El Papa Francisco recibió este jueves 1 de octubre a los participantes del Capítulo general de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús en la Sala Clementina del Vaticano.

Durante su discurso, el Papa recordó a los misioneros que son “servidores y mensajeros del Evangelio, especialmente para quienes no lo conocen o lo han olvidado” y explicó que “al origen de su misión hay un don, que es la iniciativa gratuita del amor de Dios que les ha dado una doble llamada: estar con Él e ir a predicar”.

“En la base de todo está la relación personal con Cristo, radicada en el Bautismo, confirmada en la Confirmación y, para algunos, reforzada en la Ordenación… este vivir con Cristo determina todo nuestro ser y nuestro actuar; y se vive y se alimenta sobre todo en la oración, en el permanecer en el Señor, en la adoración, en el coloquio de corazón a corazón con Él”.

“Precisamente en este espacio orante es donde se encuentra el verdadero tesoro para donarlo a los hermanos mediante el anuncio. El misionero de hecho se hace servidor del Dios que habla, que quiere hablar a los hombres y las mujeres de hoy, como Jesús hablaba a aquellos de su tiempo, y conquistaba el corazón de la gente que venía a escucharlo de todas partes y quedaba maravillada escuchando sus enseñanzas”.

En esta línea, el Papa animó a los misioneros a “nutrirse siempre de la Palabra de Dios, para ser eco fiel, acogerla con alegría del Espíritu, interiorizarla y hacerla carne de su carne como María” ya que en la Palabra de Dios “está la sabiduría que viene del alto y que permite encontrar lenguajes, actitudes, instrumentos adecuados para responder a los desafíos de la humanidad que cambia”.

Además, el Obispo de Roma explicó que los Combonianos del Corazón de Jesús contribuyen “con alegría a la misión de la Iglesia, testimoniando el carisma de san Daniel Comboni, que encuentra un punto en el amor misericordioso del Corazón de Cristo por los hombres indefensos”.

“Aquel Corazón que ha amado a los hombres los empuja a las periferias de la sociedad para testimoniar la perseverancia del amor paciente y fiel… así podrán continuar a promover la justicia y la paz, el respeto y la dignidad de cada persona”.

Al finalizar, el Papa deseó a los misioneros que la reflexión de los temas del Capítulo ilumine el camino del Instituto en los próximos años “ayudando a redescubrir su patrimonio de espiritualidad y de actividad misionera” para “continuar con confianza su apreciada colaboración a la misión de la Iglesia” y que sea estímulo el ejemplo de tantos hermanos “que han ofrecido su vida a causa del Evangelio, dispuestos también al supremo testimonio de la sangre”.

“Es notable, de hecho, que la historia del Instituto Comboniano está marcada por una cadena ininterrumpida de mártires, que llega a nuestros días. Ellos son semilla fecunda en la difusión del Reino y protectores de su compromiso apostólico”.

(MTC – Radio Vaticano)