La
Asociación Filantrópica Islámica Makassed de Beirut,
entidad cercana a Dar el-Fatwa, organismo oficial de
referencia de los sunitas en el Líbano, ha publicado un
documento de tres páginas titulado “Declaración de Beirut
sobre la libertad religiosa”.
La Declaración de Beirut tiene
como objetivo aclarar cuáles son las enseñanzas fundamentales
del Islam y cuándo, en cambio, éstas son meramente utilizadas
para justificar lógicas de poder. En el documento se expresa,
por tanto, la posición de los musulmanes del Líbano en
relación con la violencia realizada en nombre de su religión.
Así, el
texto define la doctrina islámica en cuestiones tales como el
reconocimiento de la libertad religiosa y de enseñanza, el
respeto a la libertad de conciencia, el respeto a la dignidad
del ser humano como tal, el derecho a la diferencia, el
respeto al pluralismo, el derecho a la participación política
y social, la construcción de un Estado civilizado, el
cumplimiento de la Carta de los derechos humanos, el
compromiso con un Líbano unido y democrático, etc.
"Por más de trece siglos, nuestra tierra vio mezquitas,
iglesias y lugares de culto construidos uno al lado de otro.
Nosotros queremos que esta herencia de libertad, de
colaboración y de vida común permanezca profundamente firme en
nuestra tierra, en nuestras ciudades y entre nuestros jóvenes.
Nuestra religión y nuestras tradiciones nacionales, nuestras
alianzas y nuestras leyes nos guían a adherir firmemente a
estos principios", indica el documento.
La Declaración de Beirut señala que “no existen en el Islam
un Estado islámico o un Estado teocrático” porque el Islam no
establece ningún régimen político específico. Además, subraya
que “negar el derecho de las comunidades cristianas a
ejercitar su libertad religiosa y destruir sus iglesias, sus
monasterios e institutos educativos y sociales es contrario a
las enseñanzas del Islam y es una evidente violación de sus
principios, visto que estos abusos se realizaron en su
nombre”.
El documento es relevante no solo por su contenido, sino
también debido a la plataforma desde el que se puso en marcha.
La Makassed es una asociación benéfica fundada en 1878, en
Beirut, con fines educativos. Cuenta con una universidad,
escuelas, hospitales, mezquitas e instituciones culturales.
Dicha asociación trabaja junto al grupo cristiano de Saydet
el-Jabal, que integra también a los ex diputados Samir Frangié
y Farès Souhaid, con el fin de consolidar una cultura común y
defender la convivencia entre los cristianos y los musulmanes
libaneses. Ya que, debido al recrudecimiento del extremismo
religioso y político, la convivencia entre ambos grupos es
cada vez más frágil en el país.
El texto, que ha sido bien recibido por los círculos
intelectuales cristianos del Líbano, ha sido adoptado después
de la celebración de un congreso islámico de la Makassed que
se desarrolló a finales de junio bajo la presidencia de Amine
Daouk. Los ponentes fueron Hicham Nachabé, rector de la
Universidad de la Makassed; Mohammad Sammak, secretario
general del Comité Nacional del Líbano para el diálogo entre
cristianos y musulmanes; y Radwan Sayyed, un relevante
escritor y pensador.
A continuación publicamos el texto íntegro:
La Declaración de Beirut sobre
la libertad religiosa
El Líbano, los otros países árabes y los musulmanes están
hoy en un ebullición a causa de la religión, del sectarismo y
del confesionalismo. Las personas son asesinadas, expulsadas
de sus casas y privadas de su dignidad.
En esta situación anormal, la religión es explotada por
motivos políticos, sacrificando en vano a personas, países y
civilizaciones. Esto está provocando una islamofobia en varias
partes del mundo. La convivencia y los valores heredados de
nuestra civilización, como así también el futuro de los
jóvenes, están siendo seriamente amenazados. Muchas
iniciativas árabes e islámicas han intentado poner remedio y
hasta combatir esta situación, para corregir y rechazar la
violencia realizada en nombre de la religión.
La Asociación Filantrópica Islámica Makassed de Beirut, que
está comprometida en los valores educativos, islámicos y
nacionales, se ve obligada a apoyar y difundir la cultura de
la tolerancia y de la razón (enlighment). Ella se considera
responsable de construir una sociedad dónde las personas
puedan vivir juntas en una sociedad civil y de progreso que
pueda enfrentar los peligros que amenazan a la nación, a sus
ciudadanos, a los valores morales y religiosos.
La Makassed, en cuanto organización árabe y nacional, está
llamada a oponerse al extremismo y a la violencia y por esto
anuncia la Declaración de Beirut sobre las libertades
religiosas, confirmando los valores tradicionales que son los
iluminadores valores de Beirut y del Líbano, para salvaguardar
la dignidad de cada ciudadano y de cada ser humano. Por lo
tanto, la Makassaed espera salvar y proteger la religión de
aquellos que intentan usarla como rehén para sus falsos
discursos.
