Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

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Nº 401

10 de Dic. 2015

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: CONSUMO RITUAL DE AYAHUASCA

 

1. El negocio del consumo de sustancias alucinógenas en España.

2. La ayahuasca está de moda.

3. El uso ritual de la ayahuasca se extiende en Europa.

4. ¿Cuáles son los riesgos psicológicos que provocan las drogas alucinógenas?

5. Polémica en Colombia por el uso comercial de la ayahuasca fuera del contexto chamánico.

6. Una mujer, condenada a prisión en España por recoger un paquete de ayahuasca.

7. Emplean rituales con ayahuasca para rehabilitar a los presos en Brasil.

8. México: la ayahuasca, una de las alternativas legales de los jóvenes para drogarse.

9. Los indígenas de Ecuador utilizan la ayahuasca para contactar con los dioses.

10. Curandero indígena colombiano: “el yagé es una planta muy sagrada”.

 

 

1. El negocio del consumo de sustancias alucinógenas en España.

FUENTE: Interviú

 

 

El creciente interés en Europa por sustancias de rituales indígenas alienta las visitas de gurús latinos, según explicaba recientemente Inma Muro en el semanario español Interviú. Reproducimos el artículo a continuación.

El taita Crispín Chindoy no es una estrella del rock, pero está en gira por Europa. El periplo lo ha llevado este mes por cinco países para oficiar ceremonias con ayahuasca. Las organiza una asociación que cuenta con avales de la Unesco. Crecen los adeptos a esta y otras medicinas ancestrales. Y el negocio florece. Se habla del turismo chamánico y surgen imitadores sin tradición ni escrúpulos.

Tiene un aire tímido, como fuera de lugar, acude de noche a un gabinete terapéutico de un céntrico barrio de Madrid. Desprovisto de su penacho de plumas y del colgante de colmillos, nadie diría que es un respetado líder de una tribu amazónica y que la veintena de personas lo aguardan precisamente a él. Es el taita (nombre que se da en Colombia a los chamanes) Crispín Chindoy, que dos días más tarde oficiará en la sierra madrileña una ceremonia con ayahuasca (sustancia alucinógena que proviene de la cocción de una liana del Amazonas y se usa en ceremonias tribales).

Viene de Colombia y en el último mes ha estado en España, Francia, Malta, República Checa y Dinamarca. En mayo, le precedió el médico Octavio Rettig, otro gurú que reparte un remedio ancestral, la medicina del sapo (bufotenina), cuyo principio activo es también la dimeltiltriptamina (DMT), que propicia trances visionarios.

Ambos forman parte del cartel de los hombres medicina que participan en las Giras Ancestrales de Medicina Tradicional Indígena Amazónica y Mesoamericana. El proyecto, promovido desde Venezuela, cuenta con avales de la Unesco, que considera Patrimonio de la Humanidad su labor de promoción de las medicinas sagradas. En dos años han organizado cinco giras por Europa, Australia y Latinoamérica. “Observamos un repunte del interés mundial por estos remedios ancestrales –explica Andrés Martínez, coordinador de la gira en su visita a Madrid–. La humanidad empieza a despertar y a darse cuenta de que el equilibrio que anhela no llega con el hiperconsumismo, y vuelve a sabiduría de la Madre Tierra”.

Moda y negocio

Óscar Parés, subdirector del Centro para la Educación e Investigación sobre Etnobotánica (Iceers, en sus siglas en inglés), coincide en el aumento del interés. “En 2014 organizamos en Ibiza una conferencia mundial sobre la ayahuasca y constatamos la gran expectación. Asistieron 700 personas de 55 países. Es una moda que responde a la búsqueda de vías alternativas de bienestar y crecimiento personal, que suple un vacío espiritual, un malestar que no es nuevo, pero antes se llenaba de otro modo”, apunta.

Desde la sede de Iceers en Barcelona se ve con preocupación que la creciente oferta se desligue de los rituales originarios. “No se puede obviar el componente económico que se ha adquirido al sacarlos de su contexto tribal. Eso puede suponer protocolos poco rigurosos y acarrear riesgos psicológicos”, dice Parés.

El turismo chamánico aprovecha el filón del reclamo de estos rituales. Se organizan viajes a la selva que incluyen ceremonias de ayahuasca. No está garantizada –al contrario que en las giras del taita Chindoy o el doctor Rettig– la participación de auténticos chamanes ni el origen y composición de lo que se le sirva al turista. Los precios por toma alcanzan los 250 euros, a los que añaden viajes, alojamientos, comidas…

Una página española cobra 135 euros por día de estancia en el campamento indígena. Recomiendan al menos cinco y no incluye vuelos a Bogotá. Esta web dice avalar la autenticidad de los oficiantes. No en todos los casos esas garantías son ciertas. El Ministerio de Exteriores español en sus recomendaciones a viajeros a Ecuador advierte sobre “personas que se anuncian como chamanes para realizar ceremonias con ayahuasca, ya que ha habido casos de robo, estafa y abusos sexuales”.

La advertencia sobre las credenciales del maestro ceremonial las recalca el road manager de los taitas, Andrés Martínez: “Existen escuelas que preparan a terapeutas chamánicos en semanas, algo que contradice las tradiciones milenarias. El riesgo es inmenso para el tomador. En el Iceers reciben un “goteo constante” de llamadas a su servicio de psicólogos pidiendo apoyo tras una toma en la que no han recibido un apoyo adecuado. “La persona que da la ayahuasca debe estar preparada. Es una experiencia fuerte, abre espacios mentales que se deben cerrar bien, si no pueden crear fobias, miedos…”, dice Óscar Parés.

El taita Crispín Chindoy, que es antropólogo, sí hace gala de una experiencia de años en la administración de ayahuasca. En su visita actual a España, una sesión con él cuesta 80 euros, 20 euros más si se opta por la opción con terapias de respiración previas. En la noche del 9 de octubre, en la sierra madrileña se recaudaron en torno a 800 euros, que deben cubrir gastos de los viajes de la comitiva.

Los beneficios se reparten entre el chamán, que se lleva la mayor parte, y la organización. En algunos casos los intermediarios locales, encargados de captar a la gente, normalmente a través del boca a boca o de grupos de WhatsApp, incrementan las tarifas por sus gestiones. La medicina del sapo sale más cara, entre 200 y 350 euros por toma, según las tarifas de la última gira del doctor Rettig por España. La diferencia depende del porcentaje que aplique el organizador en cada ciudad. En Ibiza costaba 150 euros más que en Marbella.

Hay colaboradores que prefieren no gravar las tarifas. “No quiero meter dinero por medio. A mí me llegó de manera desinteresada y me ha servido. No quiero ni un euro, lo hago por convicción”, asegura José David Catena, licenciado en Administración de Empresas que colabora desinteresadamente en la gira de Chindoy. Experimenta desde hace cinco años con ayahuasca, bufotenina o yopo: “Cuando las tomas, es como vivir una realidad virtual que te prepara para la vida real. Me ha servido para dejar sin ningún sacrificio drogas como la cocaína”, asegura Catena.

Gurús por skype

Diego Padilla ha recibido ayahuasca de manos del taita Crispín. Es la primera vez que lo toma en España, pero tiene una gran experiencia con la sustancia que conoció en Colombia en 2012: “Un año y medio la tomé cada ocho días. Me ayudó con problemas personales y de pareja. Incluso lo tomé con mi hija, que entonces tenía 9 años”. Califica de “precio exorbitado” lo que cuesta aquí una toma. “En Colombia pagábamos 20 euros por el fin de semana, en el que tomábamos hasta cinco veces. Entiendo que traerlo hasta aquí es caro”. Está satisfecho de haber encontrado a este lado del Atlántico un auténtico chamán que le haya permitido compartir de nuevo la experiencia con su familia.

Por internet campan a sus anchas sitios que ofrecen preparados para tomar “en la tranquilidad de su casa”. En las instrucciones, que se mandan vía Facebook o por correo electrónico, el distribuidor añade: “No estarás solo, te asesoramos por chat o videoconferencia”. El precio, 63 euros por 20 mililitros, equivalente a una toma. Se incluyen gastos de envío desde Perú, su lugar de origen, a juzgar por el dominio de la web.

Los precios oscilan mucho. Enrique Navarro compró, después de indagar meses, dos dosis por 30 euros. En una página española le pedían 500 euros por medio litro (cantidad suficiente para diez tomas). “Lo adquirí en Milanuncios. En tres días me llegó a mi casa de Málaga por correo certificado. Al final tuve miedo de tomarlo sin alguien experto al lado que me guiara”, comenta. Espera la llegada del taita Crispín a Málaga, el 14 de noviembre, para acercarse al ritual. En febrero, irá a México a formarse con el doctor Rettig para aprender a dar la medicina del sapito.

