ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 04 de agosto de 2015

La frase del día 4 de agosto

"La misericordia de Dios es como un arroyo desbordado. Arrastra los corazones cuando pasa". San Juan María Vianney

 


El papa Francisco

El Papa nombra nuevo obispo en Margarita, Venezuela
Monseñor Fernando José Castro Aguayo era hasta ahora obispo de Ampora y auxiliar de Caracas

El Papa a los monaguillos: 'Dios espera pacientemente la respuesta a su iniciativa'
Venidos de distintos países, 9 mil jóvenes se reúnen esta semana en Roma en una Peregrinación internacional 

Texto completo del discurso del Santo Padre a los monaguillos
El Papa recibe en la plaza de San Pedro a 9 mil jóvenes y les recuerda lo afortunados que son porque en la Eucaristía y en los demás sacramentos experimentan la íntima cercanía de Jesús, la dulzura y la eficacia de su presencia

Iglesia y Religión

Todo listo para el Encuentro Europeo de Jóvenes
Con el lema "En tiempos recios, amigos fuertes de Dios", tendrá lugar en la ciudad de Ávila del 5 al 9 de agosto 

El mensaje de santa Teresa llega a miles de personas de Europa, Asia, África y América
En la clausura del Congreso Interuniversitario “Santa Teresa de Jesús, Maestra de Vida”, la presidenta del Consejo Directivo de la UCAV indica que el drama de la cultura actual es la falta de interioridad

Mundo

Obama señala que la lucha contra el cambio climático es una obligación moral
En la presentación del Plan de Energía Limpia, el presidente de Estados Unidos citó al papa Francisco y su encíclica Laudato si' . El mandatario recordó que el Santo Padre está a favor de la reducción de gases contaminantes

Estados Unidos seguirá financiando a Planned Parenthood
El Senado ha votado en contra de retirar los fondos federales a la red de planificación familiar, acusada de traficar con órganos de bebés abortados en sus instalaciones

Más de dos mil migrantes han muerto en el Mediterráneo en lo que va de año
La Organización Internacional para las Migraciones ha calificado de inaceptables las cifras y ha recordado que muchas de las víctimas son personas que huyen de conflictos

Espiritualidad y oración

"La espiritualidad sana aleja algunos factores que producen ansiedad y depresión"
Entrevista con el sacerdote, médico y profesor Wenceslao Vial, sobre su libro "Psicología y vida cristiana. Cuidado de la salud mental y espiritual" 

Para vivir unas cristianas y felices vacaciones
Carta pastoral del arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo Pelegrina. 'Que encontréis en el Señor vuestro reposo'

Comentario a la liturgia dominical
Domingo 19 del Tiempo Ordinario - Ciclo B - Textos: 1 Re 19, 4-8; Ef 4, 30 – 5, 2; Jn 6, 41-51

Beato Federico Janssoone - 5 de agosto
«Franciscano, taumaturgo, custodio de los Santos Lugares. Fue devoto del Sagrado Corazón de Jesús de María y de san José. Impulsor de Vía Crucis y templos. Pasó gran parte de su vida en Canadá»  


El papa Francisco


El Papa nombra nuevo obispo en Margarita, Venezuela
 

Monseñor Fernando José Castro Aguayo era hasta ahora obispo de Ampora y auxiliar de Caracas

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El papa Francisco ha nombrado nuevo obispo de Margarita, Venezuela, a monseñor Fernando José Castro Aguayo, hasta ahora obispo titular de Ampora y auxiliar de Caracas.

Monseñor Fernando José Castro Aguayo nació en Caracas el 29 de julio de 1951. Se licenció como Ingeniero Civil en la Universidad Católica Andrés Bello de esta misma ciudad. Después, realizó los estudios eclesiásticos de Filosofía y Teología en el “Studium Generale” de la Prelatura del Opus Dei en Venezuela y en el Colegio de la Santa Cruz en Roma. Finalmente, realizó el doctorado en Teología en la Universidad de Navarra, España.

Fue ordenado sacerdote en Roma el 31 de mayo de 1984 por la  Prelatura Personal del Opus Dei. Como sacerdote ha desempeñado distintos encargos: Capellán del Centro Universitario “Monteávila”, del Centro Cultural “Guayacán” y del Instituto “Los Arcos” de Caracas. También  ha sido rector de la Iglesia de la Sagrada Familia de Nazaret en Caracas, profesor de Teología en el “Studium Generale” del Opus Dei y del Seminario Mayor de Caracas, arcipreste de Baruta y Vicario Episcopal para la pastoral y Responsable de la zona este de la archidiócesis de Caracas.

El 27 junio de 2009 fue nombrado obispo titular de Ampora y auxiliar de Caracas. Recibió la ordenación episcopal el 26 de septiembre de ese año.

 

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El Papa a los monaguillos: 'Dios espera pacientemente la respuesta a su iniciativa'
 

Venidos de distintos países, 9 mil jóvenes se reúnen esta semana en Roma en una Peregrinación internacional 

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

El santo padre Francisco ha retomado su actividad pública tras un periodo de descanso tras el viaje a América Latina del 5 al 13 de julio. Y su primer encuentro ha sido con 9 mil monaguillos reunidos en Roma procedentes de distintas partes del mundo. Se trata de jóvenes que desde Austria, Alemania, Francia, Portugal, Suiza, Hungría, Serbia e Italia, participan en la Peregrinación internacional que se celebra esta semana bajo el lema “¡Aquí estoy, envíame!”                     

Tras la oración de las vísperas, el Papa ha dirigido un discurso a los presentes en el que ha recordado la importancia de ver que “la proximidad y la familiaridad con Jesús en la Eucaristía sirviendo el altar” se convierte también en una “oportunidad para abrirse a los demás, para caminar juntos, para marcarse metas comprometidas y encontrar la fuerza para alcanzarlas”. Es fuente de verdadera alegría --ha precisado el Pontífice-- reconocerse pequeño y débil, pero saber que, con la ayuda de Jesús, podemos ser revestidos de fuerza y emprender un gran viaje en la vida a su lado.

Haciendo referencia a la lectura que se ha leído durante la oración de las vísperas, el Papa ha recordado que “Isaías tiene una visión que le permite percibir la majestad del Señor, pero, al mismo tiempo, le revela que él, aun revelándose, sigue estando muy distante”.

E Isaías  --ha añadido-- descubre con asombro que Dios es quien da el primer paso, el primero en acercarse; “se da cuenta de que la acción divina no se ve obstaculizada por sus imperfecciones, que únicamente la benevolencia divina es lo que le hace idóneo para la misión, transformándole en una persona totalmente nueva” y, por tanto, capaz de responder a la llamada.

