Servicio diario - 11 de enero de 2016


 

Francisco invita al cuerpo diplomático a vencer la indiferencia para construir la paz

En su tradicional encuentro para felicitar el año nuevo, el Santo Padre analiza las causas y propone soluciones para afrontar la crisis migratoria

Sólo una forma ideológica y desviada de religión puede pensar que se hace justicia en nombre del Omnipotente masacrando deliberadamente a personas indefensas, como ocurrió en los sanguinarios atentados terroristas de los últimos meses en África, Europa y Oriente Medio. Así lo ha indicado el papa Francisco al recibir esta mañana a los miembros del cuerpo diplomático ante la Santa Sede para la tradicional felicitación por el año nuevo.          

Durante su profundo y detallado discurso, el Pontífice ha recordado que “toda experiencia religiosa auténticamente vivida promueve la paz”. A propósito ha asegurado que el misterio de la Encarnación “nos muestra el verdadero rostro de Dios, para quien el poder no significa fuerza y destrucción, sino amor; la justicia no significa venganza, sino misericordia”. Y en esta perspectiva, ha asegurado Francisco, ha querido situar el Jubileo extraordinario de la Misericordia, inaugurado en República Centroafricana, durante su viaje apostólico a África. Al respecto, el Santo Padre ha señalado que la apertura de la Puerta Santa de la Catedral de Bangui “pretendía ser un signo de aliento para alzar la mirada, para retomar el camino y para volver a encontrar las razones para el diálogo”.

Por otro lado, el Papa ha explicado que la misericordia ha sido el «hilo conductor» que ha guiado sus viajes apostólicos durante el año pasado. Así, ha recordado su visita a Sarajevo, Bolivia, Ecuador y Paraguay, Cuba y a los Estados Unidos de América.

También ha hecho referencia a la importancia de la familia, “que es la primera y más importante escuela de la misericordia, en la que se aprende a descubrir el rostro amoroso de Dios y en la que nuestra humanidad crece y se desarrolla”. El Pontífice ha advertido que “hoy existe un miedo generalizado a la estabilidad que la familia reclama y quienes pagan las consecuencias son sobre todo los más jóvenes, a menudo frágiles y desorientados, y los ancianos que terminan siendo olvidados y abandonados”.

Asimismo, ha precisado que “un espíritu individualista es terreno fértil para que madure el sentido de indiferencia hacia el prójimo, que lleva a tratarlo como puro objeto de compraventa, que induce a desinteresarse de la humanidad de los demás y termina por hacer que las personas sean pusilánimes y cínicas”.

El Santo Padre se ha detenido para reflexionar sobre la grave emergencia migratoria que estamos afrontando. Así, ha hecho referencia a la voz de los miles de personas que lloran huyendo de guerras espantosas, de persecuciones y de violaciones de los derechos humanos, o de la inestabilidad política o social, que hace imposible la vida en la propia patria.

Y duele constatar, ha advertido, que a menudo estos emigrantes no entran en los sistemas internacionales de protección en virtud de los acuerdos internacionales.

De este modo, el Papa ha asegurado que es grave acostumbrarse a estas situaciones de pobreza y necesidad, al drama de tantas personas, y considerarlas como ‘normales’.                 

Por eso, Francisco ha indicado que se hace necesario “un compromiso común que acabe decididamente con la cultura del descarte y de la ofensa a la vida humana, de modo que nadie se sienta descuidado u olvidado, y que no se sacrifiquen más vidas por falta de recursos y, sobre todo, de voluntad política”.

En esta misma línea, el Pontífice ha hablado de la arrogancia de los poderosos que, con fines egoístas o cálculos estratégicos y políticos, instrumentalizan a los débiles y los reducen a objetos, haciendo referencia a quines practican la trata o el contrabando de seres humanos.

En este sentido, el Papa ha renovado una vez más “el llamado a detener el tráfico de personas, que convierte a los seres humanos en mercancía, especialmente a los más débiles e indefensos”. Permanecerán siempre indelebles en nuestra mente y en nuestro corazón --ha advertido-- las imágenes de los niños ahogados en el mar, víctimas de la falta de escrúpulos de los hombres y de la inclemencia de la naturaleza. También ha mencionado a los cristianos del Medio Oriente, “deseosos de contribuir, como ciudadanos a pleno título, al bienestar espiritual y material de sus respectivas naciones”.

