ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 26 de agosto de 2015

La frase del día miércoles 26 de agosto

"No mi verdad, sino la verdad". 
(San Agustín)

 


El papa Francisco

Texto completo de la catequesis del Papa del 26 de agosto
Francisco indica que un corazón lleno de amor a Dios sabe transformar en oración un pensamiento sin palabras

El Papa en la audiencia: 'En la oración sentir a Dios como la caricia que nos tiene en vida'
Francisco invitó también a leer diariamente alguna frase del Evangelio y a meditarlo en familia rezando unos por otros

El Papa invita a la primera 'Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación'
En la audiencia el Santo Padre recuerda que el 1 de septiembre se realizará una liturgia de la palabra en la Basílica de San Pedro

Iglesia y Religión

El Sínodo de las Iglesias metodistas y valdenses responde a la petición de perdón del Papa
Aseguran en una carta querer "escribir juntos una nueva historia, diferente de la de la confrontación del pasado"

El cardenal Cañizares preside en Ávila la fiesta de la Transverberación de Santa Teresa
Se conmemora la experiencia mística que vivió la doctora de la Iglesia, en la que veía a un ángel atravesar su corazón con una lanza 

Será beato un obispo siro católico mártir del genocidio asirio
El obispo siro católico Flaviano Michele Melki, será proclamado beato el próximo sábado, en el convento patriarcal de Nuestra Señora de la Liberación en Harissa, en el Líbano

España: promocionan la Ruta de los primeros cristianos de Tarraco
La ciudad de Tarragona y la Diócesis proponen un recorrido que incluye los museos y monumentos más importantes por su legado paleocristiano

Mundo

Uruguay: los ginecólogos podrán oponerse a realizar abortos
El Tribunal de lo Contencioso Administrativo falló a favor del legítimo derecho de los médicos a la objeción de conciencia

Espiritualidad y oración

Santa Mónica - 27 de agosto
«Madre de san Agustín, mujer de fe invencible, creyó firmemente en la conversión de su hijo por la que suplicó sin cesar vertiendo ardientes lágrimas. Con su santidad de vida logró también la conversión de su violento esposo»  

Vacaciones ecológicas
Reflexiones del obispo de San Cristóbal de Las Casas


El papa Francisco


Texto completo de la catequesis del Papa del 26 de agosto
 

Francisco indica que un corazón lleno de amor a Dios sabe transformar en oración un pensamiento sin palabras

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

En la audiencia de este miércoles 26 de agosto el papa Francisco invitó a reflexionar sobre la oración en familia. Recordó que el espíritu de la oración se fundamenta en el gran mandamiento: «amaras al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas» y que la oración se alimenta del afecto por Dios. Al punto que un corazón lleno de amor a Dios sabe transformar en oración un pensamiento sin palabras, una invocación delante de una imagen sagrada, o un beso hacia la iglesia. 

A pesar de lo complicado que es el tiempo en la familia, siempre ocupado, con mil cosas que hacer, precisó que la oración nos permite encontrar la paz para las cosas necesarias, y descubrir el gozo de los dones inesperados del Señor, la belleza de la fiesta y la serenidad del trabajo.

Publicamos a continuación la catequesis del Santo Padre:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Después de haber reflexionado sobre cómo la familia vive los tiempos de la fiesta y del trabajo, consideramos ahora el tiempo de la oración. La queja más frecuente de los cristianos tiene que ver precisamente con el tiempo: “Debería rezar más…; quisiera hacerlo, pero a menudo me falta tiempo”. Escuchamos esto continuamente. El disgusto es sincero, ciertamente, porque el corazón humano busca siempre la oración, incluso sin saberlo; y no tiene paz si no la encuentra. Pero para que se encuentre, es necesario cultivar en el corazón un amor “cálido” por Dios, un amor afectivo.

Podemos hacernos una pregunta muy simple. Está bien creer en Dios con todo el corazón, está bien esperar que nos ayude en las dificultades, está bien sentir el deber de agradecerle. Todo bien. Pero, ¿lo queremos algo también al Señor? ¿El pensamiento de Dios nos conmueve, nos asombra, nos enternece?

Pensemos a la formulación del gran mandamiento, que sostiene a todos los demás: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu”. La fórmula usa el lenguaje intenso del amor, derramándolo sobre Dios. Entonces, el espíritu de oración vive principalmente aquí. Y si vive aquí, vive todo el tiempo y no se va nunca. ¿Podemos pensar en Dios como la caricia que nos mantiene con vida, antes de la cual no hay nada? ¿Una caricia de la cual nada, ni siguiera la muerte, nos puede separar? ¿O lo pensamos solo como el gran Ser, el Todopoderoso que ha creado todas las cosas, el Juez que controla cada acción? Todo es verdad, naturalmente.

