Servicio diario - 07 de diciembre de 2015


La frase del día lunes 9 de diciembre

"Si creemos que Dios es amor y nos ama con todo su infinito amor, la conclusión lógica es que podemos abandonarnos tranquilamente en sus manos". P. Ángel Peña O.A.R.


El icono de la Virgen 'Puerta de la Misericordia' en la apertura del Jubileo

Estará en la basílica de San Pedro para la ceremonia. Los fieles podrán rezar ante el cuadro milagroso de origen polaco del año 1772

Este martes el papa Francisco abre la Puerta Santa en la basílica de San Pedro. El icono de la Virgen “Puerta de la Misericordia” de la iglesia de Przemienienia Panskiego de Jaroslaw en Polonia, ha llegado a Roma para el inicio del del Año Jubilar. El cuadro milagroso, venerado desde 1772, será expuesto a los fieles en la plaza de San Pedro desde este martes y hasta el día 9 de diciembre.

El sagrado icono de la Virgen, será trasladado por primera vez desde su creación, de la iglesia greco-católica de Jaroslaw. Esta iniciativa se ha realizado gracias a los acuerdos entre el embajador de Polonia ante la Santa Sede, Piotr Nowina-Konopka, y las autoridades responsables de los Bienes Culturales en Polonia. Esto dará la posibilidad a miles de fieles que participarán en la celebración de la apertura del Año Santo de la Misericordia, venerar este cuadro.

Fuentes históricas, que se remontan a 1772, aseguran que quien veneraba el sagrado icono recibía milagros. Por esta razón, los pontífices Clemente XII y Clemente XIV concedieron la indulgencia a los fieles que pidieran las gracias a la Virgen “Puerta de la Misericordia”. El culto del cuadro milagroso de madera está probado y confirmado también por la bula papal de Pío VI en 1779.

La devoción a esta invocación de María sufrió un importante declive con las censuras del gobierno comunista de la posguerra, hasta que san Juan Pablo II, coronó la imagen de la Virgen en 1996. 

 

Mensaje del Santo Padre por la 53°
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

"El dinamismo eclesial de la vocación es un antídoto contra el veneno de la indiferencia y el individualismo"

El papa Francisco ha preparado un mensaje con motivo de la 53° Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que se celebra 17 de abril de 2016, el IV domingo de Pascua, con el tema: “La Iglesia madre de vocaciones”.

En el mensaje, publicado este lunes por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Santo Padre desea que a lo largo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, todos los bautizados puedan experimentar el gozo de pertenecer a la Iglesia, y recuerda que la vocación de cada uno tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús, así como conversión y vocación son como las dos caras de una sola moneda.

El Pontífice añade que la Iglesia no es solo el lugar donde se cree, sino también verdadero objeto de nuestra fe, y que por eso decimos en el Credo: «Creo en la Iglesia», a la cual Dios nos llama a pertenecer y nos concede una vocación específica. El dinamismo eclesial de la vocación --asegura-- es un antídoto contra el veneno de la indiferencia y el individualismo.

Por todo eso, el Papa invita a todos los fieles a asumirse las responsabilidad en el cuidado y el discernimiento vocacional y en particular a los sacerdotes, porque cuidado pastoral de las vocaciones es una parte fundamental de su ministerio pastoral. Recuerda además que la vocación crece en la Iglesia, durante el proceso formativo hasta el compromiso definitivo, porque el camino vocacional en la Iglesia no termina, sino que continúa en la disponibilidad y el servicio hacia el prójimo.

El mensaje concluye con una oración pidiendo por intercesión de la Virgen María, “comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización”.
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Texto completo:
«Queridos hermanos y hermanas: Cómo desearía que, a lo largo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, todos los bautizados pudieran experimentar el gozo de pertenecer a la Iglesia. Ojalá puedan redescubrir que la vocación cristiana, así como las vocaciones particulares, nacen en el seno del Pueblo de Dios y son dones de la divina misericordia. La Iglesia es la casa de la misericordia y la «tierra» donde la vocación germina, crece y da fruto.

Por eso, invito a todos los fieles, con ocasión de esta 53a Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, a contemplar la comunidad apostólica y a agradecer la mediación de la comunidad en su propio camino vocacional.