El Pontífice ha recordado a los presentes lo afortunados que son porque en la eucaristía experimentan “la íntima cercanía de Jesús, la dulzura y la eficacia de su presencia”. Y no se encuentran a Jesús “en un inalcanzable trono alto y elevado”, sino “en el pan y el vino eucarísticos, y su palabra no hace vibrar las paredes, sino las fibras del corazón”.

Asimismo, el Santo Padre ha señalado que es Dios “quien espera pacientemente la respuesta a su iniciativa y el que ofrece el perdón a todo el que se lo pida con humildad”.

De este modo, ha advertido que “si no ponemos resistencia a su acción, Él tocará nuestros labios con la llama de su amor misericordioso”, y esto “nos hará aptos para acogerlo y llevarlo a nuestros hermanos”.

Por otro lado, el Papa ha indicado que estamos llamados a “compartir la alegría de reconocerse elegidos y salvados por la misericordia de Dios”, “ser testigos de que la fe es capaz de dar un nuevo rumbo a nuestros pasos, que ella nos hace libres y fuertes para estar disponibles y aptos para la misión”.

El Pontífice, para finalizar, ha afirmado a los jóvenes monaguillos que cuanto más cerca están del altar, “tanto más os recordaréis de dialogar con Jesús en la oración cotidiana, más os alimentaréis de la Palabra y del Cuerpo del Señor y seréis más capaces de ir hacia el prójimo llevándole el don que habéis recibido, dándole a su vez con entusiasmo la alegría que se os ha dado”.

 

                

            

        

 

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Texto completo del discurso del Santo Padre a los monaguillos
 

El Papa recibe en la plaza de San Pedro a 9 mil jóvenes y les recuerda lo afortunados que son porque en la Eucaristía y en los demás sacramentos experimentan la íntima cercanía de Jesús, la dulzura y la eficacia de su presencia

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Publicamos a continuación el discurso completo del Papa a la Peregrinación internacional de monaguillos                           

Queridos monaguillos
Agradezco vuestra presencia tan numerosa, que ha desafiado el sol romano de agosto.

Agradezco al Obispo Nemet, vuestro Presidente, las palabras con las que ha introducido este encuentro. Os habéis puesto en camino desde diversos países para peregrinar a Roma, el lugar del martirio de los apóstoles Pedro y Pablo. Es importante ver que la proximidad y la familiaridad con Jesús en la Eucaristía sirviendo el altar se convierte también en una oportunidad para abrirse a los demás, para caminar juntos, para marcarse metas comprometidas y encontrar la fuerza para alcanzarlas. Es fuente de verdadera alegría reconocerse pequeño y débil, pero saber que, con la ayuda de Jesús, podemos ser revestidos de fuerza y emprender un gran viaje en la vida a su lado.

También el profeta Isaías descubre esta verdad, a saber, que Dios purifica sus intenciones, perdona sus pecados, sana su corazón y lo hace idóneo para llevar a cabo una tarea importante, la de llevar al pueblo la palabra de Dios, convirtiéndose en un instrumento de la presencia y de la misericordia divina. Isaías descubre que, poniéndose confiadamente en manos del Señor, toda su vida se transformará.

El pasaje bíblico que hemos escuchado nos habla precisamente de esto. Isaías tiene una visión que le permite percibir la majestad del Señor, pero, al mismo tiempo, le revela que él, aun revelándose, sigue estando muy distante.

Isaías descubre con asombro que Dios es quien da el primer paso, el primero en acercarse; se da cuenta de que la acción divina no se ve obstaculizada por sus imperfecciones, que únicamente la benevolencia divina es lo que le hace idóneo para la misión, transformándole en una persona totalmente nueva y, por tanto, capaz de responder a su llamada y decir: «Aquí estoy, mándame» (Is 6,8).

Hoy, vosotros sois más afortunados que el Profeta Isaías. En la Eucaristía y en los demás sacramentos experimentáis la íntima cercanía de Jesús, la dulzura y la eficacia de su presencia. No encontráis a Jesús en un inalcanzable trono alto y elevado, sino en el pan y el vino eucarísticos, y su palabra no hace vibrar las paredes, sino las fibras del corazón. Al igual que Isaías, cada uno de vosotros descubre también que Dios, aunque en Jesús se hace cercano y se inclina sobre vosotros con amor, sigue siendo siempre inmensamente más grande y permanece más allá de nuestra capacidad de comprender su íntima esencia. Como Isaías, también vosotros tenéis la experiencia de que la iniciativa es siempre de Dios, porque es él quien os ha creado y querido. Es él quien, en el bautismo, os ha hecho criaturas nuevas, y es siempre él quien espera pacientemente la respuesta a su iniciativa y el que ofrece el perdón a todo el que se lo pida con humildad.

Si no ponemos resistencia a su acción, él tocará nuestros labios con la llama de su amor misericordioso, como lo hizo con el profeta Isaías, y esto nos hará aptos para acogerlo y llevarlo a nuestros hermanos. Como Isaías, también a nosotros se nos invita a no permanecer cerrados en nosotros mismos, custodiando nuestra fe en un depósito subterráneo en el que nos retiramos en los momentos difíciles. Estamos llamados más bien a compartir la alegría de reconocerse elegidos y salvados por la misericordia de Dios, a ser testigos de que la fe es capaz de dar un nuevo rumbo a nuestros pasos, que ella nos hace libres y fuertes para estar disponibles y aptos para la misión.

Qué bello es descubrir que la fe nos hace salir de nosotros mismos, de nuestro aislamiento y que, precisamente rebosantes de la alegría de ser amigos de Cristo, el Señor, nos mueve hacia los demás, convirtiéndonos naturalmente en misioneros.

Vosotros, queridos monaguillos, cuanto más cerca estéis del altar, tanto más os recordaréis de dialogar con Jesús en la oración cotidiana, más os alimentaréis de la Palabra y del Cuerpo del Señor y seréis más capaces de ir hacia el prójimo llevándole el don que habéis recibido, dándole a su vez con entusiasmo la alegría que se os ha dado.

Gracias por vuestra disponibilidad de servir en el altar del Señor, haciendo de este servicio una cancha de educación en la fe y en el amor al prójimo. Gracias por haber iniciado también vosotros a responder al Señor como el profeta Isaías: «Aquí estoy, mándame» (Is 6,8). 

