Escándalo para la Humanidad

El Arzobispo de Aviñón considera que los diputados franceses han perdido la cabeza al liberalizar aún más el aborto

 

Monseñor Jean-Pierre Cattenoz, Arzobispo de Aviñón, ha concedido una entrevista a la radio RCF ante la aprobación de una reforma que liberaliza aún más el aborto en Francia, al eliminar el periodo de reflexión de siete días en el que las mujeres debían decidir si finalmente llevaban a cabo la operación por la que se mata a sus hijos no nacidos. El prelado considera increíble que para comprar por internet en Francia se requieran siete días y para matar a un ser humano, no.

14/04/15 12:25 AM


(InfoCatólica) El prelado asegura que le «afectó mucho escuchar que la Asamblea había votado la supresión del periodo de espera de siete días, durante los cuales una mujer que quería abortar debía tomarse el tiempo para poder reflexionar e incluso consultar a alguien».

«Estoy consternado de ver», exlica, «que si uno compra una lavadora o un coche a través de Internet, hay que esperar una semana para la confirmación de la compra y, durante ese tiempo, uno se puede echar atrás. Ahora, en cambio, una mujer puede matar al hijo que lleva dentro (porque de eso es de lo que se trata realmente) y ya no podrá volverse atrás».

Mons. Cattenoz afirma que «¡Es increíble que haya que esperar una semana para comprar una cosa, pero se tenga el derecho de matar [inmediatamente] al niño que se lleva dentro! Algo que, repitiendo lo que dijo la Madre Teresa, es el crimen más atroz que existe, porque se trata de una madre que quiere matar al niño que lleva en su vientre, la vida que tiene en su seno».

Es lo que piensa la sociedad hoy

El arzobispo explica que «sinceramente, creo que los diputados que se reúnen de noche deberían descansar más para trabajar mejor y con mejores consecuencias durante el día, porque estos votos nocturnos que pasan desapercibidos son escándalos para la Humanidad. Escucho a los políticos de la izquierda, derecha y centro, que me dicen: “Monseñor, no es tan grave; es lo que piensa la sociedad de hoy”… Lo siento, pero un niño no es un coche ni una lavadora».

Opina como ser humano

«No sólo doy mi opinión como obispo», indica el prelado francés, «sino también en primer lugar como un ser humano. Como ciudadano, yo también tengo derecho a expresarme. No veo por qué alguien tendría el derecho, por ser Ministra de Sanidad, para proponer cosas que están en contra de cualquier antropología. Pregunte a los filósofos, a los científicos y médicos: ellos le dirán que un feto es ya un niño a convertirse en un ser humano devenir; no es una cosa».

El arzobispo ha recordado que «cuando era capellán en una escuela católica, la directora quería que las niñas fueran en prácticas a una maternidad, para que se dieran cuenta de lo que era un aborto por succión y vieran pasar los pequeños trozos de manos y pies. Que diga la Ministra de Sanidad si doy mi opinión como un obispo o es más bien como un ser humano que piensa con su inteligencia sobre el escándalo de este texto que se aprobó anoche».

No juzga las personas sino los comportamientos

«No juzgo a las personas», indica Mons. Cattenoz, «siempre lo digo cuando me pronuncio sobre algo, pero sí juzgo los comportamientos. No juzgo a las personas que votaron anoche; hablo porque tengo el derecho de decir a aquellos que han sido elegidos por la nación que están perdiendo la cabeza. Sinceramente, creo que el gran problema de nuestra sociedad es que nuestros funcionarios electos están ocupados en muchas cosas, pero ¿se preocupan realmente por el bien del ser humano?»

Lobbies nefastos

«Lo primero que habría que hacer», concluye el arzobispo de Aviñón, «es reflexionar sobre lo que el hombre es en realidad, porque son los lobbies o grupos de presión los que nos dirigen en todos los ámbitos; grupos de presión que surgen a cada momento, como el del matrimonio para todos. Muchos diputados socialistas me dijeron en su momento: no hay necesidad de una nueva ley, bastaría cambiar de nombre el PACS (pacto de solidaridad civil o ley francesa de parejas de hecho) y encontrar un nombre específico para estas amistades homosexuales, que son verdaderas amistades que yo puedo respetar, pero no lo llamemos matrimonio. El matrimonio es el amor que se abre a la vida. Dos personas homosexuales pueden quererse con amor de amistad, pero no abrirse a la vida: no es un obispo el que habla, sino simplemente el sentido común del ser humano».

Declaraciones completas en la radio francesa RCF de Monseñor Jean-Pierre Cattenoz, Arzobispo de Aviñón

http://www.diocese-avignon.fr/spip/Mot-de-l-eveque-5579