Servicio diario - 16 de noviembre de 2015


La frase del lunes 16 de noviembre

La espiral de la violencia sólo la frena el milagro del perdón.  Juan Pablo II


España: Misas y vigilias de oración por los atentados de París

El arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, ha convocado el próximo miércoles una celebración eucarística en la catedral de la Almudena

Los obispos españoles han emitido diferentes comunicados condenando los atentados terroristas de París y pidiendo oraciones por las víctimas y sus familiares. En Madrid, el arzobispo Carlos Osoro Sierra ha convocado una celebración eucarística el miércoles 18 de noviembre, a las 20 horas, en la catedral de la Almudena.

“Con motivo de los terribles ataques terroristas que han llenado de sangre, dolor y luto la ciudad hermana de París, la archidiócesis de Madrid se siente fraternalmente solidaria con sus víctimas y con el inmenso sufrimiento de sus familiares y de toda la nación francesa”, ha indicado el prelado en una nota.

“Condenamos el uso blasfemo de Dios como excusa para la barbarie y convocamos a la comunidad católica y a cuantos quieran unirse a la celebración de la Eucaristía en la catedral de Santa María la Real de la Almudena el próximo miércoles, 18 de noviembre, a las 20:00 horas, para pedir al Dios de la vida y de la paz por el eterno descanso de las personas fallecidas, la pronta recuperación de las heridos, el fin de los actos fratricidas, la conversión de los asesinos, el cese de la violencia y el odio, para que la paz y la justicia se hagan presentes en todos los lugares de la tierra”, ha añadido Mons. Osoro.

Por otra parte, cientos de jóvenes han llenado el sábado por la noche la catedral de Valencia, en una vigilia presidida por el cardenal Antonio Cañizares Llovera. Durante el encuentro, el arzobispo valenciano ha afirmado que, ante el terrorismo, “el arma de los cristianos es la oración” y ha recordado que “identificarse con Jesús es no llevar venganza, sino perdón”.

Al comienzo de la vigilia, el purpurado ha exhortado a los presentes a “orar por los sufrimientos de los hombres, no como espectadores sino como protagonistas, como oró Jesús en al cruz, identificándose y asumiendo los sufrimientos de los otros”.

Después de agradecerles su presencia masiva, el arzobispo de Valencia ha invitado a los jóvenes a “vivir con intensidad esta noche de oración, noche de Getsemaní, en la que Jesús, identificado con el dolor de los hombres, sufre y pide que se haga no lo que Él quiere, sino lo que el Padre quiere, amar hasta el extremo, y que hagamos de este mundo un mundo que ama, que respete la vida del hombre y su dignidad inviolable”.

Finalmente, el cardenal Cañizares ha alentado a los presentes a “estar siempre, al lado de todos los que sufren, de los heridos, de sus familias”, y les ha recomendado también que, ante el terrorismo, “no seamos ingenuos, sino que abramos bien los ojos, también los de la fe, que es lo que Dios nos pide”.

La vigilia de oración, que ha comenzado a las 22 horas y se ha prolongado hasta la medianoche, se ha desarrollado con la catedral en penumbra y los jóvenes sentados en el suelo, intercalando tiempos de silencio, oración y cantos al estilo Taizé.

Los jóvenes de Paraguay hacen 'lío organizado' como pidió el Papa

Entrevista con monseñor Edmundo Valenzuela, nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Paraguay

Edmundo Valenzuela, sdb, arzobispo de la Santísima Asunción, ha sido recientemente elegido nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya. Un país que hace tan solo unos meses recibió la visita del Santo Padre y ya está viviendo y recogiendo los frutos de este viaje. Entre ellos, los jóvenes haciendo 'lío organizado' o la Iglesia buscando una madre paraguaya para llevarla a los altares. Muchos son los desafíos que enfrenta ahora monseñor Valenzuela como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, entre los que destaca el animar a esta Iglesia "en salida" y mostrarse en la sociedad como baluarte servidora de la vida, tal y como ha pedido el Papa. ZENIT lo ha entrevistado para profundizar en la misión de la Iglesia en este país y la situación actual tras la visita del Santo Padre. 

Acaba de ser nombrado nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Paraguay. ¿Cómo afronta esta nueva etapa?
-- He dicho a mis hermanos obispos quienes confiaron en que yo podría llevar sobre mis hombros la pesada carga de Presidente de la Conferencia: “Como misionero obispo que soy, acepto servir a la Iglesia, con la ayuda de Dios y de la Virgen Santísima”.
Me pongo a rezar y a hacerme ayudar, pues la ayuda que pueda ofrecer sólo la podré realizar con la oración y el desprendimiento de mi mismo, a imitación de Jesús.

