Con el objetivo de enriquecer la experiencia de fe de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, la Delegación diocesana de Pastoral Juvenil oferta dos propuestas muy atractivas para este verano: un campamento diocesano para niños en Solana de Ávila (2-6 de julio) y el Encuentro Europeo de Jóvenes en Ávila (4-9 de agosto).

-En la diócesis de Salamanca es muy variada la oferta de campamentos parroquiales. ¿Por qué una convocatoria a nivel diocesano? ¿Se han cumplido las expectativas? ¿Aún hay tiempo para inscribirse?

-A lo largo de estos últimos años hemos asistido a un profundo cambio social y eclesial en nuestra diócesis. Nuestras parroquias han envejecido y paulatinamente se han ido despoblando de niños y jóvenes. Los catequistas han ido envejeciendo y el relevo generacional se va dando muy lentamente. Y los sacerdotes estamos ocupados en mil tareas, pues la mies es mucha y los obreros cada vez somos menos. Con esta situación muchas parroquias de nuestra diócesis han tenido que dejar de hacer campamentos. Bien porque los pocos niños que hay se van a otro tipo de campamentos (deportivos o de inglés) y los pocos interesados se desaniman. O bien porque en las parroquias donde hay muchos niños, no hay monitores suficientes para montar una actividad de esta envergadura. Para dar respuesta ante esta nueva realidad en los últimos años han sido muchas las propuestas que se han ofrecido: convivencias de 3 ó 4 días, campamentos dentro de las parroquias, campamentos urbanos, campamentos interparroquiales, campamentos entre parroquias de distintos arciprestazgos…. Se ha trabajado con entusiasmo, con generosidad, con alegría,… Y no hay que rendirse.

Sin embargo, desde el comienzo de este curso el Equipo de Pastoral Juvenil (EPJ), con el apoyo de nuestro Obispo, hemos querido responder con realismo ante esta situación. Creemos que el trabajo en comunión nos permite ahorrar energía, fuerza, tiempo, desaliento, desesperanza,… y además nos permite ir generando aunque sea lentamente un cierto movimiento juvenil diocesano, que lo necesitamos. Y creemos que para este fin es necesario tener una actividad de carácter diocesano en verano con los niños de la Primera Comunión y de la Poscomunión y con sus párrocos y catequistas. Y la mejor actividad que responde a estas características y a estos objetivos es sin duda un campamento. Por eso en el pasado mes octubre lanzamos el primer campamento diocesano para niños de 9 a 13 años. Hemos querido implicar a todas las parroquias de nuestra diócesis y a todos aquellos que trabajan en la evangelización con niños. A fecha de hoy podemos decir que el camino andado está siendo muy fecundo y confiamos que sea el inicio de algo nuevo…

¡Sueño con una diócesis donde trabajemos más en comunión, donde entre todos iniciemos caminos nuevos de evangelización con los niños y jóvenes salmantinos, donde no existan tantas barreras entre nosotros y seamos capaces de salir de nuestras parroquias para que los niños y jóvenes se encuentren con otros semejantes y juntos puedan descubrir la belleza de la fe y la alegría del encuentro con Jesús!

¿Buenas noticias? Un equipo de monitores, alrededor de 15, chicos de nuestras parroquias que desde octubre llevan preparando el campamento con mucha ilusión y un enorme trabajo. 48 niños que hasta hoy hay inscritos y que proceden de distintas parroquias de nuestra diócesis. La siembra está siendo gratuita y generosa. En estos momentos en el EPJ hay un sentimiento de gratitud a Dios. Damos gracias a Dios por regalarnos estos siete días de convivencia, fiesta, encuentro y de fe.

Para los que tenéis dudas, os animo a participar en esta aventura con Jesús y con otros niños en medio de la creación. ¡Será uno de esos viajes que permanecen siempre vivos en el corazón! Todavía tenéis tiempo para inscribiros. ¡¡El jueves 2 de julio es la fecha tope para embarcarse en este viaje!! ¡¡No os arrepentiréis!!