            

 

                            

Texto distribuido por la Sala de Prensa del Vaticano

© Copyright - Libreria Editrice Vaticana

        

 

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Iglesia y Religión


Todo listo para el Encuentro Europeo de Jóvenes
 

Con el lema "En tiempos recios, amigos fuertes de Dios", tendrá lugar en la ciudad de Ávila del 5 al 9 de agosto 

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

La ciudad de Ávila acogerá, entre los días 5 y 9 de agosto, el Encuentro Europeo de Jóvenes, organizado por la Conferencia Episcopal Española (CEE), con el lema "En tiempos recios, amigos fuertes de Dios". Esta reunión tiene lugar en el marco de las celebraciones del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús y ha sido preparada por el Departamento de Juventud de la CEE, en colaboración con la Orden Carmelitana, la Diócesis de Ávila y el Ayuntamiento de Ávila.

Está previsto que, durante estos días, se den cita en Ávila 5.500 jóvenes llegados principalmente de las diócesis españolas y de otros países como Italia, Francia, Portugal, Polonia y Malta, así como grupos de países de fuera de Europa como Australia, Brasil y Argentina.

La dinámica del encuentro girará en torno a la figura de santa Teresa de Jesús, “con el objetivo de dar a conocer su figura y su importancia en la vida de la Iglesia”, informó la CEE en una nota.

Celebraciones, visitas a los lugares teresianos de la ciudad, charlas y conciertos son algunos de los actos programados. Del miércoles 5 al viernes 7 de agosto tendrán lugar a partir de las 22.00 horas los festivales, musicales y conciertos de músicos católicos contemporáneos. Entre los artistas participantes están Toño Casado, Jesús Cabello, la Voz del Desierto, Migueli, Unai Quirós, Nico Montero, Padre Damián, Merche, Pablo López o el humorista Santi Rodríguez.

La explanada del Centro Lienzo Norte acogerá el escenario principal del evento en el que tendrán lugar conciertos musicales, la ceremonia de acogida, así como la Vigilia de oración en la víspera de la clausura y la eucaristía final. El cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, presidirá esta celebración eucarística.

Las catequesis, retiros y misas estarán presididas y dirigidas por más de 30 obispos españoles participantes en el Encuentro Europeo de Jóvenes.  

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El mensaje de santa Teresa llega a miles de personas de Europa, Asia, África y América
 

En la clausura del Congreso Interuniversitario “Santa Teresa de Jesús, Maestra de Vida”, la presidenta del Consejo Directivo de la UCAV indica que el drama de la cultura actual es la falta de interioridad

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

Más de 15 mil abulenses a través del video mapping “La Andariega de Dios” y 450 participantes de 26 países de Europa, Asia, África y América, han recibido el mensaje de santa Teresa de Jesús quinientos años después de su nacimiento gracias al Congreso Interuniversitario “Santa Teresa de Jesús, Maestra de Vida” organizado por la Universidad Católica de Ávila (UCAV). Esta ha sido la principal conclusión que ha reflejado este lunes la presidenta del Consejo Directivo de la UCAV, Lydia Jiménez, en la clausura del mismo. Durante el acto, le han acompañado Mª del Rosario Sáez Yuguero, rectora de la UCAV, y Antonio Calvo, rector de la Universidad CEU San Pablo.

Lydia Jiménez ha señalado que en este congreso “la Santa ha hecho una llamada fuerte a vivir más dentro de nosotros mismos, a vivir una interioridad que nos enriquezca y nos dé fuerza para vivir en el exterior. El hombre necesita también atender a esa llamada interior que es la que le enriquece” porque el drama de la cultura actual es la falta de interioridad, informó la Universidad Católica de Ávila en un comunicado.

Por su parte, Sáez Yuguero ha destacado la investidura de doctora honoris causa a santa Teresa de Jesús como el acto central del congreso. Además, ha reiterado que “podemos aplicar a nuestra vida lo que ella nos enseñó, a hacer oración, a ponernos en relación con Dios”. Y ha asegurado que le “impresiona santa Teresa por la búsqueda tan sincera que tuvo de la verdad, de ella misma y de Dios”. La rectora de la UCAV ha tenido también unas palabras para Lydia Jiménez al decir “a santa Teresa la podemos conocer por sus libros, por sus hijas, pero yo me permito añadir que trabajando con Lydia también conocemos perfectamente a santa Teresa”. Asimismo, ha lanzado un mensaje de agradecimiento para todas las personas que han participado de alguna manera en el encuentro. “Este congreso será un éxito si cada uno de nosotros nos llevamos una lección para nuestra vida”. “Es tiempo de caminar, ahora es el momento de poner por obra lo que hemos aprendido. Yo he aprendido que la paciencia todo lo alcanza y que sólo Dios basta”.

Los ganadores de los concursos de Literatura, Cortometraje y Fotografía “V Centenario Santa Teresa de Jesús” han recogido sus premios durante la clausura del Congreso Interuniversitario “Santa Teresa de Jesús, Maestra de Vida”. Quintín García y José Luis Vázquez son, respectivamente, los ganadores del premio de Literatura, que ha coordinado la Universidad San Jorge de Zaragoza, en las categorías de Poesía y Relato. Además, Ediciones Universidad San Jorge ha editado una publicación que recoge de forma conjunta los textos de los cuatro ganadores. En el caso del concurso de fotografía, coordinado por la Universidad Francisco de Vitoria, el ganador ha sido Florencio Sánchez Sanz. Y, el primer premio del concurso de cortometrajes, que ha coordinado la Universidad CEU San Pablo, ha sido para Mª Jesús Carravilla, con su obra sobre el palomar de Gotarrendura (Ávila).

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Mundo


Obama señala que la lucha contra el cambio climático es una obligación moral
 

En la presentación del Plan de Energía Limpia, el presidente de Estados Unidos citó al papa Francisco y su encíclica Laudato si' . El mandatario recordó que el Santo Padre está a favor de la reducción de gases contaminantes

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió este lunes la obligación moral de su gobierno en la lucha contra el cambio climático, cuyas consecuencias definió como la mayor amenaza para el futuro.

En una ceremonia en la Casa Blanca, el mandatario presentó los detalles del denominado Plan de Energía Limpia para limitar las emisiones contaminantes de las centrales termoeléctricas del país e impulsar la inversión en energías renovables.

“Van a decir que nuestro plan va a destruir millones de puestos de trabajo”, aseguró Obama al señalar que a su lado tiene a la mayoría de la opinión pública y a personalidades como el papa Francisco, quien se ha manifestado a favor de la reducción de gases contaminantes.

“Somos la primera generación que siente las consecuencias del cambio climático y la última que tiene la oportunidad de hacer algo para detenerlo”, apuntó el gobernante. “Este es uno de esos problemas que por su magnitud, si no lo hacemos bien, no podremos reaccionar ni adaptarnos. Cuando hablamos de cambio climático, existe la posibilidad de llegar tarde”, insistió.