Pero solo cuando Dios es el afecto de todos nuestros afectos, el significado de estas palabras se hace pleno. Entonces nos sentimos felices, y también un poco confundidos, porque Él piensa en nosotros ¡y sobretodo nos ama! ¿No es impresionante esto? ¿No es impresionante que Dios nos acaricie con amor de padre? Es muy hermoso, muy hermoso. Podía simplemente darse a conocer como el Ser supremo, dar sus mandamientos y esperar los resultados. En cambio Dios ha hecho y hace infinitamente más que eso. Nos acompaña en el camino de la vida, nos protege, nos ama.

Si el afecto por Dios no enciende el fuego, el espíritu de la oración no calienta el tiempo. Podemos también multiplicar nuestras palabras, “como hacen los paganos”, decía Jesús; o también mostrar nuestros ritos, “como hacen los fariseos”. Un corazón habitado por el amor a Dios convierte en oración incluso un pensamiento sin palabras, o una invocación delante de una imagen sagrada, o un beso enviado hacia la iglesia.  

Es hermoso cuando las madres enseñan a los hijos pequeños a mandar un beso a Jesús o a la Virgen. ¡Cuánta ternura hay en eso! En aquel momento el corazón de los niños se transforma en lugar de oración. Y es un don del Espíritu Santo. ¡No olvidemos nunca pedir este don para cada uno de nosotros! El Espíritu de Dios tiene su modo especial de decir en nuestros corazones “Abbà”, “Padre”, nos enseña a decir padre precisamente como lo decía Jesús, un modo que no podremos nunca encontrar solos. Este don del Espíritu es en familia donde se aprende a pedirlo y a apreciarlo. Si lo aprendes con la misma espontaneidad con la que aprendes a decir “papá” y “mamá”, lo has aprendido para siempre. Cuando esto sucede, el tiempo de la entera vida familiar viene envuelto en el vientre del amor de Dios, y busca espontáneamente el tiempo de la oración.

El tiempo de la familia, lo sabemos bien, es un tiempo complicado y concurrido, ocupado y preocupado. Siempre es poco, no basta nunca. Siempre hay tantas cosas que hacer. Quien tiene una familia aprende pronto a resolver una ecuación que ni siquiera los grandes matemáticos saben resolver: ¡dentro de las veinticuatro horas consigue que haya el doble! Es así ¿eh? ¡Existen mamás y papás que podrían ganar el Nobel por esto! ¿eh? ¡De 24 horas hacen 48! No sé cómo lo hacen, pero se mueven y hacen. Hay tanto trabajo en la familia.

El espíritu de la oración restituye el tiempo a Dios, sale de la obsesión de una vida a la que le falta siempre el tiempo, reencuentra la paz de las cosas necesarias y descubre la alegría de los dones inesperados. Unas buenas guías para esto son las dos hermanas Marta y María, de quienes habla el Evangelio que hemos escuchado; ellas aprendieron de Dios la armonía de los ritmos familiares: la belleza de la fiesta, la serenidad del trabajo, el espíritu de oración. La visita de Jesús, a quien querían mucho, era su fiesta. Un día, sin embargo, Marta aprendió que el trabajo de la hospitalidad, si bien es importante, no lo es todo, sino que escuchar al Señor, como hacía María, era la cosa verdaderamente esencial, la “parte mejor” del tiempo.

Que la oración brote de la escucha de Jesús, de la lectura del Evangelio, no olviden... cada día leer un pasaje del Evangelio. La oración brote de la confianza con la Palabra de Dios. ¿Hay esta confianza en nuestra familia? ¿Tenemos en casa el Evangelio? ¿Lo abrimos alguna vez para leerlo juntos? ¿Lo meditamos rezando el Rosario? El Evangelio leído y meditado en familia es como un pan bueno que nutre el corazón de todos. Y por la mañana y por la noche, y cuando nos sentamos en la mesa, aprendamos a decir juntos una oración, con mucha sencillez: es Jesús el que viene entre nosotros, como iba en la familia de Marta, María y Lázaro.

Una cosa que tengo en el corazón, que he visto en las ciudades... ¡Hay niños que no han aprendido a hacer la señal de la cruz! Tú, mamá, papá, enseña a tu niño a rezar, a hacer la señal de la cruz. Esta es una tarea hermosa de las mamás y de los papás.

