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ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 25 de mayo de 2015

La frase del día 25

"Esta alguno entro vosotros aflijido? Haga oración. Esta alguno alegre? Cante alabanzas".
Santiago 5:13

 


El papa Francisco

Los dramas humanos que conmueven a Francisco
Entrevista del Papa al diario argentino La Voz del Pueblo. Su pontificado, lo que le hace llorar, y lo que añora. No recibe más a políticos porque usan su foto. La contradicción de no permitir darle un par de chirlos al hijo y aceptar el aborto 

Sta. Marta: La riqueza que no se comparte genera corrupción
En la homilía de este lunes, el Santo Padre reflexiona sobre el pasaje del joven rico que quiere seguir a Jesús y recuerda que el apego a las riquezas nos entristece y nos hace estériles

El presidente de Colombia se reunirá con el papa Francisco
Juan Manuel Santos  pide al Papa que rece  para que lo ilumine en la toma de decisiones correctas en búsqueda de la paz

El Papa a los oratorianos: "No se conformen con una vida mediocre"
En el mensaje con ocasión del V centenario del nacimiento de san Felipe Neri, el Pontífice desea que la alegría del espíritu oratoniano, esté siempre en sus comunidades y apostolado

Papa y Santa Sede

El IOR concluye el ejercicio 2014 con gran transparencia y en positivo
Tuvo un beneficio de 69’3 millones. La mejora de resultados con respecto al año pasado se debe a la mejor negociación de valores y a la disminución de los costos extras

La Embajada Argentina ante la Santa Sede participa en la misa de Francisco
Con motivo de la fiesta nacional, el Santo Padre saludó tras la misa a todos los funcionarios y trabajadores de la sede diplomática

“El hombre no es el dueño de la creación, sino su administrador”
Así lo afirmó el arzobispo Silvano Tomasi, representante permanente de la Santa Sede ante la Organización de Naciones Unidas en Ginebra, durante el Informe técnico sobre "Clima y Salud" de la 68 Asamblea Mundial de la Salud 

Mundo

La crisis de los refugiados rohingya se agrava en el mar de Andamán
El Santo Padre anima a la comunidad internacional para que reciban la asistencia humanitaria necesaria. Este pueblo malvive perseguido en Birmania y rechazado en el sureste asiático

El ISIS tras tomar Palmira ejecuta a cientos de civiles
La televisión estatal denuncia que entre las más de 400 personas ejecutadas hay mujeres, ancianos y niños

Irlanda: el 'sí' a 'matrimonio gay' es el resultado de una revolución social
Mons. Diarmuid Martin pide a la Iglesia un "nuevo lenguaje" para llegar a los más jóvenes, cuyo voto ha resultado clave en la consulta del Gobierno  

Espiritualidad y oración

San Felipe Neri - 26 de mayo
«Apóstol de Roma, heraldo de la alegría que derrochó en todo su quehacer impregnando los suburbios de la Ciudad Eterna donde conquistó a niños, jóvenes y adultos. Rehusó el cardenalato diciendo que prefería el paraíso»


El papa Francisco


Los dramas humanos que conmueven a Francisco
 

Entrevista del Papa al diario argentino La Voz del Pueblo. Su pontificado, lo que le hace llorar, y lo que añora. No recibe más a políticos porque usan su foto. La contradicción de no permitir darle un par de chirlos al hijo y aceptar el aborto 

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Ver dramas humanos, como el del pueblo rohingya, que andan arriba de esos barcones en aguas tailandesas y cuando se acercan a tierra les dan un poco de comida, agua y los echan otra vez al mar. Ver esto, conmueve al Santo Padre. También lo hace ver chicos enfermos. “Cuando veo lo que acá llaman ‘enfermedades raras’, que son producidas por descuido del ambiente, se me revuelve todo”.  Y cuando ve a esas criaturas le dice al Señor: “Por qué ellos y no yo”. Francisco también se conmueve cuando va a la cárcel. Siente dolor por ellos y le agradece a Dios no estar allí.

Todo esto le lleva al llanto interior. Pero, reconoce que le ha pasado dos veces que ha estado al límite de llorar con lágrimas, “pero me pude frenar a tiempo”. Estaba demasiado conmovido, incluso hubo algunas lágrimas que se escaparon, pero me hice el tonto y después de un rato me pasé la mano por la cara, explica Francisco. Una de las situaciones, recuerda, fue escuchando hablar de la persecución de los cristianos en Irak.

Así lo cuenta en una entrevista publicada este domingo en La Voz del Pueblo, diario de la localidad argentina Tres Arroyos. En una conversación de 45 minutos con el periodistas Juan Berretta, el Santo Padre conversa sobre temas tan variados como su pontificado, las cosas que le hacen llorar, las utopías, lo que añora o el fútbol.

El Santo Padre recordó que 'nunca hay que darle un cachetazo en la cara a un chico porque la cara es sagrada, pero dos o tres palmadas en el traste no vienen mal'. Y que cuando dijo esto en una audiencia "algunos países me criticaron. Son países que tienen leyes de protección al menor muy estrictas". Y añadió que "curiosamente esos países, que incluso castigan al padre o a la madre que le pega al menor, tienen leyes que les permiten matar a los chicos antes de que nazcan. Esas son las contradicciones que vivimos ahora".

