Tribunas

Un testimonio –para el Sínodo- digno de fe

Ernesto Juliá

Un hecho insólito, y por ser tal, ha pasado bastante inadvertido. Es, sin embargo, un hecho digno de ser resaltado.

140 intelectuales conversos piden al Papa y al Sínodo evitar los errores del protestantismo “progre”. Este es el hecho y así ha titulado la noticia algún periódico.

¿Quiénes son esos 140 intelectuales, y qué piden al Papa y al Sínodo?

Son todos, hombres y mujeres, conversos a la Fe Católica. Unos han crecido en comunidades cristianas, otros proviene de otras fe religiosas, algunos de ellos han sido toda su vida agnósticos, y no faltan tampoco los que, antes de su conversión, se confesaban ateos. Todos han sido bautizados en la Iglesia ya adultos, y bien adultos, en algunos casos.

Profesionales de diversas materias, algún obispo de diferentes confesiones protestantes, que anuncian públicamente que se han sentido atraídos a la Iglesia, en buena parte, por la doctrina que ha defendido siempre sobre el ser humano, hombre y mujer, sobre la diferencia de sexos, sobre el matrimonio y sobre la familia. Y reconocen, que ya los primeros cristianos convirtieron el mundo por el ejemplo maravilloso de su testimonio sobre la sexualidad, sobre el trato a sus mujeres, a sus hijos, por la fidelidad de su matrimonio.

Con humildad, y con una transparencia espiritual digna de ser mencionada, reconocen que han criticado a la Iglesia en tiempos pasados y, precisamente por esa defensa tan clara de la doctrina. Afirman también que habían cedido a las tentaciones de la cultura dominante –des-cultura dominante, diría yo- , y habían seguido ideas sobre la libertad, la igualdad, el progreso y la naturaleza humana, que les han llevado a situaciones verdaderamente lamentables.

Algunos de nosotros hemos vivido el dolor del divorcio en nuestras vidas, y en las vidas de familiares y amigos”; y subrayan también, quienes han sido pastores protestantes, el desastre de fe en sus congregaciones, cuando han empezado a ceder al “espíritu del mundo”, con la intención de acercarse más al pueblo. El pueblo se ha alejado, entre otras cosas, porque a la iglesia iban a buscar la Fe, no el “espíritu del mundo” que ya tenían en cualquier lugar de la calle.

Manifiestan además la valentía de citar palabras de Benedicto XVI, quien, en el discurso a la Curia, en diciembre de 2012, hizo unas consideraciones sobre estas cuestiones, que resumo en estas palabras:

Si hasta ahora habíamos visto como causa de la crisis de la familia un malentendido de la esencia de la libertad humana, ahora se ve claro que aquí está en juego la visión del ser mismo, de lo que significa realmente ser hombres. Simone de Beauvoir ha hecho celebre una frase suya: «Mujer no se nace, se hace». En estas palabras se expresa la base de lo que hoy se presenta bajo el lema «gender» -“género”- como una nueva filosofía de la sexualidad. Según esta filosofía, el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente, mientras que hasta ahora era la sociedad la que decidía. La falacia profunda de esta teoría y de la revolución antropológica que subyace en ella es evidente. El hombre niega tener una naturaleza preconstituida por su corporeidad, que caracteriza al ser humano. Niega la propia naturaleza y decide que ésta no se le ha dado como hecho preestablecido, sino que es él mismo quien se la debe crear”.

Los firmantes del documento ruegan al Papa, y a los padres sinodales, que la Iglesia permanezca fiel, y anuncie al mundo “la belleza y grandeza de la fidelidad conyugal, cuando se vive en unión con Cristo”. Recuerdan que cualquier acción pastoral innovadora, que no respete la verdad de las cosas –de la familia, de la naturaleza humana, de la sexualidad- solo servirá para causar más daños y sufrimientos al pueblo fiel. Una pastoral acogedora de todos, como siempre ha vivido la Iglesia, aunque algunos fieles, laicos o sacerdotes, no lo hayan hecho; y una pastoral que ayude a vivir la Verdad plena de Cristo, del Evangelio.

Y no puedo terminar sin señalar el final de su testimonio. Son unas palabras del papa Francisco a los jóvenes, en Brasil:

"Hay quien dice que hoy el matrimonio está 'pasado de moda'. En la cultura de lo provisional, de lo relativo, muchos predican que lo importante es "disfrutar" el momento, que no vale la pena comprometerse para toda la vida, hacer opciones definitivas, 'para siempre', porque no se sabe lo que pasará mañana. Yo, en cambio, les pido que sean revolucionarios, les pido que vayan a contracorriente".

 

Ernesto Juliá Díaz

ernesto.julia@gmail.com