Servicio diario - 08 de enero de 2016


 

Cardenal Parolin: 'El celibato no es la causa de los escándalos del clero'

En una entrevista concedida a Radio Vaticano, el secretario de Estado repasa algunos acontecimientos de su vida y habla sobre sus desafíos junto al papa Francisco

El cardenal Pietro Parolin ha hecho este sábado un repaso por algunos acontecimientos de su vida y ha hablado de las reformas que está realizando el papa Francisco. Además, se ha pronunciado sobre la vocación de los sacerdotes y ha dicho que “el celibato es un gran don que el Señor ha hecho a la Iglesia, por el que hay que estar profundamente agradecidos, y ciertamente no es, como tal, la causa de los escándalos que involucran a los sacerdotes”.

En una entrevista concedida a Radio Vaticano, el cardenal secretario de Estado ha manifestado que la misión del sacerdote es “llevar a Dios a la gente y llevar a la gente a Dios”. “Y no a un Dios cualquiera, sino al Dios de Jesucristo, al Dios del Evangelio”, ha añadido.

Se trata de “una misión que no cambia por las mutaciones de las situaciones o de las contingencias históricas; una misión que hoy es tanto o más impulsada cuanto más parece oscurecerse el horizonte de la fe y nuestro mundo parece estar más secularizado”, ha asegurado.

“El sacerdote debe ser un hombre de Dios, un signo creíble, y cuanto más posible sea, luminoso de su presencia de amor y de salvación en el mundo, un puente que permita y favorezca el encuentro con Aquél que solo es capaz de dar sentido y significado a la vida, de responder a los interrogantes más profundos, de enseñar a amar y a ‘gastarse’ por todos, y, especialmente, por los más pobres y abandonados”, ha destacado.

El purpurado italiano también ha recordado que el Pontífice se refiere a menudo a lo necesario que es acudir a las periferias geográficas y existenciales. El Santo Padre “no hace otra cosa que recordarnos, simplemente, que el sacerdote, como Cristo, en la persona que actúa, es enviado a evangelizar a los pobres”, ha enfatizado.

Por eso, ha considerado que la formación en los seminarios debe prestar atención a esta dimensión y tiene que ser capaz de “preparar a los futuros sacerdotes a evangelizar a los pobres y dejarse evangelizar por los pobres”.

Preguntado por su actual tarea en la Santa Sede, ha reconocido que “la misión del secretario de Estado resuena para mí como una llamada particular y urgente a ser un testigo creíble y a ponerme en actitud de constante y sincera conversión”.

“Querría ser capaz, tomando como ejemplo al Papa, de mostrar siempre, también en las cuestiones más burocráticas, el rostro acogedor y misericordioso de la Iglesia jerárquica”, ha indicado. 

Por otra parte, ha reiterado que Francisco habla a menudo de la dimensión misionera de la Iglesia y de la necesidad de reformar las estructuras “para tener la transparencia de Jesús”.

Finalmente, el cardenal Parolin ha relatado cómo descubrió su vocación y ha explicado que “no hubo una señal particular”. “La mía es la historia de un chico al que el Señor ha llamado en las circunstancias comunes y corrientes de la vida y que ha tenido la gracia de encontrar a quien, alrededor suyo, ha sabido ayudarlo a cultivar la semilla de la vocación y a hacerla fructificar”, ha concluido.

 

La recaudación de la Lotería del Papa se destinará a los refugiados

El sorteo de los billetes ganadores se llevará a cabo el próximo 2 de febrero. El Santo Padre ha puesto a disposición algunos premios para la iniciativa

La venta de la Lotería de Beneficencia para las obras de caridad del papa Francisco comenzó en el periodo prenavideño y concluirá el 2 de febrero de 2016, con la extracción de los billetes ganadores. También en esta ocasión, el Santo Padre ha puesto a disposición algunos premios para la iniciativa.

El Pontífice ha expresado el deseo de que el fruto de la generosidad de los participantes en esta tercera edición sea a favor de los refugiados y personas sin hogar, a quienes reserva una especial atención, informó Radio Vaticano.

La Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano ha señalado que los billetes, con un precio de 10 euros, se podrán comprar hasta el próximo 1 de febrero en la Farmacia Vaticana, las oficinas de correo, el supermercado vaticano, el almacén “Estación” de la Gobernación, los puntos de venta de la Oficina Filatélica y Numismática y los “Bookshop” de los Museos Vaticanos.