-La gran propuesta de este verano para los jóvenes es el Encuentro Europeo que se celebrará en Ávila en el mes de agosto con motivo del V Centenario de Santa Teresa de Jesús. Andrés, ¿Qué diferencia este Encuentro Europeo de Jóvenes respecto a ediciones anteriores?

-Este tipo de encuentro se viene haciendo desde hace bastante tiempo. La novedad de este encuentro es el escenario en que se va a desarrollar: Ávila. En otras ocasiones estos encuentros se han organizado en otras ciudades. En España todos recordamos las distintas Peregrinaciones Europeas de Jóvenes (PEJ) que han tenido lugar en Santiago de Compostela (la última en 2010). Este año nos encontraremos en Ávila. ¿Por qué? Porque fue esta ciudad la que vio nacer a Teresa de Jesús, cuyo V Centenario estamos celebrando. En Ávila tendremos tiempo para conocer de cerca a esta gran mujer enamorada de Dios, que buscó infatigablemente, con sencillez y en las pequeñas cosas de cada día a Aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida: Jesucristo.

-El encuentro está dirigido a jóvenes de 14 a 30 años. Desde Salamanca ofrecéis dos programas uno para adolescentes y otro para jóvenes, ¿en qué consisten?

-Para adolescentes entre 14 y 17 años. El encuentro comienza el día 4 de agosto por la tarde en Segovia. Allí junto a otros jóvenes procedentes de las diócesis de Castilla comenzaremos a calentar motores: festival de música, visita a los lugares teresianos, oración y Eucaristía de inicio, acercamiento a la figura de san Juan de la Cruz… El día 5 nos trasladaremos a Ávila donde participaremos hasta el domingo 9 en el Encuentro Juvenil organizado por el Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal. Después de la Eucaristía de envío nos desplazaremos a Alba de Tormes donde tendremos una tarde de relax y convivencia y con el abrazo de Santa Teresa pondremos punto y final a esta aventura.

Para jóvenes entre 18 – 30 años. La aventura comienza en Salamanca la tarde del 4 de agosto donde acogeremos a los jóvenes que vienen de las diócesis de Málaga y Sevilla. En la mañana del 5 estaremos en Alba de Tomes y por la tarde continuaremos el camino hasta Ávila donde participaremos hasta el domingo 9 de agosto en el Encuentro junto a otros jóvenes llegados de todos los rincones de España y de Europa.

-Los jóvenes salmantinos compartirán experiencias con jóvenes malagueños y sevillanos. ¿No es así?

-El verano pasado un grupo de jóvenes de nuestra diócesis vivimos una experiencia de fe con jóvenes de la diócesis de Málaga. Compartimos juntos unos días de trabajo de servicio a los más pobres (Campo de Trabajo Lázaro). Fueron días de encuentro, convivencia, oración, trabajo sencillo, solidaridad, fiesta,… La diócesis de Málaga nos acogió con las brazos abiertos y con las puertas de sus casas abiertas de par en par. Al finalizar aquella experiencia y con el encuentro europeo de Ávila en el horizonte los jóvenes salmantinos les invitamos a pasar unos días en nuestra diócesis antes de dicho encuentro. De ahí que el próximo 4 de agosto unos 250 jóvenes procedentes de Málaga aterrizarán en Salamanca. Entre las actividades programadas para ese día están pensadas una visita nocturna por la ciudad, una vigilia de oración y una visita a Alba de Tormes… Junto a los jóvenes de Málaga vendrá también un grupo muy numeroso de adolescentes y jóvenes procedentes de la diócesis de Sevilla.

-El programa del encuentro contempla tres jornadas inspiradas en las tres obras doctrinales más importantes de Santa Teresa de Jesús: Vida, Camino de Perfección y Castillo interior. ¿Qué mensaje puede aportar Teresa de Jesús a los jóvenes del s. XXI?

-El desarrollo de este encuentro está inspirado en las tres obras doctrinales más importantes de la Santa: Vida, Camino de Perfección y Castillo Interior.