“Solamente tenemos un hogar, un planeta. No hay un plan B”, dijo Obama al admitir que ningún país por sí solo puede hacer lo suficiente para frenar el calentamiento global.

El presidente estadounidense subrayó además que, como dejó claro el Pontífice en su encíclica Laudato si', “la lucha contra el cambio climático es una obligación moral”.  “La ciencia nos está diciendo que tenemos que hacer mucho más”, reconoció. “No hay un desafío que suponga una amenaza mayor para nuestro futuro que el cambio climático”, reiteró Barack Obama.

Las medidas presentadas ayer complementan el objetivo general con el que EEUU se ha comprometido ante la ONU con miras a la conferencia mundial sobre cambio climático que se celebrará en diciembre en París.

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Estados Unidos seguirá financiando a Planned Parenthood
 

El Senado ha votado en contra de retirar los fondos federales a la red de planificación familiar, acusada de traficar con órganos de bebés abortados en sus instalaciones

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El Senado de Estados Unidos votó este lunes por primera vez sobre la posibilidad de retirar todos los fondos federales a una organización de planificación familiar que lleva a cabo abortos a nivel nacional, Planned Parenthood, acusada de traficar con órganos de bebés abortados en sus instalaciones. Con 53 votos a favor y 46 en contra, los senadores republicanos no lograron la mayoría que necesitaban para que se aprobara la medida.

La controversia surgió a lo largo del mes de julio, cuando salieron a la luz una serie de vídeos grabados con cámara oculta por el Centro para el Progreso Médico, en los que altos representantes de la multinacional estadounidense supuestamente negocian pagos para la venta de órganos.

En una de las grabaciones se puede ver a la doctora Deborah Nucatola, directora de los servicios médicos de Planned Parenthood, cuando dice que “muchas personas quieren corazones intactos”.

“Siempre los hígados más intactos posibles”, afirma durante una conversación sobre la petición de tejidos fetales por parte de científicos y técnicas de aborto que permitan preservar determinados órganos. “Probablemente entre 30 y 100 dólares”, asegura la doctora cuando se le pregunta por la tarifa.

Vender partes de fetos es ilegal en Estados Unidos, pero la organización ha defendido enérgicamente que solo cobra por ellos lo suficiente para cubrir sus propios costes para preservar y transportar el tejido fetal hasta los investigadores, algo que sí permite la ley federal.

En cualquier caso, la polémica ha agravado la suspicacia de muchos republicanos hacia Planned Parenthood, que recibe más de 500 millones de dólares al año en fondos federales, la mayoría a través de subvenciones y del programa de seguros médicos para personas con bajos recursos, Medicaid.

Esta red de planificación familiar administra 700 clínicas en Estados Unidos. En ellas se atienden a 2,7 millones de pacientes por año. Aproximadamente un tercio del millón de abortos que se realizan anualmente en el país se llevan a cabo en clínicas de Planned Parenthood.

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Más de dos mil migrantes han muerto en el Mediterráneo en lo que va de año
 

La Organización Internacional para las Migraciones ha calificado de inaceptables las cifras y ha recordado que muchas de las víctimas son personas que huyen de conflictos

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

Más de dos mil personas han muerto ya este año en el Mediterráneo intentando llegar a Europa, una cifra inaceptable, ha señalado este martes la portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Itayi Virri, que ha hecho balance de los primeros siete meses de 2015. El último informe de la OIM indica que en el mismo período del año pasado las víctimas fueron 1.674, mientras que en todo el 2014 murieron 3.279 personas.

“Desgraciadamente durante este fin de semanas hemos alcanzado las 2.000 víctimas; migrantes que en el 2015 han intentado alcanzar Europa a través del mar Mediterráneo”, ha explicado Virri. Y según las previsiones probablemente el número seguirá en aumento en los próximos meses. Se espera además que de aquí hasta finales de año lleguen a las costas europeas más de 200 mil personas.

Por su parte, el director general de la OIM, William Lacy Swing, ha reiterado que “es inaceptable que en el siglo XXI la gente que huye de las guerras, de las persecuciones o la pobreza deba soportar estas terribles experiencias en sus propios países, por no hablar durante el viaje, para después morir a las puertas de Europa”.

El documento hecho público hoy por la organización intergubernamental con sede en Ginebra destaca que la mayor parte de los migrantes murieron en la ruta del Mediterráneo central que une Libia con Italia mientras intentaban atravesar el Canal de Sicilia, la ruta más peligrosa para quienes se embarcan en precarias barcazas en busca de un futuro mejor.

En lo que va de año, los países del sur de Europa son los que han registrado un mayor flujo migratorio, especialmente Italia y Grecia. Cerca de 97 mil personas llegaron al país transalpino frente a las 90.500 que lo hicieron al país heleno.

Sin embargo, la dramática contabilidad de los muertos en el Mediterráneo evidencia terribles diferencias entre ambas naciones: 1.930 personas murieron mientras intentaban alcanzar las costas italianas frente a 60 que lo hicieron tratando de buscar un futuro mejor en Grecia.

A pesar de la magnitud de la tragedia, la OIM ha asegurado que podría haber sido peor si no fuera por los esfuerzos de los guardacostas que, a diario, patrullan las aguas del Mediterráneo en busca de embarcaciones con migrantes a la deriva. De hecho, unas 188 mil personas han sido rescatadas en lo que va de año.  

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Espiritualidad y oración


"La espiritualidad sana aleja algunos factores que producen ansiedad y depresión"
 

Entrevista con el sacerdote, médico y profesor Wenceslao Vial, sobre su libro "Psicología y vida cristiana. Cuidado de la salud mental y espiritual" 

Por Rocío Lancho García

Roma, (ZENIT.org)

¿Soy responsable de mi forma de ser? ¿Se puede salir de la depresión? ¿Cómo vencer la ansiedad? ¿Existen medios para superar la adicción a las drogas o a internet? ¿Qué puede hacer la familia de una persona con trastornos mentales? ¿Cuándo se necesita un médico, un psicólogo o un sacerdote? ¿Es el sexo un invento anticuado, un juego o un tabú? Estas son algunas de las preguntas a las que Wenceslao Vial --médico, sacerdote y profesor de psicología y vida espiritual en la Universidad de la Santa Cruz en Roma-- responde en su libro "Psicología y vida cristiana. Cuidado de la salud mental y espiritual". ZENIT lo ha entrevistado para profundizar sobre algunos aspectos de esta materia.

