Los Bravos acudieron fieles a su cita, con el eco todavía sonoro de la festividad de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas. Son los premios anuales que entrega la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española, “con el fin de reconocer, por parte de la Iglesia, la labor meritoria de todos aquellos profesionales de la comunicación en los diversos medios, que se hayan distinguido por el servicio a la dignidad del hombre, los derechos humanos y los valores evangélicos”.

Este año, en el ambiente de Añastro, había celebración jubilar de la Misericordia.
La Mesa presidencial de la Sala de la Plenaria, repleta de monseñores, con el Cardenal Blázquez a la cabeza. Junto a él, el Nuncio, Monseñor Celli (premio especial a toda su trayectoria), los obispos de la Comisión en pleno, y entre el público, el obispo de Ávila, por la parte que le tocaba (premio a la cobertura diocesana del V Centenario de Santa Teresa -¡bravo Auxi Rueda!-) y el Arzobispo castrense.

El obispo de Guadix, Monseñor Beltrán, nos dejó el titular: “no somos los que mejor comunicamos, pero sí quienes comunicamos lo mejor”. Los premiados en cine le agradecieron, con acento argentino, al Padre Jorge, que les tocó el corazón; Auxi le agradeció a su obispo la confianza y miró hacia el cielo para acordarse de su madre y de Miguel, el cámara que sacó las imágenes más bellas del cumpleaños de la Santa; y el Padre Damián, con el corazón rojo de tela pinchado en la solapa, entonó, con el mismo quejío con que lo hacía su abuela, un Padre Nuestro a capella que puso los vellos y los smartphones de punta. Junto a todos ellos, Ayuda a la Iglesia Necesitada (gracias por eso granito de arroz tres delicias), Luis María Fernández, de RNE, los representantes de www.cineyfe.com, premio de Nuevas Tecnologías y los ausentes: Luis Ventoso y Bertín Osborne.

En los discursos, ideas con acentos “franciscanos” que hay que rumiar. Al Papa, sobre todo los comunicadores, tenemos que leerlo para propiciar, como él mismo dice, ese encuentro fecundo que se puede dar entre Comunicación y Misericordia. Aquí van tres ideas que están en el Mensaje del Papa para la Jornada de las Comunicaciones Sociales y que, de una u otra manera, sobrevolaron las palabras y las imágenes de los Bravo 2015:

– La comunicación, sus lugares y sus instrumentos han traído consigo un alargamiento de los horizontes para muchas personas. Esto es un don de Dios y es también una gran responsabilidad.

– La comunicación tiene el poder de crear puentes. También la nuestra, la palabra del cristiano, que ha de hacer crecer la comunión siempre, incluso cuando debamos condenar con firmeza el mal,para tratar de no romper la relación y la comunicación, tampoco en esas difíciles circunstancias.

– La política tiene que aplicarse el cuento. También sus lenguajes han de dejarse inspirar por la misericordia. Es fácil ceder a la tentación de aprovechar situaciones complejas para la alimentar la desconfianza, el miedo y el odio. Se necesita, sin embargo, valentía para orientar a las personas hacia procesos de reconciliación.

Con la última palabra nos quedamos, porque merecerá la pena gritar ¡bravo! cada vez que acertemos a poner nuestra comunicación al servicio de la reconciliación entre los hombres.