Fernando Jordán Pemán (Ardisa, 1950) fue ordenado sacerdote en 1976. Doctor en Teología Moral, ha sido Vicario General de la diócesis de Jaca y, a nivel nacional, consiliario del departamento de Pastoral Gitana de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Hoy es párroco del Corazón de María en Jaca. Ya de diácono se involucró profundamente en la pastoral con el pueblo gitano.

Fernando Jordán ha trabajado durante toda su vida sacerdotal con el pueblo gitano. Los gitanos de Jaca, unos 550 para una población fija de unos 12.000 habitantes, lo adoran. Es el mayor experto en el tema en Aragón y, posiblemente, en España. Sus obras destilan un gran conocimiento del tema y un cariño profundo hacia este pueblo.

Jordán dice que hoy, en Aragón y en general, el pueblo gitano sufre una fuerte crisis de identidad y de tipo social. A los problemas de drogas, tráfico de las mismas, delincuencia… se añade la pérdida de identidad y de valores tradicionales de este pueblo, observándose una falta de interés y de capacidad para salir de esas situaciones. Años atrás muchos gitanos pasaron de profesar la fe católica a ingresar en las filas de confesiones evangélicas y movimientos “aleluyas”. Hoy día ese trasvase ha cesado, pues muchos también han abandonado dichos movimientos.

El contenido del libro

Gitanos en la sociedad actual , que ahora lanza EDICE la editorial de la CEE, contiene una serie de reflexiones que ayudan a comprender y vivir desde el Evangelio la situación actual de los gitanos y las respuestas que la iglesia les ofrece en un mundo nuevo, un panorama en el que sus estructuras tradicionales se están sometiendo a un proceso de cambio en cuanto a sus contenidos y significados. Se ofrecen aquí, en definitiva, procedimientos para analizar los intereses, inquietudes, los procesos de relación y la preocupación de los gitanos de cara al futuro, con el objetivo claro de contribuir a despertar y movilizar con realismo la capacidad evangelizadora de la Iglesia en la comunidad gitana del siglo XXI.

Redactado en la clave misionera a la que nos llama el papa Francisco, y apoyado también en el trabajo del departamento de Pastoral con los Gitanos y sus responsables, este texto no pretende solo exponer una doctrina teórica sobre la Iglesia y los gitanos, sino también buscar de manera nueva y arriesgada cauces para la misión de anunciar el Evangelio, a la que nos llama el Dios vivo encarnado en Jesucristo. Un cristiano que se siente verdaderamente discípulo y misionero del Señor debe cuidar el encuentro personal con Él; solo así conseguirá hacer de las parroquias y los grupos cristianos en los que está inserto lugares de puertas abiertas, para que la Iglesia se encarne realmente en la comunidad gitana.

(Ricardo Mur – Diócesis de Jaca)