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2. La ayahuasca está de moda.

FUENTE: El Mundo

 

 

El diario El Mundo publicó recientemente un artículo de opinión titulado “La ayahuasca está de moda”, firmado por Ignacio Vidal-Folch, escritor y periodista español.

Un fantasma recorre Europa: el fantasma de la ayahuasca. Esa droga amazónica que se confecciona machacando y cociendo una liana se difunde en círculos de 'enterados' de Suiza, de Alemania, de Francia. Aprovechando los periodos de vacaciones durante el otoño e invierno, muchos practican el turismo psicodélico, que es ya una industria en el Caribe, en Ecuador y el Perú; se consume también en los países americanos donde la medicina pública es precaria, pues quienes tienen fe en la droga llamada la Abuela o la Madre afirman que es útil para detectar algunas enfermedades.

Quizá la idea de la droga no como un colocón más o menos agradable o potenciador del placer instantáneo, o de la desinhibición y la empatía, sino como una experiencia trascendente de carácter místico responda a anhelos característicos de nuestra época, que nos parece especialmente tecnificada y banal.

Aunque los consumidores sean mayormente gente de estratos acomodados, el ritual tiene resonancias hipiosas. En primer lugar se requiere de la presencia de un oficiante, o chamán investido de autoridad y conocimientos que garantiza que las cosas no salgan de control, pues es una droga muy potente. Grupos de entre 20 y 60 personas se reúnen en un lugar aislado, cerrado, pero con ventanas que dan preferentemente a la naturaleza. Los hombres y las mujeres deben mantenerse separados. Todos vestidos de blanco, bailan y repiten cánticos durante horas, y una vez bebida la cocción algunos lloran copiosamente, la mayoría vomita por lo menos una o dos veces, y al final de la experiencia, que dura aproximadamente cinco horas, salen con una sensación de extrema limpieza mental y corporal. No seré yo quien se burle de este folclore, pues ya no me burlo de nada.

Una amiga que cada año participa en rituales de ayahuasca me cuenta las sensaciones de la primera vez que probó la cocción. Literalmente: «Sentí todos mis sentidos enteros, invadidos de una luz dorada, y me sentí asumida en lo divino, y una geometría lo rodeaba todo con una belleza enorme, y sé que en esos momentos 'estás en Dios'. Otras veces sientes que estás a punto de descubrir un gran secreto, ves imágenes increíblemente bonitas, estás envuelta en una realidad paralela. Algunos tienen experiencias de muerte o de resurrección, algunos se sienten transformados en animales...».

La comprendo muy bien. Aunque no me veo vestido de blanco y bailando y cantando a coro cánticos rituales y bebiendo esa hierba alucinógena, la comprendo muy bien, pues a veces la vida no basta. Pasados ya los 80 de edad, Junger, autor de Acercamientos. Drogas y ebriedad, habla en su dietario de ciertos días negros, afortunadamente escasos, que «exigen estímulos más potentes que los que proporciona el vino», días en que sale al jardín a coger una flor narcótica y se la zampa. Seguro que le hubiera gustado ver la tumba de un hombre de la Edad de Bronce que han reproducido en el Museo Arqueológico de Madrid: el muerto está en posición fetal, en compañía de sus armas, de algunas joyas y de unos cuencos... que contienen unos puñados de semillas de adormidera.

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3. El uso ritual de la ayahuasca se extiende en Europa.

FUENTE: El País

 

 

El uso de la infusión amazónica se expande en Europa con las corrientes espirituales mientras la ciencia avanza en el estudio de usos terapéuticos en depresiones y adicciones. Así introduce el diario español El País un artículo firmado por Daniel Verdú.

Jaume V. empezó a consumir pasta base ya mayor. Tenía unos 47 años y había sido director general de varias empresas. Su negocio se fue al garete, sufrió un divorcio y comenzaron los problemas. Se juntó con quien no debía y su vida se fue por el desagüe lentamente. Giovanna Valls (París, 1963) pasó en pocos años de esnifar una raya de heroína en una fiesta de París a encontrarse tirada en el antiguo barrio de Can Tunis de Barcelona mientras alguien le pinchaba el brazo. Durante su caída malvivió robando en centros comerciales, contrajo el virus del SIDA, la tuberculosis y hepatitis.

Y cuando en 2004 alguien debía estar ya grabando el nombre de ambos en alguna lápida del cementerio de Barcelona, sus vidas se cruzaron en un pequeño pueblo del Amazonas junto al río Mapiá. Agotadas todas las vías tradicionales de rehabilitación, decidieron formar parte de un tratamiento experimental para tratar las adicciones a través de la ayahuasca. Durante 8 meses estuvieron consumiéndola de forma controlada con un grupo de indígenas y otros pacientes de España. Debieron de intervenir muchos factores, pero los dos se salvaron.

Desde entonces, Jaume y Giovanna, escritora y hermana del Primer Ministro francés Manuel Valls, toman ritualmente y de forma periódica esta droga visionaria cuyo uso se ha disparado en los últimos años en Occidente –normalmente son perfiles socioculturales altos– con el aumento de corrientes espirituales como la meditación. La ayahuasca es una suerte de infusión que resulta de la decocción de una liana amazónica llamada Banisteriopsis Caapi con otras plantas que pueden contener DMT, el elemento químico que produce las visiones. Por separado no tienen ningún efecto, pero juntas inducen estados de conciencia alterada que iglesias amazónicas como el Santo Daime utilizan con fines religiosos o espirituales.

Entre los rituales y los tratamientos

Sin embargo, más allá de la esfera ritualista –cada fin de semana puede encontrarse en Madrid o Barcelona una ceremonia– deja al descubierto lugares de información del inconsciente y áreas del cerebro que facilitan algunos tratamientos psiquiátricos como las adicciones, la depresión y el estrés postraumático. Las últimas investigaciones, en gran parte realizadas en España –donde su consumo transcurre en un vacío legal–, han abierto la exploración por vía científica de esta sustancia.

Josep Maria Fábregas, psiquiatra experto en adicciones y director dela clínica CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones), descubrió la planta hace más de dos décadas durante una estancia en la selva amazónica. Y aquello derivó en importantes estudios publicados en revistas como Drug and Alcohol Dependence o Plos One sobre sus usos terapéuticos. “En la clínica Cita nunca hemos utilizado esta sustancia. Pero mis estudios personales en el Amazonas me permitieron observar que tenía aplicaciones para casos refractarios a terapias convencionales. De una manera muy artesanal introdujimos la posibilidad de que pudiera convertirse en una opción terapéutica. Los resultados nos animaron más y se acabó creando una estructura profesional donde poder utilizar esas capacidades”, señala.

Así se creó Ideaa (Instituto de Etnopsicología Amazónica Aplicada), una suerte de clínica/campamento en plena cuenca del Amazonas donde unos 150 pacientes –Valls escribió ahí Aferrada a la vida (RBA, 2014), un libro sobre su experiencia– pasaron temporadas recibiendo una terapia alternativa. “Fue la herramienta que me hacía falta después de tantas clínicas y desintoxicaciones. Me abrió el cerebro en canal y me hizo verme a mí misma y poder empezar por el perdón”, señala Valls en el jardín de su casa de Barcelona.

Los resultados en el resto de pacientes fueron “muy alentadores”, según Fábregas. Pero no hay datos precisos sobre el porcentaje de éxito. Jaume Vidal recuerda como 14 de las 16 personas que convivieron con él durante tres meses hace 10 años han recuperado una vida normal lejos de la adicción (uno de ellos murió y al otro le perdió la pista). “En psiquiatría utilizamos fármacos de hace 60 años. El Prozac lleva 40 años en el mercado, el Valium 60… Seguimos tratando síntomas y siendo incapaces de modificar situaciones de base. Las sustancias visionarias podrían ser una opción para ello. Hoy en día se están iniciando en muchos países estudios para la implementación de esas técnicas como terapia”.

Estudios sobre la sustancia

Jordi Riba, doctor en farmacología y responsable del grupo de Neuropsicofarmacología del Instituto de Investigación Hospital de Sant Pau, lleva 20 años estudiando la Ayahuasca. Acaba de colaborar en un estudio publicado en la Revista brasileña de psiquiatría en el que se administró esta sustancia a pacientes con casos de depresiones refractarias a tratamientos convencionales. Los fármacos tradicionales tardan dos o tres semanas, en este caso tras una dosis única a las pocas horas ya se vio una notable mejoría que se mantuvo hasta los 21 días. A la vista de estos resultados, también se han empezado a utilizar en casos de estrés postraumático y en rehabilitación de presos en las cárceles brasileñas.