En la Bula de convocatoria del Jubileo Extraordinario de la Misericordia recordaba las palabras de san Beda el Venerable referentes a la vocación de san Mateo: misereando atque eligendo (Misericordiae vultus, 8).

La acción misericordiosa del Señor perdona nuestros pecados y nos abre a la vida nueva que se concreta en la llamada al seguimiento y a la misión. Toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús. Conversión y vocación son como las dos caras de una sola moneda y se implican mutuamente a lo largo de la vida del discípulo misionero.

El beato Pablo VI, en su exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, describió los pasos del proceso evangelizador. Uno de ellos es la adhesión a la comunidad cristiana (cf. n. 23), esa comunidad de la cual el discípulo del Señor ha recibido el testimonio de la fe y el anuncio explícito de la misericordia del Señor.

Esta incorporación comunitaria incluye toda la riqueza de la vida eclesial, especialmente los Sacramentos. La Iglesia no es sólo el lugar donde se cree, sino también verdadero objeto de nuestra fe; por eso decimos en el Credo: «Creo en la Iglesia».

La llamada de Dios se realiza por medio de la mediación comunitaria. Dios nos llama a pertenecer a la Iglesia y, después de madurar en su seno, nos concede una vocación específica. El camino vocacional se hace al lado de otros hermanos y hermanas que el Señor nos regala: es una con-vocación.

El dinamismo eclesial de la vocación es un antídoto contra el veneno de la indiferencia y el individualismo. Establece esa comunión en la cual la indiferencia ha sido vencida por el amor, porque nos exige salir de nosotros mismos, poniendo nuestra vida al servicio del designio de Dios y asumiendo la situación histórica de su pueblo santo.

En esta jornada, dedicada a la oración por las vocaciones, deseo invitar a todos los fieles a asumir su responsabilidad en el cuidado y el discernimiento vocacional. Cuando los apóstoles buscaban uno que ocupase el puesto de Judas Iscariote, san Pedro convocó a ciento veinte hermanos (Hch. 1,15); para elegir a los Siete, convocaron el pleno de los discípulos (Hch. 6,2). San Pablo da a Tito criterios específicos para seleccionar a los presbíteros (Tt 1,5-9). También hoy la comunidad cristiana está siempre presente en el surgimiento, formación y perseverancia de las vocaciones (cfr. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 107).

La vocación nace en la Iglesia. Desde el nacimiento de una vocación es necesario un adecuado «sentido» de Iglesia. Nadie es llamado exclusivamente para una región, ni para un grupo o movimiento eclesial, sino al servicio de la Iglesia y del mundo. Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo fiel de Dios para el bien de todos (ibíd., 130).

Respondiendo a la llamada de Dios, el joven ve cómo se amplía el horizonte eclesial, puede considerar los diferentes carismas y vocaciones y alcanzar así un discernimiento más objetivo. La comunidad se convierte de este modo en el hogar y la familia en la que nace la vocación. El candidato contempla agradecido esta mediación comunitaria como un elemento irrenunciable para su futuro. Aprende a conocer y a amar a otros hermanos y hermanas que recorren diversos caminos; y estos vínculos fortalecen en todos la comunión.

La vocación crece en la Iglesia. Durante el proceso formativo, los candidatos a las distintas vocaciones necesitan conocer mejor la comunidad eclesial, superando las percepciones limitadas que todos tenemos al principio.

Para ello, es oportuno realizar experiencias apostólicas junto a otros miembros de la comunidad, por ejemplo: comunicar el mensaje evangélico junto a un buen catequista; experimentar la evangelización de las periferias con una comunidad religiosa; descubrir y apreciar el tesoro de la contemplación compartiendo la vida de clausura; conocer mejor la misión ad gentes por el contacto con los misioneros; profundizar en la experiencia de la pastoral en la parroquia y en la diócesis con los sacerdotes diocesanos. Para quienes ya están en formación, la comunidad cristiana permanece siempre como el ámbito educativo fundamental, ante la cual experimentan gratitud.

La vocación está sostenida por la Iglesia. Después del compromiso definitivo, el camino vocacional en la Iglesia no termina, continúa en la disponibilidad para el servicio, en la perseverancia y en la formación permanente. Quien ha consagrado su vida al Señor está dispuesto a servir a la Iglesia donde esta le necesite.