1. La libertad de fe, de culto y educación
La fe religiosa es una libre elección y un libre
compromiso. Es un derecho de cada persona. El Sagrado Corán,
inequívocamente protege este derecho cuando dice:
“No hay constricción en la religión. La orientación justa
es distinta del error” (Al-baqara 256).
Y en otro versículo:
“¡Entonces recuérdate! (dirigido al Profeta, la paz sea con
él). Porque tú no eres un pro-memoria; tú no tienes influencia
sobre ellos” (Al-Ghashitah 22).
Por más de trece siglos, nuestra tierra vio mezquitas,
iglesias y lugares de culto construidos uno al lado de otro.
Nosotros queremos que esta herencia de libertad, de
colaboración y de vida común permanezca profundamente firme en
nuestra tierra, en nuestras ciudades y entre nuestros jóvenes.
Nuestra religión y nuestras tradiciones nacionales, nuestras
alianzas y nuestras leyes nos guían a adherir firmemente a
estos principios.
Negar el derecho de las comunidades cristianas a ejercitar
su libertad religiosa y destruir sus iglesias, sus monasterios
e institutos educativos y sociales es contrario a las
enseñanzas del Islam y es una evidente violación de sus
principios, visto que estos abusos se realizaron en su nombre.
Como consecuencia, nosotros proclamamos, desde el punto de
vista islámico, humanitario y nacional, que nosotros estamos
totalmente en contra de estos actos destructivos y apelamos a
nuestros compatriotas cristianos para que resistan a los actos
de terror, que traten de echarlos de sus tierras y les
solicitamos permanecer apegados y enraizados profundamente en
estas tierras, junto a sus hermanos musulmanes, gozando juntos
a ellos de los mismos derechos y deberes. De este modo ellos,
junto a sus compatriotas musulmanes, salvaguardarán nuestros
valores comunes y nuestra convivencia en una comunidad
interreligiosa y omnicomprensiva.
Nuestra herencia común, como creyentes en Dios, nos impone
rechazar la constricción en el ámbito de la fe, respetar la
libertad intelectual y aceptar las diferencias entre los
hombres como una expresión del deseo de Dios. Sólo Dios puede
juzgar a los hombres, allí dónde éstos difieran.
2. El derecho a la dignidad
Este es un derecho proclamado por el texto coránico. El
Sagrado Corán dice:
"Hemos honrado a los hijos de Adán. Los hemos llevado por
tierra y por mar, les hemos provisto de cosas buenas y los
hemos preferido marcadamente a muchas otras criaturas". (Al-Isra
'17: 70).
Por lo tanto, el hombre tiene dignidad como ser humano. El
fundamento de su dignidad es el hecho de que está dotado de
razón, libertad de creencia, opinión y expresión. Él es
directamente responsable ante Dios por el ejercicio de su
libertad. Se trata de un derecho humano a disfrutar bajo la
protección de la autoridad del gobierno; nadie tiene el
derecho de juzgar a las personas por su fe ni a perseguirlas y
discriminarlas por razones religiosas o étnicas. Dios
Todopoderoso dice:
"No se lo digas a nadie que se somete a ti en paz: ‘Tú no
eres un creyente’, buscando así el botín de esta vida" (Al -
Nisa '4:94).
"Toda la humanidad es la progenie de Adán", dijo el Profeta
Mahoma (la paz sea con él) en el último sermón. También dijo
que "todos los seres humanos son iguales”.
El Santo Corán reconoce sólo dos razones para una guerra
defensiva: la persecución religiosa y la expulsión de sus
tierras. El Sagrado Corán dice:
"Allah no os prohíbe ser benevolentes y equitativos con
quienes no os han combatido por causa de la religión ni os han
expulsado de vuestros hogares, pues ciertamente Allah ama a
los justos”. (Al-Mumtahinah 60: 8).
A los ojos del Corán, nadie tiene el derecho de hacer la
guerra a una persona por sus creencias o a un pueblo o una
comunidad para expulsarlos de sus hogares, o privarlos de sus
tierras. Por lo tanto, es nuestro deber unir los esfuerzos
para proteger la libertad religiosa y nacional, respetado la
dignidad humana para proteger la convivencia sobre la base de
la justicia y el amor.
3. El derecho a la diferencia, el derecho a la
pluralidad
El derecho a ser diferente es confirmado por Allah, que
dice:
"¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre y una
mujer, y os congregamos en pueblos y tribus para que os
conozcáis unos a otros. En verdad, el más honrado de vosotros
ante Allah es el más piadoso". (Las Habitaciones 49:13).
Las diferencias entre la sociedad y su pluralidad, la
libertad individual y comunitaria, entre la sociedad y los
grupos, es un fenómeno natural. Conocer y reconocer a los
demás es un mandato divino. Porque la sociedad humana ha sido
una o la misma en su actitud y en su forma de vida, e incluso
en sus creencias religiosas.
