En estos momentos la Iglesia de Coria-Cáceres vive con la celebración del Sínodo Diocesano “Caminar con Crtisto para: Buscar, Renovar y Fortalecer la fe”.una nueva etapa evangelizadora. Entrevistamos al Obispo de la Diócesis, Mons. Francisco Cerro Chaves.

Durante la Cuaresma y en pleno Sínodo, nos invitó a una “auténtica conversión” ¿en qué consiste realmente?

Teniendo presente los grandes acontecimientos eclesiales: Año de la Vida Consagrada, el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa y sobre todo el primer Sínodo Diocesano del siglo XXI, se trata de dar respuesta evangelizadora en los momentos que nos toca vivir. Invito con los testigos, como Santa Teresa, a la auténtica conversión, es lo que está diciendo el papa Francisco de una Iglesia en salida, que se lanza a la evangelización de los pobres.

¿Cree que podemos vivir la alegría del Evangelio en estos tiempos tan problemáticos y críticos de muchas más preocupaciones que alegrías?

La Iglesia Diocesana se siente interpelada por el Señor y, en comunión con el papa Francisco, busca una renovación desde “signos pobres”, como es nuestra propia existencia. Tenemos que salir a las “periferias” a llevar la Buena Noticia del Amor de Dios en los tiempos que nos ha tocado vivir, porque ningún tiempo es fácil, todos son oportunidades de crecer.

Nuestra Iglesia quiere asumir totalmente el mensaje de renovación y, sobre todo, de ir a lo sustantivo del Evangelio. Entregar el Amor de Cristo Redentor para ser buena noticia para los que sufren.

¿Confía en que sea el Sínodo el principal cauce renovador de nuestra vida eclesial de nuestra diócesis? ¿Está contento con el trabajo de tantos grupos sinodales que reflexionan en torno a la Exhortación papal “Evangelii Gaudium”?

Estoy contento con el Sínodo. La labor realizada hasta estos momentos me parece muy adecuada y acertada. Las encuestas han tomado el pulso y han hecho un magnífico diagnóstico de la situación de la diócesis, que es lo que es. Estoy seguro que la respuesta es magnífica. Animo a todos a participar en los grupos sinodales. Espero que sean muchos los que ejerciten esta corresponsabilidad a la que convoca el obispo y la Iglesia Diocesana. El Sínodo debe ser una búsqueda de renovación y perfección para dar respuesta a los retos que tenemos para evangelizar.

Un último consejo.

Animo a todos en estos momentos que nos toca vivir a buscar el Rostro de Cristo Vivo en la Eucaristía y a servirlo en el rostro concreto de los pobres y necesitados. Este es el lema de mi vida episcopal: “El Corazón de Jesús, fuente de evangelización de los pobres”.

(Miguel Fresneda – Diócesis Coria-Cáceres)