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Servicio diario - 14 de junio de 2015

El papa Francisco

En Papa en el ángelus: la encíclica Laudato Sii' "está dirigida a todos"
Pidió oraciones para que su mensaje llegue a todos y sean más responsables hacia la casa común que Dios nos ha confiado

Texto completo del ángelus del 14 de junio de 2015
El papa Francisco explica las parábolas del grano de trigo y de la semilla de mostaza

Francisco recuerda que 'los niños nos miran'
El Papa indica que la ideología de genero es una colonización ideológica que envenena el alma. E invita a las familias a ser testimonios de la belleza del matrimonio y a cuidar a los abuelos

Mundo

Perú: obispos envían mensaje a los 3 millones de emigrantes
Con motivo de la Semana Nacional del Migrante y su Familia  les invitan a conservar su fe cristiana católica y los ponen bajo la protección del Señor de los Milagros

Espiritualidad y oración

La epíclesis en la misa
Catequesis para la familia

Santa Germana Cousin - 15 de junio
«La santa pastora de Pibrac. Nuevo ejemplo de fe en la adversidad el que supo dar esta joven que vivió el cruel abandono de los suyos siendo humillada y destinada a vivir con los animales. Es otra doctora del perdón»


El papa Francisco


En Papa en el ángelus: la encíclica Laudato Sii' "está dirigida a todos"
 

Pidió oraciones para que su mensaje llegue a todos y sean más responsables hacia la casa común que Dios nos ha confiado

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El santo padre Francisco rezó este domingo la oración del ángelus desde la ventana de su estudio que da hacia la Plaza de San Pedro, delante de miles de fieles, peregrinos allí reunidos.

“Como ya ha sido anunciado --dijo el Papa-- el jueves próximo será publicada una Carta Encíclica sobre el cuidado de la creación”, e invitó “a acompañar este evento con una renovada atención a la situación del degrado ambiental, pero también de recuperación de los propios territorios”.

El Obispo de Roma recordó que esta encíclica “está dirigida a todos”. Por este motivo pidió oraciones para que su mensaje llegue a todos: “Recemos para que todos puedan recibir su mensaje y crecer en la responsabilidad hacia la casa común que Dios nos ha confiado” dijo.

Antes de rezar el ángelus Francisco recordó que en el Evangelio de este domingo Jesús enseña dos parábolas muy breves: la semilla que germina y crece por sí misma; y la de la semilla del árbol de mostaza.

“De estas dos parábolas nos viene una enseñanza importante: el Reino de Dios pide nuestra colaboración, si bien es sobretodo iniciativa y don del Señor. Nuestra débil obra aparentemente pequeña delante de los problemas del mundo, si se inserta en la de Dios no tiene miedo de las dificultades”.

Así el Santo Padre invita a la confianza: “La victoria del Señor es segura, su amor hará crecer cada semilla de bien presente en la tierra. Esto nos abre a la confianza y al optimismo a pesar de los dramas, las injusticias, y los sufrimientos que encontramos. La semilla del bien y de la paz florece y se desarrolla, porque lo hace madurar el amor misericordioso de Dios”.  

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Texto completo del ángelus del 14 de junio de 2015
 

El papa Francisco explica las parábolas del grano de trigo y de la semilla de mostaza

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El santo padre Francisco rezó este domingo la oración del ángelus desde la ventana de su estudio que da hacia la Plaza de San Pedro, delante de miles de fieles, peregrinos allí reunidos

Texto completo 

«Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! El evangelio de hoy está formado por dos parábolas muy breves: la de la semilla que germina y crece por sí, y la del grano de mostaza (cfr Mc 4,26–34).

A través de estas imágenes tomadas del mundo rural, Jesús presenta la eficacia de la palabra de Dios y las exigencias de su Reino, mostrando las razones de nuestra esperanza y de nuestro empeño en la historia.

En la primera parábola centra atención sobre el hecho que la semilla echada en la tierra, prende y se desarrolla por sí misma, sea que el campesino duerma o esté despierto. Él confía en la potencia interna de la misma semilla y en la fertilidad del terreno.