4. El derecho a participar en la vida política y
pública
El derecho a participar en la vida política y pública se
basa en los principios de la igualdad, de libertad de elección
y de la responsabilidad individual. El Islam, como lo ha
declarado el documento de Al-Azhar, no impone un régimen
político específico y no avala un Estado religioso. El sistema
político, en cualquier sociedad, es la creación de la gente de
esa sociedad, musulmana y no musulmana. Según el acuerdo común
como ciudadanos, el pueblo elige su propio sistema de
gobierno, y éste es cambiado de acuerdo a su libre voluntad y
de acuerdo a sus mejores intereses. Por lo tanto, considerar
un sistema político específico como sagrado o infalible, o
como una cuestión de religión, es una mala interpretación de
la religión y una imposición a las personas, ya sean
musulmanes o no musulmanes. Todas las personas son custodiadas
por el Estado nacional que han creado juntos, y ellos respetan
la Constitución y las leyes que los consideran iguales en
derechos y deberes.
5. Nuestro compromiso para con las alianzas árabes
e internacionales
La cultura árabe ha tenido una civilización gloriosa y
pluralista, que ha contribuido al progreso del mundo. Ella ha
creado Estados y sistemas de gobiernos e instituciones. La
religión jamás fue un obstáculo para estos fines. Si nosotros
hoy nos enfrentamos contra esta cultura en nombre de la
religión, estaríamos traicionando la gran herencia del pasado
y también nuestra constante lucha en pos del progreso y la
seguridad. Nosotros nos hemos comprometido a apoyar la Carta
de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre y las sucesivas Declaraciones árabes. La
última de éstas es la Declaración de al-Azhar que se refiere a
las libertades fundamentales.
Somos parte de este mundo, y aspiramos a ser partícipes de
su progreso positivamente. No estamos temerosos del resto del
mundo y no queremos ser una fuente de miedo para los demás. No
queremos aislarnos del resto del mundo y no queremos que el
mundo se aísle de nosotros. Recordemos que los musulmanes
constituyen un quinto de la población mundial total y un
tercio de ellos vive en países no musulmanes.
6. Nuestro compromiso con el Líbano para que sea
una patria y un Estado democrático y unificado
Basada en los valores de la libertad, la libre asociación y
la vida social común, la fórmula libanesa del Estado ha creado
un sistema consensuado, que garantiza la libertad de base y ha
conducido a un Estado floreciente. Es verdad que reconocemos
que el sistema libanés de gobierno sufre de grandes problemas,
pero este sistema es abierto a realizar mejoras en la medida
en que la libertad política y religiosa sean garantizadas y la
voluntad del pueblo sea salvaguardada. Los pensadores e
intelectuales libaneses musulmanes, muchos de los cuales se
graduaron en la Makassed, han contribuido a esta cultura de la
libertad y a este pensamiento islámico liberal. Ellos se
unieron a otros intelectuales libaneses para conformar la
Alianza Nacional, los acuerdos de Taef y los diez principios
que Dar Al Fatwa proclamó en 1983. Este último documento
afirma los principios de la ciudadanía común, del gobierno
civil, de las libertades civiles y de la lealtad al Líbano
como Estado soberano y como patria para todos los ciudadanos.
Nosotros queremos que el Líbano permanezca unido y
democrátrico, protector de las libertades y de los derechos de
todos los ciudadanos y un modelo de sociedad plural y libre.
El Líbano será por lo tanto un ejemplo a seguir para todos los
regímenes árabes que están sufriendo profundamente a causa del
extremismo, de la intolerancia y de los crímenes cometidos en
nombre de la religión, que echan a las personas fuera de sus
propias casas, ignorando los principios de la convivencia y de
la dignidad humanas. El modelo libanés será [uno] de
tolerancia, de no violencia y de Humanismo.
7. El rol y el compromiso de la Makassed
La Makassed permanecerá fiel a su misión y a sus principios
tal como fueron definidos hace 137 años. La asociación se
empeña en la libertad de la educación y en la enseñanza de la
tolerancia religiosa. La Makassed ha enseñado el Islam a
numerosas generaciones a través de renombrados maestros
provenientes del Líbano y de otros países árabes.
Nosotros haremos revivir esta tradición y reformaremos la
enseñanza del Islam en estrecha colaboración con Dar Al Fatwa,
y nos beneficiaremos con los recientes métodos innovadores de
enseñanza en materia cívica. La Makassed siempre ha sido un
faro de tolerancia en la educación cívica y religiosa. Si es
la voluntad de Dios, permanecerá como tal.
Beirut ha sido “la Madre de las leyes” y un hogar para la
libertad y la creatividad. De la misma manera que ha
participado en la creación del Estado moderno y en el progreso
de la libertad, ella se esfuerza por permanecer tal cual,
junto a los musulmanes, los no musulmanes, con la Makassed, en
estos tiempos tan difíciles para los árabes y para el Líbano.
Beirut seguirá siendo la antorcha del Iluminismo musulmán, del
progreso árabe y de la paz humanitaria.
¡Viva Beirut, Viva la Makassed, Viva el Líbano!
(Traducción a cargo de AsiaNews)