Sobre su nombramiento como sucesor de Pedro, el Papa asegura que nunca lo soñó, y recuerda que con respecto a la posibilidad de serlo, “yo estaba en la lista de los papables en el otro cónclave… Pero esta vez, la segunda, por la edad, 76 años, y porque además había gente más valiosa ciertamente”. Tanto era el asunto --señala--  que ni una foto mía salió en los diarios, nadie pensaba en mí. Y asegura que “yo tampoco pensaba en mí, ni se me ocurría”.

Pero insiste que cuando fue elegido sintió paz y pensó “si Dios lo quiere” y después “me llevaron a la Sacristía, me cambiaron la sotana, y a la cancha. Y ahí dije lo que me vino”.

El periodista le pregunta por el magnetismo que genera en la gente y el Papa responde que “primero no entendía por qué ocurría eso. Y me cuentan algunos cardenales que la gente dice ‘le entendemos’”. A propósito explica que él trata “de ser plástico en las audiencias”, “de ser concreto” .

Francisco disfruta de la audiencia general “en un sentido humano y espiritual”. La gente me hace bien, me tira buena onda, asegura. De este modo recuerda que su elección de vivir en Santa Marta es por la necesidad que él tiene de estar con gente, “eso a mí me hace muy bien”. Yo me hice cura para estar con la gente. Doy gracias a Dios que eso no se me haya ido, explica el Santo Padre.

Por otro lado, el Pontífice reconoce que hay algo que echa de menos: “Salir a la calle. Eso sí lo añoro, la tranquilidad de caminar por las calles. O ir a una pizzería a comer una buena pizza”.  Y así, asegura que no sale del Vaticano. “Voy a las parroquias… Pero no puedo salir. Imaginate que yo salgo ahí (por la calle) y se arma”, explica el Papa. Al respecto cuenta una anécdota de un día que salió “en el auto sólo con el chofer y me olvidé de cerrar la ventanilla, estaba abierta y no me di cuenta. Y se armó un lío… Yo iba en el asiento del acompañante, teníamos que ir ahí nomás, pero la gente no dejaba avanzar el auto”.

También habla de su descanso. El Santo Padre explica que duerme seis horas, a las 9 va a la cama y lee hasta las 10, y además duerme 40 minutos de siesta, “los días que no duermo la siesta lo siento”, asegura. Ahora está leyendo sobre san Silvano del Monte Athos, “un gran maestro espiritual”.

Las presiones existen, indica el Papa. “Estoy llevando un ritmo de trabajo muy fuerte, es el síndrome del fin del año escolar, que acá termina a fin de junio. Y entonces se juntan mil cosas, y problemas hay... Y después están los problemas que te arman, con que dije o no dije…”. Y explica una anécdota sobre cómo los medios de comunicación en ocasiones descontextualizan lo que dice. En la parroquia de Ostia, saludando a los ancianos y a los enfermos el Papa indicó “miren qué divertido, acá donde jugaban los chicos están los ancianos y los enfermos. Yo los comprendo a ustedes porque también soy anciano y también tengo mis achaques, soy un poco enfermo”. Al día siguiente el titular en muchos periódicos era “el Papa confesó que estaba enfermo”.

A propósito, Francisco explica que no está encima de lo que publican. Así, explica que a diario lee La Repubblica y que no le lleva más de 10 minutos ojearlo. Televisión no ve desde el año 1990 por una promesa que le hizo a la Virgen del Carmen. Pero para conocer los resultados del fútbol, un guardia suizo le deja los resultados todas las semanas. No utiliza internet y “dar entrevistas jamás, ahora se me ha dado, es el estado de gracia. Antes enfrentarme a un periodista me daba pánico”, confiesa Francisco.

En la entrevista el Papa dice que ve Argentina como un país de muchas posibilidades y de tantas oportunidades perdidas. “Somos un país que ha perdido tantas oportunidades a lo largo de la historia. Algo pasa, con toda la riqueza que tenemos”, razona el Papa.  Al respecto asegura que no sigue la política de su país. Dejó de recibir políticos porque se dio cuenta de que algunos usaban su foto.

Aborda en la entrevista también el tema de la pobreza. El periodista pregunta si no es utópico pensar que se puede erradicar a lo que el Papa responde así: “Hay tres cosas que tenemos que tener todos en la vida: memoria, capacidad de ver el presente y utopía para el futuro. La memoria no hay que perderla. Cuando los pueblos pierden su memoria está el gran drama de descuidar a los ancianos. Capacidad de hermenéutica frente al presente, interpretarlo y saber por dónde hay que ir con esa memoria, con esas raíces que traigo, cómo la juego en el presente, y ahí está la vida de los jóvenes y adultos. Y el futuro, ahí está la de los jóvenes sobre todo y la de los niños. Con memoria, con capacidad de gestión en el presente, de discernimiento y la utopía hacia el futuro, que ahí se involucran los jóvenes”.

Sobre los peores males que aquejan al mundo hoy, Francisco cree que son “pobreza, corrupción, trata de personas”. A propósito observa que en cuanto a los gastos  en el mundo después de la alimentación, el vestido y la medicina; el cuarto son los cosméticos y el quinto las mascotas. “Es grave eso”, asegura el Papa.  Y observa que “el cuidado de las mascotas es como el amor un poco programado, es decir, yo puedo programar la respuesta amorosa de un perro o de una gatita, y ya no necesito tener la experiencia de un amor de reciprocidad humana. Estoy exagerando, que no se tome textual, pero es para preocuparse”.

