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ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 02 de mayo de 2015

La frase del día 2

"Quien busca a Jesús por María, asegura la paz y la serenidad de su alma".
San Benito abad (480-547)

 


Primera Plana

Texto completo de la homilía del papa Francisco sobre fray Junípero en el Pontificio Colegio Norteamericano
¿Somos hoy somos capaces de responder con la misma generosidad y coraje de fray Junípero a la llamada de Dios?

Fray Junípero, testimonio de santidad en Estados Unidos
Una jornada de reflexión en Roma, con misa del papa Francisco en memoria del franciscano que será canonizado en Washington

Iglesia y Religión

Bolivia: presentan el nuevo logo para la visita del Papa
Arranca la web www.franciscoenbolivia.org y preparan una nueva app

Los Legionarios de Cristo ordenan en Roma a 20 diáconos
El obispo Farrell afirmó: «La misión de los diáconos es mostrar el amor misericordioso de Dios». Provienen de Alemania (2), Brasil (4), Canadá (1), Colombia (5), India (1), Italia (2) y México (5).

Cuba: la Iglesia crea una comisión para organizar la visita del Papa
En su reciente viaje el cardenal Stella indicó que 'donde el Papa va, siempre deja huellas de esperanza de amor'

Espiritualidad

San José María Rubio y Peralta - 2 de mayo
«Padre de los pobres y apóstol de Madrid. Tras años de paciente espera, acogiendo la voluntad de otros en la que vio la divina, consiguió hacerse jesuita. Fue artífice de un entramado apostólico que atrajo incontables conversiones»

Beata Marie Leonie Paradis - 3 de mayo
«Una vida dedicada a sostener la misión de los sacerdotes, que discurrió anclada en su profunda devoción a la Sagrada Familia. Su labor apostólica se desarrolló en Canadá. Es la fundadora de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia»


Primera Plana


Texto completo de la homilía del papa Francisco sobre fray Junípero en el Pontificio Colegio Norteamericano
¿Somos hoy somos capaces de responder con la misma generosidad y coraje de fray Junípero a la llamada de Dios?

Por Redacción

ROMA, 02 de mayo de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco celebró este sábado 2 de mayo en el Pontificio Colegio Norteamericano, la misa conclusiva de la Jornada de reflexión que se realizó sobre Fray Junípero, quien será canonizado el 23 de septiembre en Washington, en el viaje apostólico a Estados Unidos.

 En su homilía el Santo Padre recordó a la multitud de los misioneros que llevaron el evangelio al Nuevo Mundo, y al mismo tiempo defendieron a los indígenas contra los abusos de los colonizadores. Y que fray Junípero fue protagonista de una nueva primavera evangelizadora en aquellas tierras lejanas que, habían sido alcanzadas ya doscientos años antes por misioneros provenientes desde España, desde Florida hasta California, mucho tiempo antes que llegaran los peregrinos de Mayflower al litoral del Atlántico norte.

Señaló por ello tres aspectos de la vida del franciscano: el empuje misionero, su devoción mariana y su testimonio de santidad.

Y se preguntó: ¿Qué le llevó a fray Junípero a abandonar su patria, su tierra, su familia, la cátedra universitaria, su comunidad franciscana en Mayorca, para ir hacia los extremos de la tierra? Para responder que sin dudas fue el deseo de anunciar el evangelio a los pueblos, o sea el ímpetu del corazón que quiere compartir con los más lejanos el don del encuentro con Cristo.

"Un tal celo nos provoca: ¡Es para nosotros un gran desafío!" exclamó el Pontífice y se interrogó: "Somos hoy capaces de responder con la misma generosidad y coraje a la llamada de Dios, que nos invita a dejar todo para adorarlo, seguirlo, encontrarlo en el rostro de los pobres, para anunciarlo a quienes no han conocido a Cristo, y por lo tanto no se han sentido abrazados por la misericordia".  

Añadió que contemplamos el testimonio de santidad de fray Junípero, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, santo de la catolicidad y especial protector de los hispanos de América del Norte, que se une a la gran cantidad de santos que vivieron y dieron su vida en las américas.  

Y al concluir su homilía pidió: "Por la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, y también de fray Junípero y de los otros santos y santas de América, que me conduzcan y me guíen en los próximos viajes apostólicos en el Sur de América y en el Norte de América. Por esto les pido a todos que no dejen de rezar por mi. Amen".

A continuación el texto completo de la homilía del papa Francisco en el Pontificio Colegio Norteamericano sobre Fray Junípero

“Te he puesto para ser luz de los pueblos, para que tu lleves la salvación hasta la extremidad de la Tierra”.

Estas palabras del Señor en el párrafo de los Actos de los Apóstoles que ha sido apenas leído, nos hace ver la misionaridad de la Iglesia que ha sido enviada por por Jesus a predicar el evangelio. Para los discípulos sucede esto desde el primer momento en el cual inició la persecución, salieron de Jerusalén.

