Hora del martirio (moral, de momento)

 

Yo creo que está fuera de duda que desde hace tiempo los católicos estamos viviendo un auténtico martirio moral que se viene agudizando en los últimos tiempos. Basta decir que eres católico para tener que aguantar lo indecible. Si además de católico, practicante, entonces apaga y vámonos. Católico de primera comunión y bautizo de la niña, pase. Católico de medalla de la Virgen del Carmen y escapulario de la hermandad, bueno. Pero católico de misa los domingos ya es preocupante. Como poco, fascista.

Los católicos estamos empezando a sentirnos en un nuevo apartheid según el cual no tenemos derecho a espacios públicos ni tan siquiera a que nuestras autoridades se arrimen a nosotros ni en días señalados tradicional e históricamente. Los nuevos apestados. Tenemos derecho a existir en nuestras catacumbas, en templos y sacristías, pero no nos está permitido publicitar lo nuestro, dejarnos ver. No tenemos derechos. Pero el estado que es bueno, aún nos tolera.

Además de esto, constantemente se nos reprochan unos inexistentes privilegios mientras se echan sobre nuestras espaldas enseñanza, solidaridad, mantenimiento del patrimonio. Se nos acusa de mentalidades dañinas, de oponernos a los derechos de los demás, de opresores y nuevos inquisidores.

¿Qué queremos? Gente a la que se presenta como enemigos del progreso, inquisidores, llenos de privilegios, malévolos y encima abusadores de niños, mientras se retuerce y se niega su gran labor social a base de decir que la Iglesia no da nada a Cáritas, que es la gente, y que la enseñanza concertada es una forma de enriquecerse. Llegará un día en que habrá gente que estará convencida, no será la primera vez, que eliminar a esa chusma de católicos será un bien social.

Feligreses tengo que me reconocen que su militancia católica les ha supuesto un parón total en su carrera profesional. Otros no se atreven a decir en sus lugares de trabajo que son católicos por miedo a represalias. Los hay que constantemente sufren burlas y ataques por su fe. Ir de cura por la calle es, para un sacerdote, situación de riesgo.

Si es que es poner casi cualquier cadena de televisión, cualquier tertulia, tantísima prensa incluso de la llamada religiosa, y todo son palos a la Iglesia y a los católicos por malos, malvados, retrógrados, enemigos del progreso, chupones, ricachos, retorcidos, atrasados y expoliadores del pueblo. Y como la gente se lo cree, pues día llegará en que acabar con nosotros será dar gloria a la humanidad.

El martirio moral es un hecho. El físico, no descartable. Hoy una cruz que se retira, mañana prohibición de una misa, ahora en Barcelona movilizaciones populares en contra de un convento de las Hermanitas del Cordero, después vaya usted a saber. Los edificios con pintadas, gente asaltando capillas en la universidad al grito de “arderéis como en el 36” y que hoy están sentados como concejales en importantísimos ayuntamientos. Pero usted católico cállese, que bastante tiene con que le dejemos existir.

Así estamos. Aguantando el chaparrón, hasta que un día nos quemen las iglesias y nos hagan desaparecer como favor a la humanidad. ¿Les suena?

 

P.D. Un amigo mío, ante la frasecita “arderéis como en el 36″, respondió: “y vosotros correréis como en el 39″. Le llamaron violento… Tócate las narices…