Con una multitudinaria participación de fieles, el Papa Francisco canonizó este miércoles 23 de septiembre en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington, al franciscano español Fray Junípero Serra, que se considera como  primer santo hispano, en la nación estadounidense, en la que dentro de pocos años, la mitad de la población será de origen hispano. San Juan Pablo II lo beatificó el 25 de septiembre de 1988.

Después de la Santa Misa, en un breve y emocionado encuentro, el Papa Francisco saludó a una representación de las comunidades de nativos de California.

¡Oh Señor Jesús, nosotros somos solamente tus discípulos misioneros, tus humildes cooperadores para que venga tu Reino!

Con esta invocación en su  corazón el Papa Francisco, pidió la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, y también la de Fray Junípero y de los otros santos y santas americanos, para que lo conduzcan y guíen en sus  viajes apostólicos a América del Sur y a América del Norte. Lo dijo él mismo en su homilía de la Misa, en la Jornada de reflexión para la canonización de Junípero Serra, en el Pontificio Colegio Norteamericano, en Roma. (2 de mayo de 2015)

“Contemplamos el testimonio de santidad de Fray Junípero – uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, santo de la catolicidad y especial protector de los hispanos del país –, para que todo el pueblo americano descubra la propia dignidad, consolidando cada vez más la propia pertenencia a Cristo y a su Iglesia”, deseó ese mismo día el Papa. Evocando su obra de evangelización, con  los primeros “12 apóstoles franciscanos” que fueron los pioneros de la fe cristiana en México, señaló que el mallorquín Fray Junípero fue protagonista de una nueva primavera evangelizadora en aquellas extensas tierras que, desde hacía doscientos años, habían sido alcanzadas por los misioneros provenientes de España, desde Florida hasta California.

Además del testimonio de santidad del que redactó el informe “Representación sobre la conquista temporal y espiritual de la Alta California”,  calificado como una Carta de los Derechos de los indios, el Papa Francisco puso de relieve, con  la vida y el ejemplo de Fray Junípero,  su impulso misionero y su devoción mariana: “sabemos que antes de regresar a California quiso ir a consagrar su vida a Nuestra Señora de Guadalupe, y a pedirle, para la misión que estaba por iniciar, la gracia de abrir el corazón de los colonizadores y de los indígenas”.

“Que un impetuoso viento de santidad recorra el próximo Jubileo extraordinario de la Misericordia en todas las Américas”. Confiando en la promesa hecha por Jesús, el Papa invitó a pedir a Dios esta particular efusión del Espíritu Santo.

“Pedimos a Jesús Resucitado, Señor de la historia, que la vida de nuestro continente americano se arraigue más y más en el Evangelio que ha recibido; que Cristo esté cada vez más presente en la vida de las personas, de las familias, de los pueblos y de las naciones”.

Y que la mayor gloria de Dios se manifieste en “la cultura de la vida, en la fraternidad, en la solidaridad, en la paz, en la justicia, con amor preferencial y comprometido por los más pobres, a través del testimonio de los cristianos de las diversas comunidades y confesiones, de los creyentes de otras tradiciones religiosas y de los hombres de recta conciencia y de buena voluntad”.

La celebración coincidió  con el mismo día en se cumplió el 90 aniversario de la colocación de la primera piedra del  santuario mariano tan amado en Estados Unidos, dedicado a la Inmaculada Concepción, patrona de esta nación. La Basílica ha sido visitada por el Papa Benedicto XVI, el Papa Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcuta.

(Cecilia de Malak – News.va)