Esto vale también para la multitud de los misioneros que llevaron en evangelio al Nuevo Mundo, y al mismo tiempo defendieron a los indígenas contra los abusos de los colonizadores.

Entre ellos estaba también fray Junípero. Su obra de evangelización nos trae a la memoria a los primeros “12 apóstoles franciscanos” que fueron los pioneros de la fe cristiana en México.

Él fue protagonista de una nueva primavera evangelizadora en aquellas tierras lejanas que, habían sido alcanzadas ya doscientos años antes por misioneros provenientes desde España, desde Florida hasta California. Mucho tiempo antes que llegaran los peregrinos de Mayflower al litoral del Atlántico norte.

La vida de fray junípero evidencia tres aspectos: el empuje misionero, su devoción mariana y su testimonio de santidad.

En primer lugar fue un incansable misionero. ¿Qué le llevó a fray Junípero a abandonar su patria, su tierra, su familia, la cátedra universitaria, su comunidad franciscana en Mayorca, para ir hacia los extremos de la tierra?

Sin dudas el deseo de anunciar el evangelio a los pueblos, o sea el ímpetu del corazón que quiere compartir con los más lejanos el don del encuentro con Cristo: el don que él mismo había antes recibido y sentido en su plenitud de verdad y belleza. Como Pablo y Bernabé, como los discípulos en Antioquía y en toda la Judea, él estuvo lleno de alegría y del Espíritu Santo cuando difundía la palabra del Señor.

Un tal celo nos provoca: ¡Es para nosotros un gran desafío! Estos discípulos-misioneros, que han encontrado a Jesús, Hijo de Dios; que a través de Él han conocido al Padre misericordioso, y que movidos por la gracia del Espíritu Santo se han proyectado hacia todas las periferias geográficas, sociales y existenciales, para dar testimonio de la caridad, ¡nos desafían!

A veces nos detenemos para examinar escrupulosamente sus cualidades y sobre todo sus límites y sus miserias. Pero me pregunto, si somos hoy capaces de responder con la misma generosidad y coraje a la llamada de Dios, que nos invita a dejar todo para adorarlo, seguirlo, encontrarlo en el rostro de los pobres, para anunciarlo a quienes no han conocido a Cristo, y por lo tanto no se han sentido abrazados por la misericordia. El testimonio de fray Junípero nos llama a dejarnos involucrar, en primera persona en la misión continental, que encuentra las propias raíces en el 'Evangelii gaudium'.

En segundo lugar, fray junípero confió su empeño misionero a la Santísima Virgen María. Sabemos que antes de partir hacia California, quiso ir a entregar su vida a Nuestra Señora de Guadalupe y a pedirle para la misión que estaba emprendiendo, la gracia de abrir el corazón de los colonizadores y de los indígenas. En este implorar podemos aún ver a este humilde fraile arrodillado delante de la 'Madre del mismo Dios', la 'Morenita' que llevó a su hijo hacia el nuevo mundo.

La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe estaba presente -o al menos lo estuvo- en las veintiuna misiones que fray Junípero fundó a lo largo de la costa californiana. Desde entonces, Nuestra Señora se volvió, de hecho, la patrona de todo el continente americano. No es posible separarla del corazón del pueblo americano. Ella de hecho constituye la raíz común de este continente.

Más aún, la actual misión continental se confía a Ella que es la primera discípula-misionera, presencia y manantial de confort y esperanza. A Ella que está siempre escuchando para cuidar a sus hijos americanos.

En tercer lugar, hermanos y hermanas, contemplamos el testimonio de santidad de fray Junípero -uno de los padres fundadores de Estados Unidos, santo de la catolicidad y especial protector de los hispanos del país-, de manera que todo el pueblo americano descubra la propia dignidad, consolidando siempre más la propia pertenencia a Cristo y a su Iglesia.

En la comunión universal de los santos y en particular, en la corona de los santos estadounidenses, nos acompañe fray Junípero Serra e interceda junto a nosotros, junto a tantos otros santos y santas que se han distinguido con diversos carismas:

- Contemplativas como Rosa de Lima, Mariana de Quito y Teresita de los Andes;
- pastores que desprendían el perfume de Cristo y el olor de ovejas, como Toribio de Mogrovejo, Francois de Laval, Rafael Guizar Valencia;
- humildes obreros de la viña del Señor, como Juan Diego y Kateri Tekakwhita;
- servidores sufridos de los marginados, como Pedro Claver, Martín de Porres, Damián de Lolokai; Alberto Hurtado y Rose Philippine Duchesne;
- Fundadoras de comunidades consagradas al servicio de Dios y de los más pobres, como Francesca Cabrini, Elisabeth Ann Seaton y Catalina Drexel;
- Misioneros incansables como fray Francisco Solano, José de Anchieta, Alonso de Barzana, María Antonia de Paz y Figueroa, José Gabriel del Rosario Brochero;
- Mártires como Roque González, Miguel Pró y Oscar Arnulfo Romero; y tantos otros santos y mártires que no enumero ahora, pero que rezan delante del Señor por sus hermanos y hermanas que aún son peregrinos en esta tierra.