En el lenguaje evangélico la semilla es símbolo de la palabra de Dios, cuya fecundidad es invocada por esta parábola. Así como la humilde semilla se desarrolla en la tierra, así la Palabra obra con la potencia de Dios en el corazón de quien la escucha. Dios ha confiado su Palabra a nuestra tierra, o sea a cada uno de nosotros, con nuestra concreta humanidad.

Podemos tener confianza, porque la palabra de Dios es palabra creadora, destinada a volverse 'el grano lleno en la espiga'. Esta parábola si es acogida, trae seguramente sus frutos, porque Dios mismo la hace germinar y madurar a través de caminos que no siempre podemos verificar y de una manera que no conocemos. Y de una manera que no sabemos.

Todo esto nos hace entender que es siempre Dios, que es siempre Dios quien hace crecer su Reino. Por esto rezamos tanto, 'Qué venga tu Reino'. Es él quien lo hace crecer, el hombre es su humilde colaborador, que contempla y se alegra de la acción creadora divina y espera con paciencia los frutos.

La palabra de Dios hace crecer, da vida. Y aquí quiero recordarles la importancia de tener el Evangelio, la Biblia al alcance de mano. El Evangelio pequeño en la cartera, en el bolsillo, de nutrirnos cada día con esta palabra viva de Dios. Leer cada día un párrafo del Evangelio o un párrafo de la Biblia. Por favor no se olviden nunca de esto, porque esta es la fuerza que hace germinar en nosotros la vida del Reino de Dios.

La segunda parábola utiliza la imagen del grano de mostaza. Si bien es el más pequeño de todas las semillas está lleno de vida y crece hasta volverse 'más grande que todas las plantas de huerto'.

Así es el reino de Dios: una realidad humanamente pequeña y aparentemente irrelevante. Para entrar a ser parte es necesario ser pobres en el corazón; no confiarse en las propias capacidades sino en la potencia del amor de Dios; no actuar para ser importantes a los ojos de mundo, sino preciosos a los ojos de Dios, que tiene predilección por simples y los humildes.

Cuando vivimos así, a través de nosotros irrumpe la fuerza de Cristo y transforma lo que es pequeño y modesto en una realidad que hace fermentar a toda la masa del mundo y de la historia.

De estas dos parábolas nos viene una enseñanza importante: el Reino de Dios pide nuestra colaboración, si bien es sobretodo iniciativa y un don del Señor. Nuestra débil obra aparentemente pequeña delante de los problemas del mundo, si se inserta en la de Dios y no tiene miedo de las dificultades.

La victoria del Señor es segura, su amor hará crecer cada semilla de bien presente en la tierra. Esto nos abre a la confianza y al optimismo a pesar de los dramas, las injusticias, y los sufrimientos que encontramos. La semilla del bien y de la paz germina y se desarrolla, porque lo hace madurar el amor misericordioso de Dios.

La Virgen santa, que ha acogido como 'tierra fecunda' la semilla de la divina Palabra, nos sostenga en esta esperanza que nunca nos desilusiona». 

 

El papa Francisco ha rezado el ángelus y después ha dicho las siguientes palabras

«Queridos hermanos y hermanas, hoy es la Jornada mundial de los donantes de sangre. Millones de personas contribuyen de manera silenciosa para ayudar a los hermanos en dificultad. A todos los donantes les expreso mi aprecio e invito a los jóvenes a que sigan su ejemplo.

Saludo a todos ustedes, queridos romanos y peregrinos: grupos parroquiales, familias y asociaciones. En particular saludo a los fieles que llegaron desde Debrecen (Hungheria), de Malta, de Houston (Estados Unidos) y de Panamá. Y de Italia a los files de Altamura, Angri, Treviso y Osimo. Un pensamiento especial a la comunidad de los rumanos católicos que viven en Roma y a los jóvenes de la confirmación de Cerea.