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¿Cuáles son los desafíos más importantes en la actualidad en la Iglesia en Paraguay?
-- Esta nueva etapa de mi servicio a la Iglesia, no serán fáciles para mí, pues nuestra Iglesia está llamada por el Papa Francisco a una renovación radical, según sus palabras en la visita que nos hizo en julio de este año. El desafío de una “Iglesia en salida”, Iglesia misionera suena lindo y hasta lo podemos declamar… pero, en la realidad hay muchas resistencias, pues estamos tan acostumbrados a lo de “siempre hicimos así”. A nivel social, la Conferencia sigue siendo un baluarte servidora de la vida, la verdad, la justicia y la paz. Las nuevas ideologías, sobre todo la ideología del género, con todo su tren y vagones de consecuencias tiene mucha fuerza, hay muchos billetes verdes que la sostienen para su propagación. Además, la pobreza y pobreza extrema de uno 15% de la población nos tiene siempre en alerta. El país está siendo devastado por las deforestaciones y el avance riguroso de la producción agro-ganadera industrial. Los campesinos se ven obligados a vender sus tierras y a formar parte de los cinturones de las ciudades. La corrupción administrativa es cada vez más galopante y gozando de la impunidad a ojos vistas, etc.
Estas situaciones necesitan el acompañamiento permanente de la Conferencia Episcopal. Crear espacios de diálogo con las autoridades es un camino indispensable, pero lento y cuyo resultado no depende ya de nosotros, sino el complejo momento histórico que vivimos.

¿Qué destacaría de los trabajos realizados durante la reciente Asamblea Plenaria Ordinaria de los Obispos?
-- Hemos dedicado una semana muy densa a varios temas que debíamos afrontar en clima de fraternidad, oración y diálogo.
Hemos comenzado evaluando la visita del papa Francisco. Hemos publicado sus discursos y homilías. Luego comenzamos a estudiar un texto borrador que recoge la síntesis de las palabras del papa Francisco con la orientación de una vida evangélica más radical. Nos tocó este año hacer las elecciones de las nuevas autoridades de la Conferencia y confirmar a los Secretarios Ejecutivos de las distintas pastorales. Los temas obligados a los que estamos habituados, son la escucha de la marcha y de los resultados de cada Pastoral de la Conferencia; hemos tomado conocimiento de la situación del Seminario Mayor Nacional encontrándonos con los Formadores; hemos escuchado el informe sobre la Universidad Católica. También hemos tenido un momento, una media hora, de visita de parte del Presidente de la República, que vino a saludar a las nuevas autoridades de la Conferencia. Con él programamos seguir los encuentros de evaluación social que interesa a ambos, al Estado y a la Iglesia. Hemos tenido la visita del nuncio apostólico, Mons. Eliseo Ariotti, quien presidió la Misa seguida de un agasajo hecho en su honor, agradeciendo lo que él hizo por la visita papal. Aprobamos dos documentos, uno conteniendo el mensaje para las elecciones municipales y otro, más al interno de la vida de la Iglesia, orientaciones para una Iglesia misionera, por el año Jubilar de la Misericordia, según las palabras del papa Francisco pronunciadas en su visita al país.
En fin, fue una semana muy intensa, con una agenda densa, pero en un ambiente de fraternidad, serenidad, discernimiento y motivador de esperanza.

Ahora que ha pasado un tiempo para “reposar” la visita del Santo Padre a Paraguay. ¿Cómo valoraría el viaje del Pontífice a este país?
-- Para nosotros fue lo más grande de nuestra historia. Vivimos un encuentro nacional, una fiesta de la fe y de la Iglesia marcada por la alegría, la participación multitudinaria y las expresiones de religiosidad sencilla y cariñosa hacia la persona del Papa. Su presencia humilde y cálida, sus palabras sabias y orientadoras, su cariño a la gente paraguaya, su estima a la Mujer Paraguaya, la más gloriosa de América – según sus palabras – conquistaron los corazones y quedamos pendientes de las celebraciones previstas. La preparación de la visita papal nos enseñó a trabajar conjuntamente todas las fuerzas sociales y culturales del país. Siguiendo la Constitución Nacional, hemos creado un trabajo de Iglesia y Estado, desde nuestra independencia, colaboración y autonomía. Sin lugar a dudas, lo más grande que como país hayamos vivido hasta el momento fueron esos tres días.

¿Qué frutos son ya visibles?
-- Hubo mayor acercamiento de millares de personas a las celebraciones dominicales. Su consejo a los jóvenes de “hacer lío, pero organizado” les despertó para una serie de manifestaciones a favor de exigencias de calidad de educación escolar y transparencia y eliminación de corrupción en la Universidad Nacional y filiales.