Al reflexionar sobre las causas que provocan la emigración, el Santo Padre ha observado que “se podían haber ya afrontado desde hace tiempo”. Todavía ahora, “se puede hacer mucho para detener las tragedias y construir la paz”. Pero para ello, ha advertido el Papa, habría que poner en discusión costumbres y prácticas consolidadas, “empezando por los problemas relacionados con el comercio de armas, el abastecimiento de materias primas y de energía, la inversión, la política financiera y de ayuda al desarrollo, hasta la grave plaga de la corrupción”. Son necesarios planes a medio y largo plazo que no se queden en la simple respuesta a una emergencia.

El Santo Padre ha dedicado una reflexión especial a Europa. Así, ha indicado que ante la magnitud de los flujos y sus inevitables problemas asociados han surgido muchos interrogantes acerca de las posibilidades reales de acogida y adaptación de las personas, sobre el cambio en la estructura cultural y social de los países de acogida, así como sobre un nuevo diseño de algunos equilibrios geopolíticos regionales. La actual ola migratoria --ha observado-- parece minar la base del «espíritu humanista» que desde siempre Europa ha amado y defendido. Sin embargo, ha asegurado el Pontífice, “no podemos consentir que pierdan los valores y los principios de humanidad, de respeto por la dignidad de toda persona, de subsidiariedad y solidaridad recíproca, a pesar de que puedan ser, en ciertos momentos de la historia, una carga difícil de soportar”.

De este modo, el Santo Padre ha reiterado su convicción de que Europa tiene los instrumentos necesarios para defender la centralidad de la persona humana y encontrar un justo equilibrio entre el deber moral de tutelar los derechos de sus ciudadanos, por una parte, y, por otra, el de garantizar la asistencia y la acogida de los emigrantes.

El Papa ha expresado también su gratitud por todas las iniciativas que se han adoptado para facilitar una acogida digna de las personas. Del mismo modo ha asegurado que las migraciones constituirán un elemento determinante del futuro del mundo y que las respuestas sólo vendrán como fruto de un trabajo común, que respete la dignidad humana y los derechos de las personas.

Según ha indicado el Pontífice en su discurso, para afrontar el tema de la emigración es importante que se preste atención a sus implicaciones culturales, empezando por las que están relacionadas con la propia confesión religiosa. Al respecto ha observado que “el extremismo y el fundamentalismo se ven favorecidos, no sólo por una instrumentalización de la religión en función del poder, sino también por la falta de ideales y la pérdida de la identidad, incluso religiosa, que caracteriza dramáticamente al así llamado Occidente”. La acogida --ha asegurado-- puede ser una ocasión propicia para una nueva comprensión y apertura de mente, tanto para el que es acogido, y tiene el deber de respetar los valores, las tradiciones y las leyes de la comunidad que lo acoge, como para esta última, que está llamada a apreciar lo que cada emigrante puede aportar en beneficio de toda la comunidad.

Para concluir su extensa y completa intervención, Francisco ha apreciado los importantes acuerdos internacionales, que son un buen augurio para el futuro. De este modo ha mencionado los acuerdo sobre el programa nuclear iraní y sobre el clima en la Conferencia de París. También ha indicado las últimas tensiones que han aparecido en el horizonte: en el Golfo Pérsico o la península coreana. Por eso ha manifestado su deseo de que los antagonismos abran paso a la voz de la paz y de la buena voluntad en la búsqueda de acuerdos.

Finalmente, ha asegurado que el reto principal que nos espera es el de vencer la indiferencia para construir juntos la paz, que es un bien que hay que perseguir siempre.

 

La Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas con 180 países

Las embajadas ante la Sede Apostólica son 86 en Roma

La Santa Sede tiene actualmente relaciones diplomáticas con 180 países. A estas se unen también la Unión Europea y la Soberana Orden de Malta, como también la misión permanente en el Estado de Palestina. En cuanto a las Organizaciones internacionales, el 4 de junio del 2015, la Santa Sede se ha convertido en Observador ante la comunidad caribeña (CARICOM).