En la oración de la familia, en sus momentos fuertes y en sus pasos difíciles, somos confiados los unos a los otros, para que cada uno de nosotros en la familia sea custodiado por el amor de Dios. Gracias.

(Texto traducido y transcrito del audio por ZENIT)

También puede leer: El Papa en la audiencia: 'En la oración sentir a Dios como la caricia que nos tiene en vida'

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El Papa en la audiencia: 'En la oración sentir a Dios como la caricia que nos tiene en vida'
 

Francisco invitó también a leer diariamente alguna frase del Evangelio y a meditarlo en familia rezando unos por otros

Por Sergio Mora

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

En este miércoles por la mañana del verano romano, el papa Francisco llegó a la Plaza de San Pedro en el jeep blanco para la audiencia general. Allí encontró a los fieles y peregrinos que le esperaban con cantos y aplausos. El Santo Padre se detuvo varias veces para saludar a los presentes y bendecir y besar a varios niños.

Tras la lectura en diversos idiomas del Evangelio que narraba el episodio de Marta y María, se dirigió a los presentes que le acogieron con un fuerte aplauso.

Después de haber reflexionado en las dos audiencias anteriores sobre la familia relacionandolos con la fiesta y el trabajo, ahora el Papa se centró en la oración.

El Santo Padre si bien reconoció que en las familias “a veces hay un desagrado sincero por no tener más tiempo para rezar”, invitó no solamente a rezar, sino a “desarrollar un amor afectivo hacia Dios” y a interrogarse si el pensamiento de Dios nos asombra.

El espíritu de la oración -- indicó el Papa-- se fundamenta en el gran mandamiento: «amaras al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas». La oración se alimenta del afecto por Dios.

Porque, añadió, tenemos que sentir a Dios “como la caricia que nos tiene en vida y antes de la cual no hay nada, Una carica de la cual ni la muerte nos puede separar”.

Porque es limitado entender a Dios “como un gran ser que hizo todo, el juez que controla cada cosa” o “”como el ser superior que da los mandamientos. Eso es verdad, dijo, pero solamente cuando existe el afecto se le entiende”. “El nos ama, es impresionante, que nos acaricie. Es tan bello”, dijo.

“Dios hace más --insistió Francisco-- nos acompaña en la vida, nos protege, nos ama”. Por ello indicó la necesidad de que el afecto por Dios “encienda el fuego del espíritu de la oración”, contrariamente serán muchas palabras como las de los paganos o las de los fariseos.

El Pontífice señaló la belleza de la oración espontánea, como la de una invocación o un pensamiento, o como un beso enviado se vuelve una oración. “Es lindo cuando las mamás enseñan a sus hijos a enviarle un beso a Jesús o a la Virgen”, dijo.

Porque “es el Espíritu Santo quien nos enseña a decir 'Abba Padre', como lo decía Jesús” y con este don no nos podremos nunca encontrar solos, dijo. Un don, añadió, que se debe aprender en familia, con la misma naturalidad con la que se dice papá o mamá.

Y si bien reconoció que en las familias siempre falta el tiempo, el espíritu de la oración da el tiempo a Dios, encuentra la paz de las cosas necesarias y la alegría de los dones inesperados.

Refiriéndose a la lectura del Evangelio de hoy, precisó que Marta y María, aprendieron de Dios la armonía de los ritmos familiares. La fiesta, el trabajo y la oración. Y que un día Marta aprendió que el trabajo del hogar no era todo, sino que la parte mejor era la oración.

Así invitó a leer cada día alguna párrafo del Evangelio. E interrogó: ¿Tenemos en casa el Evangelio, lo abrimos para leerlo juntos? Lo meditamos rezando el rosario, porque es un pan bueno que nutre a todos.

Y concluyó indicando que ha visto en las ciudades que hay niños que no saben hacer la señal de la cruz. Papá y mamá, enseña a tu hijo a persignarse, y este es una tarea hermosa de papá y mamá.   

En los saludos en idiomas, en español dijo: "Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica. Invito a todos a descubrir la belleza de la oración en familia para que rezando unos por otros seamos protegidos por el amor de Dios. Muchas gracias".

Al final de la Audiencia General un grupo danza tradicional argentina debutó ante el Pontífice-

También puede leer: Texto completo de la catequesis del Papa del 26 de agosto

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El Papa invita a la primera 'Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación'
 

En la audiencia el Santo Padre recuerda que el 1 de septiembre se realizará una liturgia de la palabra en la Basílica de San Pedro

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

Durante la audiencia general de este miércoles en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco recordó que el próximo martes 1 de septiembre se celebrará por primera vez la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación.

