ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 11 de abril de 2015

La frase del día 11

"Hay un espectáculo más grandioso que el mar, y es el cielo; hay un espectáculo más grandioso del cielo y es el interior de un alma".  Victor Hugo (1802 - 1885)

 


Primera Plana

El Papa presidió las vísperas tras introducir el Jubileo de la Misericordia
En la basílica de San Pedro la ceremonia inició con la presentación de la bula en el atrio y el canto de las vísperas después de incensar el crucifijo. Y concluyó con el canto del Magnificat

Homilía del Papa en la presentación del Jubileo de la Misericordia
¿Por qué hoy? Porque la Iglesia en este momento de grandes cambios ofrece con mayor intensidad la cercanía de Dios

Bula del jubileo Extraordinario de la Misericordia - puntos principales
¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Se celebrará en todas las diócesis del mundo y en los santuarios

El papa Francisco

Francisco a los formadores: 'Vivir con alegría y gratitud este ministerio'
Les invitó a 'ser exigentes en cada fase del camino de la formación, partiendo del discernimiento vocacional, para que la eventual crisis de cantidad no determine una crisis mayor, la de calidad'

Texto del mensaje del Papa en la VII Cumbre de las Américas
Leído por el cardenal Parolí­n. Hay bienes básicos... de los que ningún ser humano deberí­a quedar excluí­do

Mirada al mundo

Apretón de manos entre Castro y Obama en la Cumbre de las Américas
El papa Francisco puso la diplomacia vaticana al servicio de Cuba y EEUU

Rome Reports

Los números de Francisco: en dos años 829 santos y 677 beatos (Vídeo)
Los más populares: Juan Pablo II y Juan XXIII. De los beatos destaca el próximo: Óscar Romero

Nuevo cardenal de Panamá: Me enteré del nombramiento por un mensaje de whatsapp (Video)
Dice que el plan del Papa para la Iglesia es el que diseñó el CELAM en Aparecida

Lanzan un innovador videojuego para diagnosticar la tuberculosis (Video)
TuberSpot diagnosticará una enfermedad que mata a más de un millón de personas al año

Economía

Algunas reflexiones sobre la ética y la economí­a
Texto completo. Intervención del arzobispo de Tegucigalpa, cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, en el Foro Nueva Economía de Madrid

Espiritualidad

Santa Teresa de Jesús de los Andes - 12 de abril
«Cristo: la única ambición que tuvo esta bella mujer chilena, que gozando de un estatus privilegiado, no dudó en abrazarse al rigor de la clausura carmelita. Se curtió en la santidad a la que aspiraba y entregó su vida a los 20 años»

Hay esperanza y Resurrección
El pesimismo no lleva a nada. No todo está mal. Nuestros países no dependen sólo de los gobiernos, sino ante todo de nosotros mismos


Primera Plana


El Papa presidió las vísperas tras introducir el Jubileo de la Misericordia
En la basílica de San Pedro la ceremonia inició con la presentación de la bula en el atrio y el canto de las vísperas después de incensar el crucifijo. Y concluyó con el canto del Magnificat

Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - El Santo padre Francisco ha introducido este viernes por la tarde, en una ceremonia realizada en la Basílica de San Pedro, el Año Santo Extraordinario de la Misericordia. 

Vestido con paramentos blanco y crema, con ribetes verdes y dorados, el Papa entró acompañado por diversos prelados en el atrio o porche de la basílica, ubicado entre la explanada y el interior mismo del templo.

Delante de la puerta santa de la basílica de San Pedro el Papa entrego la bula 'Misericordiae Vultus' con la que se convoca el Jubileo Extraordinario de la Misericordia a los cardenales responsables de las basílicas pontificias: el arcipreste de San Pedro, cardenal Angelo Comastri; el acipreste de San Juan de Letrán, cardenal Agostino Vallini; el arcipreste de San Pablo Extramuros, cardenal James Michael Harvey; y el arcipreste de Santa María la Mayor, cardenal Santos Abril y Castelló.

A continuación, llegó de manera simbólica a los obispos de todo el mundo, y para ello Francisco entregó una copia de la bula también al prefecto de la congregación de los obispos, cardenal Marc Ouellet; al prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos, cardenal Fernando Filoni; al prefecto de la Congregación de las Iglesias orientales, cardenal Leonardo Sandri.

En representación de Oriente, el Papa ha entregado una copia del documento al arzobispo Savio Hon Tai-Fai, nacido en Hong Kong y ahora secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. El continente africano ha estado representado por el arzobispo Barthélemy Adoukonou, originario de Benín y actualmente secretario del Pontificio consejo de la cultura. En nombre de las Iglesias orientales el Pontífice entregó la bula a Mons. Khaled Ayad Bishay, de la Iglesia Patriarcal de Alejandría de los Coptos.

A continuación el regente de la Casa Pontificia, Mons. Leonardo Sapienza, en calidad de protonotario apostólico leyó delante de los presentes algunos párrafos del documento oficial que introduce el Año santo extraordinario.

Sucesivamente Francisco entró en cortejo en el interior de la basílica, y después de incensar al crucifico puesto en el centro, presidió la oración de las Vísperas del segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia, con la participación del coro de la Capilla Sixtina.

A continuación el Papa realizó su homilía, en la que explicó por qué fue convocado un Jubileo extraordinario de la Misericordia. La ceremonia siguió con el canto del Magnificat y concluó con el Regina Coeli.

Leer la homilía

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Homilía del Papa en la presentación del Jubileo de la Misericordia
¿Por qué hoy? Porque la Iglesia en este momento de grandes cambios ofrece con mayor intensidad la cercanía de Dios

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - Ofrecemos a continuación el texto de la homilía del papa Francisco en la ceremonia de introducción del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, después de haber presentado la bula a los cardenales y obispos de todo el mundo, y del canto de las Vísperas.

«Hermanos y hermanas:

Todavía resuena en todos nosotros el saludo de Jesús Resucitado a sus discípulos la tarde de Pascua: «Paz a vosotros« (Jn 20,19). La paz, sobre todo en estas semanas, sigue siendo el deseo de tantos pueblos que sufren la violencia inaudita de la discriminación y de la muerte, sólo por llevar el nombre de cristianos.

Nuestra oración se hace aún más intensa y se convierte en un grito de auxilio al Padre, rico en misericordia, para que sostenga la fe de tantos hermanos y hermanas que sufren, a la vez que pedimos que convierta nuestros corazones, para pasar de la indiferencia a la compasión.

San Pablo nos ha recordado que hemos sido salvados en el misterio de la muerte y resurrección del Señor Jesús. Él es el Reconciliador, que está vivo en medio de nosotros para mostrarnos el camino de la reconciliación con Dios y con los hermanos.

El Apóstol recuerda que, a pesar de las dificultades y los sufrimientos de la vida, sigue creciendo la esperanza en la salvación que el amor de Cristo ha sembrado en nuestros corazones. La misericordia de Dios se ha derramado en nosotros haciéndonos justos, dándonos la paz.

Una pregunta está presente en el corazón de muchos: ¿por qué hoy un Jubileo de la Misericordia? Simplemente porque la Iglesia, en este momento de grandes cambios históricos, está llamada a ofrecer con mayor intensidad los signos de la presencia y de la cercanía de Dios.