En todo ser humano existe ese deseo de sentirse profundamente amado. Teresa de Jesús estos días nos ayudará a bucear en lo más hondo de nuestro corazón y descubrir cómo Jesús aparece en nuestra vida, nos toca el corazón y nos hace hombres nuevos.

Conocer la experiencia de santa Teresa de Jesús nos ayudará a vencer el miedo que nos paraliza y nos impide ir tras las huellas de Jesús y nos animará a recorrer su camino y así poder descubrir poco a poco el rostro de ese Dios amigo, enamorado de nosotros, que nos saca de nosotros mismos y nos invita a vivir de un modo nuevo.

-¿Qué van a encontrar los jóvenes en Ávila?

-Nos acercaremos a Teresa y a su entorno. Visitaremos los lugares teresianos y la ciudad. Están previstas actividades de tipo lúdico, p. ej., un juego de pistas, o un recorrido orante –de la Encarnación a S. José, p. ej.- con 17 etapas o pasos (con oración, textos teresianos…), inspirado en las Fundaciones teresianas.

Habrá momentos para la reflexión y para la comunicación de experiencia: catequesis, talleres… Recorremos la ciudad, desde tres lugares –la Encarnación, Sto.Tomás, y S. José Obrero- con etapas de reflexión/ oración.

En la ciudad habría varios espacios permanentes: un espacio de oración, un lugar para celebrar la reconciliación, algún espacio vocacional (escucha y consulta, acompañamiento espiritual…).

La Eucaristía se celebraría esos tres días, según grupos lingüísticos, en distintas parroquias de la ciudad, por la tarde. De forma parecida habría un momento de oración de la mañana.

Estos días en Ávila y con Santa Teresa quieren ser un oasis donde nos encontremos con esa alegría que llevamos buscando desde hace tiempo; donde experimentemos la libertad verdadera que nos provoca a soñar con un mundo nuevo y donde despertemos a amar.

-¿Qué les dirías a los jóvenes que aún están indecisos y no saben si lanzarse a esta aventura?

.¡¡¡Merecerá la pena!!! Estoy convencido que cuando uno se deja sorprender por Dios nunca se arrepiente de haber participado en encuentros de este tipo, pues Dios nunca nos defrauda.

-¿Tenéis ya una previsión de participantes? ¿Qué cifras barajáis?

Éxito no es nombre de Dios. Lo importante no está en el número de jóvenes que vayan a participar sino en la experiencia que éstos vivan en dicho encuentro.

Esto no es nuevo. Hace unos días el Señor nos recordaba que en la agricultura de Dios siempre es mínima la semilla: Ezequiel hablaba de una ramita pequeña y tierna. David, del que descendía Jesús, era un pastorcillo de ovejas. Y María, una humilde muchacha de aldea. Que los frutos de nuestra labor no suelen ser inmediatos, sino a largo plazo. A todos nos gusta “llegar y besar”…, pero lo más frecuente es que uno sea el que siembra y otro el que siega. Que no debemos desesperarnos y que no nos cansemos de sembrar, aunque tarde en verse el fruto. Que sigamos sembrando, lanzando la semilla. Dios actúa en secreto. El universo no camina a la muerte, sino al gozo de la recolección. Lo fundamental lo realizará el Señor.

Esta siembra aunque requiere nuestra colaboración, es ante todo tarea del Señor. Es el milagro del amor de Dios, que hace germinar y crecer todas las semillas de bien diseminadas en el corazón de nuestra diócesis, de nuestros jóvenes. Y la experiencia de este milagro de amor nos hace ser optimistas, a pesar de las dificultades y los sufrimientos con que nos encontramos diariamente. San Ignacio de Loyola dice unas palabras que nos pueden servir de ayuda para no desesperarnos en la siembra diaria que cada uno hacemos: “Actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo que en realidad todo depende de Dios”. Y es que la semilla brota y crece, porque la hace crecer el amor de Dios.

(Comunidad – Diócesis de Salamanca)