Quienes deseen participar comprando uno o más billetes a distancia, podrán efectuar un giro postal dirigido a la Coordinación de Eventos de la Gobernación – 00120 Ciudad del Vaticano.

Para más información, pueden escribir al siguiente correo electrónico de la Coordinación de Eventos de la Gobernación: eventi@scv.va.

 

Más de un millón de fieles participaron en Roma en los actos del Jubileo de la Misericordia

Mons. Rino Fisichella, responsable de la organización del Año Santo Extraordinario, ha afirmado que los números indican “una intensa participación y una necesidad sentida”

El presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella, ha informado este sábado de que más de un millón de personas han participado en Roma en los actos del Jubileo de la Misericordia.

En un artículo publicado hoy en el diario L'Osservatore Romano, Mons. Fisichella ha indicado que, durante este primer mes, se ha registrado una participación de 1.025.000 personas en las celebraciones derivadas del Año Santo Extraordinario.

El responsable de la organización del Jubileo ha dicho que “los números no son importantes en una dimensión espiritual”. No obstante, ha añadido, indican “una intensa participación y una necesidad sentida”.

“La misericordia es un auténtico contenido que sacude y que, como enseña el papa Francisco, implica un movimiento de compromiso personal”, ha destacado el prelado italiano.

“El recorrido reservado a los peregrinos muestra cada día a grupos de fieles y personas que, con la cruz jubilar, se encaminan rezando hacia la Puerta Santa. Un testimonio de fe que conmueve y no deja indiferente”, ha asegurado el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.

Para Mons. Fisichella, esta afluencia se debe --en parte-- a la decisión de las autoridades romanas de peatonalizar durante las fechas navideñas la vía de la Conciliación, la principal avenida que da acceso a la plaza de San Pedro, y a la labor de las fuerzas del orden, que han garantizado la seguridad de estos eventos.

El Jubileo de la Misericordia comenzó el pasado 8 de diciembre, cuando el Pontífice abrió la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, y tocará a su fin el próximo 20 de noviembre.

 

Obispos de todo el mundo muestran su solidaridad con los cristianos de Tierra Santa

Del 7 al 14 de enero, una delegación visitará las comunidades cristianas vulnerables de Gaza, Belén y a un grupo de​ refugiados en Jordania

Obispos de toda Europa, América del Norte y Sudáfrica visitarán estos días varias comunidades cristianas vulnerables de Gaza, Belén y a un grupo de refugiados en Jordania, con motivo del Encuentro anual de la Coordinadora de Conferencias Episcopales de Europa y América del Norte en apoyo de la Iglesia en Tierra Santa.

El pasado 7 de enero, los prelados se reunieron con la pequeña comunidad cristiana de Gaza y celebraron la Santa Misa en la parroquia de la Sagrada Familia. Además, tuvieron un encuentro con los feligreses y visitaron la escuela de las Hermanas del Rosario y varios proyectos para ayudar a la gente a reconstruir sus vidas tras el conflicto de 2014.

Durante este viaje, los obispos también irán a Belén, donde celebrarán la Eucaristía y visitarán la comunidad cristiana de Beit Jala, que sufrió la pérdida de tierras y medios de subsistencia después de la construcción de un muro de separación en el valle de Cremisán, según informó la Conferencia Episcopal Española (CEE) en un comunicado.

Del 10 al 14 de enero, la delegación viajará a Jordania para encontrarse con los refugiados que tuvieron que abandonar sus hogares como resultado del conflicto en Siria e Irak. La ONU calcula que el Reino Hachemita acoge a cerca de un millón de personas, la gran mayoría son sirios que huyen de la violencia y la guerra.

Como representante de la CEE participa el arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, Mons. Joan Enric Vives.

 

Scholas Ocurrentes celebra su primer encuentro en Madrid

Unos 300 estudiantes de entre 15 y 16 años se reunirán del 18 al 22 de enero en el Colegio Concertado de Enseñanza la Salle Sagrado Corazón

La entidad educativa Scholas Ocurrentes, impulsada por el papa Francisco para favorecer la integración de las comunidades más desfavorecidas y promover un mensaje de paz entre los jóvenes, reunirá este mes de enero a unos 300 estudiantes en Madrid, en la que será su primera actividad en España, tras fijar su sede en este país con el fin de dar el salto a Europa. Se trata de una primera experiencia piloto en el Viejo Continente y buscará que los estudiantes se comprometan a resolver los problemas detectados por ellos mismos en su ciudad. 