Un impetuoso viento de santidad recorra en toda America, en el próximo Jubileo Extraordinario de la Misericordia. Confiados en la promesa que nos hizo Jesús, y que hemos escuchado hoy en el evangelio, pedimos a Dios esta particular efusión del Espíritu Santo.

Pidamos a Jesús Resucitado, Señor de la historia, que la vida de nuestro continente americano se radique cada vez más en el evangelio que ha recibido; que Cristo esté cada vez más presente en la vida de las pesonas, de las familias, de los pueblos y de las naciones, para la mayor gloria de Dios.

Que esta gloria se manifieste en la cultura de la vida, en la hermandad, en la solidaridad, en la paz y en la justicia, con efectivo amor preferencial por los más pobres, a través del testimonio de los cristianos de las diversas comunidades y confesiones, de los creyentes de otras tradiciones religiosas, y de los hombres de recta conciencia y buena voluntad. Oh Señor Jesús, nosotros somos solamente tus discípulos misioneros, tus humildes cooperadores para que venga tu Reino.

Con esta invocación en el corazón pido por la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, y también de fray Junípero y de los otros santos y santas de América, para que me conduzcan y me guíen en mis próximos viajes apostólicos en el Sur de América y en el Norte de América. Por esto les pido a todos que no dejen de rezar por mi. Amen.

(Texto traducido por ZENIT)

(HSM)

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Fray Junípero, testimonio de santidad en Estados Unidos
Una jornada de reflexión en Roma, con misa del papa Francisco en memoria del franciscano que será canonizado en Washington

Por H. Sergio Mora

ROMA, 02 de mayo de 2015 (Zenit.org) - Una jornada de reflexión sobre Fray Junípero Serra, apóstol de California, se ha realizado este sábado en Roma, como preparación del viaje apostólico del papa Francisco en Estados Unidos, programado entre el 23 y 28 de septiembre próximo.

El evento que se realizó en el Pontifico Colegio Norteamericano, en colaboración con la Pontificia Comisión para América Latina fue abierto por su presidente, el cardenal Marc Ouellet, y concluyó con una misa celebrada por el papa Francisco.

Diversos fueron los oradores que profundizaron el significado que tiene la canonización de este fraile franciscano, quien será declarado santo en la misa que el Papa celebrará el 23 de septiembre en Washington.

Al micrófono de ZENIT, su eminencia el cardenal Ouellet, indicó que "Este encuentro es verdaderamente una promoción de la santidad, ya que hace conocer a este santo evangelizador, Junipero Serra, y también porque pone en claro la verdad histórica sobre su figura". Añadió que "esto no solamente para los hispanos en Estados Unidos, sino para toda la Iglesia. O sea, un empuje evangelizador extraordinario". Por lo tanto, concluyó, "estoy muy contento de saber que este evento prepara la visita del Santo Padre".

El rector del Colegio, Mons. James Cercchio introdujo el tema y el postulador de la causa del beato, padre Vincenzo Criscuolo OFM, explicó algunos particulares del proceso de canonización, como el hecho de que el Santo Padre haya aprobado su canonización sin necesidad del milagro, no porque falte visto que hay diversos casos en estudio, sino por la falta de tiempo hasta el viaje apostólico.

Por su parte el arzobispo de Los Ángeles. José Gómez, recordó las raíces cristianas y católicas de Estados Unidos, a pesar de que la impresión existente es de que haya sido siempre un país protestante.

Por su parte el Secretario de la CAL, profesor Guzmán Carriquiry, explicó la obra y misión de Fray Junípero a la luz de la exhortación apostólica 'Ecclesia in América', así como la importante presencia de los católicos en Estados Unidos en los diversos Estados del país, a lo largo de su historia. Desde los primeros misioneros, pasando por el famoso Fuerte Apache, y el jefe indígena Cochis, hasta los días de hoy, ya que los católicos no son solamente los inmigrantes latinoamericanos, sino una realidad bien insertada en la sociedad estadounidense y que cuenta con diversos ciudadanos que fueron declarados santos o beatos.

El arzobispo metropolitano de Louisville Joseph Edward Kurtz, por su parte recordó la incansable labor del santo que fue incluso inmortalizado en una canción, en la cual recuerda: '¡Junípero cuando la tierra es fría tu corazón arde!'.