 

 

(RLG) (HSM)

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Sta. Marta: La riqueza que no se comparte genera corrupción
 

En la homilía de este lunes, el Santo Padre reflexiona sobre el pasaje del joven rico que quiere seguir a Jesús y recuerda que el apego a las riquezas nos entristece y nos hace estériles

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Las riquezas deben servir para el bien común. Una abundancia de bienes vivida de forma egoísta y triste quita esperanza y está en el origen de cualquier tipo de corrupción, grande o pequeña. Así lo afirma el Santo Padre durante la homilía de la misa celebrada en Santa Marta.

De este modo, ha comentado el pasaje del joven rico que quiere seguir a Jesús. El joven se queda triste cuando Jesús le pide que venda sus riquezas. De golpe, “la alegría y la esperanza” en ese joven rico desaparecen, porque no quiere renunciar a su riqueza. Por eso, el Santo Padre ha señalado que “el apego a las riquezas está en el inicio de todo tipo de corrupción, por todas partes: corrupción personal, corrupción en los negocios, también en la pequeña corrupción comercial, de esa que quita 50 gramos al peso exacto, corrupción política, corrupción de la educación…”. Y ¿por qué?, se ha preguntado. “Porque los que viven apegados a los propios poderes, a las propias riquezas, se creen en el paraíso. Están cerrados, no tienen horizonte, no tienen esperanza. Al final tendrán que dejar todo”.

Asimismo, ha explicado que “hay un misterio en la posesión de las riquezas”. “Las riquezas tienen la capacidad de seducir, de llevarnos a una seducción y hacernos creer que estamos en un paraíso terrestre”, ha observado. Sin embargo, ese paraíso terrestre es un lugar sin horizonte, ha indicado el Papa. “Vivir sin horizonte es una vida estéril, vivir sin esperanza es una vida triste. El apego a las riquezas nos entristece y nos hace estériles”, ha precisado. Y ha explicado que utiliza el término “apego” y no “administrar bien las riquezas”, porque las riquezas son para el bien común, para todos. Y si el Señor se lo da a una persona es para que esa persona lo haga para el bien de todos, no para sí mismo, no para que lo cierre en su corazón, que después con esto se hace corrupto y triste, ha advertido Francisco.

Y así ha proseguido señalando que las riquezas sin generosidad “nos hacen creer que somos poderosos, como Dios. Y al final nos quitan lo mejor, la esperanza”.

Para finalizar, el Pontífice ha recordado que Jesús indica en el Evangelio cuál es la forma justa para vivir una abundancia de bienes: “la primera bienaventuranza: ‘bienaventurados los pobres de espíritu’, es decir, desprenderse de este apego y hacer que las riquezas que el Señor le ha dado sean para el bien común. La única manera. Abrir la mano, abrir el corazón, abrir el horizonte. Pero si tienes la mano cerrada, tienes el corazón cerrado como ese hombre que hacía banquetes y llevaba vestidos lujosos, no tienes horizontes, no ves a los que tienen necesidades y terminarás como ese hombre: lejos de Dios”.

(Texto de Radio Vaticano traducido y adaptado por ZENIT

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El presidente de Colombia se reunirá con el papa Francisco
 

Juan Manuel Santos  pide al Papa que rece  para que lo ilumine en la toma de decisiones correctas en búsqueda de la paz

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció el pasado sábado, 23 de mayo, que va a ver al santo padre Francisco en el Vaticano dentro de quince días. El mandatario, en una nota publicada por presidencia de Gobierno, solicita “al Sumo Pontífice pedir a Dios para que lo ilumine en la toma de decisiones correctas para alcanzar la paz en Colombia”.  

“Lo que le pido al Santo Padre es que nos ilumine y que le pida a Dios que nos ilumine, que me ayude a tomar las decisiones correctas en este momento difícil en esta negociación”, señaló Santo durante un acto en Bosa, suroccidente de Bogotá, cuando anunció su futura visita al Vaticano.

Esta no será la primera vez que el Pontífice latinoamericano reciba al presidente Santos. Ya se encontraron el 13 de mayo de 2013. En dicho encuentro abordaron diversos desafíos afrontados por Colombia, en modo particular las desigualdades sociales. En esa ocasión, el Santo Padre pidió además al mandatario colombianoque no se olvide de dar asistencia a las víctimas del conflicto. Asimismo hablaron de la aportación de la Iglesia a la promoción de la cultura del encuentro y de sus obras al servicio del progreso humano y espiritual de Colombia, en particular, de los más necesitados y de los jóvenes. Francisco le manifestó “el deseo de que las partes implicadas prosigan las negociaciones” las cuales deben ser “animadas por una sincera búsqueda del bien común y de la reconciliación”.

Tras el encuentro con el Santo Padre, el mandatario colombiano encontró a la prensa y explicó que hablaron de muchos temas y “de lo necesario que es perseverar en la búsqueda de la paz en Colombia”. “Ese objetivo es solo para los valientes --le dijo el Papa-- ya que si bien puede ser costoso son de los que más valen la pena”. Añadió también que al conversar sobre las negociaciones de paz salió el término 'espíritu de encuentro'.