Son datos que ha ofrecido esta mañana la sala de prensa de la Santa Sede a través de un comunicado, en el día que el Santo Padre se ha reunido con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, para el tradicional encuentro para felicitar el año nuevo.

Las Cancillerías de embajadas con sede en Roma, incluidas las de la Unión Europea y de la Soberana Orden de Malta, son 86, añadiéndose a lo largo del año las embajadas de Belice, Burkina Faso y Guinea Ecuatorial. Tienen sede en Roma también las misiones del Estado de Palestina y las Oficinas de la Liga de los Estados Árabes, de las Organizaciones Internacionales para las Migraciones y de Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Asimismo, el comunicado recuerda que durante el año 2015 se han firmado cuatro acuerdos. El 1 de abril, la Convención entre la Santa Sede y el Gobierno de la República Italiana en materia fiscal; el 10 de junio, el Acuerdo entre la Santa Sede, y Estados Unidos para favorecer el cumplimiento a nivel internacional de las obligaciones fiscales y poner en práctica la Foreign Account Tax Compliance Act (FATCA); el 26 de junio, el Acuerdo global entre la Santa Sede y el Estado de Palestina; y el 14 de agosto, el Acuerdo entre la Santa Sede y la República democrática de Timor-Oriental sobre el estatuto jurídico de la Iglesia católica.

El 22 de junio se ratificó el Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Chad sobre el estatuto jurídico de la Iglesia católica, que se había firmado el 6 de noviembre de 2013. El 10 de septiembre se firmó un Memorándum de Entendimiento entre la Secretaría de Estado y el Ministerio de los Asuntos Exteriores del Estado de Kuwait sobre la realización de consultas bilaterales.

 

El cardenal Blázquez a los dominicos españoles: "La oración es insustituible en el buen predicador"

El presidente de la CEE visitó este domingo al Capítulo de la nueva Provincia de Hispania de la Orden de Predicadores

El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cardenal Ricardo Blázquez Pérez, visitó este domingo al Capítulo de la nueva Provincia de Hispania de la Orden de Predicadores, reunida en Caleruega desde el pasado 2 de enero, donde presidió la eucaristía de la fiesta del Bautismo del Señor.

El cardenal Blázquez dirigió unas palabras llenas de afecto a los dominicos, recordando que “en vuestras comunidades he encontrado facilidad en la comunicación y empeño apostólico”.

El presidente de la CEE señaló que la nueva Provincia tiene por delante retos importantes, pues vivimos no solamente una época de cambios sino un cambio de época. En estas situaciones --aseguró-- es bueno abrazar la tradición recibida para que, afianzados en nuestro pasado y analizando serenamente el presente, podamos proyectar nuestro futuro.

“Tenéis una historia secular pero no envejecida”, dijo el purpurado, al tiempo que animó a los presentes a llevar a Dios a la vida de las personas de nuestro tiempo, no con una predicación esclerotizada, sino con una predicación viva, que toque el corazón, que responda a las cuestiones y los interrogantes reales de las personas.

Además, el cardenal Blázquez subrayó que “la oración es insustituible en el buen predicador”, pues como sabemos bien por santo Domingo, hay que hablar a Dios de los hombres y a los hombres de Dios.

Por último, el presidente de los obispos españoles alentó a los padres capitulares para que, siguiendo sus trabajos, orando y razonando juntos, encuentren cuál es el mejor camino para predicar hoy el Evangelio.

Antes de finalizar la eucaristía, el padre Jesús Díaz Sariego, OP, agradeció al cardenal Ricardo Blázquez su presencia, su cercanía y sus palabras de ánimo. “Las dominicas y los dominicos queremos a la Iglesia. La queremos sabiendo que somos hombres y mujeres que quisiéramos ser cada vez más fieles al evangelio. Que quisiéramos vivir el proceso de conversión que todo creyente está llamado a realizar en su propia vida. Por eso desde la humildad de lo que somos quisiera con brevedad transmitirle cómo queremos a la Iglesia”, afirmó el provincial.