Saludo al grupo de recuerda a todas las personas que han desaparecido y les aseguro mi oración. Y estoy además cercano a todos los trabajadores que defienden de manera solidaria el derecho al trabajo, que es un derecho a la dignidad.

Como ya ha sido anunciado, el jueves próximo será publicada una Carta Encíclica sobre la defensa de lo creado”, e invitó “a acompañar este evento con una renovada atención a la situación del degrado ambiental, pero también de recuperación de los propios territorios.

Esta encíclica está dirigida a todos. Recemos para que todos puedan recibir su mensaje y crecer en la responsabilidad hacia la casa común que Dios nos ha confiado». 

Y a todos ustedes les deseo un buen domingo, y por favor no se olviden de rezar por mi. Y concluyó con su “buon pranzo e arrivederci”.

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Francisco recuerda que 'los niños nos miran'
 

El Papa indica que la ideología de genero es una colonización ideológica que envenena el alma. E invita a las familias a ser testimonios de la belleza del matrimonio y a cuidar a los abuelos

Por Sergio Mora

Roma, (ZENIT.org)

  1. El papa Francisco se reunió en la tarde de este domingo, con miles de fieles que se reunieron en la Plaza de San Pedro, para el congreso eclesial de la diócesis de Roma.

    El Obispo de Roma entró en la jeep abierta y saludó a los allí presentes, familias, catequistas, sacerdotes, operadores sanitarios y niños, muchos de los cuales recibieron su bendición y caricia.

    El título del Congreso “Transmitamos lo que hemos recibido” está tomado de la carta de Pablo a los Corintios y lleva el subtítulo “Nosotros genitores, testimonios de la belleza de la vida”.

    “Las previsiones ayer decían lluvia, es cierto: lluvia de familias en la plaza de San Pedro”, dijo el Papa al tomar la palabra, y añadió: “Es lindo encontrarles al inicio del congreso pastoral de la diócesis de Roma”.

    Indicó que desde hace algunos años se estudia “cómo transmitir la fe en la ciudad”, la cual necesita un nuevo renacimiento moral y espiritual. Porque no todo es lo mismo, ni relativo, como si el Evangelio fuera una linda historia. No puede quedarse como una idea que no toca el corazón, dijo.

    Porque los niños comienzan a oír “estas ideas extrañas, esas colonizaciones ideológicas que envenenan el alma”, y las familias "tienen que reaccionar ante esto".

    Contó un caso de una familia que cuando los niños regresaban a casa tenían que “recatequizarlos” de lo que habían escuchado de los maestros. Y que por ello en octubre el sínodo de la familia servirá para hacer entender la belleza de la misma. Porque “vivir el evangelio en la familia es posible y vuelve felices”.

    Y señaló como primer punto, que la paternidad y maternidad es una vocación de Dios. Y que la providencia quiso confiarles al hombre y a la mujer que se donen totalmente y transmitan la vida. “Un llamado hermoso que nos hace a imagen y semejanza de Dios”. "Esto no se dice en los diarios pero es la realidad", concluyó.

    El Santo Padre les dijo a los miles de fieles allí presentes que en el matrimonio Dios les hizo sentir la belleza del amor, no de la pasión, “y esto hay que descubrirlo cada día”. Incluso también cuando pelean, porque después hacen la paz.

    “Una vez un niño me dijo: que lindo, mis papás se dieron un beso” confió el Papa a las miles de personas presentes, y comentó que los hijos tienen que descubrir "viendo vuestra vida: que lindo es amarse". "¿Se acuerdan del film 'Los niños nos miran?", preguntó, porque además de la felicidad y también está la seguridad del amor de papá y mamá.

    Me permito decir algo feo --añadió el Santo padre-- ver cuanto sufren los niños cuando ven a los papás insultarse, desacreditarse e incluso pegarse. Papá y mamá, ¿cuando ustedes caen en estos pecados piensan que vuestras víctimas son los propios niños? Porque los niños miran a los papás para ver si es posible ser buenos y si con el amor reciproco se supera cada dificultad.

