Miguel Pastorino: “cualquiera puede ser manipulable por las sectas”

Como la sociedad, el perfil de las sectas ha cambiado. Lejos están de aparecer ahora como grupos cerrados y lejanos. La estrategia de hoy pasa por estar disimuladas en pseudoterapias alternativas, curas con energías, grupos espirituales, psicólogos que se vuelven gurúes. Hay sectas para todas las clases sociales. Así comienza el artículo firmado por Gustavo Trinidad en el diario uruguayo La República.

Muchas veces buscan el lucro, otras sólo la adoración a su líder. La manipulación psicológica de una persona no nada fácil de demostrar. Se mueven en una nebulosa entre la ciencia y la espiritualidad y la bienvenida libertad de culto, que honra a Uruguay, hace también difícil detectarlas y aún denunciarlas. Hace pocos días las clases de yoga que se daban en la Udelar (Universidad de la República, Montevideo) quedaron en el ojo de la tormenta.

Los especialistas en el tema aseguran que Salud Pública debería estar más atenta ante casos de personas que actúan como psicólogos sin serlo, y advierten que “Uruguay es una atractiva pista para el aterrizaje de gurúes que quieran inventar una religión”.

Aseguran que las sectas están en franco crecimiento en el país. Muchas veces el resultado es el alejamiento de la persona, su decadencia física y su dependencia hasta perder la libertad, cuando no el suicidio.

La República dialogó con Miguel Pastorino (en la foto), docente de filosofía y ciencias de la religión. Fue asesor en la consulta internacional sobre New Age y pseudoterapias organizada por la Santa Sede en el año 2004 y ponente en el Congreso Internacional sobre “Sectas y manipulación psicológica” en la Universidad Autónoma de Madrid en 2005. Actualmente es el secretario para América Latina de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).

- ¿Qué es la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES)?

- La RIES se fundó en Madrid en un congreso en el que vimos la necesidad de agrupar a todos los expertos que estudien con seriedad el tema, por lo menos de habla hispana. Éramos cinco, ahora cumplimos 10 años y somos 20. Desde distintas perspectivas, cada uno en su área de investigación, hemos creado un espacio de información, sobre todo porque es un tema complejo de investigar. Y realizamos un servicio de asesoramiento a familias que a veces tienen un ser querido metido en algo extraño que pensaban que era una religión o una terapia alternativa y resultó ser una secta. También asesoramos a instituciones educativas en cursos para esclarecer el tema. El fenómeno de la manipulación psicológica transciende el fenómeno religioso.

- ¿Qué es lo que define una secta?

- Etimológicamente la palabra secta significa cortar, separar. Originalmente no es un término negativo. Hoy se usa en forma peyorativa. Originalmente son los que se separan de un grupo anterior. Por ejemplo, el cristianismo surge como una secta judía, el budismo surge como una secta hindú, no por eso son algo malo. El término secta empezó a usarse como algo negativo después del caso del “Templo del pueblo”, en Guyana en 1978, con aquel suicidio colectivo de casi mil personas. A partir de allí a cualquier grupo suicida destructivo se le dio esta denominación. 

- Desde ese 1978 la sociedad ha cambiado, ¿también el estudio de las sectas?

- Hoy en día más bien se analiza desde la psicología de la religión y las relaciones y vínculos sectarios. Actualmente se puede hablar de relaciones sectarias en casos de violencia doméstica o acosos psicológicos en el ámbito laboral. El acoso psicológico hoy es mucho más amplio y no se reduce a grupos de este tipo. Lo que sucede es que lo que antes eran las sectas religiosas hoy son grupos de pseudoterapias alternativas. Son lideradas por personas que supuestamente son “terapeutas”, que no estudiaron en ninguna universidad. Te atiende pero a la vez es una especie de gurú que te inculca un discurso religioso solapado, y al mismo tiempo te genera una dependencia con él en un vínculo claramente dependiente y abusivo.

- ¿Qué busca una secta? ¿El lucro, la estafa, poder?

- A veces el fin es lucrativo, otras veces es someter gente. La finalidad casi siempre depende del líder y van cambiando según el caso. Lo que se repite es la manipulación, la cosificación de la persona: la persona se vuelve una cosa usada por el grupo o por el líder. Termina siendo alguien explotado.

- ¿Cuál es la diferencia entre lo religioso y lo sectario?

- Lo que es religioso en serio humaniza a la persona, la vuelve más libre, la ayuda a realizarse. En cambio en las sectas la persona es usada y explotada.

- ¿Cómo es el perfil de las personas que participan en sectas?

- Existe una falsa idea de que la gente que entra en una secta no es muy inteligente. O personas fácilmente manejables. Es solo un prejuicio porque la gente que va detrás de los líderes sectarios son personas muy inteligentes, muy idealistas y que están buscando algo diferente. Hay un mito de que van porque tienen problemas. Esto pasa en algunos grupos como Pare de Sufrir, pero no necesariamente son personas que estén viviendo una crisis o hayan tenido alguna pérdida afectiva.

Se puede estar vulnerable porque estás en una búsqueda espiritual y en vez de entrar en una religión caes en manos de un manipulador y confías en el supuesto maestro. Cualquiera puede ser manipulable según la situación concreta. Hay sectas para todas las clases sociales. Hay quienes apuntan a los más pobres, gente ahogada por los problemas económicos, pero hay otras que apuntan a gente de alto poder adquisitivo, organizan seminarios que salen carísimos, donde les enseñan a respirar hondo y por eso les cobran. Hay centros de terapias alternativas que funcionan como pantallas, donde lo que importa es captar para el grupo que está detrás de esa pantalla.