Fray Jesús Díaz también repasó algunos de los lugares donde la Orden de Predicadores realiza su tarea evangelizadora: en la reflexión teológica y filosófica, en la educación y acompañamiento de niños y jóvenes, en el servicio a los pobres y desfavorecidos de la sociedad…  

La Provincia de Hispania está formada por 500 frailes, con 40 comunidades en España, y presencia misionera en la Selva Amazónica de Perú, Cuba, República Dominicana, Venezuela, América del Sur y Guinea Ecuatorial.

Fundada en 1216 por santo Domingo de Guzmán (1170-1221), la Orden de Predicadores está celebrando sus ochocientos años de vida desde la implantación de la primera casa en Tolosa (Guipúzcoa).

 

La Fundación PROCLADE cumple 20 años trabajando por los más vulnerables

La ONGD de los misioneros claretianos ha realizado unos 300 proyectos de desarrollo en más de una treintena de países de América, Asia y África

La Fundación PROCLADE cumple este lunes 20 años de existencia, y lo hace convencida de la necesidad de cambiar los modos de consumo y producción para reducir las desigualdades crecientes en nuestro planeta; una de las metas que ya aparecen recogidas en los recién adoptados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Durante estas dos décadas trabajando por los derechos de los pueblos más empobrecidos de la tierra, esta ONGD de los misioneros claretianos ha realizado unos 300 proyectos en más de 30 países de América, Asia y África. Proyectos socioeconómicos, de sanidad, promoción humana, agricultura sostenible, empoderamiento de la mujer… de los que se han beneficiado más de 70 mil familias.

Detrás de este trabajo se encuentran decenas de contrapartes locales que, en el terreno, se aseguran de la buena marcha de los proyectos. Además, la Fundación PROCLADE cuenta con el respaldo de más de mil socios y donantes así como de los colegios y parroquias claretianas.

Junto a la cooperación al desarrollo, la organización también dedica sus esfuerzos a la Educación para el Desarrollo, sensibilización e incidencia social a través de campañas que realizan sus 15 delegaciones en toda España con el apoyo de más de 170 personas voluntarias.

Desde 2007, esta entidad apuesta por la economía solidaria mediante el comercio justo y el consumo responsable con campañas que, en alianza con otras ONG’s, se han llevado a cabo en Madrid, Zaragoza y Gijón, entre otras ciudades.

Todas las actividades de la Fundación PROCLADE están auditadas anualmente. Además, cuenta con el Sello de Transparencia y Buen Gobierno de la Coordinadora de ONGD de España, que acredita que tiene un compromiso con la transparencia y la mejora continua.

 

La archidiócesis de Madrid pone en marcha un buzón de sugerencias online

Se trata de una iniciativa de la Vicaría de Pastoral Social e Innovación que busca mejorar la acción evangelizadora de la Iglesia

La Vicaría de Pastoral Social e Innovación ha puesto en marcha un buzón de sugerencias online para que cualquier persona pueda remitir sus “propuestas para mejorar la acción evangelizadora de la Iglesia en Madrid”. Desde la propia Vicaría subrayan que la “la archidiócesis es una realidad viva muy rica” y que este nuevo servicio “apela a la corresponsabilidad de todos los que formamos el Pueblo de Dios”.

El buzón aparece en la parte inferior derecha de la página web de la archidiócesis de Madrid, junto a los vídeos del Informativo Diocesano, informó este lunes la Iglesia local en un comunicado. Este canal de comunicación se suma a las distintas iniciativas impulsadas por el Arzobispado en los últimos meses para aprovechar las ventajas que ofrece internet y las redes sociales a la hora de llegar a un mayor número de personas. Así, aparte de seguir introduciendo constantes mejoras en archimadrid.es y alfayomega.es, se ha puesto en marcha el nuevo boletín digital Infomadrid con periodicidad bisemanal y se ha relanzado la cuenta de Twitter de la archidiócesis (@archimadrid).

 

Más de 20 muertos en un accidente de autobús en México

El vehículo se salió de la carretera y cayó a un barranco cerca del municipio de Atoyac. El portavoz de la diócesis de Veracruz lamenta el trágico suceso

Al menos 21 personas han muerto este domingo, cerca del municipio de Atoyac, en el estado de Veracruz, en el Atlántico mexicano, después de que el autobús en el que viajaban cayera por un barranco. Otros 25 pasajeros han resultado heridos. No se descarta que pueda aumentar el número de víctimas.