En concreto, cerca de 300 estudiantes de entre 15 y 16 años de escuelas de la Comunidad de Madrid se reunirán del 18 al 22 de enero en el Colegio Concertado de Enseñanza la Salle Sagrado Corazón. Durante el encuentro, los alumnos debatirán sobre los temas elegidos por ellos mismos con el fin de presentar acciones concretas a las autoridades, en línea con lo que se hace en otros países.

Scholas Ocurrentes es un proyecto de alcance mundial que nació en agosto de 2013 cuando el Santo Padre entregó a los futbolistas Lionel Messi y Gianluigi Buffon un olivo de la paz. Pero su embrión surgió en Argentina, cuando el actual Pontífice era arzobispo de Buenos Aires.

Esta entidad educativa de bien público vincula la tecnología, el arte y el deporte para fomentar la integración social y la cultura del encuentro. Trabaja con escuelas y comunidades educativas, tanto públicas como privadas, de todas las confesiones religiosas, y conecta a más de 400 mil escuelas y redes educativas en más de 71 países de los cinco continentes, buscando el compromiso de todos los actores sociales.

 

¡Misericordia quiero!

Catequesis para la familia

Por Irina Orellana. Honduras 

¡Feliz y santo año 2016!

¡Ha nacido el niño Dios! ¡Abramos nuestros corazones y acojámoslo!

Dios padre en su infinito amor y misericordia, se muestra indulgente y envía a su propio hijo para salvación nuestra. ¿Qué mayor muestra de amor podemos pedir? ¿Qué mejor promesa podemos esperar? ¿Cómo quedarnos inmóviles ante tanta grandeza y a la vez, muestra de humildad? Dios se encarna y se hace uno con nosotros, para acompañarnos en el camino, para extendernos su mano, para invitarnos a conocerlo, amarlo y seguirlo.

¿Y yo, estoy reflejando y haciendo eco de ese infinito amor y misericordia? ¿Podré hacerlo en este nuevo año que me regala el Señor?

Me parecen palabras a veces incomprensibles, subjetivas, como que no pueden concretarse en el diario vivir. Pero es entonces cuando debo dejar al Espíritu Santo trabajar en mi vida, que sea Él quien inspira, cada gesto, palabra, acción y silencio. En otras palabras, fiarme de su poder transformador, de su capacidad de hacer grandes todas las cosas.

¡Cuántas obras de misericordia podemos hacer en casa, con los nuestros!

Ser más atentos y menos indiferentes con nuestros padres, amar más al cónyuge, perdonar a nuestros hermanos, visitar a la tía enferma, animar al primo que está en paro, escuchar más a los abuelos. Y si se trata de un desconocido, ayudar al que necesita pan y abrigo, dar consejo a quien desespera, animar a quien está caído. No podemos ir por el mundo volteando la mirada, encerrados en nuestro propio yo, como si nada pasara a nuestro alrededor. Muchas crisis en la familia, en nuestras sociedades, son el resultado de la indiferencia, de la incapacidad de diálogo y perdón.

 

Beata María Dolores Rodríguez Sopeña - 10 de enero

«Esta fundadora del Instituto Catequista que lleva su nombre, en todo instante dio muestra de ilimitada confianza en Dios y búsqueda incesante de su voluntad. América y España recibieron el néctar de su celo apostólico»

A caballo entre España y América desplegó su incansable labor esta beata, mujer abanderada para su tiempo, que fue discerniendo su vocación y misión poniéndose a la vera de los desfavorecidos. Nació en Vélez Rubio, Almería, España, el 30 de diciembre de 1848. Pertenecía a la alta sociedad, toda vez que su padre –un reputado jurista que concluyó la carrera antes de la edad reglamentaria–, fue escalando peldaños en su profesión llegando a ser Fiscal de la Audiencia de Almería, y puso al alcance de su familia un elevado status social.

Los bellísimos parajes de la Alpujarra granadina la vieron crecer y convertirse en una espigada joven que podría haberse aprovechado de su alcurnia para obtener beneficios y, en cambio, no fue tentada para detenerse en ese pedestal. Sus entrañas de piedad la condujeron al lecho de enfermos de tifus y lepra, esquivando a sus padres, a fin de proporcionarles la asistencia humana, espiritual y material que precisaban. Además, era visitadora asidua, junto a su madre, de los pobres de la Conferencia de San Vicente de Paúl. Cuando su padre partió a Puerto Rico, el resto de la familia se afincó en Madrid. Y allí, bajo la dirección espiritual de un sacerdote, prosiguió su acción apostólica en el hospital de la Princesa, en la cárcel y en las Escuelas Dominicanas llevando a todos el néctar de la fe católica.

