ENTREVISTA

Ángela Vallvey: “Dios está en mi idea de que tengo que vivir una buena vida siendo una buena persona”


«He reflexionado mucho sobre la existencia de Dios»

Ángela Vallvey (Ciudad Real, 1964) es una de las mujeres que se sentó en la mesa redonda con la que se ha inaugurado en Málaga el III Ciclo Málaga Cine Humano, que este año versa sobre la violencia. Esta escritora ha recibido el Premio Nadal en 2002 y fue finalista del Premio Planeta en 2008. El 25 de mayo publica su nuevo libro “El arte de amar la vida”.

- Este tercer Ciclo de Cine Humano versa sobre violencia, un tema muy recurrente en la literatura, la televisión, el cine…

- De hecho, la mesa redonda la hemos planteado desde una perspectiva multidisciplinar; sobre cómo la violencia impregna la sociedad y cómo, evidentemente, se traspasa a la creación artística, la literatura y el cine. Porque sencillamente es un elemento humano que está muy presente y que por desgracia parece que va a seguir estándolo mucho tiempo.

- Ha participado en varias tertulias televisivas y en esta temporada de nuevo la vemos en “Amigas y conocidas”. ¿Es la televisión un medio violento?

- Es un medio de comunicación de masas muy eficaz: comunica, informa, entretiene… pero también es un reflejo de la realidad. Pedimos a la televisión muchas cosas que no puede darnos. Le pedimos que sea formativa, correcta e incorrecta a la vez, que sea negra, blanca y en color… La televisión de hoy día es un reflejo de la sociedad y, por supuesto, la violencia está presente en forma de imágenes. Cuando yo era niña no se concebía que fuesen emitidas por sus altísimo niveles de violencia y, sin embargo, ahora se muestran como normales y se vanalizan al ser repetidas con insistencia. Dejan de causar impacto en el espectador. Empezamos a pensar que la violencia es algo normal y natural, cuando en realidad es todo lo contrario.

- La novela y la poesía que usted tan bien conoce, refleja la violencia de una forma muy distinta.

- La experiencia lectora es obligadamente distinta de la telespectadora. El lector ejerce un proceso mental que estimula sus neuronas y su pensamiento y que le hace procesar lo que está leyendo de una forma distinta. Es un proceso intelectual mucho más racional y mucho más productivo que el del mero espectador que se sienta y procesa las imágenes. Estoy convencida de que el homo sapiens es un consumidor nato de imágenes pero sin embargo es el intelecto el que nos hace más refinados y más civilizados y es a través de la lectura como esos procesos tienen lugar en la mente del lector y lo refinan, no lo embrutecen. Al leer un libro ultraviolento en un lector probablemente no produce un efecto de estimulación de la violencia, sino todo lo contrario.

- En las manos de todos está el hacer que nuestro mundo sea menos violento. ¿Qué podemos hacer?

- No ser violentos, vivir una vida no violenta de relación con las personas que nos rodean. Cada uno portamos una gran carga de bienestar y de crimen, que podemos esparcir según nuestra voluntad. Yo si creo en la libertad de los seres humanos para decidir y creo que sí tomamos la decisión de ejercer el mal o de ejercer el bien. Una persona que no es violenta, que es pacífica, a su alrededor lo que comunica es bienestar y enriquece su entorno; mientras que una persona malvada y violenta lo que genera es dolor y lo que está produciendo sin cesar es un mal que está dentro de él y que se contagia al mundo. Yo soy una gran y fervorosa entusiasta de la civilización y de la educación, de todas esas cosas que hacen que el mundo sea más habitable.

- ¿Qué le parece que la Diócesis se embarque en un ciclo de cine como éste?

- A mí me parece estupendo porque creo que uno de los problemas que tiene la Iglesia es que no sale de sus esferas, de sus ámbitos de influencia, para meterse en la sociedad en general. No siempre, ¡eh! No es una crítica al conjunto, pero sí a ciertos ámbitos de la Iglesia. Hay como dos extremos: una parte de la Iglesia que está muy implicada en la sociedad, que tiene que ver con la obra social de la Iglesia que es fundamental. Y hay otros estamentos de la Iglesia que digamos tienen su propio mundo en el mundo. La Iglesia es un refugio, una burbuja dentro del mundo. Pero el mundo feroz, terrible y maravilloso también está fuera y hay que salir a ese mundo e interactuar más allá de lo que se supone que es la grey y el rebaño de los creyentes. Hacer actos como éste me parece que son el camino que tiene que seguir para conseguir sus objetivos.

- ¿Cuál es el libro que está en la mesilla de noche de Ángel Vallvey?

- Tengo varios en la mesilla. Se caen de ella porque no hay epacio (se ríe). Entre ellos una novela titulada “Ojalá nos perdonen” de la escritora americana A. M. Homes.

- ¿Dónde está Dios en la vida de Ángela?

- Soy una persona que ha reflexionado mucho sobre este tema, desde que era muy pequeña. Me sigue preocupando el asunto  y sigo dándole vueltas. Es más, quiero escribir sobre el tema cuando pueda, aunque nunca siento que esté del todo preparada para ello. Oscilo entre la creencia y el descrédito de mí misma como ser humano. Los seres humanos, nuestra fe o nuestro pensamiento en Dios y en lo trascendente depende de nuestra propia naturaleza humana que es la que realmente nos decepciona a menudo. Yo creo que Dios está en mi idea de que tengo que vivir una buena vida siendo una buena persona.

- ¿Algún día veremos un libro escrito por Ángela Vallvey sobre Dios?

- Es posible. Sobre Dios, su existencia, la trascendencia del ser humano. A ver si me entran fuerzas para poder escribirlo.

(Encarni Llamas Fortes – Diócesis de Málaga)