Parte de la explicación a estos resultados es que el alcaloide principal de esta mezcla accede al cerebro y se une a unas proteínas que están en algunas neuronas. Ahí activa determinadas áreas del cerebro situadas en la frontera entre la parte emocional y la cognitiva. Eso se traduciría en la capacidad de recuperar recuerdos con un alto contenido emocional y poder observarlos con una cierta distancia. “Obtuvimos una imagen de activación del cerebro en el córtex frontal, la amígdala y el hipocampo. Estas áreas se encargan de procesamiento emocional, de la memoria y de la interrelación de la información emocional con la cognitiva. Y durante los efectos, según pudimos ver en los escáneres antes y después de las sesiones, se produce un aumento de transferencia de información entre estas áreas”, señala Riba.

La Ayahuasca no es una droga recreativa. Según el último estudio del psicólogo y doctor en farmacología José Carlos Bouso, la edad de inicio se produce alrededor de los 35 años y no se buscan sensaciones nuevas, sino más bien respuestas a traumas o problemas mal resueltos. Pero los efectos de la Ayahuasca son muy potentes. Es imposible tomar esa sustancia sin alguien que supervise la experiencia. Hasta ahora, las escasas muertes que se han registrado nunca han sido por sus efectos, sino por accidentes derivados de haberse consumido en un entorno que no fuera seguro. “En Sudamérica también ha habido algunos casos de intoxicación, pero es difícil saber qué ingirió exactamente. También puede haber interacciones peligrosas con otros fármacos que alguien puede estar consumiendo. Se han descrito reacciones de miedo y pánico durante la experiencia. Además, hay un cierto incremento de la presión arterial y la frecuencia cardiaca, así que alguien que padezca del corazón no sería recomendable que la tomase”, advierte Riba.

Una ambigua situación legal

Fuera del entorno científico, el uso de la ayahuasca presenta muchas ambigüedades legales. La ONU, a través de La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), no la regula. Sin embargo, sí penaliza la DMT, la sustancia que contiene. Francia es el único país del mundo donde se prohíbe, no por sus efectos sino por su vinculación a una secta. En países como Brasil, EE UU y Holanda, está reconocida por su uso religioso y en la mayoría, como España, se encuentra en situación de vacío legal.

Justamente, desde 2009 ha habido unas 40 detenciones, fruto de haber interceptado en aduanas españolas recipientes con esta sustancia (en este boletín reflejamos una de las últimas). Sin embargo, solamente una de esas imputaciones ha terminado en condena (al alcanzarse un pacto con el fiscal para no ingresar en prisión). La mayoría de veces se trata de gente que quería hacer una ceremonia y la policía interviene el envío y se presenta en sus domicilios como si fuera un empleado de Correos. Al firmar el paquete, queda detenido.

Una ceremonia –Cataluña es uno de los epicentros en España– consiste en un encuentro de gente de mediana edad, muchas veces todos vestidos de blanco, reunidas cualquier fin de semana para tomar esta infusión. Generalmente hay un guía (muchos vienen un tiempo expresamente para oficiarlas) que dirige el ritual y algunos de los asistentes que vigilan que todo el mundo esté bien (los llamados fiscales). Los participantes cierran los ojos y permanecen unas 6 horas haciendo el trabajo sin hablar con nadie.

Benjamin De Loenen es el director ejecutivo de ICEERS, una fundación promueve la investigación de plantas con propiedades psicoactivas de uso tradicional y su potencial integración como herramientas terapéuticas. “El uso de ayahuasca en España lleva unos 25 años, no es nuevo. Pero ahora se ha vuelto más conocido. Hay un interés en hacer trabajos [así se llama una sesión] de autoconocimiento y acuden cada vez más a estas ceremonias. Pero siguen siendo grupos privados donde la gente participa. No hay demasiado fenómeno comercial”. El avance significativo, sin embargo, se ha producido en su vertiente médica y farmacológica. Y sobre todo, en la extraña circunstancia de que una droga ancestral amazónica penetre en la Europa del siglo XXI.

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4. ¿Cuáles son los riesgos psicológicos que provocan las drogas alucinógenas?

FUENTE: Infobae

 

 

Las drogas alucinógenas tienen una fama mística, pero ocultan grandes peligros. En la actualidad, existen en todo el mundo "retiros" donde las personas se sumergen durante un fin de semana guiados por algún gurú en el consumo de sustancias psicotrópicas, bajo el paradigma de conocerse a uno mismo o aceptar realidades alternativas, pero detrás de esa máscara de "espiritualidad" y "apertura de percepciones" ponen el peligro su vida. Informa sobre ello el medio Infobae.

Según estadísticas del SEDRONAR (el organismo del Gobierno argentino responsable de coordinar las políticas nacionales de lucha contra las adicciones), el consumo de alucinógenos en Argentina comienza a los 15,4 años en promedio. Si bien el LSD no es una de las drogas ilegales más utilizadas –se encuentra por debajo de la marihuana, cocaína y éxtasis– su nivel de consumo es similar a otro flagelo: el paco. Mientras la pasta base es consumida por el 1,6 % de la población, los alucinógenos, por el 1,7 %. En menores de 15 años hay un 0,5 % de nivel consumo, entre los de 15 y 16 años, un 1,7 % y después de los 17, el índice se multiplica: 3,8 %.

¿Qué es un alucinógeno?

Es una droga que provoca trastornos cerebrales, cambia el proceso de razonamiento, el estado de ánimo y la percepción de una persona. La palabra deriva del latín "alucinare", que significa "vagar mentalmente, hablar sin decir nada, parlotear". Una sola dosis de estas drogas hace percibir a las personas una experiencia que ellas creen real, pero no lo es. También producen cambios en la percepción, el pensamiento y las emociones, llegando a casos drásticos de pánico, psicosis y paranoia con daños irreversibles.

La experiencia con alucinógenos tiene una gran cantidad de variaciones peligrosas, inclusive para una misma persona en diferentes ocasiones. Una de las más comunes es la sensación de separación del cuerpo. Algunos consumidores tienen fuertes sensaciones místicas o religiosas. Los efectos pueden durar minutos (con DMT) a horas (con dietilamida de ácido lisérgico o LSD), alterando el metabolismo.

Los alucinógenos pueden dividirse en dos grupos: las drogas que producen principalmente trastornos psicológicos –LSD y familia– y otras con efectos más profundos y peligrosos, como los que derivan de la belladona y la fenciclidina (PCP).

Cómo afecta al cerebro

No existe una sola manera de describir los efectos nocivos de estas drogas, ya que dependen de varios factores, como la concentración de la sustancia, cómo se toma, las expectativas del consumidor y la experiencia previa, si la toma o no con asiduidad. Aunque de cualquier manera deteriora fundamentalmente el sistema nervioso central.

Existen síntomas comunes con respecto al "viaje": náuseas, nerviosismo, agitación al respirar, ascenso de la presión sanguínea y del ritmo cardíaco. Luego llega el momento donde se distorsiona la realidad, prevalecen los efectos visuales, con distorsión de profundidad, objetos que se ven más chicos o más grandes.

De dónde surgieron

Cada droga tiene diferentes orígenes. La mayoría de ellas son precoloniales, utilizadas por chamanes –como la ayahuasca y peyote– para realizar la tarea de médium entre el mundo de los supranatural y los hombres; en otros casos –como el LSD– son invenciones de laboratorio del hombre moderno a partir de un hongo parásito que crece en el centeno.

El mito sobre "los beneficios" de este tipo de alucinógenos comenzó a forjarse en los años 50 y 60 en los Estados Unidos, como parte de los movimientos contraculturales. Entre los pregoneros más destacados se encontraba Timothy Leary, un investigador de Harvard, que comenzó a experimentar con grupos de personas en un retiro de California. Musicales como Hair ayudaron a que la concepción sobre las drogas traspasara las fronteras, como un peligroso sinónimo de bienestar y espiritualidad.

La mayoría de ellos están catalogados por la DEA norteamericana como con un gran potencial de abuso y prohibidos para el uso médico. Excepto por atropina, escopolamina y ketamina, que si bien tienen uso médico siempre se debe acceder a ellas mediante una prescripción, por ser altamente peligrosas.