 

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El Papa a los oratorianos: "No se conformen con una vida mediocre"
 

En el mensaje con ocasión del V centenario del nacimiento de san Felipe Neri, el Pontífice desea que la alegría del espíritu oratoniano, esté siempre en sus comunidades y apostolado

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Gracias al apostolado de san Felipe Neri, el compromiso por la salvación de las almas volvía a ser una prioridad en la acción de la Iglesia; y se comprendió nuevamente que los Pastores tenían que estar con el pueblo para guiarlo y apoyarlo en la fe. Lo dice el santo padre Francisco en un mensaje dirigido al padre Mario Alberto Avilés, procurador general de la Confederación del Oratorio san Felipe Neri, con ocasión del quinto centenario del nacimiento del santo.

A los hijos espirituales de san Felipe Neri, el Papa les pide que no se conformen con una vida mediocre. Porque están llamados "a ser hombres de oración y de testimonio para atraer a las personas a Cristo”, asegura el Pontífice. En nuestro tiempo --prosigue-- hay una gran necesidad de personas que recen y sepan enseñar a rezar.

También desea que la alegría, característica del espíritu oratoniano, sea sempre el clima de fondo de estas comunidades y del apostolado.Tal y como recuerda el Papa, el recorrido existencial de este santo estuvo profundamente marcado por la relación con la persona de Jesucristo y por el compromiso de orientarle las almas encomendadas a su atención espiritual.

“De esta experiencia de comunión nacía el Oratorio, realidad eclesial caracterizada por intensa y alegre vida espiritual: oración, escucha y conversación sobre la Palabra de Dios, preparación a recibir dignamente los Sacramentos, formación a la vida cristiana a través de la historia de los Santos y de la Iglesia, obras de caridad a favor de los más pobres”, añade.  

Por otro lado, el Santo Padre señala que el padre Felipe, en su método formativo, supo servirse de la fecundidad de los contrastes: enamorado de la oración íntima y solitaria, él enseñaba en el Oratorio a rezar en comunión fraterna; fuertemente ascético en su penitencia también corporal, proponía el compromiso por la mortificación interior marcada por la alegría y la serenidad del juego; apasionado anunciador de la Palabra de Dios, fue predicador de escasas palabras, que se reducía a pocas frases cuando se emocionaba.

Su paternidad espiritual --asegura Francisco-- traspasa todas sus acciones, caracterizado por la confianza en las personas, rehuir de tonos sombríos y hoscos, del espíritu de la fiesta y la alegría, de la convicción de que la gracia no suprime la naturaleza sino que la sana, la fortalece y la perfecciona.

De este modo, el Santo Padre reconoce que san Felipe Neri es también un modelo luminoso de la misión permanente de la Iglesia en el mundo.  Por eso asegura que “la perspectiva de su actitud hacia el prójimo, para testimoniar a todos el amor y la misericordia del Señor, puede constituir una ejemplo válido para los obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos".

El Pontífice finaliza su mensaje recordando que “su profunda convicción era que el camino de la santidad se funda en la gracia de un encuentro --con el Señor-- accesible a todos". Para personas  "de cualquier estado o condición" desde que le acojan "con el estupor de los niños”.

 

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Papa y Santa Sede


El IOR concluye el ejercicio 2014 con gran transparencia y en positivo
 

Tuvo un beneficio de 69’3 millones. La mejora de resultados con respecto al año pasado se debe a la mejor negociación de valores y a la disminución de los costos extras

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El Instituto para las Obras de Religión (IOR)  ha cerrado el 2014 con un beneficio de 69’3 millones frente a los 2’9 millones del año pasado. La mejora del resultado --explican desde el Instituto-- se debe principalmente a la evolución de los resultados en negociación de valores y la disminución de los costos de operación de carácter extraordinario. Así la línea de transparencia emprendida por Benedicto XVI y profundizada por el papa Francisco, comienza a dar sus frutos. 

A la espera de la respuesta de la Comisión Cardenalicia de este ente, el Instituto pretende destinar 55 millones de euros al presupuesto de la Santa Sede, en línea con lo destinado en 2014, y 14,3 millones a las reservas del Instituto. A día 31 de diciembre 2014 el IOR cuenta con 15.181 usuarios.

El IOR ha publicado este lunes, 25 de mayo, el Informe Anual 2014. Haciendo referencia al mensaje del santo padre Francisco que, en abril de 2014, reafirmó la centralidad de la misión del IOR para el bien de la Iglesia Católica, de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano, el Instituto ha proseguido su fase de transformación.

Tal y como se recuerda en el comunicado de prensa publicado hoy, el Pontífice ha pedido al Instituto continuar sirviendo con atención y ofreciendo servicios financieros especializados a la Iglesia católica en todo el mundo, y al mismo tiempo, asistirle en su misión de Pastor universal. Con este fin --prosigue la nota-- la gestión del IOR estaba encargada de ultimar un plan que delinease el futuro del Instituto en línea con estas peticiones, plan elaborado en el 2014. Además, en el comunicado aseguran que se ha hecho una gran esfuerzo para afrontar las prácticas ilícitas que en el pasado han afectado al Instituto. Estos casos han sido denunciados a las autoridades vaticanas competentes.

“El plan estratégico a largo plazo para el Instituto gira en torno a dos objetivos principales: dar prioridad absoluta a las necesidades de nuestros usuarios ofreciéndoles servicios de calidad a nivel superior y volver menos arriesgadas las actividades del Instituto”, ha explicado Jean-Baptiste de Franssu, que preside el Consejo de Superintendencia desde julio del 2014. Además ha precisado que “todo se hace en estricto cumplimiento del marco normativo del Vaticano y en estrecha colaboración con la AIF, la autoridad de información financiera de la Santa Sede”.