En comunión de oración con nuestros hermanos ortodoxos y con todas las personas de buena voluntad, queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis ecológica que se está viviendo”.

Recordó que “en todo el mundo las varias realidades eclesiales locales han programado oportunas iniciativas de reflexión, para que la Jornada se vuelva un momento fuerte, también teniendo e vista que deben ser asumidos estilos de vida coherentes”.

“Con los obispos, sacerdotes, las personas consagradas y los fieles de la Curia Romana -precisó el Pontífice- nos encontraremos en la basílica de San Pedro a las 17 horas, para una liturgia de la palabra, a la cual invito desde ahora a participar a todos los romanos, a los peregrinos y a quienes lo deseen”.

 

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Iglesia y Religión


El Sínodo de las Iglesias metodistas y valdenses responde a la petición de perdón del Papa
 

Aseguran en una carta querer "escribir juntos una nueva historia, diferente de la de la confrontación del pasado"

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

Los participantes en el Sínodo de las Iglesias metodistas y valdenses, que se está celebrando desde el domingo en la localidad de Torre Pellice, en Turín, han aprobado el lunes pasado por la tarde una carta de respuesta a la petición de perdón formulada por el papa Francisco.

En una rueda de prensa, que ha tenido lugar ayer martes en la ciudad turinesa, se ha presentado el texto y el significado de la misiva, y se han realizado algunas precisaciones sobre el texto, que había permitido un mal entendido en algunos medios de comunicación.

Así, el profesor Fulvio Ferrario, coordinador de la Comisión para el ecumenismo de las Iglesias metodistas y valdenses, ha afirmado que “queremos escribir juntos una nueva historia, diferente de la de la confrontación del pasado, puesta bajo el perdón de Dios”.

El pasado 22 de junio, durante su visita al templo valdense en Turín, el Pontífice pidió “por parte de la Iglesia católica, perdón por las actitudes y los comportamientos no cristianos e incluso inhumanos que a lo largo de la historia, hemos tenido contra vosotros”. “Unas palabras que acogemos con respeto y emoción, convencidos de que todo diálogo entre cristianos es siempre un acontecimiento que ocurre delante de Dios”, ha indicado Ferrario. El perdón es la “voluntad de caminar juntos, de pasar página”, y esto es precisamente lo que la carta del Sínodo expresa: “nuestras Iglesias --dice el documento-- están dispuestas a escribir juntas esta historia, nueva también para nosotros”.

“La visita del Papa a la iglesia valdense de Turín ha sido un acontecimiento nuevo, histórico, pero que no obstante se injerta en un camino ecuménico ya comenzado, que ya tiene su propia historia y ha producido algunos frutos significativos”, ha dicho la pastora Maria Bonafede, responsable de las relaciones ecuménicas de la Federación de Iglesias Evangélicas en Italia (FCEI), que ha ampliado el discurso al contexto más amplio de las relaciones ecuménicas entre las Iglesias evangélicas y la católica.

“Quisiera recordar el llamamiento ecuménico contra la violencia hacia las mujeres firmado conjuntamente, el pasado mes de marzo, por los representantes de FCEI, de la Conferencia Episcopal Italiana y de varias Iglesias ortodoxas presentes en nuestro país. Un documento importante, que marca una nueva calidad en las relaciones entre las Iglesias, y les recuerda su responsabilidad educativa hacia lo que puede definirse como una emergencia nacional”, ha apuntado la pastora. 

También el ámbito de la acogida a los refugiados supone una colaboración bien encaminada, así como una seña de identidad compartida por todos los cristianos.  En este sentido, ha concluido Bonafede, “el proyecto común de FCEI y la Comunidad de San Egidio, para el establecimiento de corredores humanitarios entre Marruecos e Italia, es otro ejemplo de un camino ecuménico que se realiza en la acción práctica”.

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El cardenal Cañizares preside en Ávila la fiesta de la Transverberación de Santa Teresa
 

Se conmemora la experiencia mística que vivió la doctora de la Iglesia, en la que veía a un ángel atravesar su corazón con una lanza 

Por Iván de Vargas

Madrid, (ZENIT.org)

El cardenal arzobispo de Valencia, Mons. Antonio Cañizares Llovera, presidirá este miércoles en el monasterio de la Encarnación de Ávila, una misa con motivo de la festividad de la Transverberación del Corazón de Santa Teresa de Jesús. Al finalizar la Eucaristía, que tendrá lugar a las 20 horas en la zona norte de la ciudad amurallada, se venerará una reliquia de la doctora de la Iglesia.