El portavoz de la diócesis de Veracruz, el padre Víctor Manuel Díaz Mendoza, ha lamentado el trágico suceso. En declaraciones a medios locales, el sacerdote ha llamado a la prudencia a los conductores de cualquier medio de transporte. Al recordar que por estas fechas se incrementa el flujo de tráfico, ha indicado que debido a las aceleraciones ocurren este tipo de hechos muy lamentables.

El accidente ocurrió ayer por la mañana, cuando los integrantes de un equipo de fútbol y sus familiares se dirigían a la ciudad de Córdoba, en el centro del estado, para disputar un partido. Los supervivientes han relatado que el conductor tomó mal una curva, el vehículo golpeó la barrera de seguridad y luego se despeñó, cayendo al fondo de un barranco de 30 metros.

El gobierno de Veracruz ha explicado que el vehículo transitaba a mayor velocidad de lo que correspondía. "La unidad viajaba a exceso de velocidad, por lo que el conductor perdió el control al pasar un tope, rompiendo la barrera de seguridad, lo que provocó que cayera al fondo del río Atoyac, justo a unos metros del Palacio Municipal", han señalado las autoridades en un comunicado.

De acuerdo a las cifras del Instituto Nacional de Estadística, unas cinco mil personas mueren al año en accidentes de tránsito en México y 120 mil resultan heridas.

 

Francia recuerda a las víctimas de los atentados yihadistas

Políticos, representantes de las grandes confesiones religiosas y cientos de personas rindieron un emocionado homenaje a los fallecidos

Las autoridades francesas, con el presidente François Hollande al frente, rindieron homenaje este domingo en la plaza de la República de París a las víctimas del terrorismo yihadista.

En una mañana fría, Hollande --junto al primer ministro, Manuel Valls, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y parte de su gobierno-- descubrió una placa en memoria de los fallecidos colocada a los pies del “Roble del Recuerdo” plantado allí esta misma semana.

Tras descubrir el rótulo, se guardó un minuto de silencio y se leyeron los nombres de todos los asesinados, y poco después François Hollande, Manuel Valls y Anne Hidalgo depositaron una corona de flores en la estatua de la República, donde aún permanecen cientos de velas, escritos y dibujos que han servido para mantener viva la memoria de las víctimas.

A continuación, el artista Johnny Halliday --uno de los más populares de Francia-- cantó “Un dimanche de janvier” (“Un domingo de enero”), en la que recuerda la manifestación del 11 de enero de 2015 contra el terrorismo.

Después de la actuación del Coro del Ejército y de la lectura de un poema de Victor Hugo, el mandatario galo rompió el protocolo para acercarse a los familiares de los fallecidos y trasladarles su apoyo. 

Al cumplirse un año de los atentados, los representantes de las grandes confesiones religiosas, junto a cargos políticos y cientos de personas, también rindieron este sábado un emocionado homenaje a las víctimas de la matanza de Charlie Hebdo y del ataque contra un supermercado judío.

El acto fue convocado por el Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia (CRIF, por sus siglas en francés) y contó con el respaldo de varios de los principales imanes del país y el cardenal arzobispo de París, monseñor André Vingt-Trois.

Entre los invitados estuvo el joven Lassana Bathily, de origen maliense, que fue considerado como el héroe de aquel día al conseguir esconder a varios rehenes en una cámara frigorífica y luego huir para facilitar información valiosa a la policía.

 

El bautismo del Señor… y el nuestro

Mensaje del arzobispo de Burgos, Mons. Fidel Herráez Vegas. 'Gracias a este sacramento, podemos habitar y edificar la Iglesia como la casa y el oasis de la misericordia'

Nuestro ritmo vital, familiar y social hace que estos días estemos recuperando ya el paso cotidiano y la cuesta de enero. Sin embargo, según el calendario de la Iglesia, hoy nos encontramos aún en el tiempo de Navidad, que lo concluimos celebrando la fiesta del Bautismo del Señor. Aunque han transcurrido muy pocos días, hemos pasado de contemplar al Niño-Dios a centrarnos en el inicio de la vida pública del Señor, del Mesías, del Ungido. La razón es clara: junto al hecho, impensable por nuestra parte, de que Dios asumiera en todo menos en el pecado nuestra condición humana, hemos de admirar que llevara adelante el anuncio del Evangelio de la buena noticia de la salvación.