Éste no es un tiempo para estar distraídos, sino al contrario para permanecer alerta y despertar en nosotros la capacidad de ver lo esencial. Es el tiempo para que la Iglesia redescubra el sentido de la misión que el Señor le ha confiado el día de Pascua: ser signo e instrumento de la misericordia del Padre (cf. Jn 20,21-23).

Por eso el Año Santo tiene que mantener vivo el deseo de saber descubrir los muchos signos de la ternura que Dios ofrece al mundo entero y sobre todo a cuantos sufren, se encuentran solos y abandonados, y también sin esperanza de ser perdonados y sentirse amados por el Padre. Un Año Santo para sentir intensamente dentro de nosotros la alegría de haber sido encontrados por Jesús, que, como Buen Pastor, ha venido a buscarnos porque estábamos perdidos.

Un Jubileo para percibir el calor de su amor cuando nos carga sobre sus hombros para llevarnos de nuevo a la casa del Padre. Un Año para ser tocados por el Señor Jesús y transformados por su misericordia, para convertirnos también nosotros en testigos de misericordia. Para esto es el Jubileo: porque este es el tiempo de la misericordia.

Este es el motivo del Jubileo, porque es el tiempo favorable para curar las heridas, para no cansarnos de buscar a cuantos esperan ver y tocar con la mano los signos de la cercanía de Dios, para ofrecer a todos, a todos, el camino del perdón y de la reconciliación.

Que la Madre de la Divina Misericordia abra nuestros ojos para que comprendamos la tarea a la que estamos llamados; y que nos alcance la gracia de vivir este Jubileo de la Misericordia con un testimonio fiel y fecundo».

(Leer los puntos principales de la bula)

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Bula del jubileo Extraordinario de la Misericordia - puntos principales
¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Se celebrará en todas las diócesis del mundo y en los santuarios

Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco ha presentado en una ceremonia solemne realizada este sábado por la tarde en la Basílica de San Pedro, la bula que convoca el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que lleva el título de "Vultus Misericordiae" la cual se compone de 25 puntos.

Un Año Santo que se celebra no sólo en Roma, sino también en todas las demás diócesis del mundo. O sea, la Puerta Santa será abierta por el Papa en San Pedro el 8 de diciembre y el domingo siguiente en todas las iglesias del mundo. Otra de las novedades es que el Papa da la posibilidad de abrir la Puerta Santa también en los santuarios, meta de tantos peregrinos.

La conclusión del año jubilar, indica la bula, tendrá lugar "en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos ante todo sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la Santísima Trinidad por habernos concedido un tiempo extraordinario de gracia. Encomendaremos la vida de la Iglesia, la humanidad entera y el inmenso cosmos a la Señoría de Cristo, esperando que difunda su misericordia como el rocío de la mañana para una fecunda historia, todavía por construir con el compromiso de todos en el próximo futuro”.

El deseo del Papa es que este Año Santo, vivido también en el compartir la misericordia de Dios, pueda convertirse en una oportunidad para "vivir en la vida de cada día la misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida”.

La Bula además explica algunos aspectos sobresalientes del Jubileo: primero el lema "Misericordiosos como el Padre", a continuación el sentido de la peregrinación y sobre todo la necesidad del perdón. El tema particular que interesa al Papa y que se encuentra en el punto 15 indica que las obras de misericordia espirituales y corporales deben redescubrirse "para despertar nuestra conciencia, muchas veces adormecida ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.".

El documento hace un firme llamamiento contra la violencia organizada y contra las personas ''promotoras o cómplices'' de la corrupción. Son palabras muy fuertes con las que el Papa denuncia esta "llaga putrefacta" e insiste para que en este Año Santo haya una verdadera conversión: “¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Delante a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las personas depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los afectos y de la dignidad. Seguir como estáis es sólo fuente de arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien distinto de lo que ahora pensáis. El Papa tiende la mano. Está dispuesto a escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia”.

El papa Francisco en este documento describe los rasgos más sobresalientes de la misericordia situando el tema, ante todo, bajo la luz del rostro de Cristo, porque la misericordia no es una palabra abstracta, sino un rostro para reconocer, contemplar y servir. La Bula se desarrolla en clave trinitaria y se extiende en la descripción de la Iglesia como un signo creíble de la misericordia: "La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia", expresa.

Francisco indica las etapas principales del Jubileo. La apertura coincide con los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II: “La Iglesia siente la necesidad de mantener vivo este evento. Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia.

Los Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un modo más comprensible. Derrumbadas las murallas que por mucho tiempo habían recluido la Iglesia en una ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el Evangelio de un modo nuevo''.

El Pontífice, recupera la enseñanza de San Juan XXIII, que hablaba de la "medicina de la Misericordia" y de Pablo VI que identificó la espiritualidad del Vaticano II con la del samaritano. Otra indicación atañe a la Cuaresma con el envío de los "Misioneros de la Misericordia". Nueva y original iniciativa con la que el Papa quiere resaltar de forma aún más concreta su cuidado pastoral. El Papa trata también el tema de la relación entre la justicia y la misericordia, demostrando que no se detiene en una visión legalista, sino que apunta a un camino que desemboca en el amor misericordioso.

Otro aspecto original es el de la misericordia como tema común a judíos y musulmanes: "Este Año Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con estas religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas; nos haga más abiertos al diálogo para conocerlas y comprendernos mejor; elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y aleje cualquier forma de violencia y de discriminación".

“En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar”. Y concluye: “La Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso: «Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos»”.

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El papa Francisco


Francisco a los formadores: 'Vivir con alegría y gratitud este ministerio'
Les invitó a 'ser exigentes en cada fase del camino de la formación, partiendo del discernimiento vocacional, para que la eventual crisis de cantidad no determine una crisis mayor, la de calidad'

Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco recibió en el Vaticano este sábado al medio día, a los participantes al Congreso Internacional de los Formadores de consagrados y consagradas, que inició en Roma este miércoles con una vigilia de oración, y que concluye hoy por la tarde con un encuentro al que participarán tres dicasterios.

El congreso convocado por la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, que reúne a unos 1500 participantes, tiene como tema central “Vivir en Cristo según la forma de vida del Evangelio”.

“Deseaba tener este encuentro” les dijo el Papa a los presentes, “por lo que son y representan en cuanto educadores y formadores, y porque detrás de cada uno de ustedes veo a nuestros jóvenes, protagonistas de un presente vivido con pasión y promotores de un futuro de esperanza”.

Dirigiéndose a los presentes en el Aula Pablo VI, el Santo Padre dijo que viéndolos tan numerosos, “no se diría que existe una crisis de vocaciones”. Si bien reconoció que “hay indudablemente una disminución en la cantidad” lo que “vuelve más urgente la tarea de la formación”, y preciso que esta debe “plasmar realmente en el corazón de los jóvenes el corazón de Jesús, para que tengan sus mismos sentimientos”.

El Papa indicó su convicción de que no hay crisis de vocaciones cuando “hay consagrados capaces de transmitir con el propio testimonio la belleza consagración”. Porque los consagrados más que maestros tienen que ser “testimonios como seguidores de Cristo en el propio carisma”. De aquí deriva la exigencia, añadió el Santo Padre, de “cuidar siempre la propia formación personal, a partir de la amistad con el único Maestro”.

