Tribunas

¿Qué ha pasado en Murcia?

José Francisco Serrano Oceja

Murcia no está tan lejos de las cabeceras mediáticas para que no nos enteremos de lo que ha pasado allí este fin semana. Bueno, durante la pasada semana. A no ser que los poderes fácticos hayan dictado el silencio mediático, o la “Damnatio memoriae”, o que por aquellos predios no estén intersados en las azoteas del extra-radio. Que todo puede ser.

En principio  la noticia es que se ha celebrado un Congreso Internacional sobre la Laudato sí, del Papa Francisco. Un Congreso en el que -atentos a los invitados- estuvieron presentes, entre otros: los cardenales Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz; Paul Josef Cordes; Antonio María Rouco Varela; Luís Martínez Sistach. También estuvieron Segundo Tejado, subsecretario del Pontificio Consejo Cor Unum; monseñor José Luis del Palacio, obispo de Callao (Perú); Manuel Ureña, arzobispo emérito de Zaragoza, en una de sus primeras intervenciones públicas después del affaire, otra “Damnatio memoriae”; y Francisco Gil Hellín, arzobispo emérito de Burgos; el sacerdote Silverio Nieto, de los asuntos jurídicos de la Conferencia Episcopal.

Más nombres: monseñor Timotei Lauran, arzobispo metropolitano de España y Portugal del Patriarcado Ortodoxo de Rumanía; Sasoon Zumrookhdian, vicario del Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Armenia para España y Portugal, monseñor Nicolás Matti, arzobispo para España del Patriarcado Siro-Ortodoxo de Antioquía; y Sahak Masalian, delegado patriarcal de la Iglesia Ortodoxa Armenia.

Y Kiko Arguello, que el domingo presidió un encuentro vocacional en el que doscientas familias se levantaron para ofrecerse como misioneras.

De las conferencias que se pronunciaron destacaría la del profesor de economía en las universidades de Bolonia y Johns Hopkins, y consultor del Vaticano, Stefano Zamagni. En referencia a la situación actual de Europa y de España, Zamagni señaló que “la crisis que hay en España, al igual que ocurre en toda Europa, se debe a la falta de liderazgo de los políticos”.

Después añadió que  en la situación política que se vive ahora, “el estadista es aquél que se preocupa por las próximas generaciones y, por el contrario, el político solo se preocupa de las siguientes elecciones”. Estamos inmersos en “una gran inestabilidad”, y España es un reflejo agudizado de todo lo que está ocurriendo en el viejo continente.

Ahí es nada. Alguien vendrá, que bien te dirá. 

 

José Francisco Serrano Oceja