Esta celebración --que será oficiada por el que fuera obispo de Ávila entre 1992 y 1997-- es la última del decenario de misas dedicado a este singular hecho, y ha sido organizada por las Carmelitas Descalzas en el convento donde la mística profesó sus votos como religiosa.

El episodio es narrado en sus escritos por la propia reformadora del Carmelo: “Quiso el Señor que viese aquí algunas veces esta visión: veía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo, en forma corporal (lo que no puedo ver sino por maravilla)…, no era grande sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido…, veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Éste me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas; al sacarle me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor, que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor”.

Tanta importancia tuvo esta experiencia para su legado espiritual, que hasta el papa Gregorio XV lo recogió en su Bula de Canonización: “Entre las virtudes de Teresa, brilló con luz propia la caridad divina. Este amor se fue avivando en ella gracias a las innumerables visiones y revelaciones con que Cristo la favoreció. Una vez el Señor la tomó por esposa. En otra ocasión Teresa vio un ángel que con un dardo encendido le transverberaba el corazón. De resultas de estas mercedes celestiales, sintió la Santa tan abrasadamente el amor divino en las entrañas, que, inspirada por Dios, emitió el voto, difícil en extremo, de hacer siempre lo que ella creyese más perfecto y para mayor gloria de Dios”.

La religiosa española llamaba a esta gracia también “traslación”, en recuerdo de lo que el viejo Simeón dijo a la Virgen “y a ti una espada te atravesará el alma”. Se trata, por tanto, de una participación en los misterios de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

Otros santos que experimentaron este fenómeno místico han sido Catalina de Siena, Margarita María de Alacoque, Pío de Pietrelcina, Francisco de Sales y Verónica Giuliani.

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Será beato un obispo siro católico mártir del genocidio asirio
 

El obispo siro católico Flaviano Michele Melki, será proclamado beato el próximo sábado, en el convento patriarcal de Nuestra Señora de la Liberación en Harissa, en el Líbano

Por Redacción

Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org)

 El obispo siro católico Flaviano Michele Melki, martirizado durante el “Genocidio asirio”, será proclamado beato la tarde del sábado 29 de agosto, durante una liturgia solemne programada en el convento patriarcal de Nuestra Señora de la Liberación en Harissa (Líbano). El la ceremonia participarán numerosos Patriarcas y jefes de las iglesias cristianas de Oriente provenientes del Líbano, de Siria y de Iraq.

Lo informó la agencia de noticias FIDES, precisando que la ceremonia de beatificación estará presidida por el Patriarca siro católico Ignatius Youssef III. El decreto de beatificación será leído al inicio de la Divina Liturgia por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. 

El papa Francisco aprobó el 8 de agosto el decreto que reconoce el martirio del obispo sirio-católico.  Flaviano Michele Melki fue asesinado “in odium fidei” precisamente el 29 de agosto de hace cien años en Djézireh, en la actual Turquía, durante las masacres perpetradas contra los armenios y miembros de otras comunidades cristianas por instigación de los Jóvenes Turcos. 

“Hace mucho tiempo que no se proclama a un beato de nuestra iglesia” refiere a la Agencia Fides el sacerdote siro-católico Nizar Semaan “y el obispo Melki será el primero de los mártires siro-católicos de aquel Genocidio en ser elevado a la gloria de los altares. Pero su beatificación es un regalo para todos los cristianos de Oriente”.

“En estos tiempos de nuevas tribulaciones”, añade el P. Nizar, “su figura nos muestra la fe luminosa con la que vivió la terrible persecución de hace cien años, puede dar esperanza y valor a todos los bautizados. Oramos para que por su intercesión todos reciban ayuda para profesar la fe en Cristo en los países de Oriente Medio, y para que también los líderes políticos y militares sean iluminados para tomar los caminos que conducen a la paz”.

Melki nació en 1858 en Kalaat Mara, un pueblo al este de Merdin. Ordenado obispo de Gazarta en 1913, vivía en la pobreza extrema llegando incluso a vender sus vestiduras para ayudar a los pobres. En el verano de 1915, mientras se encontraba fuera de su diócesis, decidió regresar rápidamente a su sede episcopal después de enterarse de que la violencia, en esa ciudad, pronto habría recaído también sobre sus feligreses.

Fue detenido por las autoridades otomanas, el 28 de agosto, junto con el obispo caldeo de la misma ciudad. Según relatos de testigos reportados por fuentes musulmanas, los dos obispos fueron asesinados por negarse a renunciar a su fe y convertirse al Islam. Michele Melki fue torturado hasta la muerte y luego decapitado.