La jornada contó además con la intervención del caballero supremo de los Caballeros de Colón, Carl Ánderson, que subrayó la figura de la Virgen María y su influencia con las apariciones de Nuestra Señora en Guadalupe, y su mensaje de amor hacia el indio Juan Diego, dirigido a un continente que va desde Alaska a la Patagonia.

El evento concluyó poco después de medio día con la misa presidida por el papa Francisco que quiso así dar relieve a la figura del fraile franciscano que canonizará en septiembre.

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Iglesia y Religión


Bolivia: presentan el nuevo logo para la visita del Papa
Arranca la web www.franciscoenbolivia.org y preparan una nueva app

Por Redacción

ROMA, 02 de mayo de 2015 (Zenit.org) - La Conferencia Episcopal Boliviana dio a conocer el Logotipo que se usara en todas las actividades que se realicen en la visita del Papa, especialmente en las casullas y estolas de los Obispos y presbíteros. Padre José Fuentes, Secretario General Adjunto CEB y Secretario Ejecutivo para la Visita del Papa Francisco a Bolivia, explico el mensaje a partir del Tema que es: Reconciliación y Renovación en la alegría del Evangelio.

El logotipo presenta los siguientes elementos:
CRUZ, que es el pectoral del Papa, imagen que marca el pontificado del Papa Francisco y los colores amarillo y blanco que identifican a la Santa Sede.
ÍCONOS DE PERSONAS, en colores rojo, amarillo y verde, reflejan a la comunidad boliviana en su conjunto que espera con mucha alegría la vista del Papa Francisco.
BIBLIA ABIERTA, simboliza que los evangelios son la fuente y cimiento de nuestra misión evangelizadora y línea pastoral que el Papa Francisco viene impulsando en toda la Iglesia Universal.

De otro lado, la comisión de comunicación para la visita del Papa Francisco a Bolivia dio a conocer que se ha desarrollado una aplicación móvil con el fin de acompañar y mantener informados a los usuarios de equipos móviles.

La Aplicación Papa Francisco en Bolivia podrá descargarse en los próximos días. De la misma forma la comisión de comunicación para la visita, entrego un primer paquete audiovisual, con testimonios, entrevistas, documentos preparatorios, cuñas y otros materiales de promoción para radio y televisión.

José Rivera de la comisión, dio a conocer los medios digitales que animan la preparación en espera de la visita:

WEB: Se ha diseñado y puesto en funcionamiento el sitio web oficial de la visita del Papa: www.franciscoenbolivia.org El mismo contiene información actualizada, material multimedia y otras referencias de interés general, también se puede utilizar el código QR de la página que se encuentra en todos los materiales impresos.

REDES SOCIALES: Se cuenta con la “fan page” en Facebook: Francisco en Bolivia y en Twitter: @PapaEnBolivia, asimismo las personas pueden unirse a la dinámica de las redes sociales utilizando el hashtag: #PapaEnBolivia

“Todo para facilitar y generar la participación de la gente que quiere estar presente de una y otra forma” dijo Rivera a tiempo de agradecer la difusión de los materiales.

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Los Legionarios de Cristo ordenan en Roma a 20 diáconos
El obispo Farrell afirmó: «La misión de los diáconos es mostrar el amor misericordioso de Dios». Provienen de Alemania (2), Brasil (4), Canadá (1), Colombia (5), India (1), Italia (2) y México (5).

Por Redacción

ROMA, 02 de mayo de 2015 (Zenit.org) - Mons. Brian Farrell, L.C., secretario del Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos, ordenó diáconos a 20 legionarios de Cristo en la capilla del Centro de Estudios Superiores de la Legión de Cristo en Roma. Concelebraron con él el P. Eduardo Robles-Gil, L.C., director general de los Legionarios de Cristo, el P. Hernán Jiménez, L.C., rector del teologado de los Legionarios de Cristo en Roma. Lo indicó la oficina de prensa de la Legión de Cristo en un comunicado recibido hoy por la redacción de ZENIT. 

Los 20 nuevos diáconos provienen de Alemania (2), Brasil (4), Canadá (1), Colombia (5), India (1), Italia (2) y México (5). La mayoría de ellos saldrá de Roma al terminar el curso escolar para dedicarse al trabajo pastoral. Algunos continuarán estudios de especialización en Roma. En las próximas semanas habrá también ordenaciones de otros diáconos legionarios en México, Polonia, Francia, España y Brasil. El 12 de diciembre unos 40 legionarios recibirán la ordenación sacerdotal en Roma, en el contexto del 75º aniversario de la fundación de la Legión de Cristo y en el Año santo de la misericordia convocado por el Papa Francisco.

Durante la homilía Mons. Farrell recordó que en la Iglesia primitiva ya estaban presentes los diáconos como una respuesta a un problema concreto: cómo hacer presente el amor misericordioso de Dios entre los hermanos.

