El Aula Pablo VI ha sido ‘invadida’ esta mañana
por miles de niños que con su alegría y espontaneidad
característica han pasado la mañana celebrando la paz, la
solidaridad y la tolerancia. El papa Francisco ha querido
compartir también con ellos parte de esta mañana y dirigirles
unas palabras. El encuentro es el primer evento organizado
por la iniciativa ‘La fábrica de la paz’, que busca movilizar
distintas realidades para construir “en seguida y en el
futuro” un mundo de paz.
Un niño y una niña cantaban la famosa canción We are
the world we are the children, mientras todos los demás
les acompañaban haciendo de coro al mismo tiempo que el
Pontífice entraba en la sala saludando a los pequeños.
Después, un grupo de los niños presentes ha dirigido varias
preguntas al Santo Padre. Uno por uno, pasando delante del
micrófono querían saber la opinión del Papa sobre cómo lograr
la paz, la igualdad, un mundo mejor. Y poco a poco el
escenario se fue llenando de niños sentados en el suelo,
quienes acompañaban al Santo Padre sentado en el centro.
En total las preguntas han sido trece, y dejando
de lado el discurso que Francisco tenía preparado ha preferido
hablar de forma espontánea y responder una por una las
preguntas de los niños.
Que levante la mano quien no ha peleado nunca con
un hermano, o un miebros de la familia, ha pedido Francisco
respondiendo a la primera pregunta. Así, el Papa ha asegurado
que todos lo hemos hecho, que es parte de la vida porque yo
quiero hacer un juego, mi hermano otro y peleamos “pero al
final lo importante es hacer las paces”. Peleamos, sí, ha
asegurado el Papa. Pero --ha pedido-- no terminar el día sin
hacer las paces. “Yo he pelado muchas veces, también ahora, me
‘caliento’ un poco, pero trato siempre de hacer las paces. Es
humano pelear. Lo importante es que eso no permanezca, que
está la paz”, ha advertido el Papa.
Respondiendo a la segunda pregunta el Pontífice
ha recordado que “la paz se construye cada día. La paz no es
que no haya guerra”. Invitando a pensar en un día en que no
haya guerras hay que construir la paz cada día, ha pedido. “La
paz no es un producto industrial, la paz es un producto
artesanal. Se construye cada día con nuestro trabajo, vida,
amor, cercanía, nuestro querernos bien. La paz se construye
cada día”, ha asegurado.
Los niños también le han preguntado al Papa si no
se cansa de estar siempre rodeado de gente, si no le gustaría
tener un poco más de paz. “Muchas veces quisiera un poco de
tranquilidad, descansar un poco. Pero estar con gente no quita
la paz, sí hay ruido, pero no quita la paz”, ha explicado. Lo
que te quita la paz --ha añadido-- es lo que no querernos, los
celos, la envidia, la avaricia. Quitar la cosas de otros, eso
quita la paz. Pero estar con la gente es bonito, cansa, pero
no quita la paz. “No soy un jovenzuelo”, ha bromeado, pero
esto no me no quita la paz.
Por qué las personas poderosas no ayudan a la
escuela, ha sido otra de las preguntas planteadas. A esto el
Papa ha respondido con otra pregunta. ¿Por qué tantos
poderosos no quieren la paz? De este modo ha explicado que
muchos de ellos viven de las guerras. Las industrias de las
armas. “Y esto es grave”, ha advertido. A propósito ha
reconocido que algunos poderosos se ganan la vida con la
fábrica de las armas y venden armas a países, que están
enfrentados Y los poderosos ganan. Asimismo ha advertido cómo
muchas veces todo gira en torno al dinero, al sistema
económico, no en torno a la persona. “Se hace la guerra para
defender el dinero. Y por eso mucha gente no quiere la paz. Se
gana más con la guerra, pero se pierden muchas otras cosas”,
ha asegurado Francisco.
Uno de los niños que hizo una de las preguntas ha sido un
dominicano que ha tenido problemas de salud, por eso quería
saber por qué sufren los niños y qué se puede haber para
ayudar a los niños que sufren. El Santo Padre ha reconocido
que la pregunta le ha emocionado y ha asegurado que esta es
una de las preguntas más difíciles para responder. “No hay
respuesta”, ha añadido. Pero la segunda pregunta sí tiene
respuesta: ¿qué hacer por los niños que sufren? Estar cerca de
él, que la sociedad trate de tener centros de atención de
sanación, de cuidados paliativos. A propósito ha especificado
que no les gusta decir que un niño es discapacitado, sino que
tiene habilidades diferentes. “Todos tenemos habilidades.