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España: promocionan la Ruta de los primeros cristianos de Tarraco
 

La ciudad de Tarragona y la Diócesis proponen un recorrido que incluye los museos y monumentos más importantes por su legado paleocristiano

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

La ciudad de Tarragona y su Iglesia diocesana están promoviendo la Ruta de los primeros cristianos de Tarraco, que transcurre por diferentes museos y monumentos de la localidad situada al norte de España. El itinerario parte de la capilla de San Pablo, en el Seminario, donde se ofrece una aproximación global al patrimonio paleocristiano del lugar. Luego sigue por la Catedral, el Museo Diocesano, el Museo Bíblico Tarraconense, el anfiteatro, el Foro de la Colonia, la Necrópolis Paleocristiana y termina en el conjunto arqueológico del Parc Central, donde hay una pequeña basílica de gran riqueza. En la ruta, se integra también el conjunto tardorromano de Centcelles, que custodia unos mosaicos de gran valor con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.

El Patronato Municipal de Turismo ha editado desplegables con la información en diferentes idiomas, así como el carné de la ruta. Se puede conseguir por el precio de un euro y permite acceder a los monumentos y museos con una tarifa reducida. También se ha instalado la señalización oportuna y se ha diseñado un logotipo para diferenciar los espacios que forman parte del itinerario.

Tarragona es una de las ciudades hispánicas más ricas en cultura material paleocristiana. La tradición vincula la llegada del cristianismo a la acción misionera del apóstol Pablo, pero la primera noticia sobre cristianismo en la ciudad es del año 259 cuando el obispo de Tarraco, Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio, fueron quemados vivos en el anfiteatro bajo la persecución de los emperadores Valeriano y Galieno. En época tardorromana la Iglesia de Tarragona fue sede metropolitana de la Provincia Tarraconense, fue dinamizadora de los muchos Concilios provinciales y algunos de sus obispos fueron designados como legados del Papa para las provincias hispánicas. El patrimonio documental, artístico y arqueológico paleocristiano que la ciudad custodia es, en su conjunto, el más notable de toda la Península Ibérica.

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Mundo


Uruguay: los ginecólogos podrán oponerse a realizar abortos
 

El Tribunal de lo Contencioso Administrativo falló a favor del legítimo derecho de los médicos a la objeción de conciencia

Por Redacción

Madrid, (ZENIT.org)

El Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Uruguay (TCA) ha fallado a favor de un grupo de ginecólogos que presentaron un recurso para impugnar 11 de los 42 artículos de la ley que reglamenta la “interrupción del embarazo” en el país. En la sentencia 586/2015 del 11 de agosto, los integrantes del TCA anulan siete de los once artículos que los médicos rechazaban.

Los ginecólogos sostenían que el Decreto Reglamentario 375/012 de la Ley Nº 18.987 restringía “ilegítimamente el ejercicio del derecho a la objeción de conciencia del personal de salud”.

A partir de ahora, cualquier facultativo podrá ejercer su legítimo derecho a la objeción de conciencia y abstenerse de participar en cualquiera de los pasos del procedimiento para realizar un aborto.

En el decreto original, los médicos objetores de conciencia solo podían manifestarse contrarios a practicar un aborto en el momento mismo de realizar el legrado o recetar el medicamento para abortar. Además estaban obligados a participar en la primera consulta de la mujer con un equipo interdisciplinario y a firmar el “formulario de interrupción voluntaria del embarazo”.

El TCA sostiene que “quien firma este formulario está participando activa y directamente en el proceso de interrupción del embarazo, a lo cual no permite objetar, sino que se obliga a intervenir”.

Para Gianni Gutiérrez y Agustín Amonte, abogados de los médicos, “la sentencia del TCA es contundente en la defensa de la libertad y del ejercicio de la profesión médica” porque permite que la objeción se practique “en su máxima expresión”.

El fallo señala que se hace lugar “parcialmente a la demanda y, en su mérito, anulando, con efectos generales y absolutos, las siguientes normas del decreto 375/012, del 22 de noviembre de 2012: a) inciso segundo del artículo séptimo; b) incisos primero, segundo y tercero del artículo octavo; c) último inciso del artículo decimosegundo; d) el inciso segundo del literal b) del artículo decimotercero; e) artículo decimosexto; f) el inciso primero del artículo vigesimoctavo; y, g) el inciso primero del artículo vigesimonoveno, desestimando la demanda respecto de los artículos 30, 31, 32 y 35 del precitado decreto”.