El obispo de Caacupé, monseñor Claudio Giménez, contó recientemente que el papa Francisco pidió buscar a una madre paraguaya de vida y virtudes ejemplares para elevarla a los altares. ¿Por qué esta preocupación del Santo Padre por la figura de la mujer en Paraguay? ¿Hay ya alguna candidata?
-- Es cierto que deberá haber alguna madre paraguaya que llegue a los altares, para honrar el título recibido por parte del Papa Francisco: “la más gloriosa de América”. Mientras tanto, tenemos a una religiosa carmelita, Chiquitunga, ya venerable en camino a ser proclamada “beata”. Mientras tanto, nos ponemos a en busca de una madre ejemplar con olor a santidad.

Se acaban de celebrar las elecciones municipales, ¿qué mensaje han dado los obispos a los ciudadanos?
-- Los obispos hemos dado el mensaje ante esas elecciones, exhortando a participar con el voto consciente, libre y responsable. Hablamos de los valores que los candidatos deben promover: la familia, de defensa de la vida, del matrimonio entre hombre y mujer. Pero también hemos advertido sobre la corrupción galopante y de la necesidad de transparencia en la gestión administrativa y de la promoción del bien común.
Hay muchas manipulaciones de lo que se dice, cada uno tendiendo a interpretar de acuerdo a sus principios ciudadanos. Lo importante es que haya siempre respeto y participación desde los valores humanos y cristianos que sustentan la historia y la cultura del Paraguay. 

 

España: Mons. Reig clausura el Año Diocesano de la Caridad en el Cementerio de los Mártires de Paracuellos

El obispo de Alcalá de Henares ha presidido la Santa Misa con ocasión del LXXIX aniversario del martirio de 134 beatos

El obispo de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Pla, presidió este domingo la Santa Misa con ocasión del Día de la Iglesia Diocesana, la Clausura del Año Diocesano de la Caridad y elLXXIX Aniversario del Martirio de 134 Beatos en el Cementerio de los Mártires de Paracuellos. Concelebraron superiores y representantes de las órdenes a las que pertenecen los religiosos y sacerdotes cuyos restos mortales descansan en este camposanto. El templo del Cementerio se quedó pequeño, por lo que un gran número de fieles debieron seguir la celebración desde el exterior.

En su homilía, Mons. Reig explicó que “unidos a los Santos Niños Justo y Pastor, a San Félix de Alcalá martirizado en Córdoba en el siglo IX, los mártires de Paracuellos son el mejor regalo que nos hizo San Juan Pablo II [cuando restauró en 1991 la Diócesis Complutense], poniendo en evidencia la vocación martirial de nuestra querida Diócesis de Alcalá de Henares”. Como testimonio de ello, el obispo recordó las palabras que pronunció antes de ser martirizado el beato P. Francisco Esteban Lacal, de 48 años, Provincial de los Oblatos: “Sabemos que nos matáis por católicos y religiosos: lo somos. Tanto yo como mis compañeros os perdonamos de todo corazón. ¡Viva Cristo Rey!”.

Por otra parte, Mons. Reig dijo que, el próximo año, la Diócesis de Alcalá de Henares celebrará las Bodas de Plata de la restauración de la antigua Diócesis Complutense, e indicó que “con este motivo la Penitenciaría Apostólica nos ha concedido un Año Jubilar que inauguramos el pasado 24 de octubre y que se prolongará hasta el mismo mes de octubre de 2016”. El prelado también recordó que el Santo Padre nos va a obsequiar con el Año del Misericordia, y afirmó: “a la misericordia de Dios nos confiamos todos, dispuestos a celebrar con toda la Iglesia Católica el gran Jubileo que abrirá el Papa Francisco el día de la Inmaculada Concepción, Patrona de España”.​

Al terminar sus palabras, Mons. Reig pidió oraciones por las víctimas de los atentados de París y por todo el pueblo francés. Tras la Santa Misa se procedió a la exposición del Santísimo Sacramento. El obispo de Alcalá de Henares, portando en sus manos la custodia con el Cuerpo de Cristo, y acompañado por los sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y el pueblo fiel, recorrió las siete grandes fosas donde yacen los beatos mártires y demás víctimas.

Al llegar a cada fosa, sonaban, en primer lugar, unos breves acordes del “toque de silencio”, tras lo cual Mons. Reig Pla leía una oración por los difuntos; dicho esto, y mientras se entonaba por todos los asistentes el canto “Christus vincit, Christus regnat, Christus ímperat”, el prelado procedía a bendecir a los presentes con el Santísimo Sacramento, “anunciando” a los que allí “duermen” que "Cristo ha resucitado y que en Él está depositada toda nuestra esperanza de salvación”. Ciertamente, destacó el obispo de Alcalá, “los mártires brillarán como las estrellas por toda la eternidad”.