Y precisó que  es necesario "retormar el encuentro con la propia Galilea, el estupor del primer encuentro, contrariamente está el peligro de no saber porqué estoy allí".

Francisco a los presentes les recordó además que “la vida consagrada es uno de los tesoros más preciosos de la Iglesia” y por lo tanto “es hermoso ser formador porque es un privilegio participar a la obra del Padre que forma el corazón del Hijo en aquellos que el Espíritu ha llamado”.

El Papa advirtió entretanto que sentir este servicio como un peso “es un engaño, una tentación”. Y reiteró que “es importante la misión, pero también formar a la misión” e “ir a cada periferia para dar a todos el amor de Jesucristo, especialmente a aquellos que están lejos, contarlo a los pequeños y a los pobres, y dejarse también evangelizar por ellos”.

Y si bien una de las cualidades del formador es la de tener un corazón grande para los jóvenes, “esto es posible solamente por medio del amor, el amor de padre y de madre”. Y precisó: “No es verdad que los jóvenes de hoy sean mediocres” sino que tienen que sentir que “se es más bienaventurado en el dar que en el recibir”.

Es necesario, ha precisado el Papa “ser exigentes en cada fase del camino de la formación, partiendo del discernimiento vocacional, para que la eventual crisis de cantidad no determine una crisis mayor, la de calidad”.

 Sin olvidar que hay personas que piensan a la vocación debido a que tienen algún desequilibrio y quieren algo fuerte que les ayude. Por ello a los que no tienen vocación," así como se les acompaña en la entrada, acompañarlos en la salida".

El papa invitó a entender la sabiduría de los religiosos ancianos, a visitarlos, porque esos ancianos son una Galilea. Así como a aquellos misioneros y misioneras que dan la vida, incluso en tantos lugares lejanos. 

La formación inicial, añade Francisco, es el primer paso de un proceso que durará toda la vida, por lo tanto el joven “va formado a la libertad humilde e inteligente de dejarse educar por Dios Padre cada día de la vida, en toda edad, en la misión como en la fraternidad, en la acción como en la contemplación”.

El Papa les agradeció el esfuerzo que los formadores realizan y les ha invitado a “vivir con alegría y gratitud este ministerio, con la certeza de que no hay nada más bonito en la vida que el pertenecer con todo el corazón a Dios, y dar la vida al servicio de los hermanos”.

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Texto del mensaje del Papa en la VII Cumbre de las Américas
Leído por el cardenal Parolí­n. Hay bienes básicos... de los que ningún ser humano deberí­a quedar excluí­do

Por Redacción

ROMA, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - Presentamos a continuación el texto leído por el cardenal Pietro Parolín en la VII Cumbre de las América y publicado en el Facebook del nuncio apostólico en Panamá, Mons. Andrés Carrascosa.

Al Excelentisimo Señor
Juan Carlos Varela Rodríguez
Presidente de Panamá

Como anfitrión de la VII Cumbre de las Américas, deseo hacerle llegar mi saludo cordial y, a través de Usted, a todos los Jefes de Estado y de Gobierno, así como a las delegaciones participantes. Al mismo tienpo, me gustaría manifestarles mi cercanía y aliento para que el diálogo sincero logre esa mutua colaboración que suma esfuerzos y supera diferencias en el camino hacia el bien común.

Pido a Dios que, compartiendo valores comunes, lleguen a compromisos de colaboración en el ámbito nacional o regional que afronten con realismo los problemas y trasmitan esperanza. Me siento en sintonía con el tema elegido para esta Cumbre: “Prosperidad con equidad: el desafío de la cooperación en las Américas”.

Estoy convencido – y así lo expresé en la Exhortacion Apostolica Evangelii gaudium – de que la inequidad, la injusta distribución de las riquezas y de los recursos, es fuente de conflictos y de violencia entre los pueblos, porque supone que el progreso de unos se construye sobre el necesario sacrificio de otros y que, para poder vivir dignamente, hay que luchar contra los demás (cf. 52, 54).

El bienestar así logrado es injusto en su raíz y atenta contra la dignidad de las personas. Hay “bienes básicos”, como la tierra, el trabajo y la casa, y “servicios públicos”, como la salud, la educación, la seguridad, el medio ambiente ..., de los que ningún ser humano debería quedar excluído.

Este deseo – que todos compartimos -, desgraciadamente aún esta lejos de la realidad. Todavía hoy siguen habiendo injustas desigualdades, que ofenden a la dignidad de las personas.
El gran reto de nuestro mundo es la globalización de la solidaridad y la fraternidad en lugar de la globalización de la discriminación y la indiferencia y, mientras no se logre una distribución equitativa de la riqueza, no se resolverán los males de nuestra sociedad (cf. Evangelii gaudium 202).

No podemos negar que muchos países han experimentado un fuerte desarrollo económico en los últimos años, pero no es menos cierto que otros siguen postrados en la pobreza. Además, en las economías emergentes, gran parte de la población no se ha beneficiado del progreso económico general, sino que frecuentemente se ha abierto una brecha mayor entre ricos y pobres. La teoria del “goteo” o “derrame” (cf. Evangelii gaudium 54) se ha revelado falaz: no es suficiente esperar que los pobres recojan las migajas que caen de la mesa de los ricos. Son necesarias acciones directas en pro de los más desfavorecidos, cuya atención, como la de los más pequeños en el seno de una familia, debería ser prioritaria para los gobernantes. La Iglesia siempre ha defendido la “promoción de las personas concretas” (“Centesimus annus, 46), atendiendo sus necesidades y ofreciéndoles posibilidades de desarrollo.

Me gustaría también llamar su atención sobre el problema de la inmigración. La inmensa disparidad de oportunidades entre unos países y otros hace que muchas personas se vean obligadas a abandonar su tierra y su familia, convirtiéndose en fácil presa del tráfico de personas y del trabajo esclavo, sin derechos, ni acceso a la justicia ... En ocasiones, la falta de cooperación entre los Estados deja a muchas personas fuera de la legalidad y sin posibilidad de hacer valer sus derechos, obligándoles a situarse entre los que se aprovechan de los demás o a resignarse a ser victima de los abusos. 

Son situaciones en las que no basta salvaguardar la ley para defender los derechos básicos de la persona, en las que la norma, sin piedad y misericordia, no responde a la justicia.
A veces, incluso dentro de cada país, se dan diferencias escandalosas y ofensivas, especialmente en las poblaciones indígenas, en las zonas rurales o en los suburbios de las grandes ciudades. Sin una auténtica defensa de estas personas contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia, el Estado de derecho perdería su legitimidad.


Señor Presidente, los esfuerzos por tender puentes, canales de comunicación, tejer relaciones, buscar el entendimiento nunca son vanos. La situación geográfica de Panamá, en el centro del continente Americano, que la convierte en un punto de encuentro del norte y el sur, de los Océanos Pacifico y Atlántico, es seguramente una llamada, pro mundi beneficio, a generar un nuevo orden de paz y de justicia y a promover la solidaridad y la colaboración respetando la justa autonomía de cada nación.