Las mujeres uruguayas están autorizadas a abortar en un plazo de doce semanas, hasta 14 cuando han sido víctimas de una violación, y sin plazo cuando hay riesgo para la salud de la madre o el feto es inviable. Para acceder a la “interrupción voluntaria del embarazo”, las mujeres deben pasar antes por la consulta de un ginecólogo, un psicólogo y un asistente social y después deben respetar un plazo de cinco días de reflexión. 

En 2014 en Uruguaya se practicaron 8.599 abortos. Esta práctica la despenalizó el gobierno de José Mujica a finales de 2012.

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Espiritualidad y oración


Santa Mónica - 27 de agosto
 

«Madre de san Agustín, mujer de fe invencible, creyó firmemente en la conversión de su hijo por la que suplicó sin cesar vertiendo ardientes lágrimas. Con su santidad de vida logró también la conversión de su violento esposo»  

Por Isabel Orellana Vilches

Madrid, (ZENIT.org)

A esta madre santa le cupo la gloria de dar a luz a uno de los grandes santos y doctores de la Iglesia, Agustín, al que, con sus ardientes y emocionadas súplicas, rescató del mundo, instándole a volver los ojos a Dios. Es modelo y patrona de las madres cristianas.

De origen bereber, nació en Tagaste, actual Souk-Aharás, Argelia, el año 332. Después de recibir el bautismo en plena juventud, según la costumbre de la época, se sintió cada vez más inclinada a la vida de oración. A ella hubiera querido consagrar su existencia, pero sus padres la desposaron con Patricio, que además de ser pagano y mucho mayor que ella, nunca la respetó, sino que le infligió gravísimo maltrato durante treinta años. Era pronto a la ira, mujeriego, bebedor, ludópata, y tan insensible hacia lo espiritual que su temperamento violento se manifestaba a la primera de cambio. En medio de esta dramática espiral que presidía su hogar, Mónica acudía a misa diariamente y sobrellevaba los constantes atropellos con heroica paciencia. No queriendo exasperarlo en modo alguno, guardaba silencio o respondía con dulzura mostrando su buen carácter cuando la situación se tornaba insostenible.

Poco a poco, y a fuerza de dar testimonio con su vida, amparada en el amor de Dios, con oración y sacrificios fue venciendo la dureza del corazón de su esposo y se produjo lo que parecía un imposible: su conversión al cristianismo. Patricio se bautizó el año 371. Antes Mónica ya se había ganado a pulso la simpatía de su suegra, una mujer de agrio carácter y entrometida en las cuestiones de su hogar. Pero a Mónica aún le quedaba apurar otro cáliz, ya que de tres hijos nacidos en el matrimonio, una mujer y dos varones, Agustín iba a darle no pocos quebraderos de cabeza.

Patricio murió un año después de ser bautizado, y ella tuvo que lidiar en soledad con el tarambana de Agustín, que si bien era brillante en sus estudios y se había formado rigurosamente en Cartago, en su vida personal dejaba mucho que desear. Experto en filosofía, literatura y oratoria, pero completamente alejado de la fe, iba sumiéndose en un pozo cada vez más hondo para consternación de Mónica que sufría indeciblemente. Hubo una breve inflexión en la vida de Agustín que hizo pensar que le daría un giro definitivo. El hecho es que tras la muerte de su padre, enfermó, y temiendo seguir sus pasos pensó en hacerse católico; hasta recibió instrucción para ello. Pero en cuanto sanó, se involucró con los maniqueos y prosiguió dando tumbos.

Un día Mónica lo echó de casa sin contemplaciones al ver que no desistía de sus errores y falsedades contrarios a la verdadera religión. En un sueño vio que alguien se acercaba a consolarla en medio de su dolor por la pérdida espiritual de Agustín, y le aseguraba que volvería con ella. La interpretación de éste fue que su madre se haría maniquea como él. Pero Mónica respondió: «En el sueño no me dijeron, la madre irá a donde el hijo, sino el hijo volverá a la madre». Aunque Agustín quedó impresionado por la respuesta, aún tardó nueve años en convertirse.

El obispo de Tagaste, conmovido por los sacrificios y sufrimientos de Mónica, le había asegurado: «es imposible que se pierda el hijo de tantas lágrimas». Ella continuó orando y llorando, pero también lo siguió con religiosa terquedad a Roma para rescatarlo de las malas influencias. Agustín, al ver que iba tras él, intentó esquivarla tomando un barco, pero cuando ella se percató de la maniobra, se embarcó en otra nave. Después, en Milán Mónica tomó contacto con san Ambrosio, cuya intervención sería decisiva para la conversión de Agustín el año 387. Abrazado por fin al cristianismo, el santo volvió con su madre. Antes de que le asaltara la última enfermedad, Mónica le había confiado: «Hijo, ya nada de este mundo me deleita. Ya no sé cuál es mi misión en la tierra ni por qué me deja Dios vivir, pues todas mis esperanzas han sido colmadas. Mi único deseo era vivir hasta verte católico e hijo de Dios. Dios me ha concedido más de lo que yo le había pedido, ahora que has renunciado a la felicidad terrena y te has consagrado a su servicio». Poco tiempo después, ese mismo año 387, hallándose unidos, murió en Ostia cuando Agustín estaba a punto de partir a África; él aseguraba que su madre le había engendrado dos veces. 