El plan estratégico se funda en el trabajo de la Pontificia Comisión Referente al IOR y de la Pontificia Comisión sobre la Organización de la Estructura Económico-Administrativo de la Santa Sede (COSEA). Responder a las exigencias de los usuarios en presencia de cualquier condición de mercado está en el corazón de la estrategia futura y esta se perfila en dos aspectos. En primer lugar “sobre una mejora de la calidad total de los servicios y sobre la erogación de productos adecuados”. Y en segundo lugar, “hacer menos arriesgadas las actividades del IOR para garantizar y, eventualmente, aumentar la contribución económica que el Instituto ofrece cada año a la Santa Sede”.

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La Embajada Argentina ante la Santa Sede participa en la misa de Francisco
 

Con motivo de la fiesta nacional, el Santo Padre saludó tras la misa a todos los funcionarios y trabajadores de la sede diplomática

Por Sergio Mora

Roma, (ZENIT.org)

La comunidad argentina residente en Roma festejó la fiesta nacional del 25 de mayo con una serie de eventos. Entre ellos se destaca la atención que tuvo el santo padre Francisco hacia quienes trabajan en la embajada de su país ante la Santa Sede, a quienes invitó a la misa matutina en la capilla de la residencia Santa Marta.

El Embajador Argentino ante la Santa Sede, Eduardo Félix Valdés, le comentó a ZENIT su emoción. “El Papa nos recibió y quiso festejar con nosotros el día de la patria en esta misa en Santa Marta, con todos los que trabajan en la sede diplomática ante la Santa Sede”. Y precisó: “Los 23 estuvimos allí y tenemos un gran capital que es la foto que nos sacamos con el Santo Padre”.

Más tarde, se celebró una eucaristía en la Iglesia Nacional Argentina 'María Addolorata', siempre en la ciudad de Roma. La misa presidida por Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, vio entre los concelebrantes al rector del seminario Ángel Hernández, al vicerrector Daniel Forconesi, a Mons. Mariano Fazio, vicario general del Opus Dei, y a Mons. Guillermo Karcher, oficial del ceremonial y protocolo del Vaticano. Estaban también allí diversos diplomáticos latinoamericanos y un numeroso público.

Mons. Sánchez Sorondo recordó en la homilía que “nuestra primera patria está en los cielos” y lo relacionó con el reino temporal. “Y si estos dos reinos no se complementan no funciona”. Habló de las independencias nacionales, si bien matizó que de nada sirve ser soberano “si no se logra dar bienestar al propio pueblo”. No solo la familia y la educación son factores fundamentales, dijo, sino también los pobres y excluidos, por ello la persona humana tiene que ser central en un sistema que en cambio, pone al centro la ganancia. Concluyó indicando que las bienaventuranzas dan una respuesta al problema del hombre que sufre y de la necesidad que los países den nuevas estructuras sociales de acuerdo a las bienaventuranzas. Porque el amor del prójimo es un principio fundamental.

Antes de concluir la ceremonia con el canto del himno nacional y un agasajo, el embajador Valdés dirigió unas palabras en las que se interrogó, ¿qué es la patria? Citó entonces al literato Jorge Luis Borges que decía: “nadie es patria, todos lo somos”. Y amplió la visión recordando que la patria es también el otro, el que no puede estudiar porque trabaja, el que no tiene trabajo, el débil, el que sufre adicciones, quien está en necesidad. Y recordó los problemas de la inmigración, de quienes llegan a Lampedusa, los problemas de la pobreza, las víctimas de la violencia, la paz en Siria, Palestina, Ucrania y los cristianos perseguidos.  Por la tarde la otra embajada, ante el gobierno de Italia, ofreció un coktail. 

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“El hombre no es el dueño de la creación, sino su administrador”
 

Así lo afirmó el arzobispo Silvano Tomasi, representante permanente de la Santa Sede ante la Organización de Naciones Unidas en Ginebra, durante el Informe técnico sobre "Clima y Salud" de la 68 Asamblea Mundial de la Salud 

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El arzobispo Silvano Tomasi, representante permanente de la Santa Sede ante la Organización de Naciones Unidas en Ginebra, afirmó que “el imperativo moral de respetar y proteger la naturaleza no es un tema nuevo para las tradiciones religiosas”. Ya que, añadió,  “el hombre no es el dueño de la creación, sino su administrador”.  

Con motivo de la 68 Asamblea Mundial de la Salud, el nuncio apostólico señaló que “la Iglesia Católica ha expresado públicamente y con fuerza su preocupación por el daño causado a la naturaleza por unos pocos privilegiados, mientras que la salud y el bienestar de la inmensa mayoría de los seres humanos están siendo amenazados por causas ajenas a su voluntad”.

Durante su breve intervención, se refirió también a un foro de científicos y líderes religiosos organizado el pasado 28 de abril en el Vaticano por la Pontificia Academia de las Ciencias, bajo el lema “Proteger la Tierra, Dignificar la Humanidad: Dimensiones Morales del Cambio Climático y Desarrollo Humano Sostenible”.

En este encuentro, recordó Mons. Tomasi, los participantes señalaron que “el cambio climático inducido por los humanos es una realidad científica”, y destacaron que “su mitigación decisiva es un imperativo moral y religioso para la humanidad”.