¿De qué forma se relaciona la salud, la enfermedad y la vida espiritual?
--Profesor Vial: La salud y la vida espiritual están íntimamente relacionadas, por la asombrosa unidad del ser humano, en sus dimensiones física, psíquica y espiritual. La enfermedad psicofísica afecta la esfera espiritual, aunque no de un modo necesario, pues muchas personas con una salud deteriorada crecen en su relación con los demás y con Dios, llenas de paz.
Para entender esto es útil la comparación de santo Tomás, en que el espíritu sería como un músico y el cuerpo su instrumento. El músico, el espíritu humano, aunque no esté enfermo, puede ser incapaz de interpretar la melodía, si se desafina o se rompe el instrumento. Tantas veces, sin embargo, el espíritu se sobrepone a las limitaciones del instrumento y toca de un modo espléndido. En los casos graves, en que este espíritu es incapaz de manifestarse, como en algunas demencias y patologías con deterioro importante de la inteligencia y voluntad, una vida espiritual hasta entonces rica puede continuar dando frutos, aunque no se noten exteriormente. No sólo la persona enferma se une más a Dios y crece, sino también los que la cuidan y atienden con cariño.
También hay una enfermedad que afecta al espíritu: abandonar la búsqueda del sentido de la existencia o negarlo a priori; dejar de preguntarse por qué existimos en un universo ordenado, excluir arbitrariamente a Dios y creerse autosuficiente. Son éstas las raíces del pecado, la incoherencia vital que afecta al bienestar global de la persona. Qué bueno es cuidar el cuerpo y el alma, para servir más y mejor a Dios y a los demás.

¿Hasta que punto estamos condicionados por nuestro carácter?
--Profesor Vial:  El carácter son los aspectos del modo de ser adquiridos con la educación, en la familia, en el colegio, el ambiente en que vivimos, los sucesos positivos o negativos. El término tiene su origen en las incisiones que hacían los griegos en sus monedas. Dejaban en ellas una huella profunda, imborrable. Así es el carácter, pero nosotros no somos un trozo de metal inerte.
La fuerza del espíritu humano y la acción de la gracia son capaces de modificar nuestro modo de ser. Si no, ¿cómo podría el cristiano parecerse cada día más a Cristo? Es una tarea que requiere tiempo, todo el tiempo…, pues la personalidad se forma hasta el final de la vida. Para cambiar el modo de ser hay que tener en cuenta otros elementos, como el temperamento heredado, las tendencias. Pero no vale la excusa: “mis padres eran así”, o, “son cosas de mis instintos”. El ser humano transforma los instintos en tendencias –pues es consciente del objetivo al que se dirige– y los orienta con inteligencia y voluntad. En el desafío por mejorar, no estamos solos: tanta gente nos ayuda con su ejemplo y sus consejos; y Dios actúa incluso en lo más recóndito de nuestro ser, hasta en el inconsciente, si lo dejamos. La formación del carácter bien sigue el dicho: si tu proyecto dura unos meses siembra arroz, si dura años planta árboles, si dura toda una vida forma hombres.  

La depresión, la ansiedad, el estrés, problemas tan de actualidad, ¿se pueden combatir desde la vida espiritual?
--Profesor Vial: Más de un 15 por ciento de la población sufre algún tipo de depresión y hasta un 25 por ciento experimenta trastornos de ansiedad. El estrés suele ser la base de ambos fenómenos. Este término, prestado por la ingeniería de materiales, se refiere a la presión que afecta a nuestro organismo y lo fatiga. Incluso los más fuertes pueden romperse con el estrés mantenido, como el hierro se quiebra cuando se fuerza por un tiempo.
Los recursos espirituales ayudan a afrontar y a prevenir numerosos problemas psíquicos, como demuestran los estudios científicos. La espiritualidad sana aleja algunos factores que producen ansiedad y depresión, sin olvidar que las enfermedades psíquicas tienen múltiples causas, muchas de ellas involuntarias. Es lógico, pues la vida de relación con Dios ofrece un significado a la propia existencia, que da estabilidad, paz, serenidad, especialmente al considerarse en las manos de un Padre que no juega ciegamente con los destinos de las personas. Dentro de las “armas”, destaca el sacramento de la confesión: ser perdonados, saberse perdonados y perdonar posee propiedades curativas grandes, más allá de lo humanamente explicable.
Si, por cualquier motivo, se produce alguna ruptura, la vida espiritual ayuda a soportar y a tomar medidas, para reducir en lo posible el sufrimiento y encontrarle sentido. Entre estas medidas se incluye la consulta médica, en los casos de depresión y trastornos de ansiedad.

En su libro también habla de trastornos de la sexualidad, ¿cómo afrontarlos desde la fe?
--Profesor Vial: Para abordar la realidad humana es preciso comprenderla con la razón. No es necesaria por tanto la fe para afrontar los problemas relacionados con la sexualidad. Ante una enfermedad o trastorno, el creyente acudirá a un médico experimentado, como cualquier otra persona con sentido común.
Quisiera sin embargo mencionar dos fenómenos que hoy dificultan la comprensión de la sexualidad a partir de la razón: la ideología del género y la banalización del tema.
El primero lo ilustro con un suceso reciente. En un museo de Viena, un grupo de niñas y niños de unos siete a nueve años contemplaban el cuadro de la infanta María Teresa pintado por Velázquez. Me divertí al ver que la profesora ofrecía a las niñitas un vestido de época, similar al de la princesa, con una especie de armadura metálica sobre la que se pone la falda. Las niñas lo iban probando y fotografiándose con orgullo. En un cierto momento, lo ofreció también a un chico, que se resistía, y le dijo: “anda, así puedes ser como Conchita Wurst” (cantante transgender). Hechos como este a veces no son bromas, sino adoctrinamiento de niños que aún no tienen capacidad de discernir. Se intenta negar las diferencias entre hombre y mujer, poniendo en duda una identidad esencial. El mismo Freud se sorprendería al ver que el concepto de sexo vuelve a ser un tabú, y es reemplazado por “género”, que más recuerda a su sinónimo “tela”, que se puede llevar o no y cambiar a voluntad.
El segundo fenómeno, más antiguo, es la banalización de la sexualidad, que lleva a numerosos jóvenes a no esperar el momento adecuado para iniciar la práctica sexual. Muchos psicólogos advierten los riesgos de estas conductas. Quemar las etapas con demasiada anticipación hace que se agoste no sólo el amor, sino el mismo placer, que termina por desaparecer. Al igual que la tierra explotada necesita cantidades crecientes de productos para volver a ser fértil, quien abusa de su cuerpo como mero objeto de placer, se hace esclavo de un imparable consumo de estimulantes, píldoras, imágenes... Sobre esta base surgen problemas o crímenes como la pornografía, la prostitución, la pedofilia: la “danza en torno al cerdo de oro”, con palabras de Viktor Frankl.
¿Cómo afrontar este panorama desde una visión de fe? Con el esfuerzo por conocer mejor la naturaleza humana, rezando por la familia y la identidad, con optimismo. La fe no es imprescindible para entender la sexualidad, pero creer en Dios y en el destino eterno del hombre ayuda a respetar el significado del cuerpo y saber esperar al amor en el matrimonio.