Términos técnicos

Dietilamida de ácido lisérgico (LSD); psilocibina, la psilocina y la baeocistina (hongos psilocibios); mescalina (peyote); Dimetiltriptamina (DMT); belladona; ayahuasca; fenciclidina; ketamina; salvia, dextrometorfano (DXM o DM), estramonio y morning glory.

Términos comunes

Ácido, viaje, hongos mágicos, arcoiris amarillo, mandrake, PCP, polvo de ángel, hierba mala o píldora de la paz, diablo rojo, mescalito, yague y vegetal, entre otros.

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5. Polémica en Colombia por el uso comercial de la ayahuasca fuera del contexto chamánico.

FUENTE: Varios medios

 

 

Más de cien antropólogos, expertos y miembros de oenegés que trabajan o han trabajado en Colombia respaldaron mediante una carta abierta a las autoridades del pueblo indígena Cofán que denuncian las actividades comerciales de Alberto José Varela a través de la organización Ayahuasca Internacional. Las autoridades cofanes desmienten que los encuentros de Alberto José Varela –un argentino residente en Madrid, España– para curar con la ayahuasca o yajé cuenten con el aval de las autoridades yageceras de Colombia. Lo explica el medio peruano Pro y Contra.

Salud y vida en peligro

Agregan que dichos eventos realizados de manera engañosa han convertido al remedio en un lucrativo negocio, poniendo en serio riesgo la vida y la salud de los participantes que acuden a sus ceremonias. La Carta Abierta de Apoyo al Pueblo Cofán denuncia el uso indebido por parte de Ayahuasca Internacional de las tradiciones de los pueblos originarios de Colombia, y concretamente del pueblo Cofán, que emplea fraudulentamente para legitimar sus actividades comerciales.

También manifiesta la preocupación por la proliferación de negocios en torno al Yajé con el único objetivo de lucrarse. Se considera especialmente grave el caso del señor Varela, cuya organización “Ayahuasca Internacional” es descrita como “la primera multinacional dedicada a la Ayahuasca”, constituida por un entramado de empresas, páginas web y perfiles en Facebook.

Este modelo de negocio se caracteriza por emplear agresivas técnicas de marketing, invirtiendo considerable de dinero en publicidad en redes sociales, con el objetivo de masificar el uso del Yajé, generando una demanda artificial de este remedio, aprovechando el desconocimiento de muchas personas. Para expandir su negocio, forma superficialmente a facilitadores a través de su “Escuela Europea Ayahuasquera”, promoviendo de manera irresponsable que personas con una mínima experiencia y preparación dirijan ceremonias de Yajé.

De manera irresponsable, anuncia y vende el remedio directamente a través de Internet mediante su empresa “Ayahuasca Planet”, a cualquiera sin ningún control. Como resultado del uso indebido, irrespetuoso e irresponsable del remedio del Yajé, hay un número creciente de personas que han descrito prácticas reprobables, contrarias a los principios recogidos en códigos éticos y guías de buenas prácticas de diversas entidades que trabajan en defensa del buen uso de la ayahuasca.

Los firmantes de la carta no se oponen a la expansión en sí del uso del Yajé, ni de su pluralidad y diversidad espiritual y terapéutica; pero consideran que la difusión de estas prácticas debe hacerse desde el conocimiento, el respeto, y la ética. Las actividades de Alberto José Varela representan no sólo un peligro para las personas que acuden a sus ceremonias, sino para la propia expansión y consolidación de estas prácticas más allá de su lugar de origen.

¿Qué dice Ayahuasca Internacional?

Según la propia organización, dado que Ayahuasca Internacional es una marca que no tiene figura legal constituida, pero que contacta con personas que contratan servicios y compran productos, hemos encargado la administración y la organización logística a la empresa Inner Mastery International S.L.U. quien realiza las contrataciones correspondientes, cobros y pagos. El fundador de Ayahausca Internacional es Alberto José Varela, quien ha cedido todos los derechos de uso y explotación de Ayahuasca Internacional a la empresa Inner Mastery International S.L.U.

Nuestras páginas en Facebook en idiomas: Español, Inglés, Italiano, Alemán, Francés, Holandés, Ruso, Serbio-Croata y Turco están administradas por un equipo de profesionales de la comunicación, el marketing, el diseño gráfico y la producción de videos, así como también de profesionales de la salud, abogados y asesores en varias áreas empresariales, ya que la organización de los eventos que proponemos en más de 30 capitales del mundo, requiere de una infraestructura logística, humana, profesional e internacional.

Nos apasiona crear las condiciones idóneas para que la gente de todo el mundo acuda a tener la experiencia con ayahuasca, y para que puedan integrarla saludablemente en su vida cotidiana. Todos y cada uno de las personas que trabajamos en Ayahuasca Internacional somos testigos directos de los infinitos beneficios personales, físicos, emocionales, psicológicos y espirituales que nos producido haber conocido la Ayahuasca desde hace más de 15 años.

No nos dedicamos a comercializar la ayahuasca. No vendemos ayahuasca. No cobramos por la ayahuasca que usamos en los retiros de evolución interior que organizamos. Sólo organizamos eventos relacionados con la ayahuasca en países donde no está prohibido su uso, y además apoyamos a otras empresas, divulgando y promocionando publicitariamente sus páginas web que también ofrecen servicios acordes con la ayahuasca. Por ejemplo: Ayahuasca Planet, Escuela Europea Ayahuasquera, Ayahuasca Travels.

Razones en conflicto

Según leemos en el medio Pulzo, Alberto José Varela vive en Madrid (España) y allí montó lo que sería la primera empresa multinacional de la Ayahuasca. Su misión sería “llegar a millones de personas para impulsarles al despertar y la transformación” que vivió él cuando llegó a su vida el yagé, así lo narra en su página web.

Varela cuenta que entre 2001 y 2008 trabajó con chamanes colombianos en la selva y allí obtuvo la misión, a petición del taita Domingo, de hacer viajar la ayahuasca. Tal misión estaría respalda con una autorización de noviembre de 2007 firmada por el Taita Querubin Queta para que “en mi nombre y representación pueda trabajar y transportar el medicamento tradicional a otros países”, indica una fotografía publicada en el perfil Ayahuasca en Facebook.

Sin embargo, tal misión es desmentida por los líderes del resguardo indígena Jardines de Sucumbíos del corregimiento la Cofaina en límites del Putumayo y Nariño. “Yo no lo autoricé, si no que ellos hicieron una carta y me hicieron firmar en mi conocimiento yo no mire bien eso fue el caso”, afirma el taita Querubín a Noticias Uno.

El negocio de Varela no es nada pequeño. En la página de Internet Ayahuasca Planet, donde se comercializa el yagé, se vende por gramos y puede llegar a costar cerca de 336 euros. Además de la venta, Varela se ha dedicado a formar chamanes por toda Europa a través de talleres, tomas de yagé, retiros y visitas guiadas para ir a conocer la selva colombiana por 160 euros. Incluso, con su empresa formó la Escuela Ayahuasquera Europea, ha escrito libros sobre la planta y está próximo a abrir clínicas de tratamiento con ayahuasca en Colombia, la Riviera Maya en México y Suiza. “El señor mismo Alberto Varela que reparte su remedio jamás toma una copita de yagé”, asegura un portavoz indígena.

Varela, en respuesta, asegura que el taita Querubin lo está sobornando. “El taita Querubín nos llamó sistemáticamente para pedir dinero, que le mandemos dinero si no iba a desdecirse de la carta que nos había autorizado”, comentó Varela al noticiero. En uno de los perfiles en redes sociales de la organización, Varela publicó un video en el que da cuenta de unas aclaraciones realizadas por el taita Querubin sobre las denuncias. El argentino considera la información en su contra como una campaña de difamación producto de la envidia.

David Curtidor, líder indígena a cargo de la empresa Coca Nasa, comercializadora de hoja de coca con fines médicos y como alimento, insiste en que el yagé es de uso ancestral y exclusivo de las etnias. “Está haciendo uso indebido del patrimonio biológico de un pueblo indígena se penaliza, suplantando la identidad de los pueblo indígena porque dice que tiene una autorización”, añade Curtidor.

El gobernador del Resguardo indígena Ukumari Kankhe emitió un comunicado en el que asegura que la empresa Ayahuasca Internacional contradice, quebranta y pone en riesgos los principios y valores del pueblo Cofán. Informa que ninguno de los taitas y mayores autorizan a nadie ajeno a la comunidad Cofán a dar y portar el remedio del yagé.

