IGLESIA EN ESPAÑA

Cáritas Aragón destina más de 12 millones de euros para atender y acompañar a los pobres


Carlos Sauras, presidente de Cáritas Aragón

Muchas personas pueden pensar que la “crisis” ya no está de moda porque algunos indicadores, sobre todo macroeconómicos, así parecen indicarlo. Piensan que ya hemos pasado muchos años inmersos en la crisis, con el sufrimiento de tantas personas que ya eran pobres antes del 2008 o que se han empobrecido a lo largo de estos años. Sin embargo, la crisis y sus efectos persisten en amplias capas de nuestra sociedad. Cuando se presenta la Memoria de la actividad de Cáritas en Aragón en el 2014 se constata que la brecha social entre ricos y pobres se ha incrementado y que siguen siendo muy altas en las acogidas de las Cáritas parroquiales las peticiones de ayuda, como también lo es la dependencia de las personas necesitadas respecto a sus familias y con relación a las entidades de acción social.

La Memoria del pasado año pone de relieve el esfuerzo de los 2.928 voluntarios de las Cáritas en Aragón y de las 217 personas contratadas para acompañar, a través de los 203 equipos parroquiales de acogida distribuidos por el territorio, a cuantos se encuentran en la pobreza y en la exclusión social y acuden en busca de ayuda. Cáritas ha destinado a sus programas más de 12 millones de euros, de ellos más de tres millones han sido para ayudas a necesidades básicas dirigidas a un total de 33.100 personas.

Al mismo tiempo, Cáritas ha impulsado en nuestra Comunidad nuevos proyectos que siembran esperanza en quienes tienen menos posibilidades de encontrar empleo. Es el caso de los programas de orientación para el empleo y de las diversas iniciativas de inserción laboral ligadas al reciclado textil, en todas sus fases, desde la recogida hasta la comercialización, y que se desarrollan en cinco de nuestras Cáritas Diocesanas. En materia de empleo, Cáritas viene insistiendo en que el modelo vigente pone su centro en el beneficio económico y deja fuera del sistema a muchas personas, generando una sociedad excluyente y cada vez más desigual. En nuestro país no ha mejorado la calidad del empleo, al contrario se ha producido una devaluación salarial y un crecimiento del número de trabajadores pobres, es decir, de aquellos que teniendo trabajo no pueden hacer frente de forma digna a las necesidades personales y familiares.

La iglesia en general y los agentes de Cáritas en particular siguen buscando la cercanía a las personas necesitadas y perciben que hay muchas personas que no pueden esperar a que les alcance la recuperación que se anuncia. La pobreza y la exclusión, crónicas y extensas, plantean un desafío para cada uno y para la sociedad en general. En concreto, exige una respuesta ágil y eficaz por parte de los responsables políticos. Cáritas ha elaborado unas propuestas de cara a las próximas elecciones generales, con reformas concretas en aquellas políticas más relacionadas con el acceso de las personas empobrecidas a los derechos humanos, como protección social, salud, vivienda, empleo o cooperación internacional.

(Iglesia en Zaragoza)