La misión de Pablo y Bernabé es un ejemplo de esta disponibilidad eclesial. Enviados por el Espíritu Santo desde la comunidad de Antioquía a una misión (Hch 13,1-4), volvieron a la comunidad y compartieron lo que el Señor había realizado por medio de ellos (Hch 14,27). Los misioneros están acompañados y sostenidos por la comunidad cristiana, que continúa siendo para ellos un referente vital, como la patria visible que da seguridad a quienes peregrinan hacia la vida eterna.

Entre los agentes pastorales tienen una importancia especial los sacerdotes. A través de su ministerio se hace presente la palabra de Jesús que ha declarado: Yo soy la puerta de las ovejas... Yo soy el buen pastor (Jn 10, 7.11). El cuidado pastoral de las vocaciones es una parte fundamental de su ministerio pastoral. Los sacerdotes acompañan a quienes están en buscan de la propia vocación y a los que ya han entregado su vida al servicio de Dios y de la comunidad.

Todos los fieles están llamados a tomar conciencia del dinamismo eclesial de la vocación, para que las comunidades de fe lleguen a ser, a ejemplo de la Virgen María, seno materno que acoge el don del Espíritu Santo (cf Lc 1,35-38). La maternidad de la Iglesia se expresa a través de la oración perseverante por las vocaciones, de su acción educativa y del acompañamiento que brinda a quienes perciben la llamada de Dios.

También lo hace a través de una cuidadosa selección de los candidatos al ministerio ordenado y a la vida consagrada. Finalmente es madre de las vocaciones al sostener continuamente a aquellos que han consagrado su vida al servicio de los demás.

Pidamos al Señor que conceda a quienes han emprendido un camino vocacional una profunda adhesión a la Iglesia; y que el Espíritu Santo refuerce en los Pastores y en todos los fieles la comunión eclesial, el discernimiento y la paternidad y maternidad espirituales:

Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización.

Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios. - Vaticano, 29 de noviembre de 2015, Primer Domingo de Adviento».

 

Vatileaks II: admitidos los testigos
de la defensa de los cinco imputados

Entre ellos los cardenales Pietro Parolin y Santos Abril y Castelló llamados a declarar como testigos en el juicio por la fuga de documentos reservados

Prosigue el proceso judicial en el Vaticano a los cinco imputados por filtración y publicación de documentos reservados. Este lunes por la mañana se ha celebrado la tercera audiencia, en la que estaba previsto que monseñor Vallejo fuera interrogado. Sin embargo, las dos horas que ha durado, se han dedicado a la presentación de excepciones y petición de testigos a declarar por parte de los abogados.

Los cinco imputados estaban presentes acompañados por los respectivos abogados de confianza: E. Bellardini para monseñor Lucio Vallejo Balda; L. Sgrò para la relaciones públicas, Francesca Chaouqui; R. C. Baffioni para el secretario N. Maio; L. Musso para el periodista, E. Fittipaldi, autor de 'Avarizia' y R. Palombi para G. Nuzzi, escritor de 'Via Crucis'. 

La abogada de Francesca Chaoqui ha presentado dos excepciones. Por un lado reclaman la carencia de jurisdicción del Vaticano sobre el delito y por otro se ha presentado como “refugiada política en Italia”, donde según la defensa, debería ser procesada. Ambas excepciones han sido rechazadas por el Tribunal.

Por su parte, la defensa de monseñor Vallejo ha solicitado incluir e-mails entre su defendido y la Chaoqui en mayo de 2015 para que forme parte de las pruebas. Esta petición ha sido aceptada. Asimismo, se ha solicitado que le realicen una pericia psicológica, alegando que no se encontraba en plena capacidad cuando entregó los documentos. Sin embargo, esta petición ha sido rechazada aunque sí se ha admitido una pericia psicológica que ya había sido realizada y está guardada en la casa del monseñor. Al ser admitida para ser adjuntada al sumario, la Gendarmería del Vaticano irá al domicilio del acusado a recoger este documento.