“Las ceremonias del yagé son absolutamente sagradas para nuestro Pueblo, y las realizamos con exigente responsabilidad, pues nuestro interés es velar por la salud integral y la vida de nuestros pacientes. Razón por la cual manifestamos que la organización Ayahuasca Internacional, sus integrantes y fundados Alberto José Varela, son unos completos impostores, no conocen la ciencia del Yagé y jamás han sido instruidos en los usos y prácticas de nuestra tradición Cofán”, aclara el documento.

“Nosotros queremos que el mundo entero se dé cuenta de que esta situación es grave y es totalmente delicada y todo prácticamente por montajes que ha hecho de que el Taita Querubín les ha dado una autorización eso es un engaño. Como Gobernador les pido a las autoridades competentes hacerle los seguimientos y que este señor tiene que acabar con esta organización, tiene que acabar con esta manipulación del patente del yagé y si es indígena que siga con el yagé, pero miremos esa categoría, pero si no es indígena que por favor respete”.

Más allá de lo ofensivo que resulta para la comunidad la falsa acreditación y conducta del argentino, explica Caracol Radio, es motivo de preocupación la salud de quienes puedan recibir las preparaciones que entrega, por eso pidieron a las autoridades actuar frente a esta situación.

“Lo que nosotros queremos acá desde nuestra propia selva, desde nuestro propio territorio, desde aquí lo estamos manifestando porque es nuestro patrimonio de vida, digamos que es nuestra planta de orientación de nuestro pueblo, es la planta que nos está dando la vida a nosotros a través de nuestras autoridades, a través de nuestros Taitas mayores, que ellos cuando se manifiestan ante nosotros mismos como autoridades políticas, ellos dicen, el yagé no es para vender, no es para publicarlo, el yagé es para tomarlo como pueblo porque e nuestro patrimonio de vida”.

En una comunicación emitida por el Gobernador del resguardo advierten que el señor Varela además realiza excursiones con turistas en Putumayo, poniendo en riesgo, según los Taitas, autoridades de la comunidad indígena, no sólo los principios y valores del pueblo Cofán, sino la salud y vida de las personas que puedan consumir el producto.

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6. Una mujer, condenada a prisión en España por recoger un paquete de ayahuasca.

FUENTE: EP

 

 

El pasado mes de agosto, la sección primera de la Audiencia Provincial de Castellón condenó a un año y seis meses de prisión a una mujer, vecina de Burriana, por un delito contra la salud pública por recoger un paquete procedente de Perú que contenía más de dos litros de droga 'ayahuasca'. La vista se celebró por conformidad. Informó en su momento la agencia Europa Press.

Los hechos se remontan al pasado 8 de enero de 2013, cuando la ahora condenada recogió en la oficina de Correos de Burriana un paquete procedente de Perú a nombre de su madre -desconocedora de los hechos- que contenía cuatro cilindros con un líquido que resultó ser 2.218,9 mililitros de 'ayahuasca', con un 0,06 por ciento de dimeltiltriptamina (DMT), y que la acusada pretendía introducir en el tráfico ilícito, según la sala.

El DMT aparece en la Lista I de sustancias psicotrópicas sometidas a fiscalización internacional y está sujeta al control internacional de drogas tóxicas, ya que "ocasiona grave daño a la salud y es de circulación prohibida en España", según apunta la sentencia. Asimismo, el valor de mercado de la droga, que fue comisada y destruida, se cifra en 200 euros.

Por estos motivos, la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a la acusada a un año, seis meses y un día de prisión, así como a una multa de 300 euros, con responsabilidad personal subsidiaria de tres días de privación de libertad en caso de impago. Además, la condenada ha sido inhabilitada para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

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7. Emplean rituales con ayahuasca para rehabilitar a los presos en Brasil.

FUENTE: Libertad de Expresión Yucatán

 

 

La Asociación para el Desarrollo Cultural en la ciudad de Porto Velho rehabilita a los reclusos con prácticas de sanación. Terapeutas ocupacionales realizan masajes ayurvédicos a los prisioneros como parte del programa Acuda, que se aplica en un complejo de diez cárceles en Porto Velho, Estado de Rondônia. Entre los tratamientos están estiramientos de yoga y ejercicios de respiración. Lo leemos en el medio alternativo Libertad de Expresión Yucatán.

También se propicia que los prisioneros jueguen con sus hijos durante las visitas. Los prisioneros se cubren el cuerpo con arcilla antes de las sesiones de terapia. Después de la "sesión de barro" se lavan. El año pasado, Felicitas Martinez Vivot tradujo para buendiario.com el siguiente reportaje de The New York Times sobre la cárcel de Ji-Paraná, otra cárcel de Rondônia.

Años de encarcelamiento han demostrado que el encierro solo castiga, no mejora al humano. La cárcel degrada y separa de la sociedad, no cura el mal latente en la persona que incurrió en la criminalidad. ¿Qué tal probar otra cosa, un método experimental? Eso pensaron los responsables del penal de Ji-Paraná, Amazonas, donde se está probando la ayahuasca como camino para que los presos recapaciten y aprendan. Y según afirman, los resultados son asombrosos.

Todo tiene el aspecto de un ritual, de una ceremonia. Los presidiarios se visten en ropa blanca y holgada, al aire libre. Cada uno de ellos recibe un vasito con ayahuasca en estado líquido, lo beben, esperan. Algunos vomitan, parte natural del proceso, pero todo ocurre con cantos e himnos, y no es extraño que los participantes incurran en el baile. La ayahuasca es consumida hace siglos en la selva amazónica, pero nunca en el contexto de una cárcel, donde habitan personas juzgadas por asesinato, secuestros e incluso violaciones.

Vale la pena el intento, y los resultados lo demuestran. “Finalmente me doy cuenta de que estaba en la senda equivocada en la vida”, dice Celmiro de Almeida, 36, sentenciado por homicidio. “Cada experiencia me ayuda a comunicarme con mi víctima, y le ruego que me perdone, explica el hombre que ya ha atravesado el ritual veinte veces en el santuario. El suministro de la sustancia responde a nuevas búsquedas del gobierno brasileño de lidiar con la inmensa población carcelaria, y como modo de poner fin a la violación de derechos humanos.

Acuda, un grupo de defensa de los derechos de los presos, cumplió una parte clave en el cambio. A través del yoga, la meditación y el reiki demostraron que era posible frenar las actitudes violentas de los presidiarios. Los buenos resultados permitieron llevar la experimentación más lejos. La ayahuasca, resultado de hervir una vida llamada Banisteriopsis caapi con una hoja (Psychotria viridis), es polémica por sus efectos narcóticos pero tremendamente efectiva a la hora de indagar en la psiquis y el inconsciente humano. Amparados en las creencias de Santo Daime, una religión que mezcla catolicismo, tradiciones africanas y trances, encontraron donde llevar esto a la práctica: en pleno Amazonas.

“Los presos regresan a la sociedad más violentos que cuando llegaron a la prisión”, cree Euza Beloti, una psicóloga de Acuda. “Nosotros vemos a los presos como seres humanos, que tienen la capacidad de cambiar”. De este modo, el equipo de terapeutas, médicos y psiquiatras de Acuda guía el proceso en la cárcel ubicada en Porto Velho. Los jueces y los policías habilitan y permiten el ritual dentro de la cárcel de máxima seguridad, a la que además han empezado a llegar para este fin presos de penitenciarías cercanas.

El ritual incluye la práctica de masajes ayurvédicos, de meditación y de entrenamiento en oficios. Aprenden trabajo en cerámica, jardinería y cultivo. Todo bajo los efectos de la ayahuasca, que, según el doctor Charles S. Grob, profesor de psiquiatría de la U.C.L.A. School of Medicine, “tiene gran potencial porque puede producir una experiencia transformadora en una persona”. No es raro que también participen los guardias del ritual, como explica Virgílio Siqueira, 55: “Es gratificante saber que podemos sentarnos en la selva, cantar himnos y existir en paz”.

El objetivo del programa es reducir la reincidencia, al “expandir la conciencia” de los presos sobre lo que está bien y lo que está mal, según explica Luiz Marques, fundador de Acuda. En las ceremonias se ven rostros de honda reflexión y contemplación, lágrimas por doquier, cantos catárticos. “Yo sé que las cosas que hice fueron crueles, pero ahora aprendí a reflexionar sobre la posibilidad de que algún día pueda redimirme de lo que hice”, dice Darci Altair Santos da Silva, uno de los presos. Y esa es la palabra clave: redención. Aprendizaje. Realmente reeducarse para no lastimar a nadie y vivir sanamente en libertad.

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8. México: la ayahuasca, una de las alternativas legales de los jóvenes para drogarse.