Invitó a los nuevos diáconos a renovar su opción por el Señor y confiar plenamente en la acción del Espíritu Santo. «Yo soy obispo titular de Abilene, una comunidad cristiana floreciente en el norte de África que fue destruida durante las persecuciones romanas. Había cuatro diáconos. […] Fueron arrestados por reunirse en domingo y llevados a Cartago. Cuando les ofrecieron la libertad respondieron: “Sin el domingo no podemos vivir”. Es decir, sin la Eucaristía no podemos vivir”. Y añadió: «La decisión de entrar en las órdenes implica reforzar todas las decisiones que hemos tomado hasta este momento de darnos totalmente a Cristo, cualesquiera que sean las consecuencias».

«Hoy también los diáconos y la Iglesia entera agradecemos a sus familias. Sin el apoyo durante los largos años de preparación, hubiera sido imposible seguir el llamado de Cristo. La familia juega un papel fundamental en la vida de todo sacerdote», afirme el P. Benjamín Clariond, portavoz de la congregación en Roma.

Además de los legionarios que viven en Roma, acompañaron a los nuevos diáconos algunos familiares de diversas partes del mundo y amigos, especialmente de las parroquias en donde han ejercido su apostolado durante el período de formación. Asistieron también algunos miembros consagrados y laicos del Regnum Christi. Concelebraron unos 150 sacerdotes.

Los nuevos diáconos

El diácono Daniel Egervári (Alemania) comenta: «Me ha tocado mucho un pensamiento del Papa Francisco “Al llamarnos Dios nos dice: ¡Tú eres importante para mí, te quiero, cuento contigo! Jesús a cada uno de nosotros nos dice esto. ¡De ahí nace la alegría! La alegría del momento en el que Jesús me ha mirado. Comprender y sentir esto es el secreto de nuestra alegría”. Este pensamiento me ha acompañado durante este tiempo».

Por su parte, William Báez, diácono colombiano, comenta: «Durante estos últimos meses una idea me invadía constantemente: para ser un buen cristiano y un buen sacerdote debo ser un verdadero amigo del Espíritu Santo; asistiendo al curso sobre el exorcismo en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum también redescubri el valor inmenso de la oración de la Iglesia y cómo yo he sido sostenido por la oración de muchas personas interceden ante Dios por mí»

Entre los diáconos ordenados están también Daniel Zorrilla (Monterrey, México) quien ha trabajado apostólicamente en Alemania; Jorge Enrique Mújica, que colabora con varios medios informativos digitales; y Jorge Reyes, quien trabajó durante varios años en la pastoral educativa y animación vocacional en León, Guanajuato.

Este año es el grupo más numeroso de nuevos diáconos provenientes de Colombia y de Brasil en la historia de la Legión de Cristo.

La edad promedio de los nuevos diáconos es de 32 años.

Nombres de los nuevos diáconos:

Vincenz Heereman von Zuydtwyck (Alemania); Cleverson Buffon (Brasil); Daniel Zorrilla Garza (Monterrey, México); Stefano Lozza (Italia); Juan Carlos Quintero Martínez (Colombia); Sameer Vikram Advani (India); Jorge Enrique Canek Mújica Villegas (México); Jorge Alberto Reyes Cruz (Ocotlán, México); Néstor Alfonso Fonseca Figueredo (Colombia); Luis Ramírez Almanza (México); William Oswaldo Báez Saavedra (Colombia); Federico Macchi (Italia); Miller Alejandro Mazenett Hurtado (Colombia); Abel Antonio Rangel Cruz (Colombia); Roberto Juárez Álvarez (México); Felipe Necco Ramos (Brasil); Daniel Egervári (Alemania); Daniel Mauricio Filho (Brasil); Matthew Joseph Whalen (Canadá); Danilo Renato Stradioto (Brasil).

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Cuba: la Iglesia crea una comisión para organizar la visita del Papa
En su reciente viaje el cardenal Stella indicó que 'donde el Papa va, siempre deja huellas de esperanza de amor'

Por Araceli Cantero Guibert

LA HABANA, 02 de mayo de 2015 (Zenit.org) - Cinco obispos y el Secretario Adjunto de la Conferencia de Obispos Cubanos (COCC) serán los encargados de la preparación y del buen desarrollo de la visita del Papa Francisco a Cuba, fijada antes de la visita a Estados Unidos que será del 23 al 27 de septiembre.