 

El Papa en Sta. Marta: 'La mundanidad destruye la identidad cristiana'

En la homilía de este lunes, el Santo Padre advierte contra el peligro de 'poner a subasta' nuestra identidad por querer ser como todos ​

El pensamiento único, el humanismo que toma el lugar de Jesús, hombre verdadero destruye la identidad cristiana. Es la advertencia del papa Francisco durante la homilía de este lunes en la misa celebrada en Santa Marta.

Haciendo referencia a la Primera Lectura del día, del Libro de los Macabeos, el Pontífice ha comentado “la imagen de la raíz que está bajo tierra”. La fenomenología de la raíz es esta: “no se ve, parece que no hace mal, pero después crece y muestra, hace ver, la propia realidad”, ha precisado. “Era una raíz razonable” que empujaba a los israelitas a aliarse con las naciones vecinas para estar protegidos. “¿Por qué tantas diferencias? Porque desde que nos hemos separado nos han sucedido muchos males. Vamos donde ellos, somos iguales”, ha precisando comentado la Lectura. Y así ha explicado esta situación con tres palabras: “mundanidad, apostasía, persecución”.

De este modo, ha asegurado que la mundanidad es hacer lo que hace el mundo. Es decir: “ponemos a subasta nuestro carné de identidad, todos somos iguales”. Así, muchos israelitas “reniegan de la fe y se alejan de la Santa Alianza”,  ha proseguido. Y lo “que parece muy razonable -’somos como todos, somos normales’- se convirtió en destrucción”, ha advertido el Papa.

Asimismo, ha explicado que “después el rey ordenó que en su reino todos formaran un solo pueblo --el único pensamiento, la mundanidad-- y cada uno abandonara las propias costumbres. Todos los pueblos se adecuaron a la órdenes del rey; también muchos israelitas aceptaron su culto: sacrificaron a los ídolos y profanaron el sábado. La apostasía. Es decir, la mundanidad te lleva al pensamiento único y a la apostasía. No se permiten, no se permiten las diferencias: todos iguales. Y en la historia de la Iglesia lo hemos visto, pienso en un caso, que la fiestas religiosas se les ha cambiado el nombre --el Nacimiento del Señor tiene otro nombre-- para cancelar la identidad”.

Por otro lado, el Pontífice ha recordado que en Israel se quemaron los libros de la ley “y si alguno obedecía a la ley, la sentencia del rey lo condenaba a muerte”. Esta es la persecución --ha observado-- iniciando con una “raíz venenosa”.

A continuación, el Santo Padre ha afirmado que siempre le ha conmovido que el Señor, en la Última Cena, en esa larga oración, rezase por la unidad de los suyos y pidiera al Padre que le liberase de cualquier espíritu mundano, de toda mundanidad, porque la mundanidad destruye la identidad, la mundanidad lleva al pensamiento único.  

“Comienza por una raíz, pero es pequeña, y termina en la abominación de la desolación, en la persecución. Este es el engaño de la mundanidad, y por esto Jesús pedía al Padre, en esa cena: ‘Padre, no te pido que los elimines del mundo, sino que los cuides del mundo’. De esta mentalidad, de este humanismo, que viene a tomar el lugar del hombres verdadero, Jesucristo, que viene a quitarnos la identidad cristiana y nos lleva al pensamiento único: ‘todos hacen así, ¿por qué yo no?’”, ha explicado Francisco.

De este modo, ha invitado a pensar cómo es la identidad de cada uno, cristiana o mundana. ¿O me llamo cristiano porque fui bautizado de niño y he nacido en un país cristiano, donde todos son cristianos?, ha preguntado.

Por eso ha advertido que “la mundanidad entra lentamente, crece, se justifica y contagia: crece como esa raíz, se justifica --'pero, hagamos como toda la gente, no somos tan diferentes’-- busca siempre una justificación, y al final contagia, y muchos males vienen de ahí”.

Para concluir la homilía, el Pontífice ha exhortado a pedir al Señor “por la Iglesia, para que el Señor la custodie de todo tipo de mundanidad”, “que siempre tenga la identidad dispuesta por Jesucristo”, “que todos nosotros tengamos la identidad que hemos recibido en el bautismo, y que esta identidad de querer ser como todos, por motivos de ‘normalidad’, no surja”.

Finalmente ha pedido que el Señor “nos dé la gracia de mantener y cuidar nuestra identidad cristiana contra el espíritu de mundanidad que siempre crece, se justifica y contagia”.

 

El periodista Carlos Herrera reivindica la responsabilidad de los católicos en la vida pública

En la clausura del XVII Congreso Católicos y Vida Pública, el locutor de la Cadena COPE ha indicado que los dos grandes enemigos de la política son la demagogia y la corrupción

En la clausura del XVII Congreso Católicos y Vida Pública: "Construir la democracia: responsabilidad y bien común", el conocido periodista español Carlos Herrera ha reivindicado este domingo la responsabilidad de los católicos en la vida pública.