FUENTE: El Diario de Chihuahua

 

 

Los jóvenes mexicanos de Chihuahua, especialmente aquellos que acuden a fiestas de música electrónica como ‘’rave’’ o conciertos, han encontrado en productos comunes, alternativas para ‘’drogarse’’, sin tener que violar la ley, ni pasar ante los ojos de su padres como adictos, o que hicieron algo indebido. Se fuman la cáscara del plátano, la de nuez moscada, o se toman un frasco de jarabe para la tos, como el dextrometorfano. Lo cuenta Lourdes Díaz López en El Diario de Chihuahua.

Lo anterior, según un estudio de campo realizado por el estudiante de ingeniería en biotecnología, Gustavo Borunda, quien se interesó en el tema a nivel local, después de conocerlo en su clase de farmacéutica y quien considera que el sector médico debe actualizarse en el tema y no sólo poner atención en drogas como la mariguana y otras ya conocidas, pues éstas ‘’drogas legales recreativas’’ están al alcance de cualquiera por 15 pesos, por ello se usan cada vez más, según dijo.

Por su parte, el doctor Martín Ruiz Aguirre, gerente de dictamen y autorización, de la Comisión Estatal para la protección de Riesgos Sanitarios (Coespris), informó que la Secretaría de Salud tiene conocimiento del uso indebido del jarabe dextrometorfano y la cáscara de plátano para usos recreativos, pero se desconoce que se estuviera utilizando la cáscara de nuez moscada.

Alertó sobre los riesgos para la salud, ante el uso de cualquier producto de los que no hay estudios de sus efectos secundarios, por lo que en caso de alguna intoxicación severa, no se sabría qué hacer, pues en casos como la heroína, la cocaína, mariguana u otras drogas, hay un protocolo de atención a los pacientes afectados con sobredosis, el médico sabe qué hacer, pero en casos de otros productos utilizados como drogas, no se podrían tener los mismos resultados.

El estudiante Gustavo Borunda, quien recabó información sobre alternativas de drogas recreativas para un trabajo escolar, comenta que la diferencia que encuentra entre fumar cascara de plátano o nuez, en lugar de la mariguana o utilizar otras drogas, es también que éstas aparentemente no causan adicción, pero sí tienen un efecto parecido al de la mariguana.

Ruiz Aguirre coincide en que fumar la cáscara de plátano, tienen un efecto similar al de la mariguana, aunque en un nivel menor, y aunque no ha sido estudiando, es conocido desde hace varios años, tanto que en las diversas cárceles, está prohibida la introducción de plátanos.

Otra de las plantas cada vez más utilizada sobre todo en eventos religiosos y retiros espirituales, es la Ayahuasa, una planta que en Perú se utiliza desde hace 5 mil años, y su consumo se ha extendido a otros países. Ruiz Aguirre, comenta que la Coespris tiene conocimiento del consumo de esta planta, pero se usa en rituales religiosos, por lo cual, no lo pueden regular, sólo recomendar que no se consuman productos de los que se desconocen sus efectos secundarios.

Por su parte, Gustavo Borunda comenta que la información que encontró sobre el uso de la ayahuasca en Chihuahua, es que sí se utiliza en círculos más cerrados y bajo el cuidado del ‘’chamán’’ o quien organiza los retiros espirituales o de meditación. El consumo es controlado, no se vende como se pueden adquirir las otras ‘’drogas’’. En fiestas caseras se recurre a quemar cáscara de plátano en un horno de microondas para que todos los asistentes tengan el efecto, en tanto que la ayahuasca, la administra el ‘’chaman’’, y no se consigue con facilidad.

Sobre la ayahuasca, en internet circulan sitios dedicados completamente a la promoción del uso de esta planta, y se promueven también los eventos donde se consume, a un costo de 1.500 pesos. Hay también página en Facebook con este nombre, donde se ha hecho cada vez más popular los aparentes beneficios de esta planta.

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9. Los indígenas de Ecuador utilizan la ayahuasca para contactar con los dioses.

FUENTE: El Diario

 

 

Aún con miedo, accedió a ser parte de la ceremonia. Quiso retirarse, pero no lo hizo y la experiencia fue única. Así lo cuenta Daniel Ordóñez, estudiante de psicología, al medio ecuatoriano El Diario. Él tuvo la oportunidad de acudir a uno de los rituales en los cuales los chamanes comparten la ayahuasca a los turistas. Confiesa que después de la ceremonia, no volvió a pensar de la misma manera. “Durante ese momento experimenté cosas maravillosas. La conexión que tuve con la naturaleza e incluso con familiares que ya no están junto a mí fue lo más hermoso”, manifiesta.

Como puede observarse, la redacción del artículo es totalmente laudatoria del consumo de ayahuasca. La nacionalidad shuar, considerada como el pueblo amazónico más numeroso de Ecuador que reside en Napo, Pastaza, Morona Santiago, Zamora Chinchipe y Sucumbíos, hace uso de la ayahuasca con el nombre de ‘Natem’. Los ‘Uwishin’ (nombre del shamán) son los encargados de realizar los rituales de sanación y diálogo con los dioses.

Esta sustancia resulta de gran utilidad en ciertas aproximaciones terapéuticas y de autoconocimiento, está siendo estudiada desde hace algunos años por médicos, farmacólogos, psicólogos y psiquiatras de todo el mundo como herramienta para diversos problemas con especial relevancia en ayudar a los pacientes que tengan procesos y hábitos dañinos para sí mismos y para otros.

Puede ser una terapia efectiva en el campo de la psiquiatría y la psicología en la terapéutica de la depresión y la ansiedad, así como en los problemas de personalidad y esquizofrenia. Los conocedores del tema agregan que también permite al cuerpo sanarse hasta que el alma pueda volar hacia el mundo espiritual y de esa forma visitar a las personas del yagé, es decir, los seres que habitan en el reino de los espíritus.

Entre los adultos de esta comunidad indígena, el consumo de dicha bebida actúa como mecanismo de desfogue social. Se utiliza para buscar soluciones en temas graves. Para soluciones inmediatas se usa la chicha, el ají o el tabaco, desde un estado de languidez consciente. Ellos consumen ayahuasca para resolver sus problemas, para hablar de su Arútam (el espíritu más poderoso de la selva, pero a la vez defensor), para que les dé poder y valor suficiente para establecer normas y soluciones a posibles inconvenientes. Además intentan saber qué dicen los dioses mediante las visiones que durante el ritual la bebida les proporciona.

Es considerada como memoria o patrimonio histórico de la salud porque ha salvaguardado la estabilidad de los curacas o chamanes de la parte oriental ecuatoriana. Ellos lo han utilizado desde tiempos inmemoriales por sus efectos depurativos, catárticos y visionarios, motivo por el cual constituye el eje principal de la medicina tradicional amazónica. En kichwa, ayahuasca quiere decir ‘soga de muerto’, lo que significa la soga que permite que el espíritu salga del cuerpo sin que este muera.

Su preparación varía dependiendo la tradición de cada grupo indígena, es decir, sus hábitos, costumbres, además de la sabiduría que deben tener para prepararla. Los chamanes utilizan varias plantas, muchas de estas con propiedades sicodélicas y enteogénicas, que derivan de la naturaleza y luego tienen la habilidad de acercar a los seres humanos al mundo natural y espiritual.

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10. Curandero indígena colombiano: “el yagé es una planta muy sagrada”.

FUENTE: Viceversa

 

 

Reproducimos a continuación un artículo de Felipe Camacho, titulado “La profecía del Yagé” y publicado en el medio digital Viceversa, con su testimonio personal sobre el viaje a Colombia y la realidad del consumo de ayahuasca allí.

Una ligera lluvia cae sobre Mocoa, capital del departamento de Putumayo al sur de Colombia. Son las ocho de la mañana, está comenzando la época de lluvias. Hace algunos años venir a esta región era imposible, era el punto máximo de confrontación armada entre el Estado colombiano, las guerrillas, los paramilitares y los narcotraficantes en torno a la cocaína. Por mucho tiempo Putumayo fue el lugar con mayor número de cultivos de coca por metro cuadrado en el mundo.

Esperamos a Pepe, conductor de taxi que nos llevará al Valle del Sibundoy. Allí se encuentra el resguardo indígena de los Camëntšá, cuya traducción al español es “hombre de aquí mismo con pensamiento y lengua propia”. Pepe nos cuenta que lleva varios días lloviendo en la zona, “el invierno se vino”. Ahora hay menos turistas, no como la semana pasada que trajo a una Alemana, quien le comentó que venir a Mocoa desde Bogotá tomaba más tiempo que ir de Bogotá a Berlín.