Con el deseo de que la Iglesia sea también instrumento de paz y reconciliacion entre los pueblos, reciba mi mas atento y cordial saludo.
Vaticano, 10 de abril de 2015
Francisco

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Mirada al mundo


Apretón de manos entre Castro y Obama en la Cumbre de las Américas
El papa Francisco puso la diplomacia vaticana al servicio de Cuba y EEUU

Por Iván de Vargas

MADRID, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de EEUU, Barack Obama, se han saludado este viernes por la noche durante la apertura de la VII Cumbre de las Américas en Panamá. La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Bernadette Meeha, ha explicado que ha sido “una interacción informal”, sin que ambos líderes hayan mantenido una “conversación sustancial”, y ha tenido lugar antes de la inauguración de la Cumbre, a la que asisten casi todos los gobernantes de los 35 países del continente.

En este mismo marco, se espera que Raúl Castro y Barack Obama mantengan un encuentro histórico que será el primero entre los mandatarios de ambos países en más de medio siglo. Los presidentes de Cuba y EEUU anunciaron el pasado 17 de diciembre un acuerdo para iniciar el proceso de restablecimiento de las relaciones tras más de cincuenta años de enfrentamiento, que debe culminar con la reapertura de embajadas en La Habana y Washington.

Solo después de que los dos líderes, uno desde La Habana y el otro desde Washington, agradecieran la mediación del papa Francisco en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU, la secretaría de Estado del Vaticano difundió un comunicado en el que confirmaba que “en el curso de los últimos meses” el Pontífice había escrito a ambos mandatarios “invitándolos a resolver cuestiones humanitarias de común interés, como la situación de algunos detenidos, para dar inicio a una nueva fase de las relaciones entre las dos partes”.

“El Santo Padre se complace vivamente por la histórica decisión de los Gobiernos de los Estados Unidos de América y de Cuba de establecer relaciones diplomáticas, con el fin de superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia reciente”, señalaba la nota. “La Santa Sede continuará apoyando las iniciativas que las dos naciones emprenderán para acrecentar sus relaciones bilaterales y favorecer el bienestar de sus respectivos ciudadanos”, concluía el comunicado de la Secretaría de Estado del Vaticano.

Castro y Obama participaron en la ceremonia de inauguración de la VII Cumbre de las Américas en la misma fila de la tribuna de mandatarios, aunque separados por los gobernantes de Ecuador, Rafael Correa, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.

Este saludo no ha sido el primero, dado que ambos presidentes ya se estrecharon la mano en 2013 durante el funeral del ex presidente sudafricano Nelson Mandela.

Este miércoles, antes de viajar a Panamá para asistir a la Cumbre, Raúl Castro y Barack Obama hablaron por teléfono, al igual que hicieron el pasado 16 de diciembre antes del histórico anuncio sobre el acercamiento bilateral.

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Rome Reports


Los números de Francisco: en dos años 829 santos y 677 beatos (Vídeo)
Los más populares: Juan Pablo II y Juan XXIII. De los beatos destaca el próximo: Óscar Romero

Por Rome Reports

ROMA, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí

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Nuevo cardenal de Panamá: Me enteré del nombramiento por un mensaje de whatsapp (Video)
Dice que el plan del Papa para la Iglesia es el que diseñó el CELAM en Aparecida

Por Rome Reports

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí

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Lanzan un innovador videojuego para diagnosticar la tuberculosis (Video)
TuberSpot diagnosticará una enfermedad que mata a más de un millón de personas al año

Por Rome Reports

ROMA, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - Lanzan un innovador videojuego para diagnosticar la tuberculosis

TuberSpot diagnosticará una enfermedad que mata a más de un millón de personas al año.
Para ver el vídeo hacer click aquí
 

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Economía


Algunas reflexiones sobre la ética y la economí­a
Texto completo. Intervención del arzobispo de Tegucigalpa, cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, en el Foro Nueva Economía de Madrid

Por Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga

MADRID, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - A continuación publicamos el texto íntegro de la intervención del arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Caritas Internationalis, cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, en el Foro Nueva Economía de Madrid:

1. Genealogía próxima de una causalidad remota

El liberalismo economicista tiene como hijo mayor el capitalismo moderno. Sabemos que para que éste se dé con toda la "pureza" que pretenden sus postulados fundamentales se necesita el dominio de la técnica, del dinero y de la deuda, jugando constantemente con las barajas especulativas de unas finanzas que terminan siendo un juego de azar.

A mi juicio, la crisis del capitalismo como modelo y sistema económico, radica en un problema antropológico, pues en los distintos flujos y reflujos económicos no se reconoce la centralidad de la persona. Yo creo que si este postulado estuviese claro no tendríamos el descalabro que todos conocemos.

No podemos negar que hay un vínculo "umbilical" de origen entre la economía del mercado absolutizado y la desigualdad que provoca. El pilar, la piedra basilar, más débil del gran constructo del capitalismo ideológico es la pobreza; quizás esta realidad que mejor permite evidenciar su falibilidad. La relación causal no es un asunto de perspectiva sino de constataciones.

Si el ideal ingenuo del mesianismo capitalista es generar riqueza y minimizar la pobreza, vemos por todos lados que esos efectos deseables de la Economía del Mercado todavía no alcanzan el reconocimiento esperado; antes bien, sus resultados muestran —más en unas partes que en otras— que el neoliberalismo está en crisis y exhibe síntomas con malestares sistémicos importantes que revelan implícitamente desniveles preocupantes. De ahí que el Papa Francisco advierta que "una economía de la exclusión y la inequidad", que una economía (neoliberal) así, "mata" (EG, 53). Es que el modelo neo-liberalista genera un tipo de crecimiento económico que no asegura el verdadero desarrollo humano. Aquí se acaban las alegorías y comienzan las tragedias.

2. La libertad no es una estrategia utilitaria

Vuelvo a repetir aquí mi opinión: por mucho que se diga que el "libre mercado" nos hace libres, si no hay una ecuación equilibrada entre la libertad, la responsabilidad ética y la libre empresa se producirán siempre los efectos destructivos ya conocidos, y el más difundido es cosificar utilitariamente a la persona reduciéndola a "un bien de consumo" (EG, 53).

Cuando el libre mercado se deja permear por la responsabilidad social los resultados serán mejores. Cuando las raíces antropológicas del Mercado se nutran del principio cristiano de la centralidad, la sacralidad y la dignidad de la persona entonces el Capitalismo será más humano. Mientras tanto, no termino de admirar las palabras del Santo Padre cuando dice que es posible llegar a "...la dictadura de una economía sin rostro y sin un alma auténticamente humana (EG, 55).

Pienso que la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium no ha querido extrapolar un enfoque salvífico a la economía --cosa que sería epistemológicamente inadmisible-- sino resaltar algunos aspectos estridentes que revelan con toda franqueza que la Economía del Mercado, favorece tanto el corporativismo de élites que produce una "cultura del descarte". El Papa Francisco quiere resituar a la persona en su calidad de objetivo del quehacer económico y no como un medio utilizado herramentalmente para fines de lucro.

No crean por favor que tengo una visión anticapitalista sino que un reclamo frontal a sus vicios; no una condena sino una apreciación. Además, lo sabemos, la Evangelii Gaudium hace una hermenéutica del capitalismo desde los pobres y es un documento sobre la nueva evangelización, no sobre el capital y la economía.