Todos tenemos la capacidad de dar algo”, ha respondido.
¿Hay posibilidad de perdón para quien ha hecho algo muy
feo?, ha preguntado otro de los pequeños. Al respecto, el
Santo Padre ha asegurado que Dios perdona todo, somos nosotros
que tenemos que pedir perdón. Así, ha indicado que el perdón
significa: “álzate, yo te ayudo a reinsertarte en la
sociedad”. Siempre hay perdón. Y tenemos que aprender a
perdonar así, ha pedido el Papa. Asimismo ha precisado que en
el arte de subir la victoria no está en no caer, sino en el no
permanecer caído. Y esta es la victoria, ayudar a los otros a
que no queden caídos. “Es un trabajo difícil, porque es más
facil descartar a una persona que se ha equivocado mucho. El
trabajo debe ser reinsertar”, ha añadido.
¿Qué hacer si alguien no quiere hacer las paces
conmigo? A esta pregunta el Santo Padre ha respondido con una
palabra importante: respeto. “Si una persona no quiere hacer
la paz conmigo, tiene dentro de sí un sentimiento en mi
contra: respetar. Rezar pero nunca vengarse. Tenemos que
aprender el respeto. En el trabajo artesanal de la paz el
respeto está siempre en la cabeza”, ha asegurado el Papa.
Otro de los niños ha hecho una pregunta de parte
de un menor preso en Casal del Marmo, centro de detención
donde el Santo Padre fue a lavar los pies en Jueves Santo en
su primera Semana Santa como Pontífice. “Esta es la respuesta
de la sociedad para uno que se ha equivocado como yo. ¿Usted
está de acuerdo”. No, ha sido la respuesta del Papa. Y
repitiendo lo que había dicho antes ha explicado. Es necesario
ayudar a alzarse y a reinsertar, “con la educación, amor,
cercanía pero ir a la solución…”. Así, Francisco ha invitado
a los presentes a pensar “yo puedo hacer los mismos errores
que ha hecho él” cuando les hablen de alguien que está en la
cárcel . Todos podemos hacer los errores más graves y por eso
es necesario “ayudar siempre a reinsertarse en la sociedad”.
Para responder a la pregunta “¿Qué es la paz?” Francisco ha
dicho que en primer lugar que no hay guerras, pero también
“que haya la alegría, la amistad entre todos, que cada día se
dé un paso adelante por la justicia, para que no haya niños
hambrientos, enfermos que no tienen posibilidad de ser
ayudados, hacer todo esto es hacer la paz”.
¿Y cómo nos ayuda la religión en la vida? La
religión nos ayuda --ha indicado-- porque nos hace caminar en
presencia de Dios. Nos ayuda porque nos da los mandamientos,
las bienaventuranzas. Además, ha añadido que todas las
religiones tienen un mandamiento común: “amar al prójimo”. Y
este amar “nos ayuda a la paz”, a “ir adelante en la paz”.
También han preguntado al Santo Padre si llegará
el día que todos seamos iguales. Al respecto, ha advertido que
“todos somos iguales pero no nos reconocen esta verdad, esta
igualdad”. Y por eso --ha explicado-- hay algunos son más
“felices” que otros. Pero, el Papa ha asegurado que esto no es
un derecho, “todos tenemos los mismos derechos y cuando esto
no se da es injusto. Donde no hay justicia, no puede haber
paz”. De este modo, el Santo Padre ha invitado a que todos
los presentes, mayores y pequeños, repitieran varias veces
esta afirmación, con fuerza: “donde no hay justicia no hay
paz”.
Finalmente, el Papa ha respondido afirmativamente
a la pregunta si este encuentro cambiará algo. “Siempre que
hacemos algo juntos, algo bonito y bueno, todos cambiamos. Y
esto hace bien. Ir adelante con este encuentro, nos hace bien.
Todos nosotros hoy debemos salir de este encuentro un poco
cambiados”, ha invitado el Pontífice. Pero cambiado cómo, ¿a
mejor o a peor?, ha preguntado el Papa. ¡A mejor! han gritado
todos los niños con entusiasmo