Herrera ha aclarado que solo podemos aspirar a que la política dé una respuesta al bien común si previamente se inicia ese cambio en el tejido social. Asimismo, el locutor estrella de la Cadena COPE ha aclarado que los dos grandes enemigos de la política son la demagogia y la corrupción. Y ha señalado que el relativismo y el nihilismo son los males que están atacando a la sociedad actual.

También han participado en el Acto de Clausura el presidente de laCadena COPE, Fernando Giménez Barriocanal; el presidente de laAsociación Católica de Propagandistas (ACdP) y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Carlos Romero; el director del Congreso Católicos y Vida Pública, Rafael Ortega; y la consejera nacional de la ACdP y miembro de la Comisión Ejecutiva del Congreso, Sirga de la Pisa, que ha leído el Manifiesto con las principales conclusiones del encuentro.

El Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, los días 13, 14 y 15 de noviembre en el Campus de Montepríncipe de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, ha profundizado sobre el compromiso político de todos en la vida pública y en la regeneración ética, sin olvidar los fundamentos de la Doctrina Social de la Iglesia en la construcción de la democracia. 

El Premio Ratzinger 2015 concedido a un libanés y un brasileño

Los teólogos Nabil el-Khoury y Mario de França reciben el reconocimiento de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger - Benedicto XVI

El Premio Ratzinger 2015 ha sido concedido a los teólogos Nabil el-Khoury (Líbano) y Mario de França (Brasil). El anuncio ha sido realizado por monseñor Luis Francisco Ladaria Ferrer, S.I., miembro del Comité Científico de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger - Benedicto XVI durante una rueda de prensa que ha tenido lugar esta mañana en la sala de prensa del Vaticano. También han participado en la presentación monseñor Giuseppe A. Scotti, presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger - Benedicto XVI y el profesor Pietro Luca Azzaro, secretario ejecutivo de la Fundación y traductor de la Opera omnia de Joseph Ratzinger.

Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer, S.I. ha explicado que con la elección de estos dos teólogos, “la Fundación ensancha, por así decir, aún más sus horizontes”.  A propósito de las nacionalidades de los premiados ha recordado que “América Latina ha dado a la Iglesia el primer Papa no europeo y con esto la Iglesia católica ha ofrecido una nueva y muy elocuente prueba de su catolicidad”. La importancia de Oriente para la Iglesia --ha añadido-- fue repetidamente subrayada por el papa san Juan Pablo II, que amaba decir que la Iglesia católica debe respirar con dos pulmones, Oriente y Occidente, y en la Carta apostólica “Orientale Lumen” ha subrayado la necesidad de un gran conocimiento recíproco de estas dos grandes tradiciones.

El profesor Nabil el-Khoury, después de realizar su doctorado en Tubinga sobre san Efrén el Sirio, ha enseñado en la Universidad Libanesa en Beirut y como profesor enviado en muchas universidades de Alemania. Entre sus publicaciones se pueden destacar sus traducciones al árabe de las obras de Joseph Ratzinger – Benedetto XVI.

El profesor Mario de França Miranda realizó el doctorado en Teología en la Universidad Pontificia Gregoriana y ha enseñado Teología Dogmática en la Universidad Pontificia Católica de Río de Janeiro, en la Facultad de Teología de la Compañía de Jesús en Belo Horizonte y finalmente de nuevo en la Univerisdad Pontificia Católica de Río de Janeiro. Su amplia bibliografía comprende 14 libros y más de cien artículos. Entre los cargos que ha desempeñado a lo largo de su carrera, ha sido miembro durante dos quinquenios de la Comisión Teológica Internacional, en el periodo en el que el entonces cardenal Ratzinger era el presidente como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Con estas dos figuras --ha asegurado Mons. Ladaria-- se enriquecen no solamente cuantitativa, sino también cualitativamente la lista de teólogos que han merecido los Premios Ratzinger.

Por su parte, monseñor Giuseppe A. Scotti ha indicado que Bydgoszcz, Río de Janeiro, Roma, Medellín, Madrid  --solo por citar los grandes Congresos de la Fundación-- son muchas etapas de un camino que ha implicado desde Europa, hasta África y América Latina, no solo a más de 500 Universidades y más de 10 mil personas entre estudiantes y profesores, sino que han sido encuentros que han permitido un “debate vivo y entusiasmante para construir el futuro”.

Retomando las palabras del Santo Padre en Florencia la semana pasada, cuando dijo que “la mejor forma de dialogar no es hablar y discutir, sino hacer algo juntos, construir juntos, hacer proyectos: no solos, entre católicos, sino junto a todos los que tienen buena voluntad”, ha asegurado que “nosotros estamos intentando hacer esto y el Premio Ratzinger quiere ser un pequeño-gran reconocimiento a hombres y mujeres que han emprendido este camino”.