Hubo otras peticiones de inclusión de nuevas pruebas, que sí han sido admitidas. Es el caso de una pericia informática solicitada por la defensa de Chaouqui sobre documentación disponible en el ordenador y los teléfonos, la cual que deberá ser realizada por un perito de oficio acompañado de un perito de parte. También se ha admitido la adquisición de otros elementos, documentaciones y pruebas solicitadas por los abogados defensores (e-mail, mensajes de texto, artículos publicados en varios medios...). Estas nuevas pruebas serán estudiadas en una audiencia privada para considerar cuáles son pertinentes. 

Asimismo, en la audiencia de esta mañana cada abogado defensor ha indicado la lista de los testigos que pretenden llamar a declarar. En total, han sido doce las personas presentadas. El Tribunal, tras una hora de deliberación, ha aceptado a todos los nombrados. Entre ellos, se encuentran el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, y el cardenal Abril Santos y Castelló.

Finalmente se suspendió el juicio sin fijar nueva fecha, visto que ahora hay que determinar quienes son los peritos y recoger las nuevas pruebas. 
 

Jueces y abogados en el Tribunal del Vaticano,
garantía de un proceso serio

El portavoz de la Santa Sede publica un comunicado para explicar y desmentir las voces que ponen en duda la claridad del proceso judicial que se está desarrollando 

En las últimas semanas, desde el comienzo del proceso por la divulgación de documentos confidenciales, comúnmente conocido como "Vatileaks 2", mucho se ha escrito y se hablado sobre la evaluación del sistema judicial del Estado de la Ciudad del Vaticano y en particular sobre el Tribunal en el que dicho proceso está incardinado y los procedimientos que sigue.

Debido a que muchos de estos comentarios son inapropiados --o, a veces totalmente injustificados-- es oportuno presentar algunos datos para tener una visión más clara y poder evaluar correctamente este aspecto fundamental del caso. Así se ha manifestado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, en un comunicado publicado este lunes.

En primer lugar, el portavoz recuerda “que en el Estado de la Ciudad del Vaticano está en vigor un sistema judicial propio, completamente autónomo y separado del italiano, dotado de sus propios órganos judiciales para los distintos niveles de juicio y de la legislación necesaria en materia de derecho penal y procesal”.

Dicho sistema --precisa Lombardi-- cuenta con todas las garantías procesales de los sistemas jurídicos contemporáneos más avanzados. De hecho, “están previstos y cumplidos plenamente todos los principios fundamentales”, asegura.

Por otro lado, explica que todas las personas interesadas por la función judicial, tanto instructores como jueces, “se seleccionan por cooptación, ya que no pueden designarse a través de públicas oposiciones entre los ciudadanos del Estado, como sucede en otros estados”. Por tanto, precisa Lombardi, son seleccionados entre los profesionales de alto nivel, que cuentan con amplia experiencia y reconocido prestigio.

A propósito de los abogados, se indica que “la normativa vigente en el Vaticano, aplicada por los tribunales, está absolutamente conforme con la de la mayoría de las leyes procesales del mundo, donde la admisión al patrocinio en los tribunales requieren una habilitación específica para el ejercicio de la profesión, concedida en presencia de requisitos y calificaciones establecidos por cada ordenamiento”.

Asimismo, el padre Lombardi asegura que “todos los abogados están inscritos en un Colegio profesional, que se puede consultar fácilmente, de profesionales autorizados al patrocinio ante el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, entre los cuales se selecciona a los abogados de turno de oficio o se eligen los abogados de confianza”. Además, todos ellos tienen un segundo título universitario en Derecho Canónico y un diploma de postgrado de tres años más, otorgado por el Tribunal de la Rota Romana.

 

Los dos frailes franciscanos asesinados en Perú,
recordados en una película

ENTREVISTA al director Krzysztof Tadej, que le ha regalado al Papa el DVD en español

En agosto de 1991, cuando Juan Pablo II se encontraba en Cracovia para la Jornada Mundial de la Juventud, le llegó la noticia que la guerrilla marxista maoista Sendero Luminoso, había asesinado el 9 de agosto en Perú, a dos franciscanos polacos, Zbigniew Strzałkowski y Michał Tomaszek.