Un comunicado, el 30 de abril, al concluir la 144 Asamblea Plenaria de la COCC, indica que esta comisión está presidida por Mons. Dionisio García Ibáñez, presidente de la Conferencia de Obispos y Arzobispo de Santiago de Cuba. Además integran la comisión el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega Alamino; el obispo de Santa Clara,  Mons. Arturo González Amador; el obispo de Holguín Mons. Emilio Aranguren Echeverría; el secretario de la COCC, obispo auxiliar de La Habana Mons. Juan de Dios Hernández Ruiz S.J. y Mons. José Félix Pérez Riera secretario adjunto de la COCC.

La visita pastoral del papa Francisco a Cuba fue confirmada el 22 de abril aunque no se ha anunciado el itinerario del Pontífice dentro de la Isla. Es la tercera vez que un papa visita Cuba en los últimos 15 años

El vocero de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi indicó que el Santo Padre había recibido una invitación de los obispos cubanos y de las autoridades civiles. La visita inicia el recorrido que llevará al papa Francisco a Filadelfia, en Estados Unidos, para participar en el Congreso Mundial de la Familia. El Pontífice viajará a Washington DC en donde se dirigirá al Congreso de los Estados Unidos y se encontrará con el presidente Barack Obama. Proseguirá a Nueva York en donde tendrá un discurso en la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En su reciente visita pastoral a Cuba el prefecto de la Congregación del Clero el cardenal Beniamino Stella indicó que “allí donde va siempre deja huellas de esperanza de amor. Va a ser una visita muy bella y muy alentadora para la Iglesia de Cuba”.

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Espiritualidad


San José María Rubio y Peralta - 2 de mayo
«Padre de los pobres y apóstol de Madrid. Tras años de paciente espera, acogiendo la voluntad de otros en la que vio la divina, consiguió hacerse jesuita. Fue artífice de un entramado apostólico que atrajo incontables conversiones»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 02 de mayo de 2015 (Zenit.org) - Nació en Dalías, Almería, España, el 22 de julio de 1864. Fue el primogénito de doce hermanos. Sobrevivieron cinco. Sus padres, agricultores, llevaron a la práctica ese rasgo de piedad tan fecundo que difundiría el padre Patrick Peyton hacia mediados del siglo XX con el lema: «La familia que reza unida, permanece unida». Anticipándose a este apóstol del santo rosario, la familia Rubio lo rezaba devotamente todos los días. En ese ambiente de tierna devoción a María, el pequeño amasaba los umbrales de una vida santa: humildad, sencillez, amor a Cristo, abnegación, obediencia, espíritu de sacrificio, generosidad. Inclinado a adorar al Santísimo Sacramento, si veía la iglesia cerrada pedía la llave para encontrarse con Cristo. Estudió en los seminarios de Almería, Granada y Madrid. En los dos primeros instado por sendos tíos sacerdotes.

Estando en Granada, su profesor de teología fundamental, Joaquín Torres Asensio, canónigo de la catedral, percibiendo sus cualidades humanas y espirituales se convirtió en su sombra durante un cuarto de siglo. Persona de fuerte carácter y decisión, muy influyente y con recursos, rigió la vida de José María en todos los aspectos. Éste vivió con discreción y prudencia su ruptura con el prelado granadino por desavenencias, trasladándose a Madrid en 1886 como fiel compañero suyo. Joaquín había ganado allí una canonjía. Entonces el santo se integró en el seminario de la capital.

Se ordenó en 1887. Los destinos a los que partió, como vicario en Chinchón, donde fue capellán de las clarisas dos años, párroco en Estremera, y finalmente su traslado a Madrid, todo fue dirigido por el padre Joaquín. Lo que éste no consiguió es que aprobara las oposiciones a canónigo, pero sí lo colocó como profesor de latín, filosofía y teología pastoral en San Dámaso. La obediencia de José María, que jamás le costó, estaba guiada por la consigna: «hacer lo que Dios quiere, querer lo que Dios hace». La actividad docente le produjo agotamiento. Y su mentor no ahorró esfuerzos para que se repusiera. Lo atendió en su casa de Segovia, y al no mejorar viajó con él a Cerdedilla, Mondariz, termas de Gándara, Troncoso, costas de Portugal y Lourdes. Luego lo situó como notario en el arzobispado y capellán de las Bernardas. Quince años de servicio en estas misiones. Mientras, formaba en las verdades de la fe a los pobres, a los enfermos y se curtía en la confesión de la que fue auténtico maestro.

Peregrinaron a Tierra Santa en 1904, pasaron por Roma y vieron a Pío X. En su corazón guardaba celosamente el sentimiento de ser jesuita. Su padre no vio con buenos ojos este deseo. Tampoco Joaquín, quien intervino evitando que el superior de la Orden lo acogiera en Granada, mientras vivieron allí. Temía perder a una persona que juzgaba vital para él por sus dotes naturales y virtud. Así que cuando éste murió en 1906, José María ingresó en el noviciado de Granada. Notificó a su familia la decisión y cedió la cuantiosa herencia que le legó el canónigo al seminario de Teruel, ciudad de la que fue oriundo. Pasó por Sevilla en 1909 coincidiendo con Francisco de Paula Tarín y Tiburcio Arnaiz, y desempeñó diversas misiones, entre otras la confesión y la asistencia a los enfermos. Todas las noches oraba ante el Santísimo junto a integrantes de la Adoración nocturna.

