Hay festivales de cine de mucha alfombra roja, glamour y fotógrafos. Los hay grandes y pequeños, en urbes populosas y en lugares exóticos, internacionales y locales, con larga trayectoria y recién nacidos, especializados, consolidados, cambiantes, experimentales, originales, polémicos, innovadores… Para todos los gustos.

Y hay alguna pequeña joya de cine casi desconocida, con un nivel de calidad que, en su juventud, no tiene nada que envidiar a festivales reconocidos, ni por la selección de las películas, ni por el alcance internacional de la convocatoria y de las cintas presentada a concurso, ni por la organización, ni por el interés de su temática. Y que, demás, se desarrolla en un marco histórico y artístico envidiable: el Festival Internacional de Cine Educativo y Espiritual (FICEE), en la “antigua, noble y leal” Ciudad Rodrigo, en tierras salmantinas próximas a Portugal.

“Cine entre el arte y la vida”

El FICEE llega este año a su 5ª edición y se celebrará del 13 al 21 de noviembre de 2015. El lema de este año: “Cine, entre el arte y la vida”, con la proyección de las películas a concurso durante los fines de semana, y una amplia propuesta de actividades, unas destinadas a los escolares, y otras al público especializado o general, a lo largo de la semana.

Cambio para llegar más y mejor: números y nombres que hablan

Las cuatro ediciones anteriores del Festival se celebraron en el mes de julio, con una asistencia menor de lo deseable por parte de los mirobrigenses.
Esta vez, en su 5ª edición, tendrá lugar por primera vez en noviembre, del 13 al 21, para involucrar en el proyecto a las comunidades educativas. De este modo se espera desarrollar más eficazmente la dimensión educativa que el FICEE tiene entre sus objetivos desde su fundación.

El plazo de convocatoria de películas se abrió del 15 de enero al 3 de mayo de 2015. En ese periodo se presentaron 612 cintas procedentes de 53 países. El número de películas y nacionalidades ha ido creciendo con los años, muestra del prestigio internacional conquistado por su buen hacer.

Finalmente se han seleccionado para concurso 25 películas de 10 países distintos: 2 largometrajes de ficción: Fuera de foco y Flow (España); 5 largometrajes documentales: Me gustan los poemas y me gusta la vida (Nicaragua), Lejos de la orilla, B.S.O. Banda sonora original, Gabor y La sonrisa verdadera (España); 15 cortometrajes de ficción: Bienvenidos, El amor no es ciego, Bendito Machine, Safari, Tras bambalinas, Folio rojo, Tupper y Moiré (España), I am Sami (Reino Unido), The wild the child (EEUU), Ella (Alemania), Un día de campo (Uganda), Aquí no pasa nada (México), Zwischen den linien (Alemania), y Anatomía de una falsa felicidad (Portugal); y 3 cortometrajes documentales: A luta continua y Hacia una primavera rosa (España) y Musawat (Venezuela).

Un proyecto nacido de la juventud, el talento y la valentía

El FICEE fue una iniciativa de la Asociación cultural Kinema Siete, nacida en 2011 y formada por personas jóvenes vinculadas al cine desde distintos ángulos. Un grupo emprendedor, con talento y con ideas claras. Querían hacer un festival, pero no uno cualquiera. Soñaban con una identidad propia, capaz de divulgar el cine educativo y espiritual de todo el mundo, y de abrir un foro de ideas y posibilidades para favorecer el cine educativo de calidad.

De acuerdo con sus objetivos, la temática del Festival se abre a todo lo que tenga interés formativo, social, de valores: mundo de la infancia, derechos humanos, problemática social, compromiso con el desarrollo de la cultura de la paz, diálogo intercultural, denuncia de la injusticia… Y, en un rasgo de valentía, el Festival acoge también la dimensión espiritual del ser humano, el cine religioso, independientemente de la confesión de la película o de sus realizadores, siempre que transmitan la apertura a la trascendencia y la superación humana.