El Papa al saberlo dijo: “Son los nuevos santos de Perú”. La intuición del Pontífice se ha verificado 24 años después: el 3 de febrero pasado cuando la Congregación para la Causa de los Santos reconoció el martirio de los siervos de Dios, Zbigniew y Michał, y cuando el papa Francisco autorizó promulgar el decreto sobre su martirio.

La beatificación fue celebrada este domingo 5 de diciembre en la ciudad peruana de Chimbote, en donde realizaban su labor sacerdotal, junto al sacerdote italiano Alessandro Dordi, asesinado por los senderistas el 25 de agosto del mismo año.

La historia de estos tres nuevos mártires ha sido presentada en una película en la televisión estatal polaca, la TVP, y preparada en tres idiomas: inglés, español y polaco. El director polaco Krzysztof Tadej, responsable del largometraje, se lo entregó al papa Francisco en la audiencia del 2 de diciembre pasado.

ZENIT le pidió Tadej que cuente un poco la vida de los franciscanos declarados beatos.

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¿Cómo fue que estos jóvenes franciscanos polacos llegaron a Perú, a 11 mil kilómetros de su patria?
-- Tadej: En 1998 los superiores franciscanos decidieron abrir una misión en Perú, en el pueblo de Pariacoto, a 1200 metros sobre el nivel del mar. Los tres polacos llegaron al pueblo y encontraron una realidad desolante: sin agua ni luz, en extrema pobreza y con la iglesia en total estado de abandono. La parroquia cubría 73 pueblos, algunos de los cuales a 4 mil metros sobre en nivel del mar.

Los jóvenes sacerdotes iniciaron su labor y rápidamente conquistaron el corazón de los campesinos. En la zona estaba la organización marxista maoísta Sendero Luminoso que se molestaron, porque querían hacer una revolución y les servían las masas descontentas para hacerla. En dicho período, Sendero causó unas 70 mil muertes.

¿Cómo asesinaros a los frailes?
-- Tadej: En la tarde del 9 de agosto los senderistas llegaron a la misión de Pariacoto, buscando a los sacerdotes. En ese momento se encontraban solamente dos porque el tercero estaba en Polonia. Fray Zbigniew y fray Michał fueron cargados en una camioneta y les secuestraron delante de los campesinos asustados. Una valiente monjita peruana, Berta, también subió en la camioneta, y ella fue la testigo de las acusaciones de los terroristas en esta especie de proceso revolucionario.

¿De qué les acusaban?
-- Tadej: De hacer el bien, de frenar la rabia del pueblo y por lo tanto, atrasar la revolución. De ser enviados por Juan Pablo II y la CIA para proclamar a Dios y la religión que los senderistas decían que era 'el opio de los pueblos'. En las cercanías del pequeño cementerio fueron asesinados junto con el alcalde de Pariacoto.

¿Qué testimonios ha tomado para su película?
-- Tadej: He encontrado a muchas personas y testimonios. Primero sor Berta Hernández y también el obispo emérito de Chimbote, Mons. Luis Bambarén, que invitó a los franciscanos a su diócesis; a los misioneros polacos que allí trabajan. En cambio en Polonia estuve con la familia de los mártires, entre las cuales la mamá de fray Zbigniew que nunca daba entrevistas. Los familiares de los franciscanos se preguntaban: ¿Por qué fueron asesinadas estas personas que hacían solamente el bien? El drama se volvió más grande porque los asesinos nunca fueron identificados ni condenados por sus crímenes. He descubierto en Pariacoto que los culpables son también personas del lugar.

¿Cuál es el mensaje de esta película?
-- Tadej: Al contar la historia de los frailes martirizados por los terroristas, he querido dar a conocer a la gente la historia de los mártires de nuestro tiempo. Y también hacer reflexionar al espectador sobre los valores que cuentan en nuestra vida. El obispo polaco Chrapek, indicó que tenemos que vivir de tal manera que nuestras obras de bien nos sobrevivan. Viajando a Pariacoto, he visto las huellas de este bien que han dejado los beatos mártires, quienes no desperdiciaron su vida, aunque hayan muerto siendo tan jóvenes.