 

El cardenal Blázquez califica de 'profanación' usar el nombre de Dios para justificar los atentados de París

En el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria, el presidente de la CEE advierte que pretender romper unilateralmente la unidad de España introduce riesgo de caos y división en la sociedad

La CVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) arrancó este lunes con un recuerdo a las víctimas, heridos y familiares afectados por los atentados terroristas del pasado viernes en París. El arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE, el cardenal Ricardo Blázquez Pérez, comenzó su discurso de bienvenida a los obispos con una condena enérgica a la “enorme masacre terrorista” perpetrada en la capital gala y criticó que “se utilice el nombre santo de Dios para justificarla”.

“Es una profanación, y como dijo el Papa ayer, una blasfemia”, afirmó el purpurado español fuera del discurso impreso que había sido entregado a los asistentes de la última Plenaria de 2015. Tras la lectura de esta declaración, todos los presentes en la sala, puestos en pie, rezaron un Padrenuestro.​

El presidente de la CEE también aprovechó el inicio de los trabajos para manifestar su preocupación ante la amenaza soberanista en Cataluña. “Nos preocupa grandemente la grave situación creada por quienes, al margen de la ley y en contra de la ley, pretende romper la unidad de España”, dijo el cardenal Blázquez, quien insistió en que “poner en cuestión de manera unilateral, esta situación constitucional introduce inseguridad, inquietud, incertidumbre, riesgo de caos, división en la sociedad”.

Según recordó el presidente del episcopado, hace varios decenios los españoles hicieron la transición a “un régimen realmente democrático con satisfacción de los ciudadanos e incluso con la admiración de muchos no españoles” y se preguntó “cómo ha sido posible que unas actitudes y unos hechos nos hayan llevado hasta pretender cambiar el sentido de nuestra historia secular”.

“El deseo de un futuro compartido por todos, el acercamiento de unos a otros, el diálogo auténtico, fueron fraguando un consenso con el que se elaboró la Constitución, refrendada por todos, que regula nuestra vida en común, abiertos a un perfeccionamiento constante. Con clarividencia y magnanimidad, ganó en nuestra sociedad la esperanza al miedo, la serenidad a la inquietud, la reconciliación al distanciamiento”, destacó el purpurado.

Por ello, el cardenal Ricardo Blázquez pidió a Dios “que otorgue a los gobernantes la luz, la serenidad y la fortaleza necesarias para acertar en esta complicada situación” y rogó por “la regeneración ética” de todos, así como por “la imprescindible confianza en las instituciones que nos hemos dado para garantizar la justicia, el progreso, el orden y la paz social”.

Finalmente, el presidente de la CEE se refirió a los partidos que proponen romper los acuerdos Iglesia-Estado y sacar la asignatura de Religión de los currículos escolares. “No deja de sorprender que surjan voces excluyentes del hecho religioso, especialmente de la fe católica en la vida pública y social”, apuntó. “Pretensiones políticas que, además de separarse del espíritu y letra de nuestro marco constitucional, que es aconfesional, manifiestan una clara tendencia al laicismo”, advirtió el purpurado.

La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española celebra su 106º reunión en la sede de la Casa de la Iglesia, en Madrid, del 16 al 20 de noviembre.

Durante el encuentro, los obispos estudiarán distintos documentos sobre los que se está trabajando actualmente: “Jesucristo, salvador del hombre y esperanza del mundo”, redactado por la Comisión Episcopal de Doctrina de la Fe; el informe sobre la situación del clero, realizado por la Comisión Episcopal del Clero; y el Plan Pastoral de la CEE para el período 2016-2020, cuyo borrador será presentado por el arzobispo electo de Barcelona, Mons. Juan José Omella Omella.

Además, el orden del día incluye el diálogo sobre la reforma de los procesos de nulidad matrimonial a la luz del motu propio del papa Francisco, Mitis Iudix Dominus Iesus.

Otros temas de estudio serán la petición de adhesión de la CEE a la solicitud de declaración de santa Bonifacia Rodríguez de Castro como patrona de la mujer trabajadora y la reapertura de la causa de beatificación de la venerable María de Jesús de Ágreda.

Como es habitual en la Plenaria de noviembre, los obispos tratarán diversos asuntos de seguimiento, se repasarán las actividades de las distintas Comisiones Episcopales y se procederá a la aprobación de distintas Asociaciones Nacionales.

En esta ocasión, intervendrá en la reunión el nuevo rector del Pontificio Colegio Español en Roma, el sacerdote José San José Prisco.

 

El arzobispo de Madrid, elegido miembro de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos por el Papa

La Santa Sede ha hecho pública la lista completa

Este sábado se ha hecho pública la lista completa de los miembros del XIV Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos y entre ellos figura el arzobipo de Madrid, monseñor Carlos Osoro Sierra, quien ha sido elegido por el papa Francisco.