¿Por qué es importante que sacerdotes, educadores, formadores de centros religiosos y directores espirituales sean capaces de conectar la psicología con la vida espiritual?
--Profesor Vial: Un conocimiento profundo del ser humano implica saber psicología, sin necesidad de ser psicólogos: será la ciencia de un buen padre o madre de familia. Con frecuencia, quien padece sentimientos de culpa patológicos, se adentra en la desesperación o la angustia, no acudirá en primer lugar a un médico o psicólogo, sino a un amigo, a un profesor, a un sacerdote. De aquí la importancia de estar preparados y saber encauzar, si el caso lo requiere, hacia otro tipo de ayuda.
Conocer bien el “instrumento”, mencionado al principio, permite orientar mejor para que se toque del modo adecuado. Por eso, quien acompaña a otros en su camino hacia la madurez humana y espiritual tiene la responsabilidad de formarse en la comprensión de la persona y de la moralidad. Así darán los consejos más certeros y sabrán discernir y encaminar. La auténtica autorrealización sólo es posible cuando se elige y actúa de acuerdo al bien moral.

¿Cómo saber si se necesita recurrir a un médico, a un psicólogo o a un sacerdote?
--Profesor Vial: En algunos casos es sencillo, como cuando uno tiene dolor de estómago, o padece un delirio. En otros, es tan complejo que no es fácil contestar en pocas líneas. En muchas ocasiones son útiles el médico, que afrontará las enfermedades propiamente dichas; el psicólogo, que ayudará a descubrir y superar conflictos, a conocer posibles pensamientos distorsionados; y el sacerdote, que mostrará a Cristo como Modelo y será instrumento para que la persona reciba la gracia de Dios. No existen recetas siempre eficaces, pues cada persona es única e irrepetible.
Se pueden dar, de todos modos, algunos consejos. El primero es comprender cuál es el problema y su raíz de fondo que explica el síntoma: tantas veces alguna mala idea de nosotros mismos, considerarnos inútiles, sucesos pasados que atormentan, la incapacidad de perdonar. Si no se consigue con rapidez llegar a las causas, descifrarlas y aliviar las molestias, será más importante pedir ayuda especializada y dejarse guiar por las personas que nos quieren. Si hay síntomas como la desgana, la apatía, el exceso de nerviosismo, que se prolongan por semanas, a pesar de seguir los consejos de un sacerdote o director espiritual, puede ser prudente la consulta a un médico o psicólogo.

¿Cómo diferenciar los problemas psicológicos de las dificultades espirituales?
--Profesor Vial: En el libro he intentado dar soluciones y sugerencias prácticas para afrontar distintas situaciones, que no siempre es posible diferenciar. Un problema psíquico puede desencadenar problemas espirituales y un problema espiritual puede favorecer trastornos psicológicos. La oración, el examen de conciencia sincero, la ayuda de un director espiritual que escucha con paciencia, consiguen habitualmente llegar al fondo.
Es clave valorar los aspectos del modo de ser, para determinar si son normales, si se pueden afrontar como defectos sin más, o si hay un trastorno de la personalidad que requiere de un especialista. Si hay dificultades importantes de perfeccionismo obsesivo, escrúpulos, impulsividad, emotividad, susceptibilidad, celos, irresponsabilidad, abuso de sustancias o alcohol, excentricidades, es más probable que se necesite un médico o psicólogo experto. El punto que divide lo normal de lo patológico no es neto. Se puede considerar que un rasgo es anormal, cuando la persona sufre y hace sufrir, por su modo de ser o por las consecuencias.
La vida cristiana incluye necesariamente conceptos psicológicos y espirituales. Se apoya en la identidad personal, saber quién es uno, reconocerse limitado y finito, y la fe en que somos criaturas. Sobre esta realidad se asienta una autonomía no absoluta, que permite elegir los medios para el proyecto de existencia, que sólo es posible con esperanza: es decir, si creemos en una misión y confiamos en alcanzar la meta. En la cúspide se sitúan la autoestima y la caridad: sólo quien se sabe importante se desarrolla plenamente. El mayor motivo de autoestima es saberse queridos por Dios, ¡transformados en hijos suyos! Esta convicción permite salir de uno mismo hacia los demás, querer y comprender a todos.

 

 

           

 

 

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Para vivir unas cristianas y felices vacaciones
 

Carta pastoral del arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo Pelegrina. 'Que encontréis en el Señor vuestro reposo'

Por Monseñor Juan José Asenjo

Sevilla, (ZENIT.org)

Queridos hermanos y hermanas:

Algunos habéis comenzado ya el descanso estival. Otros lo haréis en agosto. Es muy probable que en las últimas semanas hayáis dado muchas vueltas al cómo y dónde de vuestras vacaciones. Seguramente habéis consultado a agencias turísticas itinerarios, alojamientos, precios y otras circunstancias. Pensar en ello es importante, pero lo es mucho más pensar qué vamos a hacer, cómo vamos a distribuir nuestro tiempo y qué frutos queremos sacar de estos días de descanso. Me vais a permitir que reflexione con vosotros sobre algunos aspectos en los que tal vez no habéis reparado.

No faltan quienes planifican unas vacaciones frenéticas y agotadoras, experimentando las mismas prisas, los mismos ruidos y parecidas tensiones a las que nos acucian a lo largo del año. De esta forma, retornan a sus ocupaciones habituales más cansados que cuando marcharon. Para descansar y reponer fuerzas, para comenzar un nuevo curso escolar, pastoral o laboral, necesitamos alejarnos de las ocupaciones ordinarias e, incluso, de los lugares de nuestra residencia habitual o trabajo. Para un cristiano, sin embargo, las vacaciones no deben ser un tiempo perdido, ni un paréntesis en nuestro camino de maduración humana y sobrenatural. Son más bien un período necesario para el reposo físico, psicológico y espiritual y un derecho que todos deberíamos poder disfrutar. Las vacaciones nos ofrecen la oportunidad de crecer, de formarnos, de reconstruirnos por dentro, de recuperar la serenidad y la paz que nos roban las prisas acuciantes de la vida ordinaria.

