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La Iglesia Ortodoxa se opone al cambio legal

Diputados conservadores apoyan en Grecia las parejas de hecho homosexuales

Sólo 55 miembros del Parlamento votaron en contra de la nueva ley que equipara esta uniones a las heterosexuales

Tras el rechazo en 2008 de la unión de homosexuales en Grecia, en 2013 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictó que se trataba de una posición discriminatoria. Recientemente, la votación en el Parlamento griego para legalizar estas uniones contó con solo 55 votos en contra.

En 2008 el gobierno griego aceptó las uniones civiles como alternativa al matrimonio a parejas heterosexuales. En noviembre de 2013, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos resolvió que la legislación discriminaba a las personas por motivo de su orientación sexual por lo que se puso sobre la mesa un proyecto de ley de uniones abiertas a parejas del mismo sexo.

Grecia se une a la lista de países que permiten el matrimonio entre homosexuales.

El pasado diciembre el Parlamento Griego aprobó la unión entre personas del mismo sexo, 194 diputados votaron a favor, mientras que solo 55 votaron en contra. De los 194 diputados que votaron a favor 19 pertenecen a Nueva Democracia, partido conservador de Grecia.

Esta ley permite la unión entre homosexuales, contempla equiparar las parejas de hecho homosexuales y heterosexuales con la única condición de que estén registradas en Grecia.

Esta unión, entre otras cosas, da derechos a heredar posesiones del cónyuge, tener acceso a la Seguridad Social amparada... Pero no está permitido la adopción de niños por parte de parejas homosexuales.

Grecia tiene la religión ortodoxa como la predominante, y al ser un país confesional donde la Iglesia tiene gran influencia, los propulsores de esta nueva ley se han topado con un gran grupo conservador de la sociedad que ha creado una resistencia ante esta norma alegando que atenta contra la institución familiar.

Esta ley ha sido muy criticada por los obispos ortodoxos. La Iglesia Ortodoxa rechaza de plano la práctica de relaciones homosexuales basándose en la tradición cristiana, y lo hace saber dirigiéndose a los líderes políticos a través de discursos o cartas rechazando esta legalización.