Estaba en Manresa cuando su antiguo maestro de novicios José María Valera, que era el provincial y conocía su grandeza, lo llamó a Madrid. Allí su fama de confesor se afianzó. Los penitentes veían en sus sencillas y claras palabras, desprovistas de afectación, la voz de un hombre de Dios que no hacía concesiones a un bien menor y que no dudaba en exigir a todos la radicalidad evangélica. Se tomaba todo el tiempo que fuera preciso. Les animaba a realizar los ejercicios espirituales, a saborear las bendiciones de la oración, a realizar un examen de conciencia y asumir las contingencias del día a día por amor a Dios. La intensidad de su apostolado se bifurcó en diversas vías: confesión, misiones populares, predicación, catequesis… Los populosos barrios de Cuatro Caminos, Puente de Vallecas, la Ventilla, Entrevías, el Matadero, en particular los jóvenes y los niños, se habían familiarizado con su presencia y acción caritativa. Puso en marcha escuelas dominicales en Mesón de Paredes, y los «traperos» comenzaron a sentir cerca a Cristo.

Sus superiores constataron sus dotes organizativas y le confiaron la Guardia de honor del Sagrado Corazón en el transcurso del Congreso Eucarístico Internacional realizado en Madrid en 1911. Consciente de lo que significa que haya sagrarios abandonados, impulsó las Marías de los Sagrarios, aunque no fue su fundador, y participó en la institución de las Damas Apostólicas del Sagrado Corazón. Quiso crear la Obra de los discípulos de San Juan. Con la Hora Santa suscitó auténticas transformaciones espirituales. Las gentes acudían en masa a escuchar sus sermones. Con su acostumbrada forma de hablar, despojado de todo artificio, dejaba traslucir su gran vida interior. Tuvo que luchar con el juicio de algunos presbíteros que no veían bien sus incursiones en los suburbios de la capital donde moraba la ruina y se aglutinaban toda clase de deshechos humanos. Las murmuraciones y envidias pretendían clavarse en su corazón como hirientes dardos, pero no lo lograron. Era más fuerte su combate interno.

En 1917 atravesó una crisis de escrúpulos que le causó mucho sufrimiento. Ante las humillaciones e incomprensiones, decía: «No sé cómo me ve Dios. Seguro que mal, me temo. Rezad por mí. Camino lleno de confusión al ver el estado de mi alma. Mis amigos conseguirán que Jesús tenga misericordia de mí». Siempre dijo que quería morir un primer jueves de mes. Y Dios se lo concedió. Le habían diagnosticado una angina de pecho, y falleció el 2 de mayo de 1929. Por su acción apostólica imparable fue denominado «padre de los pobres», y tras su fallecimiento «apóstol de Madrid». Juan Pablo II lo beatificó el 6 de octubre de 1985, y lo canonizó el 4 de mayo de 2003.

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Beata Marie Leonie Paradis - 3 de mayo
«Una vida dedicada a sostener la misión de los sacerdotes, que discurrió anclada en su profunda devoción a la Sagrada Familia. Su labor apostólica se desarrolló en Canadá. Es la fundadora de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 02 de mayo de 2015 (Zenit.org) - Su amor a la Sagrada Familia, que denominó «Trinidad de la tierra», junto con la Eucaristía, fue el pedestal sobre el que se alzó la virtud de esta mujer que quiso sostener la vida sacerdotal acompañando en silencio y entregando lo mejor de sí en una cotidiana asistencia a los presbíteros, sin más satisfacción que la de saber que con ello estaba alentándolos en su misión pastoral. Un rasgo, podríamos decir maternal, que no siempre ha sido comprendido por sus congéneres. Ya Juan Pablo II cuando la beatificó en Canadá tuvo que salir al paso de quienes consideraban que con esta acción Marie Leonie empequeñecía a la mujer. No la entendieron. Tal vez no estuvieron al tanto de que ésta fue una decisión emprendida por ella con plena libertad, teniendo claro el objetivo que se proponía. Vino envuelto en un cariz espiritual, lo que significa que no podía ser contestado por nadie. Forma parte de la conciencia y de la voluntad de cada cual responder a Dios en los términos exactos que Él inspira. Pero aquél brillante día 11 de septiembre de 1984, en la ceremonia de beatificación el pontífice aplacó las críticas haciendo notar que el papel desempeñado por Marie Leonie no es el único reservado a una mujer canadiense.