La Secretaría General del Sínodo de los Obispos es un organismo permanente que, en colaboración con el Santo Padre, tiene como tarea la organización del mismo, así como la elaboración de los textos y documentación que servirán de base para los estudios de la Asamblea. Un grupo es elegido por el Sínodo cuando se encuentra reunido y el resto los nombra el Romano Pontífice.

El último encuentro del Sínodo tuvo lugar del 4 al 25 de octubre en el Vaticano, durante el cual se abordó "La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo". 

Miembros elegidos por los Padres Sinodales

- Card. Christoph Schönborn, arzobispo de Viena y presidente de la Conferencia Episcopal de Austria.

- Card. Wilfrid Fox Napier, arzobispo de Durban (Sudáfrica).

- Card. Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa (Honduras) y presidente de la Conferencia Episcopal.

- Card. Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz.

- Card. George Pell, prefecto de la Secretaría para la Economía.

- Card. Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos.

- Card. Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de la India.

- Card. Luis Antonio G. Tagle, arzobispo de Manila (Filipinas).

- Card. Vincent Gerard Nichols, arzobispo de Westminster (Gran Bretaña), Presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Galles.

- Card. Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

- Mons. Charles Joseph Chaput, arzobispo de Filadelfia (Estados Unidos de América).

- Mons. Bruno Forte, arzobispo de Chieti-Vasto (Italia).

Miembros designados por el Papa

- Su Beatitud Rev. Louis Raphaël I Sako, patriarca de Babilonia de los Caldeos y jefe del Sínodo de la Iglesia Caldea (Irak).

- Mons. Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española.

- Su Ex. Rev. Mons. Sérgio da Rocha, arzobispo de Brasilia y presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil.

 

El Papa y los jefes de la Curia hablan sobre migración y relación con el Islam

Los argumentos de la reunión del Santo Padre con los presidentes de los distintos dicasterios estaban ya fijados desde hacía tiempo

El papa Francisco ha participado esta mañana en el Vaticano en una reunión con los jefes de los distintos dicasterio de la Curia. Como temas principales del encuentro han estado el fenómeno de las migraciones y el diálogo con los musulmanes. Este tipo de encuentro entre el Santo Padre y los prefectos de las Congregaciones y presidentes de los Pontificios Consejos, tiene lugar cada seis meses.

Ambos argumentos, ha explicado el padre Federico Lombardi, director de la oficina de prensa de la Santa Sede, estaban en el orden del día desde hacía tiempo y habían sido propuestos por los Pontificios Consejos para los Migrantes y para el Diálogo Interreligioso.

Por lo tanto, no se ha hablado del organigrama de la Curia romana, cuya última modificación anunciada por el papa Francisco fue la creación de una nueva congregación que recoge “laicos, familia y vida”.

 

Santa Isabel de Hungría - 17 de noviembre

«Princesa de Hungría, landgrave de Turingia. Joven esposa, madre y viuda. El rostro de la ternura hacia los enfermos y los pobres. Patrona de la Tercera Orden franciscana, de Bogotá y de las enfermeras españolas, entre otras»

El 17 de noviembre de 2007 Benedicto XVI dio inicio al año internacional dedicado a esta santa que vivió experiencias intensísimas de amor y de dolor en su corta existencia. Es muy venerada y querida. Patrona de la Tercera Orden franciscana, de Bogotá, de las enfermeras españolas, de las niñas y mujeres alemanas, proclamación esta última efectuada por León XIII. Ostenta el patronazgo de la Orden Teutónica, junto a María y a san Jorge. Tiene dedicadas numerosas iglesias y capillas, y el arte ha multiplicado su imagen y milagros. Su primera biografía la publicó en 1237 el cisterciense Cesáreo de Heisterbach y han seguido proliferando otras muchas.

Nació en 1207, puede que en el castillo de Sàrospatak, Hungría; no hay más datos. Era hija del monarca Andrés II, dueño de gran fortuna, y de Gertrudis de Andechs-Merania descendiente de reyes; tenía dos hermanos prelados. En el árbol genealógico de Isabel había ejemplos de excelsa virtud. Santa Eduvigis de Silesia fue su tía materna, y lazos de sangre la vinculaban a santa Isabel de Portugal. Además, su propia hija Gertrudis, abadesa de Altenberg, es beata. Acordado su matrimonio por razones de estado cuando tenía 4 años, con Hermann, hijo del landgrave de Turingia, la trasladaron allí para instruirla; era la costumbre.