 

Venezuela: oposición logra mayoría en el Congreso. Maduro reconoce la derrota

El chavismo había ganado 18 de las 19 elecciones desde el inicio de su revolución. El presidente del MUD envió un mensaje conciliador a los chavistas: "En Venezuela cabemos todos"

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), frente político que reúne a 20 partidos de la oposición, obtuvo 99 de 167 escaños en la Asamblea Nacional, en las elecciones que se realizaron ayer domingo en Venezuela. Es una derrota del chavismo, que había ganado 18 de las 19 elecciones desde el inicio de su revolución. Los analistas consideran que en el ánimo de los votantes pesó la pésima gestión económica del Gobierno.

La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, informó que el Partido Socialista Unido de Venezuela, ya consiguió 46 diputados y que otros 22 cargos estaban por definirse. La participación al voto fue del 74,25 por ciento, lo que el CNE calificó como "extraordinaria".

Con estos datos es seguro que la MUD dispondría de la primera mayoría cualificada con 108 escaños (3/5 partes), pero los datos aún podrían cambiar levemente. 

El presidente Nicolás Maduro aseguró que "el resultado adverso" se debe a que "triunfó la guerra económica". "Ha llegado la hora de llegar a un acuerdo y parar la guerra económica contra el país. El ataque brutal contra la moneda, contra el petróleo", dijo.

Aseguró que fue culpa de la "burguesía parasitaria" y del "capitalismo salvaje", y aseguró que no ha triunfado la oposición sino la contrarrevolución.

El presidente ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, por su parte agradeció a quienes votaron por la coalición y envió un mensaje conciliador a la oposición: "Ustedes también ganaron, en esta Venezuela cabemos todos".

Los diputados que resulten elegidos tomarán posesión de sus cargos el 5 de enero de 2016.

El líder opositor Leopoldo López pudo votar, afirmó el CNE, tras ser autorizado el sábado por la tarde. Lo hizo en una mesa que instalaron en la prisión en donde se encuentra preso tras la polémica sentencia que le ha condenado a 14 años, por promover la violencia durante las protestas en contra del Gobierno en 2014. 

 

Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán - 8 de diciembre

«Gran penitente ecuatoriana que valoró la importancia de la dirección espiritual para su vida de perfección. Imitó a la beata Mariana de Jesús y fue compañera de la también beata Mercedes de Jesús Molina y Ayala»

Hoy, festividad de la Inmaculada Concepción de María, la Iglesia celebra también la vida de esta santa ecuatoriana. Es conocida como la «Violeta de Nobol», porque nació en la hacienda San José perteneciente al cantón de Nobol, cercano a Guayaquil, Ecuador, el 29 de octubre de 1832, festividad de san Narciso. Era la séptima de nueve hermanos y perdió a su madre cuando tenía 6 años, quedando bajo el cuidado de una de sus hermanas; luego ella sería como una madre para los hermanos más pequeños, aunque entre todos sembró paz y alegría. No podía ser menos, ya que sobre los juegos infantiles priorizaba la oración que realizaba bien en su aposento o bajo la sombra de un guayabo de la hacienda. Además, tenía dotes para el canto y gracia para tocar la guitarra.

Aunque sus padres eran campesinos que tuvieron posibilidad de haberle dado estudios porque su economía era buena, simplemente aprendió a leer y a escribir, y es que ellos eran iletrados y seguramente no apreciaban el valor de la formación. Eso sí eran trabajadores ejemplares, y el padre, Pedro Martillo Mosquera, hombre sagaz para los negocios, fue durante un tiempo teniente corregidor de Nobol y teniente de San José. En septiembre de 1839 Narcisa recibió la confirmación y hasta que cumplió 15 años no tuvo otro trabajo que el doméstico. A esa edad aprendió a coser y fue costurera de las gentes del entorno.