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Vacaciones ecológicas
 

Reflexiones del obispo de San Cristóbal de Las Casas

Por Mons. Felipe Arizmendi Esquivel

San Cristóbal de las Casas, (ZENIT.org)

 

VER

Estoy disfrutando unos días de vacaciones en mi pueblo natal, Chiltepec, que no rebasa los mil habitantes, a una hora al sur de Toluca, con un clima agradable de dos mil doscientos metros de altura, con una vegetación sobresaliente de pinos. Es una comunidad campesina, donde se produce maíz y frijol, habas y chícharos, duraznos, peras y aguacates. Ahora hay muchos invernaderos para producir flores de primera calidad, jitomate y otras variedades alimenticias. Lo que les está dejando buenos ingresos es la producción de chile manzano, que exportan a los Estados Unidos. Se han creado fuentes de trabajo, con lo que ha disminuido la emigración. Hemos insistido en que usen abonos orgánicos, lo más posible, pero aún no se ha logrado satisfactoriamente.

Por las mañanas, acostumbro retirarme solo a la montaña, donde camino, leo, medito, dormito y, sobre todo, contemplo los árboles, las pequeñas plantas, las diminutas florecillas, las abejas y los pajarillos; experimento el aire fresco y puro; observo el ir y venir de las nubes, advierto la llegada de la lluvia, miro los sembradíos de mis paisanos y recuerdo mis años de infancia. No llevo aparatos de música. Al disfrutar este ambiente campirano, sale espontánea la oración de alabanza y de adoración al Creador, pues sólo su amor es capaz de crear esta vida tan exultante. Estos períodos de soledad en la montaña me descansan profundamente. Hace muchos años, aprovechaba mis vacaciones para viajar y conocer otros lugares, junto con mi familia; ahora descanso en mi pueblo.

Dedico parte de mi tiempo a visitar enfermos, escuchar a personas con problemas, confesar, platicar más con mis parientes y con vecinos del pueblo, y también atender las celebraciones familiares y de la comunidad, de común acuerdo con el párroco. Estar cerca del pueblo, sobre todo de quienes sufren material o espiritualmente, le da otra dimensión a mi descanso.

 

PENSAR

El Papa Francisco, en su Encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común, la madre y hermana tierra, dice: “El Señor podía invitar a otros a estar atentos a la belleza que hay en el mundo porque él mismo estaba en contacto permanente con la naturaleza y le prestaba una atención llena de cariño y asombro. Cuando recorría cada rincón de su tierra se detenía a contemplar la hermosura sembrada por su Padre, e invitaba a sus discípulos a reconocer en las cosas un mensaje divino” (LS 97).

“Prestar atención a la belleza y amarla nos ayuda a salir del pragmatismo utilitarista. Cuando alguien no aprende a detenerse para percibir y valorar lo bello, no es extraño que todo se convierta para él en objeto de uso y abuso inescrupuloso” (LS 215). “La paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien común, porque, auténticamente vivida, se refleja en un estilo de vida equilibrado unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida. La naturaleza está llena de palabras de amor, pero ¿cómo podremos escucharlas en medio del ruido constante, de la distracción permanente y ansiosa, o del culto a la apariencia? Muchas personas experimentan un profundo desequilibrio que las mueve a hacer las cosas a toda velocidad para sentirse ocupadas, en una prisa constante que a su vez las lleva a atropellar todo lo que tienen a su alrededor. Esto tiene un impacto en el modo como se trata al ambiente. Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea” (LS 225). “Una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos: una palabra amable, una sonrisa, cualquier pequeño gesto que siembre paz y amistad” (LS 230).

 

ACTUAR

Aprendamos a descansar. Cada quien lo hace a su manera y según sus posibilidades. Pero buscar tiempos para disfrutar el campo, la naturaleza, la obra de la creación, sin olvidar a los prójimos y sobre todo a la familia, nos recarga de vitalidad y energía. Evitemos tanto ruido y valoremos el silencio contemplativo.

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