Vemos cómo Jesús se acerca a Juan para recibir su bautismo. El cielo se abre, mostrando la cercanía entre Dios y los hombres; Jesús se deja seducir por el Espíritu; y el Padre le muestra ante el mundo como su Hijo Amado. No extraña que, a reglón seguido, el evangelista Lucas presente a Jesús en la sinagoga de Nazaret como el Enviado a comunicar la misericordia entrañable de Dios: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor” (Lc 4, 18-20). Y todo ello Jesús lo irá realizando con obras y palabras hasta su culminación en la Pascua.

El Papa Francisco nos ha invitado a celebrar con alegría y júbilo este año de gracia misericordiosa. Y, ¿qué mejor que acoger y compartir la misericordia que Dios nos ha regalado en nuestro bautismo? En la Eucaristía de hoy, a través de la segunda lectura, se nos recuerda: “Se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre…, según su propia misericordia, nos salvó por el baño del nuevo nacimiento y de la renovación del Espíritu Santo, que derramó copiosamente sobre nosotros” (Tt 3, 4-6).

El bautismo incorpora a cada bautizado en la comunión de vida trinitaria que la Iglesia hace presente y de la cual es signo. El bautismo es un sacramento de la misericordia divina por diversos motivos: nos perdona los pecados para vivir la libertad de los hijos de Dios. Nos hace hijos del Padre misericordioso, hermanos de Cristo –rostro misericordioso de Dios–, en el Espíritu –rocío y óleo de la misericordia–, entrando a participar en la vida divina que es fuente de misericordia. Gracias a este sacramento, podemos habitar y edificar la Iglesia como la casa y el oasis de la misericordia; y responsabilizarnos de ir construyendo el Reino de Dios en medio del mundo desde nuestro obrar personal, comunitario e institucional.

El Papa alude continuamente a la imagen de Iglesia madre y apoyo maternal. Así, habla de la Iglesia como madre siempre atenta, que predica al pueblo como una madre que habla a su hijo. Se trata de una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos. Así pues, existe una íntima conexión entre María, la Iglesia y cada creyente, en cuanto que, de diversas maneras, engendran a Cristo y prolongan su misión  para bien de la humanidad.

En este día quiero haceros llegar un deseo sincero: que todos los cristianos de Burgos estemos gozosos de haber sido acogidos en la nueva vida de Dios. Que, de verdad, experimentemos la alegría de la fe y la irradiemos con sencillez y cercanía en el día a día de nuestras ocupaciones. Ojalá que esta Iglesia de Burgos la vayamos edificando entre todos los bautizados desde nuestros carismas y ministerios y, así, aparezca como una madre de corazón abierto, en la sociedad burgalesa (y más allá de las fronteras geográficas) que mira a las personas con ternura y compasión, que acoge, acompaña y ayuda a todos, en particular a los más necesitados.

+Fidel Herráez Vegas,

arzobispo de Burgos

 

San Antonio María Pucci - 12 de enero

«La vida del padre Pucci bien puede calificarse como la labor heroica e impagable de un santo cura de pueblo; dio su vida por todos. Murió después de haber cubierto con su manta a un indigente que yacía en la calle aterido de frío»

Incontables sacerdotes han entregado su vida a Dios ejerciendo su labor pastoral en poblaciones de escaso relieve. En estas misiones, frecuentemente teñidas de soledades, han amasado heroicas virtudes sosteniendo firmemente su vocación con la gracia de Cristo, y haciendo que ésta germine en una inagotable cascada de bendiciones. Han sido el punto de referencia más cercano que las buenas gentes han tenido para proponerse la búsqueda de la santidad.