Desde este punto de vista, personal, por tanto discutible, defiendo que un capitalismo insolidario es de por sí, contradictoriamente, "anti-capitalista". Si el bienestar compartido y la distribución funcional del capital, de los medios, los recursos, la bonanza y el bienestar deberían alcanzar a todos los implicados en la cadena trabajo-capital-riqueza pues todos los que intervenienen en él son a la vez actores co-envueltos, co-implicados y co-responsables en la estructura productiva del sistema económico. El resultado macroeconómico no siempre coincide ni se refleja con coherencia en el manejo cotidiano de una realidad que golpea hoy a tantos europeos, como el paro.

3. El hedonismo de los números

Los entes financieros mundiales manejan cifras, números y resultantes en papel moneda, bonos, bolsa de valores e intereses, se despreocupan de la dignidad de cada ser humano y se refieren al hombre como un medio para lograr una finalidad que es la renta renovable que rinde un capital, y no como persona. Lo deseable sería que el crecimiento económico conlleve simultáneamente una justicia social y un bienestar que asegure a todos -equitativamente- un ordenamiento social justificado. Eso es lo que pasa. Yo digo que el Capitalismo no sabe lo que le pasa y ¡eso es lo que le pasa!

Pongo como ejemplo el hedonismo, entendido éste y traducido en un consumismo desenfrenado, en la pérdida del sentido de la vida en función del placer y del tener, a la par que millones de personas sufren el hambre, la desnutrición, la falta de educación y de salud y la violencia estructural que les aísla sin ninguna compasión, es un efecto real de la voracidad de un neoliberalismo sin sentido ético, que ofrece sólo la autocomplacencia y la gratificación de las ganancias redondas, fruto de una codicia incolmable de placer (hedonismo puro) sino también de poseer (egoísmo puro).

Nuestra sociedad desde el paradigma económico liberal y las opciones materialistas que sugiere el proceso desgarrador de un autosecularismo, busca más dinero, más belleza, más salud, más fama, más juventud y más erotismo, y no se habla de más amor. Esto atrofia la capacidad admirativa y la cualidad contemplativa en el hombre contemporáneo. Por eso es que el dinero y el cortejo de placeres y compensaciones que con él se puede comprar, son parte del sentir psicológico de una sociedad y de una generación que opta por el egoísmo y cae en formas cada vez más perversas de narcisismo.

La persona si no se autoposee, la persona si no se autoestima, no puede arraigarse en el ser de su propia existencia y tendría que depender de las instancias externas como soporte existencial para auto-reconocerse y auto—trascenderse. Pero al no encontrar en el ámbito de lo material las respuestas profundas de su vida , se dará cuenta que vive un vaciamiento terrible que lo asfixia en su propio egoísmo.

4. Oportunidad de un diagnóstico

No es mi intención denostar el sistema o modelo económico capitalista ni satanizarlo; cuando critico el ordenamiento económico estoy convencido de que una simple modificación del mismo no es suficiente para sanar y mejorar las condiciones sociales; simplemente quiero decir que ese tipo de economía de mercado, que se concretiza en la competencia empresarial, se matizaría y mitigaría con dos cosas altamente compatibles entre sí, una es la política social y la otra la integración de los esfuerzos de actores públicos y privados. Eso está en línea con los criterios de la Economía Social del Mercado, en continuidad con los postulados éticos de la justicia. Claro que se necesita el capital, el dinero, ya que para enfrentar la pobreza se necesita dinero y un gobierno social fuerte y blindado contra la corrupción.

Fuera de Europa no se ha desarrollado mucho la reflexión sobre la "Economía Social del los Mercados", cuyos presupuestos sugieren que la Economía se deje permear de conceptos de economía fundamentados éticamente y que ofrezcan más ventajas para la persona. Muchas fuerzas liberales en sus discursos hablan del efecto "trickle down" (igualdad e integración de la sociedad) como resultado lógico del desarrollo cuando se despliega con todo su vigor el mercado libre. Es un bello concepto pero el capitalismo global sigue muy pocas reglas, ni siquiera las propias.

La regla más deseable debería ser que el hombre, la persona humana, es el origen, el portador y el optativo de toda la vida social y los medios de producción y sus resultados deberían orientarse a él siempre.

Invoco la autoridad del Papa Francisco y la resonancia mundial de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium para decir que el desarrollo integral de los pueblos y las personas, será tal si éste toma en cuenta la dignidad humana, a toda la sociedad, el ambiente y la equidad real, creando entre ellos un balance armónico, empírico y ético a la vez, que permita recomponer el actual esquema capitalista donde el dinero es primero y los postulados económicos fundamentales de la teoría del mercado ( la división del trabajo, Teoría del valor, teoría de la población, teoría de la renta, la ley de rendimiento no proporcional, la teoría de la distribución, el comercio internacional, entre tantos otros) cedan su lugar al primado de la persona.

La teoría política y económica neoliberal cree que la riqueza se autoregula sin intervención del Estado y al margen de la ética --prescindiendo de ella--, predica que es la ley de la oferta y la demanda la que garantice una solución armónica e igualitaria para lograr un equilibrio dinámico, metabólico, entre el capital y los capitales, la dignidad humana, el medio ambiente y una sociedad sin conflictos ni tensiones. Es un desideratum al que habría que hacerle pocas objeciones (aunque sí muchas preguntas) y sería como un producto "homeopático" que lo cura todo.

Pero lo que se da en la práctica es que, según ésta teoría es el individualismo de cada uno el que estimula el rodaje de la maquinaria del sistema. Los productores y dueños del capital ponen todo su empeño para conseguir el máximo beneficio, mientras que los trabajadores ponen todo su trabajo con la ambición del mayor sueldo posible.

5. Equilibrio entre teoría y práctica sin espacios éticos

Al decir el Papa la frase "Esta economía mata", no se refiere de manera unívoca a la economía del mercado, sino de manera traslaticia a ciertos excesos de una práctica económica de mercado que excluyen al ser humano, lo desplazan y lo aniquilan, mientras por otra parte, la deficiencia sistémica de incentivos deviene la parte más sensible e importante del planteamiento pero en detrimento de la persona, que al final queda relegada e ignorada pero es quien sufre las consecuencias de sus injusticias: marginación, exclusión, inmigración, paro laboral, sin salidas ni perspectivas y, en suma, la pobreza. Como ven, se trata, pues, tan solo, de afirmaciones constatables sobre un sistema vulnerable. Y eso nos anima a pensar que lo que está mal hoy es superable mañana.

Para que haya capital tiene que funcionar con mucho equilibrio y proporción la empresa y, con ella, el mercado, la propiedad privada, los medios de producción y la distribución de los bienes de consumo, pero cuando se rompe este equilibrio, que es la resultante de la capacidad de mantener una condición económica interna estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y estímulos con el exterior, entonces se da en la economía del mercado algo así como un tema de metabolismo, como un malestar estomacal y la alteración del aparato digestivo. Es una comparación para referirme al "malestar" del neoliberalismo a ultranza. El capitalismo, con su red de sistemas de control realimentados, busca una forma de equilibrio dinámico entre su teoría y la práctica pues en muchos lugares el resultado es que a más teoría menos práctica exitosa en la aplicación de sus grandes teoremas y postulados dogmáticos fundantes.