La bautizaron con el nombre de Virginie-Alodie. Nació en el seno de una humilde y creyente familia de L'Acadie, Quebec, Canadá, el 12 de mayo 1840. Persiguiendo un futuro mejor para la familia, su padre, que había intentado sostenerla inútilmente trabajando en un molino, partió a California, como otros hicieron, seducido por la fiebre del oro. Al regresar se encontró con que su pequeña, que había dejado interna con 9 años en el convento de las Hermanas de Notre-Dame en Laprairie, ya formaba parte de la comunidad de las Marianitas de San Lorenzo fundadas por el padre Basile Moreau. Era una adolescente de 14 años. De los seis hijos tenidos por Joseph Paradis y Émilie Grégoire, dos habían fallecido, el resto eran varones, por tanto, ella era la única niña. Joseph, hombre afable y bondadoso, pensó que podría disuadirla. Pero no logró hacerla desistir; tampoco la forzó a hacerlo. Muy segura de lo que quería para su vida, Marie Leonie profesó en 1857 amparada por el fundador a pesar de su frágil salud, y se dedicó a la docencia. Interiormente se sentía llamada a sostener la vida de los sacerdotes. Durante unos años impartió clases en Montreal y en el orfanato San Vicente de Paul de Nueva York.

En 1874 llevó a cabo su misión en el colegio de San José, en Memramcook, New Brunswick, Indiana, al frente del cual se hallaba el padre Camille Lefebvre, de la Santa Cruz. Muchas jóvenes de L’Acadie sin recursos y con dificultades para expresarse en inglés, que desempeñaban labores domésticas, albergaban el deseo de establecer un compromiso religioso. Marie Leonie que había comenzado enseñando francés estaba en condiciones de dar clases de inglés porque ya dominaba la lengua. Pero juzgó conveniente propiciar la apertura de un noviciado francófono en L’Acadie para evitar que las jóvenes tuvieran que ir a Indiana a realizar el noviciado. Su propuesta no fue acogida. Y en 1880 impulsó el Instituto de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia, aún siendo ella todavía religiosa de la Santa Cruz. El objetivo no era otro que colaborar y apoyar a los religiosos de la misma Orden en su labor educativa. Ellos fueron los que ese año de 1880, en su capítulo general, autorizaron a que las integrantes de este nuevo movimiento hiciesen votos privados y bajo el amparo de Marie Leonie actuasen con autonomía. Su labor sería ocuparse de los trabajos domésticos de los colegios de Santa Cruz extendidos por Canadá.

María y José estaban tan fuertemente anclados en su corazón que no se cansaba de decir: «Mi confianza es ilimitada en nuestra buena Madre. Conoce nuestras necesidades y tiene un poder tan grande sobre el corazón de su divino Hijo». Dentro de las advocaciones conferidas a la Virgen ella se inclinaba por Nuestra Señora de los Siete Dolores y Nuestra Señora del Rosario. Respecto al Santo Patriarca igualmente se dejaba llevar por esa devoción sin cota alguna, recurriendo a él en cualquier situación. Para ello peregrinó en distintas ocasiones al santuario de santa Ana. Sencilla, de gran corazón, extrajo su peculiar forma de consagrar su vida a la atención de los sacerdotes de su contemplación de la Eucaristía y de la Sagrada Familia de Nazaret. Humilde, orante, activa, siempre dispuesta a colaborar con generosidad, al igual que María había hecho, fueron claves de su quehacer y fundación. Su lema era: «piedad y dedicación». No dejó de trabajar en ningún instante. Fue una de las características de su vida. Siempre animosa, decía a las suyas: «¡Trabajemos, mis hijas, descansaremos en el cielo!».

Monseñor Paul LaRocque, prelado de Sherbrooke, Québec, precisaba personas de confianza para su seminario y el obispado. Y la beata, que tuvo noticias de ello en 1895, vio la ocasión de trasladar allí la comunidad, siendo acogidas por él en su diócesis. Ese año falleció el padre Lefebvre que había sido sostén de la comunidad. En 1896 obtuvieron la aprobación diocesana. Pero fue pasando el tiempo y Marie Leonie, que continuaba vistiendo el hábito de la Santa Cruz, veía aumentar su anhelo de convertirse en otro miembro más de la Sagrada Familia. En 1905 Pío X le concedió la autorización que precisaba liberándola del compromiso que había contraído con la anterior Congregación. Quedó al frente de la Orden fundada por ella como superiora general dedicándose todas a servir como «auxiliares» y «cooperadoras» domésticas a comunidades de religiosos y de sacerdotes. Fue la artífice de las constituciones, y justamente cuando se disponía a imprimirlas, el 3 de mayo de 1912, murió repentinamente tras la cena. Poco antes había dicho a una enferma: «¡Adiós hasta el cielo!».

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