El arzobispo italiano prosiguió indicando que, como sostuvieron los asistentes a la citada conferencia convocada por la Santa Sede, la cumbre sobre el cambio climático que se celebrará en diciembre en París “podría ser la última oportunidad efectiva para negociar acuerdos que mantengan el calentamiento provocado por los humanos por debajo de los 2 grados Celsius”.

Además, advirtió de “la especial responsabilidad que debe ser asumida por aquellos que viven en países de ingresos altos de unirse en solidaridad con la familia humana global en nuestro intento de reparar el daño ya hecho a nuestro medio ambiente, evitar una mayor degradación y preservar el vínculo integral entre la salud y el desarrollo”.

“Los ciudadanos de los países más ricos no pueden ignorar, sino que tiene que expresar concretamente su solidaridad con los pobres, tanto en casa como en el extranjero”, insistió el diplomático vaticano. “Tienen la especial obligación de ayudar a sus semejantes en los países en vías de desarrollo, para hacer frente al cambio climático mediante la mitigación de sus efectos”. “Hay muchas evidencias que muestran cómo el cambio climático puede ser devastador para la salud, especialmente entre los más pobres y vulnerables del mundo”, enfatizó.

Monseñor Silvano Tomasi concluyó sus palabras citando al papa Francisco. En una audiencia del pasado año, el Santo Padre dijo que “la creación no es una propiedad, de la cual podemos disponer a nuestro gusto; ni, mucho menos, es una propiedad sólo de algunos, de pocos: la creación es un don, es un don maravilloso que Dios nos ha dado para que cuidemos de él y lo utilicemos en beneficio de todos, siempre con gran respeto y gratitud”. 

El Pontífice nunca ha ocultado su enorme preocupación ante el que considera uno de los más grandes desafíos de la humanidad, la custodia de la creación. El propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, habló recientemente con Francisco sobre su esperada encíclica dedicada a la ecología. Para el dirigente de Naciones Unidas, este documento “transmitirá al mundo que proteger nuestro medio ambiente es un imperativo moral urgente y un deber sagrado para toda la gente con fe y conciencia”.

 

 

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Mundo


La crisis de los refugiados rohingya se agrava en el mar de Andamán
 

El Santo Padre anima a la comunidad internacional para que reciban la asistencia humanitaria necesaria. Este pueblo malvive perseguido en Birmania y rechazado en el sureste asiático

Por Sergio Mora

Roma, (ZENIT.org)

“Sigo con viva preocupación la situación de los numerosos refugiados en el Golfo del Bengala y en el mar de Andamán”. Lo indicó este domingo el papa Francisco después de rezar el Regina Coeli. Y añadió que aprecia “los esfuerzos cumplidos por los países que les han dado su disponibilidad y acogen a estas personas que están afrontando graves sufrimientos y peligros”.  Y concluyó animando a la comunidad internacional “para darles la asistencia humanitaria necesaria”.

Los rohingyas son un pueblo musulmán asentado en el Estado de Arakán, en el oeste de Birmania, que sufre persecución. Provenientes en 1948 de la actual Bangladesh, son considerados como inmigrantes extranjeros sea por el Gobierno que por la población de Birmania de credo budista. Desde 1982, con el régimen del general  Ne Win, fueron excluidos de la ciudadanía birmana y por lo tanto quedaron apátridas, al no pertenecer a las 135 'razas nacionales' aceptadas por el país, volviéndose víctimas de una limpieza étnica.

Desde el 2012 la situación empeoró, tras la transición democrática de los 5 decenios de dictadura militar. A mediados de dicho año, se produjeron choques entre los musulmanes rohingya y los budistas rakhine, con un saldo de al menos 140 muertos y unos 140 mil desplazados internos. 

A partir de allí, los rohingya viven totalmente confinados en guetos urbanos o en campos de desplazados internos. Incapaces de trabajar, dependen de una ayuda internacional insuficiente. 
 
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unas 160 mil personas rohingyas han partido en los últimos tres años desde Birmania y desde el sur de Bangladesh, debido a que en donde se encuentran se les ha despojado de todos sus derechos. En lo que va de año, la cifra se eleva a 25 mil, el doble que el mismo periodo del año pasado.

Tailandia, Malasia e Indonesia hasta el momento habían impedido que unas 8 mil personas que se encuentran en frágiles barcos mar adentro lleguen a sus costas. Si lo logran, reciben víveres y agua y son empujados mar adentro.

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El ISIS tras tomar Palmira ejecuta a cientos de civiles
 

La televisión estatal denuncia que entre las más de 400 personas ejecutadas hay mujeres, ancianos y niños

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

Desde que se apoderaron de la ciudad siria de Palmira el pasado miércoles, las milicias yihadistas del autoproclamado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) han emprendido un plan de ejecuciones sistemáticas que se ha cobrado la vida de al menos 400 personas --en su mayoría mujeres, ancianos y niños--, según informó este domingo la televisión estatal de Siria.

Este medio de comunicación oficial recogió las declaraciones del primer ministro, Wael al Halqi, que condenó la “horrible masacre” perpetrada por el ISIS y responsabilizó de los hechos a los “países que apoyan el terrorismo material y militarmente, principalmente a Arabia Saudita, Catar y Turquía, así como a algunos países occidentales”.

Por ello, Al Halqi llamó a la comunidad internacional y a las organizaciones humanitarias para que presionen a “estos Gobiernos que apoyan el terrorismo”.