    “Antes que vivir en una casa de ladrillos los niños viven en una casa que es el amor recíproco de los papás” señaló.

    Otro punto fue la diversidad del hombre y la mujer.  Y que cuando los novios piden casarse, le gusta decirle a él: no te olvides que tu vocación es hacerla más mujer, y a ella: hacer a tu marido ser más hombre. Este es el trabajo artesanal de la familia cada día, indicó.

    Los años como el vino, a los matrimonios los hace mejores y este desafío los enriquece y los hace grandes. "Una diversidad que es riqueza, que se vuelve complementariedad y reciprocidad". Y es muy importante "para que los hijos maduren la propia identidad". Esto también, dijo, porque las mamás tienen una cierta sensibilidad y los papás otra, y "se trata de poner los talentos al servicio de los hijos".

    Francisco alertó que cuando los papás perciben que hay problemas, tienen que pedir ayuda, primero a Dios. Y cuando la separación parece inevitable, “acuérdense que la Iglesia les lleva en el corazón”, busquen un entendimiento para la felicidad de vuestros hijos, “no usen a los hijos como rehenes”.  Porque un "que mal hacen los papás separados cuando uno habla mal del otro, porque los niños “son las primeras víctimas de este odio”. Los hijos son sagrados, concluyó.

    Contó también de la mirada silenciosa de una mamá, que cuando iba al trabajo miraba en silencio al hijo que se emborrachaba y como esta mirada silenciosa le ayudó al hijo a entender su situación.

    Y termino su encuentro recordando a los abuelos, “un cuarto de la población de Roma son abuelos”, dijo . Los abuelos que "son la sabiduría de un pueblo, ¿en la familia tienen un lugar digno?”. Recordó la admiración que le despiertan esos abuelos que en los lugares donde la religión era prohibida les hacían bautizar y les enseñaban las oraciones.

    Y contó una historia de cuando él era niño. En una familia un abuelo había tenido un pequeño derrame, y cuando comía se ensuciaba un poco. Así el papá había hecho una pequeña mesa en la cocina para que comiera solo. Pocos días después encuentra a su hijito jugando con maderas, e interrogado le dice que estaba haciendo una mesita para cuando el papá fuera viejo. Reconoció que los abuelos  “cuando se enferman nos piden muchos sacrificios”. Pero que “llevarlos a una casa de reposo sea la última posibilidad”.

    “Siembren amor --concluyó el Papa-- acuérdense de lo que dijo ese niño: 'Hoy he visto a papá y mamá que se daban un beso'”. Después de sus palabras, Francisco se acercó a familias con personas que sufren discapacidades.

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Mundo


Perú: obispos envían mensaje a los 3 millones de emigrantes
 

Con motivo de la Semana Nacional del Migrante y su Familia  les invitan a conservar su fe cristiana católica y los ponen bajo la protección del Señor de los Milagros

Por Redacción

Roma, (ZENIT.org)

En el marco de las celebraciones de la Semana Nacional del Migrante y su Familia, los obispos del Perú, enviaron una carta a todos los compatriotas que se encuentran fuera de su país o que tienen un familiar en el exterior.

En este mensaje, los Obispos indican que la movilidad humana representa un gran desafío para la sociedad y la Iglesia, ya que aproximadamente más de tres millones de compatriotas se encuentran fuera de nuestro país, buscando un mejor futuro.

Por ello, dicen en el mensaje, el Santo Padre nos pide acciones concretas de acogida y solidaridad para los migrantes en nuestras comunidades eclesiales. Asimismo, el Papa pide a los gobiernos del mundo para que mejoren sus políticas en materia migratoria, teniendo en el centro de ellas a la persona humana.

“Compatriotas que se encuentran en los diversos países, los animamos a conservar su fe cristiana católica y los ponemos bajo la protección del Señor de los Milagros, Patrono de los emigrantes peruanos. Queridos migrantes, sus hermanos, los Obispos del Perú, les tienen siempre en su corazón y oraciones diarias. Que María, que acogió el Verbo de Dios, sea modelo de acogida y les conforte en su peregrinar”, concluye en mensaje de los obispos.

