Esotérica afirmación de un liberal favorable al alquiler de úteros

Juan Ramón Rallo es un liberal “pata negra” -o sea, no parece que pretenda ser católico practicante- que, sin duda por su capacidad y valía profesional, se ha incubado mediáticamente en el medio comunicación liberal por excelencia de este país. A saber, Libertad Digital/Es.Radio. Aunque su especialidad es la economía, su último artículo demuestra bien a las claras cuál es su posicionamiento moral sobre algo tan repugnante como que una mujer pueda alquilar su vientre para “incubar” el hijo de otros. Dice:

El rapapolvo experimentado por el Partido Popular en las pasadas elecciones municipales y autonómicas parece que está siendo interpretado por sus dirigentes como una llamada al enroque reaccionario y liberticida de la formación política. Sólo así se entiende que el Gobierno, después de haber anunciado a bombo y platillo hace seis meses que introduciría una enmienda en la reforma del Registro Civil para permitir la inscripción de hijos de españoles nacidos en el extranjero por procedimientos de gestación subrogada, haya decidido de repente y sin explicación alguna dar marcha atrás en su promesa.

Por si queda alguna duda de su apoyo a esa “transacción” económica consistente en “yo te vendo mi mi cuerpo y tú me compras el hijo”, sigan leyendo:

Recordemos que la gestación subrogada es una técnica de reproducción asistida consistente en que una mujer gesta voluntariamente al embrión de otra pareja que carece de un útero propio. Del mismo modo que la donación de esperma o la fecundación in vitro son técnicas de reproducción asistida perfectamente legítimas, aceptadas y razonables para aquellas parejas que sufren de algún tipo de esterilidad que les impide engendrar un cigoto, la gestación subrogada debería ser vista como una técnica de reproducción asistida igualmente legítima, aceptable y razonable para todas aquellas personas que sí sean capaces de engendrar un cigoto pero que carecen de un útero en el que acoger su desarrollo embrionario.

Que un liberal esté a favor de semejante actividad económica no tiene nada de particular. Pero créanme que es esotérico que el señor Rallo pueda llegar a pensar y decir esto:

Debe ser que, en los últimos días, Rajoy habrá caído en la cuenta de que la expectativa de arañar un puñado de votos del conservadurismo antiliberal bien le vale violar el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Como de costumbre, los políticos no dudan en minar las libertades de los ciudadanos para mantenerse en la poltrona, para acrecentar su poder o, simplemente, para imponerles sus sectarios prejuicios morales a personas que legítimamente no los comparten.

¿Rajoy queriendo arañar votos del conservadurismo antiliberal?, ¿en serio? ¿Se ha tomado don Juan Ramón algo que le ha sentado mal? ¿Rajoy queriendo imponer sectarios prejuicios morales? ¿El presidente que mantiene el derecho al aborto?, ¿el presidente que mantiene el “matrimonio” homosexual?, ¿el presidente bajo cuyo gobierno la asignatura de religión sufre un golpe mortal en Bachillerato? ¿De qué prejuicios morales habla este hombre? ¿Acaso Rajoy tiene alguna moral que no sea la que le recomendaron seguir en alguna logia cuando visitó México tras perder sus segunda elecciones contra el insigne Zapatero?

Pero ojo, resulta que en este tema del alquiler de úteros, el PSOE está en contra -por poco tiempo, sospecho-. Tan es así, que había introducido una emienda que “contemplaba imponer multas, cerrar los locales y clausurar las páginas webs de todas aquellas personas o instituciones que promocionaran, facilitaran o incentivaran el uso de la gestación subrogada“. Aunque la han retirado, no parece que los socialistas estén por el momento muy por la labor de facilitar esa actividad que convierte a los seres humanos más pequeños en objetos de compra y venta.

Seamos serios. Si Rajoy ha retirado ese proyecto no es por arañar votos a los conservadores antiliberales -la mayor parte de ellos le seguirá votando aunque aprobara él mismo la eutanasia-, sino porque no tiene la más mínima intención de mantener una sola batalla con los socialistas en nada que tenga que ver con cuestiones morales.

Lo bueno del artículo del señor Rallo es que puede ayudar a los escasos católicos políticamente conservadores que tienen todavía dudas de a dónde puede llevarles el ir de la mano con los liberales “pata negra”. Aunque en realidad, el “problema” de esos católicos es que son en esencia mucho más liberales que conservadores. A eso ha contribuido mucho el hecho de que los propios medios de comunicación de la Iglesia hayan alentado, promovido y facilitado ese “matrimonio” anti-natural entre el catolicismo y el liberalismo. No solo en materia económica, que también,sino en cuestión de valores. ¿Y dónde queda la “defensa” de la Doctrina Social de la Iglesia dentro de la propia Iglesia? Pues en manos de los que se han amancebado con la izquierda política de este país.

Y a los pocos que decimos no a ambos adulterios, se nos califica de fachas, reaccionarios, inquisidores, nostálgicos del anterior régimen y demás lindezas. Así nos va. Así nos irá.

 

Luis Fernando Pérez Bustamante