Las víctimas fueron asesinadas debido a “su lealtad al Gobierno sirio y su desobediencia al ISIS”, explicó el canal, que añadió que “estos crímenes se están perpetrando ante el vergonzoso silencio de la comunidad internacional”.

La televisión siria criticó además que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas “solo haya expresado su 'preocupación' sin tomar ninguna medida disuasoria en el terreno”.

Por su parte, la agencia estatal de noticias Sana aseguró que “los terroristas han matado a más de 400 personas y mutilado después sus cuerpos con el pretexto de que se negaban a acatar sus órdenes”. Citando testimonios sobre asesinatos de decenas de funcionarios, de sus familias y de varios vecinos, describió un paisaje de cadáveres abandonados en las calles de la llamada Perla del desierto.

Las ruinas de Palmira, que son Patrimonio Mundial de la UNESCO, son uno de los vestigios romanos mejor conservados. En la ciudad vivían 50 mil personas antes de la llegada de los fundamentalistas islámicos, aunque muchas de ellas consiguieron ser evacuadas por efectivos del Ejército sirio.

Según diferentes analistas, la entrada de las fuerzas de Abubaker al Bagdadi en la histórica ciudad poco después de la conquista de Ramadi, clave en la vía de acceso hacia la capital iraquí, amenaza con echar por tierra la estrategia de la Administración del presidente Barack Obama frente al avance del yihadismo.

Ya que, a pesar de las más de tres mil oleadas de bombardeos aéreos lanzadas en los últimos nueve meses por la coalición internacional encabezada por Estados Unidos, el ISIS se ha apoderado de la mitad del territorio sirio y de gran parte de las áreas suníes del noroeste iraquí.

El grupo terrorista completó este domingo la toma de control del paso fronterizo de Al Walid, en la carretera que une Palmira con la provincia iraquí de Al Anbar, para consolidar la unidad territorial del Califato a caballo entre Siria e Irak.

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Irlanda: el 'sí' a 'matrimonio gay' es el resultado de una revolución social
 

Mons. Diarmuid Martin pide a la Iglesia un "nuevo lenguaje" para llegar a los más jóvenes, cuyo voto ha resultado clave en la consulta del Gobierno

 

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El electorado irlandés ha aprobado con un 62,07 por ciento de los votos emitidos en el referéndum celebrado este viernes, la legalización de las uniones entre parejas del mismo sexo. Los participantes al referendum fueron el 60,52 por ciento del electorado.

Los datos oficiales dados a conocer este sábado han indicado que los votos en contra de la propuesta del Gobierno para autorizar y dar categoría constitucional al mal llamado 'matrimonio homosexual' han alcanzado el 37,93 por ciento.

El arzobispo de Dublín, Mons. Diarmuid Martin, ha afirmado que la victoria del 'sí' indica la “revolución social” que atraviesa “desde hace tiempo” este país y ha reconocido que la Iglesia debe reaccionar ante estos cambios.

Además, el prelado irlandés ha indicado que los responsables católicos deben hallar un “nuevo lenguaje” para propagar más eficazmente su mensaje, sobre todo entre la juventud, cuyo voto ha resultado clave en la consulta.

“Tenemos que reconectar con los jóvenes para poder recuperar nuestra autoridad moral y poder defender nuestros valores culturales”, ha insistido Mons. Martin.

En la papeleta, los votantes debía contestar con un 'sí' o un 'no' a la propuesta del Ejecutivo irlandés sobre si el “matrimonio puede ser contraído de acuerdo con la ley por dos personas sin distinción de su sexo”. Esa es la frase que el Gobierno, que ha contado con el apoyo de todas las fuerzas políticas nacionales, va a añadir al artículo 41 de la Carta Magna.

Por contra, los detractores de la iniciativa, entre los que figuran grupos provida y la Iglesia católica, sostienen que estas uniones atentan contra los valores de la familia tradicional y que modificarán radicalmente los procesos de adopción y de maternidad subrogada, al tiempo que erosionarán los derechos del menor.

La República de Irlanda ya promulgó en 2010 la ley de Relaciones Civiles que, por primera vez en este país, concedía reconocimiento legal a las parejas de hecho del mismo sexo, pero elude calificar a esas uniones de “matrimonio”.

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Espiritualidad y oración


San Felipe Neri - 26 de mayo
 

«Apóstol de Roma, heraldo de la alegría que derrochó en todo su quehacer impregnando los suburbios de la Ciudad Eterna donde conquistó a niños, jóvenes y adultos. Rehusó el cardenalato diciendo que prefería el paraíso»

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

Este prodigio de caridad advirtió: «Quien quiera algo que no sea Cristo, no sabe lo que quiere; quien pida algo que no sea Cristo, no sabe lo que pide; quien no trabaje por Cristo, no sabe lo que hace». Nació en Florencia, Italia, el 22 de julio de 1515. Su padre era notario; procedía de una familia que había gozado de una excelente posición. Enviudó pronto y se casó de nuevo. Su segunda esposa fue como una madre para sus hijos. Felipe era un niño obediente y amable que cultivaba la oración. De su padre heredó el amor por la lectura. Vivían cerca del monasterio dominico de San Marco, que le gustaba frecuentar, y con el testimonio de los frailes se sintió impulsado a encarnar tan altos ideales religiosos.