Eustaquio, que ese era su nombre de pila, se santificó siendo sacerdote de una parroquia durante medio siglo, como miembro de la Congregación de los Siervos de María (Servitas), en la que adoptó el nombre de Antonio María. Había nacido en la localidad italiana de Poggiole, colindante a Pistoia, el 16 de abril de 1819. Era uno de los siete hermanos de una humilde familia, y como tal estaba destinado por su padre a ser labrador. Pero él acariciaba el sueño de convertirse en sacerdote. Siendo monaguillo servicial y piadoso, don Luigi, el párroco que le ayudaba a estudiar, se fijó en él. Y cuando el joven cumplió 18 años, el bondadoso presbítero se entrevistó con su padre, quien no ocultó su juicio negativo respecto a la vocación que mostraba su hijo. Esta resistencia se venció poco después y Eustaquio fue ordenado en 1843.

No era agraciado, ni resultaba simpático. Ahora bien, ni su voz nasal de tono monótono, ni sus ligeros gestos nerviosos eclipsaron su piedad. Y su labor apostólica, realizada entre las gentes sencillas, daba grandes frutos porque ayudaba a todos a remontar las debilidades y a superar dificultades de diverso calado. Erraron los que al hablar de su eventual proceso de canonización, lo tildaron de un hombre ordinario. Las personas se encariñaban con el humilde párroco, que vivió durante cuarenta y cinco años una heroicidad perseverante y oculta, solo manifiesta a los ojos de Dios. El cardenal Laurenti, prefecto de la Congregación de Ritos, confió al padre Ferrini, postulador general de la Orden: «Si el padre Pucci ha sido siempre buen párroco y buen religioso a la vez, es sin duda un santo de verdad».

Dedicado a los menesteres pastorales en la parroquia de san Andrés de Viareggio, se centraba en labores diversas: enseñanza del catecismo, ayuda a los pobres, acciones sociales, dirección de grupos de seglares, fundación de religiosas, del apostolado del mar, etc. Y de forma especial se ocupó de los niños pobres y enfermos. Daba singular relieve a las celebraciones de las primeras comuniones. Y repartía premios, como el de la «Befana» (o «hada-buena»), remedo de la tradición española de los Reyes Magos; él mismo se implicaba llevando gustoso los juguetes al domicilio de los pequeños.

Calibrando la importancia de ofrecer una formación integral a los jóvenes y en función también de la enseñanza del catecismo, instituyó la «Compañía de San Luís» y la Congregación de la Doctrina Cristiana. Sin saberlo, y sin haber tenido ocasión de encontrarse en vida, el padre Pucci realizaba con los jóvenes una labor paralela a la que san Juan Bosco efectuaba en esa época en Turín. Conocedor de la riqueza del buen humor para la vida espiritual, en el reglamento de la asociación dirigida a los jóvenes había escrito que «buscaran un buen amigo y huyeran de los tristes».

Su ejercicio pastoral fue bendecido con vocaciones de personas a las que dirigía. Impulsó, entre otras obras, las Siervas de María de Viareggio y «La Pía Unión de los hijos de San José». Instituyó la Cofradía de la Misericordia y la Conferencia de San Vicente, todo con objeto de ejercitar la caridad con los más necesitados, a los que les entregaba sin dudarlo su manteo y colchón cuando el frío glacial los dejaba ateridos. Los pobres y enfermos tenían en él siempre una mano amiga. Los buscaba por las calles para darles ayuda y consuelo; ello caló en el corazón de las gentes que lo denominaron «Padre de los pobres». Encomiable fue su labor con las Hermandades tratando de que hicieran comunidad fuera de los ámbitos de sus propias cofradías.

Como religioso, fue superior de la casa de Viareggio en 1859, y reelegido, excepcionalmente, de modo permanente. En 1883 su gobierno se extendió a toda la Toscana; estuvo presidido por la preocupación de ser amado más que temido, de ser caritativo, servidor de todos y no dominador. Este apóstol de la caridad, devotísimo de la Virgen de los Dolores, humilde, consolador de los afligidos, insigne confesor, gran reconciliador y dador de paz, que fue agraciado con dones extraordinarios diversos, una vez más se apiadó de un pobre que yacía en el suelo aterido de frío. Le dio su manto para que se cubriera, y ello le acarreó una grave pulmonía, a consecuencia de la cual murió el 12 de enero de 1892, a la edad de 73 años. Fue beatificado por Pío XII el 22 de junio de 1952, y canonizado por Juan XXIII el 9 de diciembre de 1962.