El Papa Francisco recibió el lunes 15 de junio a los representantes de la Iglesia Husita checoslava y de la Iglesia evangélica de los Hermanos Checos llegados a Roma para celebrar una liturgia de reconciliación con motivo del 600 aniversario de la muerte del reformador Jan Hus, ilustre predicador y rector de la Universidad de Praga, cuyo suplicio fue ya lamentado por san Juan Pablo II en 1999 cuando lo incluyó entre los reformadores de la Iglesia.

”A la luz de esa consideración -dijo Francisco- es necesario continuar el estudio sobre la persona y la obra de Jan Hus, que ha sido durante mucho tiempo un tema de controversia entre los cristianos, mientras que hoy se ha convertido en un motivo para el diálogo. Esta investigación, llevada a cabo sin condicionamientos ideológicos, brindará un importante servicio a la verdad histórica, a todos los cristianos y a la sociedad, incluso más allá de las fronteras de su nación”.

”El encuentro de hoy nos da la oportunidad de renovar y profundizar las relaciones entre nuestras comunidades –añadió el Papa- Muchas disputas del pasado piden ser revisadas a la luz del nuevo contexto en el que vivimos, y llegaremos a acuerdos y convergencias si enfrentamos las tradicionales cuestiones conflictivas con una mirada nueva. Por encima de todo, no podemos olvidar que la profesión común de fe en Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en la que fuimos bautizados, nos une ya en lazos de auténtica fraternidad”.

”El Concilio Vaticano II -recordó- afirmaba que “la renovación de la Iglesia, que “consiste esencialmente en el aumento de la fidelidad a su vocación … es, sin duda, la base del movimiento hacia la unidad … Esta renovación, por tanto, tiene gran importancia ecuménica”- Hoy en día, en particular, la necesidad de una nueva evangelización de tantos hombres y mujeres que parecen indiferentes a la alegre noticia del Evangelio, hace improrrogable el deber de renovación de toda estructura eclesial, de forma que favorezca la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús ofrece su amistad . Y la comunión visible entre los cristianos seguramente hará más creíble el anuncio”.

”Respondiendo a la llamada de Cristo a la conversión continua, que todos necesitamos, podemos avanzar juntos en el camino de la reconciliación y la paz. A lo largo de este camino aprendemos, por la gracia de Dios, a reconocernos unos a otros como amigos y a considerar las motivaciones de los demás bajo la mejor luz posible. En este sentido espero que se desarrollen lazos de amistad a nivel de las comunidades locales y de las parroquias. Con estos sentimientos me uno espiritualmente a la liturgia penitencial que celebrarán aquí en Roma. Dios, rico de misericordia, nos conceda la gracia de reconocernos todos pecadores y de sabernos perdonar unos a otros”, finalizó el Obispo de Roma.

(RC-RV)