NOTA DE PRENSA | UCV

El catedrático Francisco Cabrillo asegura que “la competencia reguladora y fiscal de las autonomías puede ser compatible con la unidad de mercado”


El catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid, junto al Dr. Álvaro Cuervo, clausura el curso de verano sobre el sector servicios que la Universidad Católica de Valencia ha celebrado en Santander


 

SANTANDER | 07.08.2015


El Dr. Francisco Cabrillo, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, ha asegurado que la unidad de mercado es “condición y base del desarrollo económico, que permite la especialización y la eficiencia”. Pero, a su vez, ha añadido que “la competencia reguladora y fiscal de las comunidades autónomas puede ser compatible y no romper la unidad de mercado”, ha añadido.

El experto ha clausurado el curso de verano dedicado a analizar el sector servicios que la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir ha venido celebrando durante esta semana en Santander, en el seminario Monte Corbán y que ha contado con el patrocinio de Santander Universidades. El curso ha estado dirigido por el profesor José T. Raga.

El Dr. Cabrillo ha reconocido que dicha competencia reguladora y fiscal de las comunidades autónomas “puede ser una garantía para el contribuyente y para el empresario”, que permite “pagar menos impuestos o tener una regulación menos gravosa”. “Existe una tensión entre tener un mercado unificado y permitir una cierta competencia entre las comunidades autónomas”, ha añadido.

No obstante, el ponente ha matizado que “la cuestión no es sustancialmente diferente en un país como España que en lo que pueda ser la Unión Europea, la lógica del razonamiento es la misma”.

En este sentido, el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid ha valorado de forma “muy positiva” la ley de unidad de mercado, que ha sido recurrida, ha lamentado.

En su opinión, “Tenemos una buena ley de unidad de mercado y marca el recorrido idóneo a seguir en España, que es el reconocimiento mutuo de competencias reguladoras entre las regiones, que lo que se considera aceptable en una pueda aceptarse en otra”.

En cambio, habría que evitar “regulaciones de estándares diferentes, pero, en otros puntos -ha detallado el Dr. Cabrillo- en impuestos o licencias, entre otros, cada comunidad puede tener su propia regulación, mientras respete la regulación de los demás”.

Igualmente, ha manifestado que lo importante es “conseguir que la ley de unidad se aplique”, aunque tiene la “ventaja positiva” de una disposición adicional que permite que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia “frene la aplicación de una ley recurriéndola y solicitando su suspensión temporal desde el primer momento si hay razones claras para pensar que ataca la unidad de mercado”.

No obstante, el Dr. Cabrillo se ha referido a los recursos ante el Tribunal Constitucional por invasión de competencias del que ha sido objeto y “es de esperar en alguna comunidades autónomas una actitud contraria, así como que la torpedeen”. Así, espera que “los mecanismos que la propia ley ha arbitrado se puedan aplicar realmente”.

 

DR. ALVARO CUERVO: “PARA QUE AUMENTE LA PRODUCTIVIDAD EN ESPAÑA HAY QUE APOYAR A LAS PYMES NO POR SERLO, SINO PARA QUE CREZCAN”

Por su parte, el Dr. Álvaro Cuervo, catedrático de Economía de la Empresa de la Universidad Complutense de Madrid, ha analizado la posición del empresario ante los retos del sector servicios en el siglo XXI en los Cursos de Verano de la Universidad Católica de Valencia en Santander.

En su intervención, el Dr. Cuervo ha subrayado que la innovación “no es un problema de oferta sino de demanda, no de subvenciones públicas sino de la presión de los mercados competitivos”. Para el experto de la Complutense, los empresarios son los que convierten la creación científica “en innovaciones, en mejoras de la productividad, en empleo y en bienestar”.

En ese sentido, ha asegurado que la innovación -“el mercado de las ideas”- exige instituciones académicas “vivas”, como sucede en el campo de la biotecnología, por ejemplo en las universidades de Cambridge (Reino Unido), Harvard y la Técnica de Munich (Alemania). Del mismo modo, ha indicado que son imprescindibles también “la llamada cultura del emprendimiento con instituciones de financiación de capital riesgo”, así como “talento directivo” y “capacitación del personal”.

“La innovación depende del capital humano y de la actitud; es decir, de la capacidad del personal para aplicar nuevos conocimientos científicos y tecnológicos. Los empresarios e instituciones instalados con éxito son renuentes a desarrollar nuevas ideas, nuevos negocios a explorar”, ha aseverado.

Asimismo, el economista madrileño ha indicado que la innovación en la empresa se ve afectada en España y en la Unión por la “reducida” participación del sector privado en la ejecución de la I+D, por “centrar la atención” en ‘inputs’ como publicaciones, citas y patentes, por el riesgo de aumentar el conocimiento “sin que se traslade al proceso productivo”.

Por otro lado, el catedrático de Economía de la Empresa ha remarcado que, entre otros factores, el tamaño “explica la productividad y competitividad de la empresa”. En opinión de Cuervo, a través del peso de las empresas de más de 250 trabajadores en un país se comprende su productividad: “En España el 25% de los trabajadores trabaja en empresas de ese tamaño, en la UE, el 36%; en Estados Unidos, el 60%”.

Ello implica, según ha apuntado el experto de la Complutense, que para aumentar la productividad en España es necesario empezar a apoyar a las pymes “no por serlo, sino para que crezcan”, así como eliminar las “barreras del crecimiento” en cuestión de regulaciones laborales, fiscales o barreras de salida.