El discurso optimista y positivo, científicamente puro, teóricamente pulcro y perfecto de una forma de Economía de Mercado, propio del modelo neoliberalista, fundado sobre el dominio de la técnica, del dinero y de la deuda, dependientes de la hegemonía de las finanzas especulativas, viene a ser como la tierra mítica donde puede nacer como un gigante el"Homo economicus"; y a la par del primer escenario ponemos otro, ideal también: un ambiente “humanizado” fundado sobre la condición éticamente deseable que promueva el desarrollo integral de los pueblos y de las personas basado sobre el humanismo económico, en donde pueda crecer como un héroe exitoso y vencedor el "Homo reciprocans", ese escenario paradisíaco, digo,es ideal. Es también la proyección parabólica de un deseo, quizás de una frustración.

6. Equilibrio entre teoría y práctica con espacios éticos

Mientras no se dé un espacio ético a la persona humana en el planteamiento económico, la economía del bienestar con todo y sus cuernos de la abundancia se desplomará y veremos países ricos agonizar en la pobreza.

Es natural que admitamos en este punto que las generalizaciones pueden ser insostenibles por ser falsas, y admito que existen diferencias entre los órdenes económicos de países individuales, con sus defectos y sus aciertos. Hoy por hoy, el falso capitalismo distorsiona la mirada hacia los destinos individuales, los débiles, los pobres, con una miopía culposa y cómplice: La "Economía de la codicia", es la misma que promueve "la globalización de la indiferencia que desemboca en actitudes egoístas" (EG, 54). Existe ese desequilibrio.

Hay que ser moderados y realistas, quizás hiperrealistas, al reconocer que una Exhortación Apostólica (Evangelii Gaudium) no tiene la fuerza coercitiva ni el talante autoritario que pudiese imponer, por "decreto", que de ahora en adelante la economía liberal del mercado generará un estilo de relacionalidad, cooperación y mutualidad tales que hagan que esto renueve la faz de la tierra. Si hay riqueza es la riqueza entonces la que hay que distribuir, aumentar y desconcentrar, al punto que se de espacio a la subsidiariedad con miras al bienestar general.

Lo que considero que se puede trabajar mucho es en mantener la cohesión social, la solidaridad y la moral, implicando en esto a los responsables con capacidad de tomas de decisiones, en cuyas manos está el poder de implantar ese orden social y económico en el que la persona cuenta cada vez más como sujeto que como cosa. Sostengo que es la persona el elemento catalizador por excelencia de cualquier desviación del capitalismo como modelo social. Para sanar sus debilidades antropológicas y su desgaste ético es necesario volver a la persona humana y tenerla como referente ineludible. Ahí se superaría la tensión entre las grandes fuerza financieras y la equidad social.

Los valores religiosos y culturales no siempre se toman en cuenta en las diferentes decisiones económicas. Qué bueno sería que para implementar una política de ordenamiento sobre la economía social del mercado se pudiera institucionalizar un diálogo inter-eclesial y entre las religiones. Eso mismo haría cundir el esfuerzo de re-equilibrar los resultados de una hiper-economía liberal sin conciencia ética ni implicaciones morales.

Hay una dimensión objetiva-subjetiva de los valores que, en su compendio, constituyen una “línea ética” que nos abre al amor, a la gratuidad, a la generosidad. Es eso lo que esencialmente hemos de aportar al mundo, en su di-polaridad (no hablo de bipolaridad sino di-polaridad): riqueza-pobreza, libertad-opresión, éxito-fracaso, igualdad-hegemonía,etc., de manera que lo económico no elimine al hombre concreto ni lo tiraniza.

En términos generales, la economía del mercado sigue siendo el medio más efectivo para generar riqueza y promover a las personas; por eso la Centessimus Annus legitima la iniciativa privada y la libre empresa; la Evangelii Gaudium no contradice ni fustiga esos principios basilares de la teoría del Mercado tampoco, pero alerta sobre la posibilidad de que los intercambios de los beneficios rindan de tal forma servidumbre a la tiranía de la riqueza que por alcanzar sus fines crematísticos posponga a la persona y la desplace a un punto tal que se convierta en medio y no en fin. Por eso urgen espacios éticos para que la Economía del mercado respire y se oxigene.

7. La complejidad de la pobreza

La pobreza es relativa, y aunque hay augurios de que a nivel global está neutralizándose y descendiendo, todavía hemos de hacer mucho para superar la “tara social de la indiferencia” (me gusta decir así); sin una orientación adecuada de la conciencia personal no llegaremos nunca a convertirnos en ese homo reciprocans que es para nosotros un ideal cristiano de solidaridad y empatía.

Para lograr algo más en este sentido hay que hacerlo, hay que provocarlo: si todavía hay instancias sociales y políticas que niegan una participación abierta y pública a la fe cristiana; si al interno de la Iglesia falta una auténtica cultura cristiana social; si en las Universidades católicas no es frecuente el discurrir sobre los fundamentos epistemológicos de la economía y sus consecuencias; si nuestros teóricos y académicos olvidan que debajo de una propuesta o modelo económico existe implícitamente una antropología “x”, “y” o “z”; si la predicación y la homilética exhorta a una aceptación pasiva de la realidad sin una invitación a superarla y afrontarla con valentía e inteligencia, si esto es así, es el momento en que cada uno debe decidir empezar a hacer de modo que los cambios se puedan dar asumiendo cada uno su responsabilidad. Pero la fórmula que funcionará en este sentido será necesariamente poner la persona al centro.

8. La empresa privada contra la tentación de la ganancia absoluta

Hoy más que nunca la Empresa es motor de la vida social y, en cuanto tal, no puede ser neutra, desaborida ni amorfa. Hay un asunto de identidad y de cultura de empresa que hay que considerar, aprendiendo a conjugar sinérgicamente con la realidad del territorio en el que se implanta un negocio, sintonizar empáticamente con él y condividir así proyectos de desarrollo.

Un empresario sensibilizado y motivado con los valores humanistas que iluminan y nutren el quehacer económico, antes debe ser alguien plenamente consciente de las propias potencialidades alcanzando crear relaciones fuertes y duraderas, fundadas sobre la comprensión recíproca y sobre el respeto, también cuando se dan errores, tensiones y dificultades. Optar por una actitud de juicio es colocarse en un contexto mental y psicológico que no permite percibir los límites, quizás, eventualmente graves (la viga en el propio ojo), que uno puede tener y que a lo mejor no alcanza a remover. Aceptar las críticas implica escuchar y muy frecuentemente es más difícil que el simple hablar. También el empresario tiene necesidad de este self control, antes, durante y después de las operaciones de las que dependa la vida de los otros y el bien común de la sociedad.

Si las motivaciones y las estrategias que sigue un empresario son a la medida de la persona y tienden a su plena realización, aunque sea pagando el costo de entrar en dialéctica con aquellas leyes de la economía de mercado que tanto condicionan el ejercicio del emprendimiento, esta opción convierte el capital y la hacienda en un instrumento al servicio de una mejor condición civil; en cambio, el empresario que orienta la propia actividad buscando solamente un consenso comercial, arriesga dilapidar el patrimonio de talentos que se le han confiado.