- Por lo que explicas, ahora las sectas ya no son esos grupos cerrados y casi ocultos…

- No. Se ofrecen cursos, seminarios y “terapias” que no pensamos que pueden ser dañinas.

- ¿Cómo se investigan estos casos, cómo se identifican y denuncian? ¿Hay organismos oficiales que controlen?

- Hay cuestiones que son de Salud Pública.

- ¿Quién es terapeuta? ¿De qué te cura?

- Existe hoy una corriente llamada la “Bioneuroemoción”, que está creciendo en mucho en Uruguay y que es liderada por personas que no son psicólogos y te inventan traumas que no tienes y generan una dependencia con el grupo, aislando a las personas respecto de su familia por considerarlos “vínculos tóxicos". Hay una infinidad de pseudoterapias que te dicen que curan con energía.

- Eso configura un uso ilegítimo de la medicina.

- Sí. El tema es que cuando les preguntas te dicen que se trata de una cuestión espiritual, pero cuando preguntas si es entonces una religión, te dicen que es terapia, cambian el discurso todo el tiempo. La frontera entre lo terapéutico, lo religioso y la ciencia ficción es una gran nebulosa que confunde a cualquiera.

Yoga en la Universidad… ¿o algo más?

Hace unos días las clases de yoga de la Universidad de la República de Uruguay, en Bienestar Universitario, quedaron en el punto de mira. El instructor de yoga Octav Fercheluc, responsable de esas clases, también dirige la Academia Espiritual de Yoga Tradicional Ananda, de la rama en Uruguay del MISA, liderado por el rumano Gregorian Bivolaru, requerido por la justicia de su país, acusado de trata de personas, pornografía y demás.

Amigos de hace más de 10 años de algunos jóvenes que concurrían denunciaron públicamente que estos se alejaron de amigos y familia, que pasaron a vivir en la academia, que tomaban agua salada para vomitar y tener diarrea y así purificarse, que se debilitaron físicamente, que los incitaban a continencia y a relaciones con personas de la academia o a mirar cómo otros tenían relaciones sexuales a través de un vidrio, que les sacaban fotos desnudos para ver su aura, que hablaban con seres de otras dimensiones del espacio exterior que se vinculaban con ellos, etc.

Fercheluc se defendió en los medios diciendo que los jóvenes antes se juntaban a drogarse y cambiaron y se alimentaban mejor, “se trata de una transformación, no de un cambio”, dijo el instructor. La denuncia “tuvo un impacto desastroso sobre muchas familias, nos empezaron a llamar la secta de la Udelar”, dijo Fercheluc. Negó que hubiera prácticas sexuales y abusos y aseguró que había cientos de personas que se sentían muy bien. “Es una escuela de yoga, yo no tengo incidencia más allá de eso”, dijo. Ahora las clases se cortaron y hay una investigación interna. Sobre el caso también hablamos con Miguel Pastorino.

- ¿Se demostró que se trataba de una secta?

- No. Nunca se dijo que era una secta, se dijo que estaban vinculados con una secta rumana. De hecho en la página web de ellos aparece como maestro de la filial en Uruguay el líder de una secta rumana, Gregorian Bivolaru. El vínculo es evidente. Ese líder está requerido por la justicia rumana y está alojado en Suecia. Y tiene denuncias por trata de personas, pornografía, etc. Este material está en internet, es fácilmente demostrable.

Este grupo estaba vinculado a Rumania y de hecho se estaban yendo a Rumania a hacer un retiro. Pero nadie dijo que las personas que se estaban yendo a Rumania a hacer un retiro estaban secuestradas. Los chicos se dice que fueron libremente, ¿pero cuál fue el proceso por el que llegaron hasta allí? Sabemos que algunos de ellos entraron por la Udelar. Entonces las clases gratuitas de yoga en la Udelar funcionaban como pecera para pescar gente para un grupo religioso.

El líder de este grupo en Uruguay creó un simposio del yoga científico. Pero realizó un discurso pseudocientífico con afirmaciones sobre los siete cuerpos astrales, los chakras y el karma.  O afirmaciones como que desde que ellos meditan disminuyó la criminalidad en Uruguay. ¿Eso cómo lo demuestras? Eso está en las ponencias de lo que él presentó. Es una clara violación de la laicidad, en un discurso religioso que está haciendo pasar por científico.

“El proceso para salir de una secta es muy lento”

El psicólogo Álvaro Farías, miembro también de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) explicó a La República que en la psicología se habla de “relaciones sectarias”. Una relación sectaria es una dependencia inducida en la cual el líder sectario induce a otro a ser dependiente, a través de un proceso de manipulación psicológica o lavado de cerebro.

“Generalmente se asocia el fenómeno de las sectas al hecho religioso, lo cual es erróneo, ya que también hay grupos con un perfil empresarial u ONG”, advierte el psicólogo y especialista en el tema de las sectas. Indicó que el tratamiento es casi siempre con la familia más que con las propias víctimas porque justamente estas se niegan a ver lo que está ocurriendo.

“Recomiendo hablar mucho, no llevar la contra en cuanto a su idea, caminar y hablar. El proceso para ingresar a un secta es lento, para salir de ella también”, advirtió.