A los 23 años recaló en Puerto Rico. La urgencia apostólica quemaba sus entrañas y enseguida buscó nuevo director espiritual, el jesuita padre Goicoechea. A renglón seguido creó la Asociación de Hijas de María y centros académicos destinados a paliar las carencias educativas y formación espiritual de la población negra. Santiago de Cuba fue el siguiente destino de su padre y allí llegó Dolores portando en su alma la sed de consolar y asistir a los pobres y enfermos. Debido al cisma religioso no pudo hacer mucho más que visitar a los enfermos militares hospitalizados. Sus graves problemas de visión fueron un veto para unirse a las Hermanas de la Caridad. Luego, un periodo de bonanza le permitió adentrarse en los suburbios creando los «Centros de Instrucción» que extendió en tres zonas distintas. Era un proyecto ambicioso, audaz, que ponía al alcance de los marginados la cultura y la asistencia médica.

En esa diáfana isla, enclave privilegiado del Caribe, perdió a su madre. Y junto al resto de la familia regresó a Madrid en 1877. La atención a los suyos no fue impedimento para su acción apostólica. Un nuevo director espiritual, el jesuita padre López Soldado, la animó en su empeño. Tras el fallecimiento de su padre en 1883 nuevamente sopesó la opción religiosa. Probó con las Salesas la vida contemplativa, pero no perdió el tiempo por esa vía; en diez días se convenció de que no tenía vocación para ello y abandonó la comunidad.

Ante sí se extendía un universo de carencias que reclamaban su atención. Impulsó una «Casa Social» y de mano de una reclusa se adentró en el Barrio de las Injurias, donde instituyó la «Obra de las Doctrinas». En 1892 puso en marcha el «Movimiento de Laicos Sopeña». Extendió la Obra dentro de Madrid y cuando vio oportuno llevarla a Sevilla lo hizo a pesar de no contar con el beneplácito de las personas que la secundaban en su tarea, aunque para ello dimitió como presidenta. Con todo, logró su propósito de establecerla en distintos puntos de España. Las «Doctrinas» se fueron convirtiendo «Centros Obreros de Instrucción» cuya finalidad era atraer a la Iglesia a los alejados de ella, alentando la fraternidad y dignidad del empleado. Ello se sintetizaba en este anhelo que latía en lo más hondo de sí como experiencia vivencial rubricada por su amor al Padre: «Hacer de todos una sola familia en Cristo Jesús». Movida por este sentimiento llevó a las fábricas la esperanza de un futuro mejor anclado en el amor, la justicia y la paz.

En 1900, en el transcurso de una peregrinación a Roma, orando ante la tumba del apóstol san Pedro se sintió llamada a fundar. Para ello contó con la aquiescencia del cardenal Sancha. Y en 1901 surgió la Instituto de Damas Catequistas, actual «Instituto Catequista Dolores Sopeña» de la que fue superiora general. Al año siguiente emprendió otra acción poniendo en marcha la «Obra Social y Cultural Sopeña - OSCUS». En 1914 fundó Roma y tres años más tarde hizo lo propio en Chile. Murió en Madrid el 10 de enero de 1918. En su testamento, entre otras cosas, trazó lo que podríamos considerar epitafio de su vida: «Hijas mías: sed santas, y sobre todo, que tengáis una confianza completa en Nuestro Señor. Yo no he tenido nada, ni virtudes, ni méritos, ni cosas heroicas; solo la confianza sin límites». El centro de su existir fueron Cristo y María. Ante el sagrario había extraído las claves de su quehacer espiritual y apostólico. Juan Pablo II la beatificó el 23 de marzo de 2003.

Por eso cada nuevo año, es propicio para replantear nuestra forma de vivir, y no solamente definir las nuevas metas. Tan importante es cambiar de trabajo, cómo ser más corteses y escuchar a nuestros hermanos.

Pidamos la gracia, para ser instrumentos de amor y misericordia, y confiemos en que el autor de nuestro cambio, de nuestra conversión, será el niño Dios que apuesta cada día por nuestra salvación.