Construir sobre la roca es la orientación a la cual tiende siempre y en toda circunstancia para asegurar la honestidad de los procesos comerciales y productivos de una empresa; aun cuando los demás, la competencia, la misma corrupción del Estado, parecen conquistar posiciones buenas, pero que son a la larga efímeras. La honestidad y el apego a una cultura de la legalidad deben ser los dos rieles infaltables sobre los cuales se mueve y se articula la actividad empresarial. Es que las ganancias y las victorias de ayer son siempre menos importantes que los proyectos de mañana.

La economía del mercado puede redimir sus excesos prácticos si en el momento de inspirar y establecer una empresa se tuviese en cuenta siempre el bien común, dando por un principio indiscutible, moralmente introyectado en la conciencia moral del emprendedor, que el trabajo se convierte en instrumento de edificación para sí y para la generación futura y las ganancias, que siempre las habrá, serán el fruto coherente de su esfuerzo y dedicación. Quien obra con coherencia, ahí cuando encuentre obstáculos irremontables (insuperables), debe preguntarse si aquel proyecto es correcto, si el lugar es el propicio para realizarlo y si aquel contexto es justo y adecuado para tener éxito. Es ahí donde el empresario también puede hacer un ejercicio de fe, si bien “La fe no es un refugio para gente sin coraje, sino la dilatación de la vida...” (Lumen Fidei, 53).

9. La Economía como instrumento de humanización

Indudablemente el Mercado es uno de los grandes escenarios de encuentro de los seres humanos y establece que unos de los grandes signos de la pobreza, sea de los individuos que de las comunidades y de los países, es no tener la oportunidad de participar activamente o creativamente al “mercado” o deber hacerlo en un “mercado degradado” o donde se han perdido todas las perspectivas.

Como la Doctrina Social de la Iglesia no fue, no es, ni será una vía alternativa ni al capitalismo liberal ni del capitalismo social, ni a las formas comunitarias de la administración de la economía, sino una formulación meticulosa de aquello que el

ser humano, individualmente y comunitariamente, necesita para participar en la construcción de la comunidad local y de la comunidad internacional y que a la vez se convierte en uno de los núcleos que define el encuentro generador de ellos, el mercado.

El libre mercado debe ser portador de una política que contribuya a la humanización, a formas más elevadas de humanización, como la “civilización del amor” que procura el cristianismo y no puede ser parte de la retórica maniquea que busca garantizar la seguridad de algunos a a través del desprecio de la existencia de los otros. Me parece a mi que es incuestionable el que igual que no puede haber desarrollo sin seguridad como tampoco seguridad sin desarrollo.

El libre mercado, no es enemigo de la cooperación. Sobre todo si reconocemos que ante tan graves asimetrías económicas, sin una cooperación para un desarrollo verdaderamente integrante, para los gobiernos de algunos pueblos y comunidades el margen de maniobra que le queda a sus gobiernos es mínimo y el margen de humanización de los mercados es nulo. Por eso subsisten como males sin solución problemas derivados de esta mencionada asimetría: deuda externa, control de la especulación financiera, medio ambiente, emigración, derechos humanos, democracia, justicia, pobreza, salud, educación, etc.

Muchos críticos, y la Evangelii Gaudium no está lejos de esta apreciación, han notado el carácter intrusivo y hasta e invasivo de la lógica de mercado que reduce siempre más el área disponible para la comunidad humana, para la actividad voluntaria y pública a todos los niveles. El mercado, obviamente, impone su modo de pensar y de actuar y establece su escala de valores inherentes a sus opciones. Creo que la economía del mercado se convierte en un gran desafío para la Nueva Evangelización.

Oscar Andrés Cardenal Rodríguez Maradiaga, s.d.b.
Arzobispo de Tegucigalpa, Honduras.

Madrid, 10.4.2015

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Espiritualidad


Santa Teresa de Jesús de los Andes - 12 de abril
«Cristo: la única ambición que tuvo esta bella mujer chilena, que gozando de un estatus privilegiado, no dudó en abrazarse al rigor de la clausura carmelita. Se curtió en la santidad a la que aspiraba y entregó su vida a los 20 años»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - Belleza y virtud, junto a un carácter extremadamente sensible y apasionado que orientó hacia Cristo, fueron rasgos de Juanita Fernández Solar, primera chilena canonizada. Ebria de amor por Él, decía: «Cristo, ese loco de amor, me ha vuelto loca». Pertenecía a una respetable familia de Santiago de Chile, donde nació el 13 de julio de 1900. De un estatus acomodado habían descendido a una clase social menos elevada. Pero cariño no le faltó: «Jesús no quiso que naciese como Él, pobre. Y nací en medio de las riquezas, regalona de todos».

Apegada a la familia, bien cuando tenía que separarse de ella por cualquier motivo o por razones de vida, como la pérdida de su abuelo, no podía evitar que le embargase hondo pesar. Se formó con las teresianas y en el colegio del Sagrado Corazón. Después de una intervención de apendicitis en 1914, parece que por causa de la anestesia tuvo un arranque de mal genio que fue cercenado de raíz por Lucía, su madre. En 1915 la matriculó interna en el colegio y esta decisión surtió el efecto deseado. La adolescente modificó su comportamiento, aunque hubo alguna otra salida de tono como la reseñada, pero fue puntual. Creció siendo una niña bondadosa, devota de la Eucaristía y de María, piedad acrecentada después de recibir la primera comunión. A los 14 años sintió que Dios le invitaba a una entrega total.

Aunque la economía familiar no fuera boyante, cultivó aficiones reservadas entonces a personas de alta posición. Equitación, tenis y natación fueron deportes que practicó y en los que destacó pese a que su salud era endeble. Especialmente sufría de pertinaces y molestas jaquecas que soportaba con entereza. Tocaba el piano, el órgano y la guitarra. Era catequista y estaba involucrada en acciones solidarias. Dispuesta a seguir a Cristo, la vocación carmelita se afianzó en su corazón alentada por la lectura de las biografías de Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, Isabel de la Trinidad y Teresa de Lisieux. «Estoy leyendo la VIDA de Santa Teresa. ¡Cuánto me enseña! ¡Cuántos horizontes me descubre!». Si iba a compartir con ellos las mieles del Carmelo tenía que comenzar a imitarles en gestos sencillos, cotidianos, en los que está amasada la santidad: «Hoy me he vencido mucho para no rabiar. Dios mío, tú me has ayudado. Gracias te doy. En los arreglos y recreos he sido perfecta por ellos. Pero no tanto en las clases».

Los compromisos sociales, como su ingreso en sociedad en 1918, le incomodaban por lo inoportunos que eran para el camino emprendido: «Muchas veces no puedo ni hacer oración. En esto consiste mi mayor pena, pues paso constantemente con todos, porque no me dejan un momento. Pero mi vida, puedo decir, es una oración continuada, pues todo lo que hago, lo hago por amor a mi Jesús». En mayo de 1919 ingresó en el convento carmelita de los Andes. Allí tomó el nombre de Teresa de Jesús. Su único afán: Cristo. «Amarte y servirte con fidelidad; parecerme y asemejarme en todo a Ti. En eso consistirá toda mi ambición».