Luego de veinte minutos de trayecto llegamos al final de una vía donde lo único que se ve es selva. Al bajar del carro nos ponemos las botas pantaneras, adquiridas en el terminal de Mocoa y utensilio indispensable en estas tierras húmedas y resbaladizas. Tras diez minutos de marcha, llegamos a una casa en ladrillo y tejas de zinc en medio de la vegetación. Es la casa del taita Guillermo, médico indígena de la comunidad. Mamá Concha, la esposa del taita, nos recibe y nos muestra el lugar donde vamos a dormir. Nos presenta las personas que viven y trabajan en la casa, su hijo Jairo y dos trabajadores, nos presenta los cinco perros que tiene y dos loros quienes nos acompañan todos los días a la hora de la comida.

El taita Guillermo es uno de los tantos médicos indígenas que viven en el Valle de Sibundoy, donde muchos extranjeros y locales vienen a verlo por diferentes razones: limpieza del cuerpo, tratamiento de enfermedades terminales, alivio de trastornos mentales y cualquier otra solución a infinidad de males. El taita, da una mirada cansada, nos invita a sentarnos y pregunta sobre nuestra larga jornada. ¿Cómo estuvo el viaje? ¿Cómo nos parece su casa?

Nos invita en la noche a tomar el remedio o planta sagrada y nos cuenta: “cuando yo era niño, me fui de la casa a los nueve años. Aprendí a trabajar y a manejar el remedio [el yagé], ¡quería aprender el misterio de la madre de todas las plantas de la selva! El yagesito… Un suspiro y continúa… no se sabe a ciencia cierta cómo el indígena comenzó a utilizar el yagé. En todo territorio han habido entendidos, los abuelos dejaron esta herencia, varios preguntan cómo lo descubrieron pero nadie sabe… yo me pregunté de donde vienen los truenos. Nadie sabe de dónde ni cuándo salen. El trueno es un aire y el yagé también es un aire, porque usted se lo tomó. Si no lo puede manejar se confunde, si lo sabe manejar pues lo maneja. Entonces el yagé es una planta muy sagrada. Eso ha curado cáncer, úlcera, apéndice. El yagé es un vino como el vino de Dios. Que él nos dejó para ayudarnos entre hermanos prójimos”.

El taita nos explica que para saber sobre la planta hay que probarla. Sino no se puede saber qué es ni entender todos sus misterios. El yagé es un brebaje alucinógeno y purgativo, utilizado por los médicos indígenas en la Amazonía, conocidos como taitas o chamanes. Según las creencias, el yagé permite entrar en contacto con los espíritus de la naturaleza y sus antepasados, quienes guían a los médicos indígenas en el tratamiento de las enfermedades de la gente. El yagé o ayahuasca, como se le dice en otras partes de la Amazonia, está compuesto de dos plantas. La primera es una larga liana que tiene varios nombres nativos: yagé, caapi, dápa, mihi, kahi, natema, pindé, yajé. Tras unos minutos de cocción, se agregan hojas de chacruna –la segunda planta. Sin esta última planta el yagé solo resulta ser un simple laxante y no permite tener visiones o alucinaciones. Es la chacruna la que procura las visiones.

De los orígenes de la tribu camëntša se sabe muy poco. No existen manuscritos de su historia, ya que todo se ha trasmitido oralmente de generación en generación. Sin embargo, algunos antropólogos, con la ayuda de los indígenas, realizaron dos teorías sobre su origen. La primera es la procedencia chibcha, tribu indígena. Ésta es atribuida a la huida de una parte de la tribu chibcha del centro del país hacia el territorio de Sibundoy por las acciones bélicas de los conquistadores.

La segunda es un estudio del cronista Alberto Juajibioy que realiza un comparativo de elementos tanto rituales como artesanales de los Camëntšá, con las características de los pueblos encontrados en su recorrido por Oceanía, Norte y Sur América antes de llegar al Sur de Colombia. El cronista encuentra varios puntos en común con tribus de la Oceanía, de materiales utilizados en sus rituales y vida cotidiana.

Pero cuando se habla con los indígenas camëntša, todos están de acuerdo con la misma versión. Los indígenas vienen de la naturaleza misma, porque el Camëntšá ha formado parte de la evolución de ella. Taita Guillermo afirma que su tatarabuelo era mitad hombre mitad tigre y vivía en el kakatempo; lugar donde se encuentra la raíz de la naturaleza, donde está la esencia de la vida y la creación, y adonde todo Camëntšá sueña llegar algún día.

La toma del yagé le permite al indígena acercarse a este lugar y buscar el estado ideal de equilibrio entre naturaleza y hombre. Si el hombre se dispone, fluye y acata los designios de la naturaleza, entonces logra el equilibrio. Los Camëntšá tienen una leyenda del origen del yagé. La anaconda guardó todo su saber en dos plantas: el yagé y el chagropanga. La primera la dio a su hijo, el tigre, para que la siembre por las tierras bajas del Pacífico y la Amazonia. La segunda la entregó a su sobrina Shiginquillanga quien lo cría y cuida en el fondo de los páramos.

Desde la primera noche el taita ofrece el yagé. Alrededor de la media noche, comienza a ubicar los objetos utilizados en el ritual, que su hijo o alguno de sus alumnos ha traído. El taita nos explica: “lo primero es la veladora para el divino niño”. En frente del lugar de la toma se encuentra un altar de cemento y vidrio. Al interior, una estatua de Jesús cuando era pequeño se encuentra de pie con los brazos abiertos, y en su parte superior está escrito “yo reinaré” alumbrado por un bombillo azul que se percibe desde lejos. El segundo elemento importante son los cigarros y el aguardiente, utilizados por el taita para la limpieza de los malos espíritus y las enfermedades. Luego siguen un racimo de diferentes hojas amarradas por una cabuya, que forman un abanico y al moverlas generan un sonido muy tranquilizador que el taita, en compañía de una armónica y de cascabeles, utiliza para las canciones que acompañan toda la ceremonia.

El taita se dirige hacia la parte posterior de la casa. A su regreso, en una vasija blanca, trae el “remedio”, como nombran los Camëntša al yagé. Se ha cambiado por el atuendo necesario para la ceremonia, una cinta de colores de formas geométricas alrededor de la cabeza y varios collares de diferentes piedras y cascabeles en el cuello. Una vez que todo está listo para empezar, Guillermo saluda a los presentes, pregunta qué personas han tenido experiencia con el yagé y cuáles no. Pregunta si alguien tiene problemas cardiacos y si alguna mujer está con el periodo. En caso de respuesta positiva, no podrán participar a la toma.

Se comienza el ritual prendiendo un cigarrillo, chupando y expandiendo el humo con su boca por encima del abanico y la vasija que contiene el yagé. Sirve una copa, hace la señal de la cruz y se dirige hacia cada asistente en orden de derecha a izquierda dándole su respectiva dosis. “Tiene que probar poco a poco para ver qué sabor tiene”, me dice Guillermo al darme la copa con el yagé. Tomo un sorbo y siento pasar su sabor amargo de madera y plantas, luego decido tomarlo de una sola vez sin seguir el consejo del taita. El replica: “eso es como el aguardiente o el brandy. Usted lo toma poco a poco y se va sintiendo el sabor. Pero si usted se lo toma de una sola vez, entonces no supo qué fue lo que se tomó.”

Finalmente, el taita procede a tomar su brebaje. “Algunos taitas dan de tomar pero ellos no toman. Eso no está bien, hay que dar ejemplo, sino ¿cómo uno va decir lo que es el yagesito? Tiene el sabor de qué planta de las que ha conocido?”, me pregunta. No sé qué responder, comienzo a sentir el efecto de la planta y no logro sacar una palabra de mi boca. Detrás del taita, hay un muro con dibujos de animales y colores de la selva. En el centro se encuentra un tigre pintado, el cual observo durante veinte o treinta minutos. Éste comienza a cambiar de color al igual que todos los dibujos del muro. Durante la ceremonia, en algunos momentos, el taita inicia el canto y la ejecución de la música por medio del abanico de hojas, de la armónica y de los collares de cascabeles. Acompaña sus melodías de letras mezclando el camëntša y el español: “limpia, limpia / cura, limpia, sana / mamita de los cielos / limpia, cura / limpia, sana / abuelitos, maravillas de los abuelitos / limpia, cura / limpia, sana, yahesito.”

De repente siento ganas de trasbocar. En ese mismo momento el taita se levanta, sale corriendo hacia la selva. Mientras lo veo partir, él se transforma en tigre, el mismo que hay en el muro. Me pongo de pie y camino hacia el árbol más cercano, donde vomito un largo tiempo. Oigo al taita trasbocar y pienso que son rugidos de tigre. Escalofríos. Percibo ruidos acercándose de la selva, veo una sombra y me encuentro frente a frente con el taita. Alivio: ha dejado de ser un tigre.