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Espiritualidad y oración


La epíclesis en la misa
 

Catequesis para la familia

Por Carmen Francisco

Madrid, (ZENIT.org)

Epíclesis

- ¡Hoy vamos a fijarnos en la epiclesis de la Misa!
- Mamá, qué nombre tan raro

-Es verdad, hijo, es muy raro pero muy importante y además no hay otro nombre para traducirlo. Por eso vale la pena aprenderlo ya desde pequeños y estar muy atentos al momento en que se realiza en la misa.
- Pero, ¿qué significa? Parece chino.

- No es chino, sino griego, y significa literalmente hacer sombra.
- Mamá, eso es muy raro!

- Raro pero muy importante y hasta divertido. ¿En qué momento de la misa el sacerdote hace sombra a propósito? Lo hace con las manos.
- Pues no tengo ni idea, mamá.

- Después del Prefacio, nos adentramos en la Plegaria Eucarística y allí hay un momento en que el Sacerdote extiende sus manos juntas sobre el pan y el vino y llama al Espíritu Santo para que los prepare para la consagración.
- ¡No entiendo nada, mamá!

- Tú ya sabes que el pan y el vino se van a convertir en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, ¿verdad?
- Sí, eso ya lo sé

- Pero, el pan y el vino son sólo un signo de lo importante: que nosotros nos vamos a preparar para recibir a Cristo, que nos vamos a convertir en el Cuerpo de Cristo, porque todos seremos un solo Cuerpo. Y para eso es necesario que el Espíritu Santo nos prepare para que nuestro sacrificio sea agradable a Dios y pueda unirse al Sacrificio del Altar.
- Sigo sin entender

- Bueno, acuérdate que cuando María recibió la visita del ángel, éste le dijo que el Espíritu Santo la cubriría con su sombra y así ella --bajo la protección del Espíritu Santo-- pudo decir: “hágase en mí según tu palabra”. También el pueblo de Israel estuvo cuarenta años en el desierto camino de la Tierra Prometida y el Espíritu Santo estaba con ellos o más bien ellos estaban bajo la sombra de la nube que les acompañó siempre día y noche.

-Ya entiendo. En la epíclesis somos nosotros que nos ponemos bajo la sombra del Espíritu Santo y allí nos sentimos protegidos y el Señor recibe nuestros sacrificios, porque están unidos al sacrificio de Jesús.
- Muy bien, lo has entendido muy bien.

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Santa Germana Cousin - 15 de junio
 

«La santa pastora de Pibrac. Nuevo ejemplo de fe en la adversidad el que supo dar esta joven que vivió el cruel abandono de los suyos siendo humillada y destinada a vivir con los animales. Es otra doctora del perdón»

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

Una de las múltiples tentaciones que se presentan en la vida espiritual es la tendencia a justificar acciones propias negativas amparándose en la deficiente conducta ajena. Un seguidor de Cristo no se escuda en las imperfecciones de otros, que pueden haber salpicado su vida, con el fin de eludir su responsabilidad, y echar por la borda la gracia que recibe para afrontar cualquier situación. Si Germana se hubiese dejado influir por las constantes hostilidades que provenían de su entorno no estaría en la gloria.

Esta santa «sin historia», como se la denomina, es otra de las doctoras en el modo admirable y heroico de asumir el anonadamiento espiritual y el perdón. Un ejemplo de vida oculta en Cristo. Pasó su existencia sin realce social ni intelectual. Deforme de nacimiento, despreciada, maltratada, abandonada de los suyos, humillada, y destinada a vivir con los animales, en ese calvario cotidiano, que llevada de su amor a Dios le ofrecía, se labró su morada eterna en el cielo. Y de eso se trata. Algunas pinceladas de su biografía se reconstruyeron en diciembre de 1644, casi medio siglo después de su muerte, cuando se abrió la tumba para enterrar a una parroquiana y hallaron su cuerpo incorrupto. Dos vecinos, que tenían ya cierta edad y habían sido contemporáneos de la joven, echaron mano de su memoria y dieron pistas para identificarla.