Al frente de la Asociación y de la Dirección del FICEE está Pablo Moreno, director que ya ha demostrado su valía en películas como Un Dios prohibido. Junto a él, un excelente equipo de colaboradores en los que destaca la calidad humana y profesional.

Kinema Siete cuenta con el apoyo económico de Ayuntamiento y el de la Diócesis mirobrigense a través de la Delegación Diocesana de Evangelización y nuevas tecnologías, con el respaldo de su obispo, Mons. Raúl Berzosa.

El germen de un sueño: Contracorriente Producciones

Para conocer los orígenes de este proyecto hay que remontarse unos años atrás. El 15 de octubre de 2004 (no por casualidad día de santa Teresa), nació Contracorriente Producciones, más tarde constituida en sociedad. Un grupo de jóvenes emprendedores empezaba a dar sus primeros pasos en la producción de contenidos culturales, sociales, educativos y espirituales apostando por su tierra, Ciudad Rodrigo, conscientes de que las industrias culturales son un motor para el desarrollo social, capaz de proporcionar oportunidades profesionales y de integración a los jóvenes. Ellos también lo eran. Acababan de fundar una empresa pero, sobre todo, habían dado cuerpo, rostro y raíces a un sueño que suponía para ellos una forma de vida, un proyecto común en el que cada uno, con sentido de equipo, como familia, aportaba lo mejor de sí.

Junto a ellos, alentando y respaldando el proyecto, el sacerdote Juan Carlos Sánchez, responsable de juventud de la Diócesis, les acompañaba en su aventura.

Especializada en ficción cinematográfica, Contracorrientes empezó su andadura con la producción de Jesús, el peregrino de la luz, entre 2004 y 2006; Talita Kum, en 2007, y Pablo de Tarso, el último viaje, en 2009. Además, cortometrajes, espectáculos, obras de teatro, documentales, campañas publicitarias… El paso de los años y los trabajos muestra una clara profesionalización creciente en las producciones hasta llegar a 2013, cuando se estrena, en colaboración con la Editorial San Pablo y bajo la dirección de Pablo Moreno, el largometraje Un Dios prohibido, película que se convirtió en una de las más vistas durante el tiempo que se mantuvo en cartelera en salas comerciales.

Actualmente están en fase de producción una película sobre san Pedro Poveda y otra sobre santa Soledad Torres Acosta, ambas dirigidas también por Pablo Moreno.

Una ciudad medieval amurallada que aspira a ser ‘Rodriwood’

Quienes han visitado Ciudad Rodrigo saben de su belleza monumental y natural: la muralla, el castillo, los palacios y casas señoriales, el puente romano, el río y sus riberas. Escenarios naturales para un plató viviente sin necesidad de cartón-piedra.

Si Hollywood es la Meca del cine en los Estados Unidos, y la industria cinematográfica ubicada en Bombay ha pasado a llamarse popularmente Bollywood, pieza clave de la cultura popular de la India por el gran desarrollo de sus producciones fílmicas, siguiendo en la misma línea bienhumorada, ¿por qué no ‘Rodriwood’, un plató natural vivo preparado para producciones nacionales e internacionales de temática histórica? Supondría un indudable motor para el desarrollo de la zona aprovechando su riqueza monumental. ¿Por qué no?

Esto es ahora sólo un sueño para Contracorriente Producciones, para la Asociación Kinema Siete y para el FICEE. ¿Por qué no puede hacerse realidad si es un sueño de quienes ya antes soñaron Contracorriente Producciones, y desde ahí soñaron Kinema Siete que, a su vez, soñó el Festival que ahora es realidad consolidada?

Falta que se conozca también de puertas afuera el FICEE; que los cineastas pateen las calles mirobrigenses con sus localizaciones llenas de posibilidades, y que Ciudad Rodrigo se sueñe a sí misma como ciudad de cine, además de ser “antigua, noble y leal”.