Por primera vez una delegación de la Conferencia de Rabinos Europeos, que preside el rabino Pinchas Goldschmidt, ha encontrado en el Vaticano al Sucesor de Pedro. El Papa Francisco, que los ha recibido esta mañana ha manifestado su alegría por este evento y, al mismo tiempo, les ha dado el pésame, que ha hecho extensivo a la comunidad judía de Roma, por la muerte ayer domingo del ex gran Rabino de Roma, Elio Toaff, ”hombre de paz y diálogo” que dio la bienvenida el Papa Juan Pablo II en su histórica visita a la Gran Sinagoga de Roma en abril de 1986. Por ese motivo, el actual rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, no estuvo presente en el encuentro

En el discurso que dirigió a la delegación, el Papa subrayó que el diálogo entre la Iglesia católica y las Comunidades Judías continua su curso desde hace medio siglo y que el 28 de octubre se celebrará el quincuagésimo aniversario de la Declaración Conciliar ”Nostra Aetate” que sigue siendo el punto de referencia de todo esfuerzo en esa dirección. ”Con gratitud al Señor -dijo- pensamos en estos años alegrándonos por los progresos conseguidos y por la amistad que, mientras tanto, ha ido creciendo entre nosotros”.

”Hoy, en Europa -prosiguió- es cada vez más importante resaltar la dimensión espiritual y religiosa de la vida humana. En una sociedad cada vez más marcada por el secularismo y amenazada por el ateísmo, se corre el riesgo de vivir como si Dios no existiera. El hombre siente a menudo la tentación de tomar el lugar de Dios, de considerarse el criterio de todo, de pensar que puede controlar todo, de sentirse autorizado a usar todo lo que le rodea según su arbitrio. En cambio, es muy importante recordar que nuestra vida es un don de Dios, y que a el debemos confíarnos y dirigirnos siempre. Judios y cristianos tienen el don y la responsabilidad de contribuir a mantener vivo el sentido religioso de la humanidad de hoy y de nuestra sociedad, dando testimonio de la santidad de Dios y de la vida humana: Dios es santo y sagrada e inviolable es la vida que nos ha dado”.

Francisco manifestó su preocupación por las tendencias antisemitas y algunos actos de odio y violencia en la Europa actual y afirmó que ”todo cristiano debe deplorar firmamente cualquier forma de antisemitismo, expresando su solidaridad con el pueblo judío”. También recordó que hace poco se conmemoró el 70 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, ”donde se consumó la gran tragedia de la Shoah. La memoria de lo sucedido, en el corazón de Europa -afirmó- debe ser una advertencia a las generaciones presentes y futuras. Igualmente hay que condenar, en cualquier otro lugar, las manifestaciones de odio y de violencia contra los cristianos y contra los fieles de otras religiones”.

”Queridos amigos -concluyó- Os doy las gracias de todo corazón por esta visita, muy significativa. Os deseo lo mejor para vuestras comunidades, asegurando mi cercanía y mi oración. Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Shalom Alechem!”.