Dependiendo del organismo, cada persona puede vomitar una o varias veces. El taita afirma que “si se vomita mucho es que su cuerpo estaba muy contaminado, y necesitaba expulsar todas esas toxinas”. Después de que todas las personas han ido poco a poco liberándose de la sensación y de los efectos, el taita pregunta qué personas quieren repetir la dosis de yagé. Afirma que después de esa toma vendrán menos efectos digestivos y tendrán más visiones si aún no las han tenido, o se intensificarán en aquellos que ya las están teniendo. Luego realiza el mismo procedimiento que la primera vez, el taita explica: “el yagesito va sacando toda infección del costal de nosotros, tantas cosas que le metemos. Cuando le rasca el canal de Panamá, ¿qué es lo que tenemos? Amiviasis”. Durante el resto de la noche y hasta las primeras horas de la mañana, cada persona cuenta su experiencia y si alguno de los participantes quiere una “limpieza”, el taita la realiza al frente del altar del divino niño Jesús con la ayuda de los cigarros, el aguardiente, sus cantos y sus manos.

Dentro de los participantes de la ceremonia se encuentra una alumna de Guillermo que lleva viniendo los últimos 10 años para aprender los misterios del yagé. Su nombre es Patricia y vive en Bogotá. Conoció el yagé luego de sufrir una enfermedad terminal y afirma que el yagé la salvó. Después de esta experiencia, se dedicó al estudio de la planta. Un indígena en la capital le recomendó el Valle de Sibundoy, adonde se dirigió y conoció al taita Guillermo, y durante varios meses tomó el remedio. Comenzó a acompañar al taita y a su esposa mamá Concha en sus viajes, cuando iban a otras ciudades a dar yagé. Luego decidió dar ella también la bebida que suministra en una casa alquilada de las afueras de Bogotá.

Patricia nos cuenta algunas experiencias difíciles que ha vivido con los participantes del ritual. En una ocasión, un miembro del grupo paramilitar AUC (autodefensas unidas de Colombia) tomó la bebida y empezó a entrar en trance. Se tiró al piso donde golpeó su cabeza en varias oportunidades contra el suelo perdiendo dos dientes. Entre el taita y ella, deciden amarrarlo hasta que se calme. Al volver en sí, explica que durante las visiones veía una a una las fotos de las personas que él había matado, acordándose de las escenas del macabro evento. Al despedirse con la cara en sangre y sin dientes, dio gracias al taita diciendo que se sentía mejor, nunca más volvió à repetir la experiencia.

Otro caso es el de una adolescente consumidora de alucinógenos quien quería tomar el yagé para enfrentarse a sus miedos y entender su dependencia a la droga. “Lo logró. Actualmente toma el remedio una vez por mes y ha dejado la droga”, afirma Patricia. Esta misma situación la vivió la hermana del primer ministro francés Manuel Valls, Giovanna Valls. Luego de varios años de dependencia a las drogas en su ciudad natal, Barcelona, decide por consejo de una amiga viajar en la Amazonía brasileña, donde existe un hospital dirigido por médicos indígenas. Al cabo de ocho meses en la clínica, Giovanna poco a poco vuelve a sonreírle a la vida. “Milagro”, dice ella. Después de los duros efectos secundarios del yagé, el clima y la vida en la selva, ella se adapta y logra dejar las drogas.

La ayahuasca es peligrosa si no se toma de una forma controlada. Si se le respeta, es salvadora. “En realidad, declara, con la ayahuasca uno se encuentra frente a uno mismo. Si yo era terca, esta experiencia me volvió más tolerante. Si sufría, me enseñó a decirlo en voz alta. Si estaba frágil, me trajo fuerzas. Si yo era egoísta por la droga, dejó lugar a la generosidad que hacía parte de mis valores. Si tenía miedo de la muerte, la ayahuasca la puso frente a mí. Si el perdón era el primer paso hacia la luz, yo supe pedir perdón y perdonarme a mí misma. La sustancia que viene de la naturaleza me dio la fuerza para esperar y despertar de la gran tiniebla en donde estaba”.

Vuelve a Europa y declara que abandonó la droga, razón por la que decide escribir un libro contando su historia de cómo el yagé le ayudó a dejar su dependencia. Guillermo le recuerda Stuart a Patricia, el estudiante suizo en antropología quien duró seis meses en la casa conociendo todo sobre la planta. Y finalmente, el caso más extraordinario: una mujer con cáncer de garganta, que luego de tomar el yagé, vómito una gran bola negra curándola de la terrible enfermedad.

La alumna del taita comenta cómo la casa ha crecido en comparación con la primera vez que vino hace una década. Antes no había electricidad ni muros en ladrillo ni agua potable, mucho menos colchones y televisor. Me dice que tengo suerte porque apenas unos días antes de nuestra llegada, compró camas y colchones nuevos para la habitación de invitados. Anteriormente, los participantes de la ceremonia eran todos de la región, pero hoy en día vienen de Estados Unidos, Europa y Sudamérica entre muchas otras regiones. “Todas estas posesiones y los diferentes turistas han llegado gracias a la planta sagrada”, afirma Patricia.

Aparte del dinero de las ceremonias de toma de yagé, el taita se ha construido una cocina reservada a la cocción de la bebida sagrada. Allí un trabajador está todos los días moviendo las mezclas de las plantas en las ollas y cortando leña para el fuego. Al entrar en la cocina, las emanaciones marean. “Se necesitan cinco días para la preparación del yagé”, me explica el trabajador. Su cotidiano consiste en remover la preparación o trasvasarla en otra olla que deja reposar durante varios días. El resto del tiempo, corta la planta del yagé en pequeñas partes y machaca la chacruna, necesarias para la bebida. Afirma que este yagé, el taita lo utiliza para sus tomas o lo vende a otros médicos indígenas como Patricia.

Pero éste boom de la planta ha generado varios cambios en la vida cotidiana del Taita y de los Camëntšá. En los terrenos de la comunidad, el yagé es un monocultivo, dejando cada vez menos espacio a los cultivos tradicionales que garantizan la alimentación diaria. Cada vez hay menos maíz o banano al alcance de la comunidad, quienes ahora tienen que comprar lo que antes su tierra les daba. Es claro que el éxito del turismo alrededor del ritual ancestral no sólo ha creado un mercado de clientes fieles y suficiente dinero para comprar alimentos. También está banalizando poco a poco las creencias y valores ancestrales de la comunidad.

El turismo chamánico ha ido generando una fractura en los rituales tradicionales camëntšá. La salida de los médicos indígenas al mercado de las grandes ciudades capitales a vender su producto mágico a los ansiosos clientes tomadores de pócimas indígenas de la más pura “naturaleza” ha degradado el ritual adquiriendo nuevas variables que poco a poco van debilitando las concepciones profundas marcadas por los ancestros, mercantilizando sus rituales, que antes estaban dentro del orden de la tribu donde solo en el intercambio se realizaba con otras comunidades indígenas.

Algunos chamanes o médicos indígenas inexpertos se empiezan a expandir en las grandes ciudades del continente y en las capitales occidentales como Berlín y Paris donde hay la posibilidad de tomar la bebida mezclada con otras plantas para aumentar su efecto, lo que puede tener peligrosas consecuencias para la salud de los participantes.

Es así que la planta sagrada del yagé toma el mismo camino de la coca, originaria de los pueblos andinos, con 5000 años de historia. Utilizada por los indígenas como cohesivo social en rituales religiosos, como medicina, fuente de energía y acompañante fundamental en las labores agrícolas, fue un elemento sustancial de las diversas culturas que habitaron las tierras suramericanas antes de la llegada de los Españoles. Siglos después fue transformada y mal utilizada por personas ajenas a estas tradiciones.

En el año 1500 Kjana-Chuyma, sacerdote tradicional del templo de la Isla del Sol en el lago Titicaca en cercanías de La Paz, declara estas palabras que se convertirán en profecía: “… para vosotros será espiritualidad, para ellos idiotez… y cuando los blancos traten de hacer lo mismo y se atrevan ellos a usar esta hoja como vosotros, a ellos le sucederá lo contrario. Su jugo, que para vosotros será la fuerza de la vida, para vuestros dominadores será un vicio repugnante y degradante. Mientras que para vosotros indígenas será un alimento casi espiritual, a ellos les causará idiotez y locura!”.

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