Se despidió de los suyos con cierta aflicción, pero le acompañaba la certeza de que este sacrificio gozosamente ofrecido a Cristo repercutiría en bendiciones para ellos. Cada uno de los miembros de la familia tenía sus problemas, unos más serios que otros, incluidas crisis de fe. Y desde el claustro les alentaba en bellísimas y profundas cartas que rezumaban un gozo impropio de este mundo. Por encima de dificultades comunitarias, como la que tuvo con la responsable de su formación, nada pudo ensombrecer su felicidad al saberse esposa de Cristo. Seguro que la experiencia de Teresa de Lisieux, doctora en las lides convivenciales con algunas hermanas de difícil carácter, ayudó a la santa chilena a sobrellevar con dignidad la situación, amando el silencio que María nos enseñó al guardar las cosas en su corazón. Vivía los matices de la caridad paulina, soportando deslices ajenos con paciencia, disculpándolo todo. Además, contaba con el afecto y ternura de la priora.

En el exterior sus allegados podían respirar tranquilos. En su correspondencia iba desgranando cuánta era su alegría: «Amanecí muy cantora. Hice la celda cantando (pero porque era día de recreo). Formábamos dúo con otra hermanita novicia… Después, en el recreo, todas nos embromaban. Así pasamos la vida, hermanita querida, orando, trabajando y riéndonos… Dios es amor y alegría y Él nos la comunica. Cómo quisiera, desde que tuve uso de razón, haberme aplicado a conocer a este Dios tan bueno. Ámale…». «Todo es sencillez y alegría en el Carmen. Cada una se esmera en poner de su parte cuanto pueda para alegrar a sus hermanas. Verdaderamente es un encanto vivir en medio de santas hermanas, pues todas no forman sino un corazón». Iba labrando su santidad.En su diario había escrito: «La historia de mi alma se resume en dos palabras: ‘sufrir y amar’»… «El sufrimiento no me es desconocido. En él encuentro mi alegría, pues en la cruz se encuentra Jesús y Él es amor. Y, ¿qué importa sufrir cuando se ama?».

En 1920 confió a su confesor la íntima persuasión de su inminente deceso. Unos meses atrás en una misiva que envió a su familia había aludido a lo que supone el fin de la vida para una persona de fe: «Para una carmelita la muerte no tiene nada de espantable. Va a vivir la vida verdadera. Va a caer en brazos del que amó aquí en la tierra sobre todas las cosas. Se va a sumergir eternamente en el amor». Pero sin motivos aparentes, puesto que no había ningún indicio de enfermedad, y siendo tan joven –le faltaban tres meses para cumplir 20 años–, se comprende que el sacerdote no diese mayor importancia al comentario que hizo. Con su sencillez y humildad se había revelado como una gran promesa para el Carmelo. No llevaba ni un año en el convento. ¿Quién iba a pensar en tan pronta desaparición? Pero contrajo el tifus el 2 de abril de ese año. Cuatro días más tarde profesó «in articulo mortis» y el 12 falleció. Juan Pablo II la beatificó el 3 de abril de 1987. Él mismo la canonizó el 21 de marzo de 1993.

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Hay esperanza y Resurrección
El pesimismo no lleva a nada. No todo está mal. Nuestros países no dependen sólo de los gobiernos, sino ante todo de nosotros mismos

Por Felipe Arizmendi Esquivel

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 11 de abril de 2015 (Zenit.org) - VER

En muchas partes se oyen lamentos, quejas, insultos, descalificaciones y críticas contra todo y contra todos. Pareciera que nada está bien, que todas las reformas aprobadas por el Congreso son un grave daño para el país, que tenemos un Estado fallido, que todo es corrupción, que no se puede esperar nada de los gobiernos actuales, etc. Se siembra pesimismo, derrotismo y desconfianza. Dicen que no avanzamos, que estamos cada vez peor, al borde de un abismo social, económico y político. En este largo y pesado tiempo de precampañas políticas, los partidos elaboran sus mejores artificios publicitarios para reprobar el presente y presentarse como los redentores del pueblo, los únicos justos, los que saben hacer bien las cosas.

Es verdad que el sistema en que estamos metidos es inequitativo y genera exclusión, pero decir que todo está mal, me parece una exageración no realista. Llevo 24 años en Chiapas, y aunque es innegable e inocultable la marginación, doy testimonio de que ha habido muchas mejoras en muchos aspectos sociales.

También contra la Iglesia llueven descalificaciones. Algunos de la tradición y la costumbre se quejan porque las cosas ya no son como en tiempos pasados; la Semana Santa ya no se respeta como antes; en las predicaciones se habla de situaciones actuales, siendo que antes sólo se hablaba del cielo y de la otra vida. Otros, por lo contrario, quisieran que los ministros de culto encabezáramos la rebelión social y desprecian la oración, la confesión, los sacramentos y las celebraciones, como si fueran una pérdida de tiempo y una enajenación, como si con ellas apuntaláramos el sistema corrupto en que vivimos. No faltan quienes se escudan en los reales pecados de los ministros, para no acercarse a Dios ni a su Iglesia, y se quedan con su amargura y su resentimiento.

Las fiestas de la Resurrección de Cristo, sin embargo, nos alientan en la esperanza. No todo está mal, ni todo está perdido.

PENSAR

El Papa Francisco dijo en estas fiestas pascuales: “Jesús, con su sacrificio, ha transformado la más grande iniquidad en el amor más grande. A lo largo de los siglos hay hombres y mujeres que con el testimonio de su existencia reflejan un rayo de este amor perfecto, pleno, sin contaminar.

A veces la oscuridad  de la noche parece penetrar en el alma; a veces pensamos: ‘ya no hay nada que hacer’, y el corazón no encuentra la fuerza para amar. Pero precisamente en esa oscuridad Cristo enciende el fuego del amor de Dios: un resplandor rompe la oscuridad y anuncia un nuevo inicio. Algo comienza en la oscuridad más profunda. Pero precisamente en esa oscuridad es Cristo quien vence y quien enciende el fuego del amor.  ¡Este es el gran misterio de la Pascua! Cristo ha vencido y nosotros con Él. Como cristianos somos llamados a ser centinelas de la mañana, que saben ver los signos del Resucitado, como han hecho las mujeres y los discípulos que acudieron al sepulcro al alba del primer día de la semana” (1-IV-2015).

ACTUAR

Hemos de ser nobles de mente y de corazón para reconocer que hay muchas cosas buenas entre nosotros: Hay muchos padres de familia que son responsables y cumplen sus obligaciones. Hay jóvenes nobles, estudiosos, trabajadores y solidarios con los pobres. Hay políticos sinceros, que en verdad buscan y procuran el bien del pueblo. Hay maestros que se entregan a su labor educativa, empresarios que tienen conciencia social, comunicadores a quienes interesa la justicia y la verdad, líderes que sirven a sus agremiados, ciudadanos que se preocupan por el bien común. No todo está perdido ni podrido.

La gran mayoría de sacerdotes, religiosas, diáconos, seminaristas, catequistas y apóstoles seglares, aman de corazón a los pobres, luchan por los derechos de los débiles, promueven la dignidad de las mujeres, alientan la participación plena de los indígenas, son fieles servidores de la comunidad.

México no depende sólo de los gobiernos, sino ante todo de nosotros mismos. No seamos plañideras permanentes, ni quejumbrosos sistemáticos, sino hagamos cada quien lo que nos corresponde, y habrá resurrección, vida digna para todos.

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