Cayó en sus manos la vida de la beata Mariana de Jesús y la tomó como modelo. Para asemejarse a ella en su abrazo a la cruz, inició un itinerario de mortificaciones y renuncias, infligiéndose cilicios y otras severas penitencias corporales que irían minando su salud, a pesar de su fuerte naturaleza. Siempre se destacó en ella su amor a la Eucaristía y su devoción por la Virgen. Fue una de las fundadoras de las Hijas de María y se caracterizó también por dedicar muchas horas diarias a la oración. Destinó al efecto un recinto dentro de su hogar convirtiéndolo en una especie de oratorio. Y ante una imagen de la Divina Infancia se pasaba horas y horas. Cuando le preguntaban con quién conversaba, ella respondía: «con Él, con Él», guardando en su corazón los sobrenaturales coloquios que mantenía. Era devotísima del Santísimo Sacramento, del Corazón de Jesús y de la Virgen, Madre de Misericordia. Sus libros de cabecera fueron las Sagradas Escrituras y «El ejercicio de la perfección y virtudes cristianas» de san Alonso Rodríguez.

Se ve que no tenía más ambición que la de ser santa porque al perder a su padre a la edad de 18 años, no reclamó la parte de su herencia, legado que dejó en manos de sus hermanos. Fue una mujer humilde, sencilla y con un visible espíritu de pobreza. El sustento lo obtenía enseñando religión a los niños de haciendas vecinas. Se estableció en Guayaquil en 1851 y además de ejercer su único oficio, el de costurera, se ocupaba de atender a su sobrina Chepita Hernández. El lugar donde moraban era un modesto y diminuto altillo. Espiritualmente comenzó otra vía que juzgaba esencial para la santificación como es la dirección espiritual. El padre Luís de Tola y Avilés, que sería designado más tarde obispo de Portoviejo, fue su primer director.

En la estancia que ocupaban Chepita y ella comenzó a experimentar éxtasis y otros favores místicos, que se producían en presencia de su sobrina; también fueron testigos otras personas cuando estos arrobamientos le sobrevenían en misa, tras haber recibido la Sagrada Comunión. Por ese motivo su vida y conducta comenzó a estar en boca de la gente. En 1858 dejó el altillo para ocupar nueva minúscula habitación que había debajo de la escalera de la vivienda de otra conocida, situada frente a la iglesia de San Francisco; allí permaneció hasta 1860. Entre tanto, ejercía el apostolado con niños a los que impartía catequesis, visitas a enfermos y moribundos, y se ocupó de atender a jóvenes sin hogar que moraban en la «Casa de las Recogidas», vistiendo un hábito negro. Después del padre Tola tuvo varios confesores. Para asistir a uno de ellos, monseñor Amadeo Millán, aquejado de tuberculosis, se trasladó a Cuenca, y cuando falleció regresó a Guayaquil.

La que sería beata Mercedes de Jesús Molina y Ayala era también hija espiritual del presbítero. Ambas, Narcisa y ella sintonizaron tanto espiritualmente que siguieron caminos muy parejos en sus penitencias. Las compartieron mientras convivían en una casa que fue denominada «Casa de las beatas». En esa época Narcisa siguió enseñando a coser a niñas huérfanas. En 1868 se estableció en Lima para ser dirigida por el franciscano, padre Pedro Gual. Se alojó en el beaterío de Nuestra Señora del Patrocinio, de las dominicanas, sito en la Alameda de los Descalzos, costeándose sus necesidades con su propio trabajo y la ayuda económica que el padre Gual obtuvo de una persona pudiente. La dirigió hasta que abandonó Lima. Entonces la dejó en manos de otro confesor. Narcisa intensificó sus penitencias. Eran de tal calibre que los cercanos vivían con zozobra las consecuencias que podían tener para su salud. Con tan crudas mortificaciones daba lance al demonio que andaba tras ella. No tenía más objetivo que conquistar la santidad, y si alguien le exponía sus temores respecto a los estragos que su conducta podía reportarle, respondía: «para sufrir he venido al mundo».

Y así vivió, consumida en el amor divino, y abrazada a la cruz para obtener la misericordia divina por los pecadores hasta que murió en Lima el 8 de diciembre de 1869 a los 37 años, aunque con la apariencia de una anciana. Dios quiso que falleciese en esa festividad de la Inmaculada Concepción, tan amada por ella. A Él le había hecho ofrenda de sus sufrimientos por los frutos del Concilio Vaticano I que justamente inauguraba en la misma fecha el papa Pío IX. Fue beatificada por Juan Pablo II el 25 de octubre de 1992. Y canonizada por Benedicto XVI el 12 de octubre de 2008.