Hacia los 18 años su padre le envió a San Germano para que aprendiera el oficio de un primo suyo que era mercader. Felipe lo dejó muy pronto para ir en pos de elevados anhelos. Retirado a Montecassino para orar, vio claramente su vocación. Se fue a Roma en 1533 sin dinero ni proyecto alguno, confiando únicamente en la Providencia. Nada dijo a su padre ni aceptó ayuda de parientes. Se alojó en la casa de Galeotto Caccia, un aduanero florentino, y contribuyó a sufragar los gastos educando a sus hijos. Escribía poesías, pero casi todas ellas las quemó antes de morir junto a otros escritos que redactó. En 1535 comenzó a estudiar filosofía en la Sapienza y teología con los agustinos. Juzgando que sabía lo suficiente, vendió sus libros y entregó las monedas que le dieron a los pobres. Prefería los solitarios claustros y recintos, como las catacumbas, que le traían el aroma de la fe genuina por la que derramaron su sangre tantos cristianos.

Aparcó sus estudios, pero sorprendía a los sabios con la profundidad y claridad de su conocimiento teológico. Se centró en el apostolado que inició con visitas a los hospitales, invitando a otros a acompañarle. Luego añadió tiendas, almacenes, bancos y lugares públicos de Roma. Alegre, simpático, jovial, con proverbial sentido del humor, siempre dejaba caer alguna palabra sobre el amor de Dios. Saludaba a sus conocidos diciendo: «Y bien, hermanos, ¿cuándo vamos a empezar a ser mejores?». Su vida apostólica se caracterizó por la relación entrañable y directa con las personas. Dejaba en ellas el poso de un trato paternal, dulce y, a la par exigente, buscando conducirlas a Dios a través de la confianza en Él, con la sencillez evangélica y el gozo que proporciona vivir la unión divina.

En torno a 1544 conoció a Ignacio de Loyola. En un primer momento le guió la intención de seguir sus pasos, pero después decidió centrarse en el apostolado que estaba realizando. Vivía austeramente, se alimentaba de pan, aceitunas y agua, y en su cuarto solo había una cama, algunas sillas y una cuerda para colgar la ropa. Solía disciplinarse con pequeñas cadenas. Sufrió grandes pruebas y tentaciones. Al atardecer se retiraba para orar en la iglesia de San Eustachio. A veces pasaba la noche al raso. Una de ellas, la víspera de Pentecostés de 1544, hallándose en las catacumbas de San Sebastián quedó sellado místicamente por el Espíritu Santo. Vio descender del cielo un globo de fuego que penetrando por su boca le dejó el pecho henchido de amor, y pidió a Dios que cesase esta gracia porque no podía soportar tal efusión mística. Al morir verían que tenía dos costillas rotas que se combaron para dejar espacio al corazón. Estos arrebatos fueron frecuentes e intensos, tanto que las palpitaciones de esta víscera podían oírlas otros.

Su confesor, el padre Persiano Rossa, con el que inmediatamente congenió y con el que compartía similares afanes, le indujo a ser sacerdote. En 1548 ambos fundaron la cofradía de la Santísima Trinidad para los peregrinos. Felipe se ordenó en mayo de 1551, con 36 años. A su apostolado habitual añadió el confesionario al que dedicaba muchas horas. Con su inspirado juicio enseñaba a los penitentes el valor de la oración. Decía: «Un hombre sin oración es un animal sin razón». Sus misas duraban horas. En sus conversaciones espirituales aconsejaba la lectura de vidas de santos y de misioneros. Luego les llevaba a visitar al Santísimo, y si se animaban les invitaba a cuidar enfermos.

Vivía en San Girolamo della Carità donde residían virtuosos sacerdotes. La espiritualidad que vinculaba a todos los penitentes que atendía tenía como eje central la comunión, la oración y otras acciones complementarias entre las que Felipe introdujo la exposición mensual del Santísimo en la iglesia de San Salvatore in Campo. Todo ello fue germen del Oratorio. Entre sus primeros discípulos se hallaban Cesare Baronio, sucesor suyo, y Francesco María Tarugo. Ambos fueron cardenales. Su ímpetu apostólico dejaba traslucir el vigor de la primera caridad que permanecía intacta en su corazón. Llevado del afán que guía a todos los santos impulsó en sus seguidores el hábito de recorrer las 7 iglesias orando en ellas, como hacía él. Era una actividad abierta a sacerdotes, religiosos y laicos, que fue dejando tras de sí una fecunda estela. Pero no fue del agrado del cardenal Rosaro, vicario de Pablo IV, que le acusó de formar una secta; se le prohibió confesar y predicar.

En 1564 el pontífice le dio su apoyo. Y en 1572 lo designaron párroco de San Giovanni dei Fiorentini, que atendió sin abandonar San Girolamo. Fue en 1575, con la venia de Gregorio XIII, cuando él y los sacerdotes del Oratorio contaron con su propio templo, Santa María in Vallicella, que hubo de reconstruir porque se hallaba en estado ruinoso. Felipe siguió en su residencia habitual hasta 1583 momento en tuvo que abandonarla por obediencia al pontífice para iniciar esa obra. En 1590 Sixto V le ofreció el cardenalato, que rehusó diciendo: «Prefiero el paraíso». Fue adornado con dones extraordinarios, entre otros, además de los milagros, el de penetración de espíritus. Murió el 26 de mayo de 1595. Había sido aclamado ya como «apóstol de Roma». Pablo V lo beatificó el 11 de mayo de 1615, y Gregorio XV lo canonizó el 12 de marzo de 1622. 

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