El filme Taxi, de Jafar Panahi (Irán, 2014), recibió el premio WACC-SIGNIS de Derechos Humanos 2014. Taxi, es un largometraje de corte documental que muestra la sociedad contemporánea en Irán.

“Taxi”, de Jafar Panahi

Una manera inusual y creativa de promover el derecho humano a comunicar desafiando la censura y rompiendo así el tabú del silencio en Irán. Un taxi amarillo recorre las calles bulliciosas de la ciudad de Teherán acogiendo a diversos pasajeros que con franqueza dialogan con el conductor, que no es otro que el mismo director del filme Jafar Panahi.

Taxi cumple un doble rol, por un lado al mostrar en pantalla la libertad de expresión mientras que irónicamente se ve cómo las nuevas tecnologías son parte de la misma vida y de las interacciones sociales de la actualidad. La cinta critica la manera en que las imágenes de los medios a menudo manipulan a la opinión pública sobre lo que es oficial, auténtico y legal contrapuesto a lo que no es legal, falso o simplemente criminal.

Panahi alcanzó el reconocimiento internacional gracias a su primer largometraje, El globo blanco , que ganó La Cámara de Oro en el Festival de Cannes en 1995. Este fue el mejor premio obtenido por un filme iraní en este festival. Pese al veto en su país de origen, la crítica siguió aclamándolo recibiendo premios que incluyeron el Leopardo de Oro en el Festival de Locarno por su filme El espejo (1997), el León de Oro en el Festival de Venecia por El círculo (2000), y el Oso de Plata al mejor director en el Festival de Berlín por Offside (2006).

Los filmes de Panahi se han hecho conocidos por su perspectiva humana sobre la vida en Irán, a menudo centrándose en las dificultades que tienen los niños, los pobres y las mujeres. En sus propias palabras, “soy un cineasta. Lo único que puedo hacer es hacer cine. El cine es mi expresión y el significado de mi vida. Nada puede impedirme hacer cine porque cuando entro a los rincones más escondidos, puedo conectarme con mi yo interior”.

Abbas Kiarostami, quien diera a conocer mundialmente el cine iraní, ponía a menudo a sus protagonistas en autos para que la audiencia viera lo que el actor veía. El auto y los ojos del observador se hacían uno, con una cámara que se desplazaba, de tal forma que el director compartía observaciones y pensamientos con los espectadores.

Jafar Panahi utiliza una técnica similar en Taxi , aunque la decisión para hacerlo no haya sido del todo voluntaria. En la actualidad, Panahi está impedido de hacer cine en su país y no se le permite viajar al extranjero. A pesar de haber sido sentenciado a reclusión, fue absuelto gracias a la presión internacional; sin embargo, ha decidido ignorar esta prohibición.

Taxi significa un acto valiente de resistencia. El director actúa como un conductor de taxi en su propio filme, entablando conversaciones con numerosos pasajeros en su recorrido por Teherán. Algunos de estos pasajeros hacen alusión directa a los abusos democráticos en Irán. Al respecto, Taxi se convierte en un filme políticamente comprometido.

Es también muy divertido pues el chofer de taxi y sus pasajeros hablan frecuentemente de cine lo que resulta en conversaciones perspicaces que lo convierte en una cinta audaz en un contexto actual.

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