Las vacaciones no pueden ser una pura evasión, ni una dimisión de los sanos criterios morales o una huida de uno mismo o del servicio a nuestros hermanos. Cada año son más, gracias a Dios, los jóvenes, y también algunos adultos que aprovechan las vacaciones para hacer una experiencia de servicio a los más pobres en el Tercer Mundo o incluso una experiencia misionera. Conozco jóvenes que marcharán a Calcuta este verano para colaborar con las religiosas de la Madre Teresa en el servicio a los  pobres. Otros muchos jóvenes participarán como monitores en colonias con niños de nuestra Archidiócesis, modos todos ellos magníficos de vivir unas vacaciones provechosas y enriquecedoras en el apostolado o en el servicio fraterno.

Las vacaciones tampoco pueden ser un abandono de nuestras obligaciones religiosas, una hibernación de nuestras relaciones con Dios o una  huida de Aquél en el que encontramos el verdadero y auténtico descanso. Ello quiere decir que en nuestra relación con Dios no puede haber vacaciones. Todo lo contrario. Al disponer de más tiempo libre, hemos de buscar espacios para la interioridad, el silencio, la reflexión, la oración y el trato sereno, largo y relajado con el Señor. Por ello, son de alabar aquellos cristianos que aprovechan las vacaciones para hacer Ejercicios Espirituales, o al menos unos días de retiro en la hospedería de un monasterio, o peregrinan a un santuario buscando el silencio y el rumor de Dios que sólo habla en el silencio y al que podemos encontrar también contemplando las maravillas de la naturaleza. El mar, la montaña, los ríos, el amanecer y la  puesta del sol, las noches estrelladas, los animales y las plantas, nos  hablan de Dios y pregonan las obras de sus manos (Sal 18,1-7).

Otro modo de aprovechar bien las vacaciones es la lectura reposada, que ofrece un grato descanso a nuestra mente y, al mismo tiempo, es semilla fecunda  de criterios sanos y positivos, tanto desde una perspectiva cultural, como desde la perspectiva de nuestra formación cristiana. Las vacaciones son, por fin, días para el encuentro y la convivencia, para la charla apacible, para compartir la mesa, gozar de la amistad y robustecer las relaciones familiares que, a veces, durante el año, resultan escasas o insuficientes como consecuencia del trabajo y de las obligaciones de cada día.

No quiero terminar sin tener un recuerdo especial, lleno de afecto solidario, hacia quienes no tendréis vacaciones, impedidos por la edad, la enfermedad o las dificultades económicas generadas por la crisis económica. Que encontréis en el Señor vuestro reposo y podáis escuchar de sus labios estas palabras tan confortadoras: “Venid a Mí  todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré”  (Mt 11,28).

A todos los demás, os deseo unas felices, fecundas y cristianas vacaciones. Como en el caso de los discípulos de Emaús, el Señor nos acompañará siempre en nuestro camino (Lc 24,13-15). Dios quiera que también nosotros lo descubramos en la Eucaristía, en la que muy bien podríamos participar diariamente en estos días de descanso. Que lo descubramos también a nuestro lado en la playa, en la montaña o en nuestros lugares de origen, a los que muchos retornaremos a la búsqueda de nuestras raíces. Que Dios os bendiga, os proteja, os guarde y os custodie en su amor. Ojala todos volvamos con más ganas de trabajar y de ser mejores.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

 + Juan José Asenjo Pelegrina

 Arzobispo de Sevilla

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Comentario a la liturgia dominical
 

Domingo 19 del Tiempo Ordinario - Ciclo B - Textos: 1 Re 19, 4-8; Ef 4, 30 – 5, 2; Jn 6, 41-51

Por Antonio Rivero

Brasil, (ZENIT.org)

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor y director espiritual en el seminario diocesano Maria Mater Ecclesiae de são Paulo (Brasil).

Idea principal: Sin fe es imposible entender, valorar y acercarse al banquete donde se nos sirve este Pan de vida eterna, que es Jesús.

Síntesis del mensaje: Sigue la catequesis de Jesús sobre el Pan de la Vida en la sinagoga de Cafarnaún. Hoy Cristo nos pide fe para creer que Él es el verdadero Pan de la vida que Dios envía a la humanidad para que sacie su hambre. El que crea en Él tendrá la vida eterna.

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, la fe puede pasar por momentos duros psicológicos, como le pasó al profeta Elías en la primera lectura de hoy. Elías, huyendo de las amenazas de muerte de la reina Jezabel, es vencido por el miedo y la depresión, a pesar de haber hecho gala de coraje y confianza en la escena anterior. Esta imagen del profeta, tocando los límites de la existencia, resulta entrañable y conmovedora. No menos conmovedores son los cuidados de Dios hacia el profeta, brindándole comida y aliento por medio de un ángel en una doble escena que nos recuerda la del torrente Querit. Ya en el desierto, la huida de Elías se convierte en peregrinación hacia el Horeb, la montaña de Dios: “Fortalecido por ese alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta la montaña de Dios, el Horeb”. Elías parece desandar el camino del pueblo en busca de los orígenes de la fe. Para acercarnos y gustar del Pan de la Eucaristía tenemos que vencer todos los obstáculos desde la fe y confianza en Dios. Dios le dio a Elías pan para comer, y lo llenó de energía. Así también a nosotros en la Eucaristía.

En segundo lugar, el Evangelio me invita a purificar la fe de otros obstáculos mentales. La gente, que ha seguido a Jesús hasta ahora más por interés propio que por fe, lo empieza a criticar. No están listos para creer y seguir sus palabras, cuando les reprocha su prudencia humana y sus ideas preconcebidas. No es extraño a nuestra propia experiencia: tendemos también a elegir lo que nos gustaría o no nos gustaría creer. Jesús deja bien claro que la fe es un regalo de Dios: “Nadie puede venir a mí si mi Padre que me envió no lo atrae”. ¡Tenemos que sentir la atracción por Jesús! De lo contrario, cualquier tío-vivo, carrusel psicodélico o feria de la plaza nos llamará más la atención que este Pan de vida eterna.

Finalmente, y con la fe robustecida y purificada, entonces estamos preparados para comer de este Pan y nuestra alma tendrá vida; creceremos en fe, esperanza, amor a Dios; amor, justicia y solidaridad con los demás. Si comemos el Cuerpo de Cristo, no moriremos para siempre; viviremos para siempre después de la muerte, pues la Eucaristía es prenda de la gloria futura. La semana pasada contemplamos la Eucaristía como sacrificio; sacrificio incruento de Cristo, actualizado en la santa misa. Hoy damos un paso más: la Eucaristía también es prenda de la gloria final. El que la recibe como corresponde, vivirá para siempre. No quiere decir, lógicamente, que la recepción de la Eucaristía nos ahorre la muerte corporal. Nosotros comulgamos con frecuencia, y a pesar de todo un día moriremos. Acá se trata de la muerte espiritual, de la muerte eterna. El Pan que desciende del cielo nos libra de esa muerte y nos da la vida que no perece. Todo alimento nutre según sus propiedades. El alimento de la tierra alimenta para el tiempo. El alimento celestial, que es Cristo, Pan bajado del cielo, alimenta para la vida eterna. Nuestro Horeb es el cielo. Hasta allí, hasta ese umbral, nos acompañará el Pan bajado del cielo.