Había nacido en Pibrac, Francia, hacia 1579 porque se piensa que falleció en 1601 cuando tenía 22 años. Su deceso se produjo en completa soledad, como había vivido, en el establo y sobre un camastro de rudos sarmientos, acompañada del ganado que custodiaba. Era hija de Laurent Cousin, quien al enviudar de la madre de Germana, Marie Laroche, que murió cuando aquélla tenía unos 5 años, contrajo matrimonio –era el cuarto para él– con Armande Rajols. Y ésta fue una auténtica madrastra para la pequeña; no tuvo ni un ápice de compasión con la niña. Germana había nacido con una pésima salud. Padecía escrófula y presentaba evidente deformidad en una de sus manos.

Ante la pasividad de su padre, Armande la maltrató cruelmente ideando formas despiadadas para infligirle el mayor daño posible. Al final, la separó de su hogar, le vetó el acceso a sus hijos y la destinó al cuidado de las ovejas con las que conviviría hasta el final. Tenía 9 años cuando comenzaron a enviarla a pastorear en la montaña, seguramente con la idea de ir borrando el recuerdo de su existencia, o hacerla desaparecer bajo las fauces de los lobos. Arrinconada, considerada una nulidad para cualquier acción por sencilla que fuera, Germana tuvo dos ángeles tutelares: una iletrada sirvienta de su familia, Juana Aubian, y el párroco de la localidad, Guillermo Carné. La primera volcó en ella sus entrañas de piedad hasta donde le fue posible ya que, en cuanto vieron que podía medio valerse por sí misma, la enviaron al establo. El excelso patrimonio que Juana le legó fue hablarle del Dios misericordioso. A su vez el sacerdote, hombre sin duda virtuoso y clarividente, juzgó que se hallaba ante una elegida del cielo por los signos que apreciaba en ella: bondad, espíritu de mansedumbre, y una inocencia evangélica tal que infundía una alegría ciertamente sobrenatural.

La mísera ración de comida, mendrugos de pan que le echaban a cierta distancia en prevención de un eventual contagio, la compartía con los indigentes. Ni siquiera esta muestra de compasión consintió la madrastra, y un día la persiguió para darle público escarmiento. Cuando en presencia del vecindario le arrebató violentamente el delantal donde guardaba su esquilmada provisión para los pobres, quedó impactada por el prodigio que se obró en ese mismo instante. Todos vieron cómo se desprendía del modesto mandil una cascada de flores silvestres bellísimas en una estación impropia para su nacimiento y en un entorno en el que no solían brotar, anegando el suelo con sus brillantes colores.

Laurent despertó un día de su cobarde letargo y ofreció a Germana volver al hogar. La joven agradeció la invitación paterna, pero eligió seguir en el cobertizo. Oraba cotidianamente por la conversión de Armande, que no terminó de conquistar esta gracia hasta poco antes de morir. El párroco acogió a la santa como catequista de los niños que entendían maravillosamente las verdades de la fe a través de los ejemplos que ponía. Era asidua a la misa, rezaba el rosario y no podía evitar que fueran haciéndose extensivos los hechos milagrosos obrados a través de ella, y que ya en vida le dieron fama de santidad. Uno de estos se produjo nada más morir el 15 de junio de 1601, y fue contemplado por varios religiosos que se hallaban de paso en Pibrac. Vieron doce formas blancas que se elevaban hacia el cielo dando escolta a una joven vestida de blanco; llevaba la frente ceñida con una corona de flores. Al descubrir que había fallecido, todos supusieron que era Germana que entraba en la eternidad.

Fue enterrada en la iglesia, lugar en el que siguieron multiplicándose los milagros. Los partidarios de la Revolución intentaron destruir sus restos echándoles cal viva. Pero en el siglo XVIII volvieron a hallar su cuerpo incorrupto. Pío IX la beatificó el 7 de mayo de 1854, y la canonizó el 29 de junio de 1867.

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