban el alivio en su debilidad y consigan el perdón de sus pecados”.
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Santander, 01 ABRIL 2015
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