Enseguida se desencadenaron trágicos acontecimientos. En 1213 su madre fue asesinada, en 1216 murió su prometido y al año siguiente lo hizo el landgrave, que le profesaba gran afecto. Entonces quedó en manos de Sofía Wittelsbach de Baviera, la segunda esposa de éste. Tanto a ella como a Hermann les agradaba la cultura haciendo de la corte un escenario perfecto para artistas y poetas. Entre tanto, Isabel había dado muestras de piedad, una tendencia muy marcada a ejercer la caridad y alejamiento de los oropeles de palacio. Implicada en un entramado político, aunque estaba muy lejos de conflictos, se decidió que regresara a su país, pero Luís IV, nuevo landgrave tras la muerte de su padre, que había tenido ocasión de tratarla en palacio, se desposó con ella en 1221.

La idílica compenetración entre ambos sembró sus vidas de inenarrable felicidad. Isabel había hallado en Luís su alma gemela, un hombre generoso, desprendido de sí mismo, que respetó en todo momento sus intensas prácticas de oración y piedad. Velaba sus noches de vigilia de forma solícita teniendo cuidado de que las penitencias de su esposa no minaran su salud. Y mostraba público reconocimiento hacia sus constantes gestos de caridad con los necesitados defendiéndola de las críticas que alguna vez llovieron sobre ella por parte de quienes no supieron apreciar su proverbial espíritu de pobreza y magnanimidad, que Dios bendecía ya con signos extraordinarios. La idea en la que se inscribe el momento en el que Isabel portaba panes para los pobres, asegurando que un desconfiado Luís le pidió que le mostrara lo que llevaba, y solo vio rosas, es fruto de la leyenda, como otras que se han tejido en torno a la santa.

Los nobles sentimientos que vinculaban a la pareja elevaban el espíritu de Isabel, que por encima de todo ansiaba unirse con Dios. «Si yo amo tanto a una criatura mortal, ¿cómo debería amar al Señor inmortal, dueño de mi alma?», confidenció a una de sus damas. Lo que vivía en su hogar junto al piadoso landgrave no era más que una simple imagen de ese otro amor con mayúsculas que ardía en su interior. Tuvieron tres hijos: Sofía, Gertrudis y Hermann, que murió en 1241. Gertrudis vino al mundo en 1227 al poco de fallecer su padre a causa de la peste cuando iba a embarcarse como cruzado junto al emperador Federico II. Isabel tenía 20 años cuando afrontó esta nueva tragedia que laceró su corazón: «El mundo con todas sus alegrías está ahora muerto para mí».

Desde que los frailes se afincaron allí a finales de 1221 estaba vinculada a la espiritualidad franciscana. En 1223 comenzó a ser dirigida por ellos. Al enviudar la acompañaba en este itinerario Conrado de Marburgo. En aras de la obediencia que prometió, como tenía vía libre para hacer uso de sus bienes, siguió sembrando la estela de caridad entre los pobres. Con la excusa de que dilapidaba su fortuna siendo inepta para el gobierno, su cuñado Enrique Raspe la expulsó de la corte en pleno invierno. Buscó cobijo en un humilde granero. Y al clarear el alba se dirigió al convento de los franciscanos entonando a Dios un Te Deum en acción de gracias. Luego en Eisenach vivió en una modesta cabaña construida en la rivera del río, y continuó socorriendo a los pobres con el fruto de su trabajo: costura e hilado. Cuando su tía materna, abadesa de las benedictinas de Kitzingen, supo de sus penalidades, la confió a su hermano Eckbert, obispo de Bamberg. La idea de su tío era que Isabel contrajese nuevo matrimonio, pero ella se negó en aras de la promesa que hizo al enviudar.

Se afincó en el castillo de Pottenstein. A su tiempo, sus hermanos le restituyeron la dote y se estableció en Marburgo, seguida por su riguroso director espiritual. Su heroico ejemplo de caridad sería ya imborrable. Fue artífice de dos hospitales, en uno de los cuales, abierto en su castillo, procuró atención cotidiana a centenares de indigentes; el otro lo mandó erigir en la colina de Wartburg. En 1228, año en que tomó el hábito gris de los penitentes en la capilla de los franciscanos de Eisenach, impulsó un tercer hospital en Marburgo y allí sirvió a los enfermos, muchos de los cuales estaban aquejados de graves úlceras; lo hizo sin temer al contagio. Los pobres y los desvalidos, hospitalizados o no, en quienes siempre vio el rostro de Cristo, nunca cesaron de recibir sus tiernos consuelos. Ella misma, dando muestras de su amor al carisma franciscano, había hecho de la pobreza su forma de vida, desprendida de todo, hasta que murió con fama de santidad en Marburgo, presa de altas fiebres, la madrugada del 17 de noviembre de 1231. Gregorio IX la canonizó cuatro años después, el 27 de mayo de 1235, ante la presencia de miles de fieles, entre otros, el emperador Federico II.