Para reflexionar: ¿Cuáles son mis motivaciones para recibir la Santa Comunión? ¿Disfruto de este banquete de la Eucaristía? ¿Cada día crece mi fe en la Eucaristía?

Para rezar: Gracias, Señor, por tu Eucaristía que no sólo nos acompaña en nuestra peregrinación al cielo, sino que, en cierto modo, ya desde ahora siembra algo de “cielo” en nuestro interior. Señor, dame conciencia de que en la Sagrada Comunión te recibo a Ti resucitado y glorioso; y me aplicas el fruto de tu Pasión y me comunicas el germen de tu resurrección. Me da alegría lo que me dice san Gregorio de Nisa: “al recibirte, me conviertes en principio de resurrección, frenando en Ti la descomposición de mi naturaleza”. Tú eres, Señor, el remedio de inmortalidad, como decía san Ignacio de Antioquía. Y yo lo creo.

Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org

 

 

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Beato Federico Janssoone - 5 de agosto
 

«Franciscano, taumaturgo, custodio de los Santos Lugares. Fue devoto del Sagrado Corazón de Jesús de María y de san José. Impulsor de Vía Crucis y templos. Pasó gran parte de su vida en Canadá»

 

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

En esta festividad de la Dedicación de la basílica de Santa María la Mayor, celebramos la vida de este franciscano, devoto de María, apóstol en Tierra Santa y en cuantas misiones le encomendaron, que nació en la localidad francesa de Ghyvelde, el 19 de noviembre de 1838. Sus padres eran unos honrados campesinos que gozaban de buena posición económica. Coherentes con su fe católica habían alentado la de sus numerosos hijos. Así Federico, siendo un adolescente, vio en el sacerdocio el más preciado ideal para su vida. Y después de cursar estudios en el colegio de Hazebrouck y en el Instituto de Ntra. Sra. de las Dunas, de Dunquerque, ingresó en el seminario. Tenía buena base, porque cuando hizo la primera comunión a la edad de 14 años había recibido una intensa y dilatada formación. Entonces hacía cuatro años que su padre había muerto. Y precisamente esta circunstancia que influyó en la economía doméstica le obligó a dejar aparcada su preparación eclesiástica. Su sentido de la responsabilidad le hizo ver que su familia precisaba de su ayuda para salir adelante.

En 1861 fue su madre quien partió de este mundo, mientras su vocación franciscana se hacía cada vez más palpable en su interior. Entonces tenía 23 años y a los 26 dio cauce a este sentimiento ingresando en el convento de Amiens donde hizo el noviciado. Luego pasó por Limoges y por Bruges donde completó las etapas de su consagración. En 1868 emitió la profesión, y en 1870 recibió el sacramento del orden. Una de sus primeras misiones fue el frente para asistir como capellán a los soldados que se batían en la guerra franco-prusiana. Cuando ésta culminó lo destinaron sucesivamente a Branday, a Burdeos, con el fin de abrir un nuevo convento, y a París donde se hizo cargo de la biblioteca. A partir de entonces su labor iba a desarrollarse lejos de Europa marcada con el mismo sello: el celo apostólico que había tenido hasta ese momento.

Los cinco primeros años que pasó en Tierra Santa, desde 1876 hasta 1881, como vicario custodial de ese patrimonio incomparable de la fe que se halla bajo el amparo de los franciscanos, dejaron una profunda huella en su vida. Tras un periodo de estancia en Canadá donde recaudó limosnas para el sostenimiento de los Santos Lugares, además de implicar a los fieles en la tarea apostólica, volvió a Tierra Santa en 1882. Otros seis años de estancia en ella sirvieron, entre otras cosas, para poner al descubierto cualidades que anteriormente permanecieron veladas. De hecho, no se había presentado la ocasión de constatar su valía para el mundo diplomático, pero en ese periodo solventó asuntos delicados con notable éxito. Cuando volvió a Canadá en 1888 dejaba atrás obras como la iglesia de santa Catalina construida por él, y los reglamentos del Santo Sepulcro y de Belén. No regresó a Tierra Santa, pero siguió vinculado a ella en calidad de comisario.

El resto de su existencia discurrió en tierras canadienses, primero en Montreal y después en Trois-Rivières, Quebec. Su vida religiosa era un vivo testimonio de amor a Cristo. Era un hombre austero, que había encarnado el carisma franciscano admirablemente, sencillo, confiado, paciente, acogiendo las dificultades con paz, dispuesto a cumplir en todo momento la voluntad de Dios. Vivía el ideal de pobreza con rigor, y trataba con ternura a los pobres, que eran sus dilectos hermanos en Cristo. Adoraba con sumo fervor la Eucaristía y llevaba grabado en su corazón el amor a María. Con ese espíritu mariano alentó a los fieles a involucrarse en el culto, y a vivir piadosamente. Impulsó peregrinaciones al santuario de la Virgen Du-Cap, cercano a Trois-Rivières, que presidía; le servían para recordar a todos que se llega al Hijo a través de la Madre. También fue devoto del Sagrado Corazón de Jesús y de San José. Compartió estas tres dilecciones con la gente y se produjo un notable incremento de fieles que acudían a Jesús, María y José. Por mediación de la Virgen, Federico recibió gracias extraordinarias y se obraron milagrosas curaciones. Convirtió a muchas personas.

Asimismo, infundió gran amor a la adoración eucarística. Predicaba, impartía catequesis, asistía a fraternidades franciscanas seglares difundiendo el carisma al que se había abrazado. También redactaba escritos, y buscaba ayuda para erigir obras de gran calado como el santuario de la Virgen del Rosario, de Cap La Madeleine, que logró convertir en el templo de la adoración perpetua de Québec, y el monasterio de las clarisas de Valleyfield. A instancias suyas se erigieron imponentes Via crucis en distintos lugares. Nada de ello habría salido adelante si no hubiese estado sumergido en la oración y en la penitencia. Murió en Montreal el 4 de agosto de 1916. Tenía 77 años. Juan Pablo II lo beatificó el 25 de septiembre de 1988. Sus restos se veneran en Trois-Rivières.

 

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