Servicio diario - 10 de marzo de 2016


 

El ‘Vídeo del Papa’ pide rezar por las familias en dificultad
Redaccion | 10/03/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La familia es uno de los bienes más preciosos de la humanidad. Pero ¿Acaso no es el más vulnerable? Con esta pregunta se abre el vídeo mensaje del papa Francisco con su intención de oración para el mes de marzo.
Así, recuerda que “cuando la familia no es protegida y empiezan las dificultades, de tipo económico, de salud, de cualquier tipo, los chicos crecen en cierta atmósfera de tristeza”.
Finalmente comparte con nosotros “y con Jesús” su intención del mes: “Para que las familias en dificultad reciban los apoyos necesarios y los niños puedan crecer en ambientes sanos y serenos”.
Se trata del tercer vídeo de la iniciativa que comenzó en enero para difundir las intenciones de oración del Santo Padre, que cuenta con la participación del propio Francisco, al grabar mensualmente un vídeo en español. La campaña está a cargo de la Red Mundial de Oración del Papa (Apostolado de la Oración).
Ver el videomensaje





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El Papa cambia las normas administrativas en los procesos de canonización
Rocío Lancho García | 10/03/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano). – El papa Francisco ha aprobado las nuevas “Normas sobre la administración de los bienes de las Causas de beatificación y canonización” derogando así las precedentes aprobadas por san Juan Pablo II del 20 de agosto de 1983. Esta nueva normativa entra en vigor ad experimentum durante tres años.
Se volverá así aún más transparente, clara y funcional la gestión de los bienes, donaciones, gastos y honorarios, necesarios para llevar adelante los procesos durante los cuales la Iglesia debe determinar si un difunto puede o no recibir culto público. Además los promotores de las causas y los obispos diocesanos competentes estarán más implicados.
En el escrito en el que se publican las nuevas normas, se recuerda que las Causas de beatificación y canonización, que por su complejidad requieren mucho trabajo, conllevan gastos para la divulgación del conocimiento de la figura del siervo de Dios o beato, para la investigación diocesana, para la fase romana y, finalmente, para la celebración de la beatificación o canonización.
En lo que se refiere a la fase romana, la Sede Apostólica, dada la naturaleza peculiar de bien público de las Causas, sostiene los costes, al cual los promotores participan a través de una contribución, y vigila que los honorarios y los gastos sean contenidos y tales que no obstaculicen el proceso.
Por tanto, son muchos los gastos y el Pontífice quiere que sean gestionados de forma más clara y funcional. En esta línea se ha introducido una figura nueva que es la del administrador, que será nombrado por el promotor de la causa –con el consenso del obispo o del eparca– que se ocupa de todos los asuntos económicos hasta ahora confiados al postulador. Será una especie de vigilante que haga un seguimiento de los gastos y gestione el fondo de los bienes para los gastos de la Causa, para evitar especulaciones o movimientos ocultos de dinero en las causas.
La nueva normativa precisa que el promotor constituye este fondo de bienes para los gastos de la Causa, procedente de ofrendas tanto de personas físicas como de personas jurídicas, que es considerado, por motivo de su naturaleza particular, “fondo de Causa pía”. Y se indica que “la administración del fondo debe respetar escrupulosamente la intención de los oferentes, tener una contabilidad regularmente actualizada, redactar anualmente los balances para presentar al promotor para la aprobación correspondiente, enviar al postulador una copia de los balances”.
Cuando el promotor pretenda utilizar una sola parte de los bienes para fines diferentes a las Causa tendrá que obtener la autorización de la Congregación de las Causas de los Santos.
El promotor, una vez que recibe el balance, después de aprobarlo, tiene que enviar una copia a la autoridad competente para la vigilancia. De este modo, en caso de incumplimiento o de abusos de naturaleza administrativo-financiera por parte de los que participan en el desarrollo de la Causa, el dicasterio intervendrá disciplinariamente.
El llamado Fondo de Solidaridad, que es alimentado con las ofrendas libres de los promotores y de cualquier otra fuente, se constituye ante la Congregación de las Causas de los Santos. En los casos en los que haya una dificultad real para sostener los costes de una Causa en fase romana, el promotor puede pedir una contribución a la Congregación. Estos, antes de enviar cualquier solicitud, verifican la situación económica y financiera del fondo y la imposibilidad de alimentarlo encontrando más subsidios. La Congregación de las Causas de los Santos valorará caso por caso.
Una vez celebrada la beatificación o la canonización, la administración del fondo rinde cuentas de los bienes a la administración general para la correspondiente aprobación. Después de la canonización, la Congregación de las Causas de los Santos, en nombre de la Sede Apostólica, dispone la posible permanencia del fondo, teniendo en cuenta las peticiones de uso por parte del promotor. Cumplidos los requisitos, el fondo de la Causa y la postulación cesan de existir.





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‘A Dios no le interesa nuestro pasado’
Rocío Lancho García | 10/03/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano). – El perdón de Dios es “amor auténtico” que impulsa al hombre a convertirse en “lo mejor que puede llegar a convertirse”. Así lo indicó el padre Ermes Ronchi en su séptima meditación de este miércoles por la tarde, en los ejercicios espirituales en los que participan el papa Francisco y los miembros de la Curia Romana con motivo de la Cuaresma. La reflexión surge de la pregunta de Jesús a la adúltera perdonada: “Entonces Jesús se levantó y le dijo: Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?”
A quien le gusta acusar, con los defectos de los otros cree que salva la verdad lapidando a los que se han equivocado. Y así nacen las guerras. Se generan conflictos “entre naciones, pero también en las instituciones eclesiásticas, en los conventos, en las oficinas” donde reglas, constituciones, decretos, se convierten en piedras “para lapidar a alguien”.
El pasaje de la adúltera ha sido ignorado durante siglos por las comunidades cristianas porque “escandalizaba la misericordia de Dios”. El predicador recordó que el nombre de la mujer adúltera no es revelado. “Representa a todos”, es aplastada por los poderes de muerte que expresan la opresión de los hombres sobre las mujeres. Los fariseos de cada época ponen el pecado “al centro de la relación con Dios” pero “la Biblia no es un fetiche o un tótem”: exige “inteligencia y corazón”.
Los poderes que no dudan en utilizar la vida humana y la religión “ponen a Dios contra el hombre”. Esta es “la tragedia del fundamentalismo religioso”. Así, el padre Ronchi explicó que “el Señor no soporta a los hipócritas, los de las máscaras, del corazón doble, los comediantes de la fe y no soporta a los acusadores y jueces”. Por otro lado, aseguró que el genio del cristianismo es sin embargo el abrazo entre Dios y el hombre. “No se oponen nunca”, “materia y espíritu se abrazan”.
El predicador de los ejercicios precisó que la enfermedad que más teme y combate Jesús es “el corazón de piedra” de los hipócritas: “violar un cuerpo, culpable o inocente, con las piedra o con el poder, es la negación de Dios que vive en esa persona”. El juicio contra la adúltera se ha convertido en “un boomerang contra la hipocresía de los jueces”. “Nadie puede lanzar la piedra, la tiraría contra sí mismo”.
A propósito de la adúltera, aseveró que Jesús se levanta para estar cerca de ella, en la proximidad, y le habla. Nadie le había hablado antes. “Su historia, su tormento íntimo no interesaban”. Sin embargo Jesús acoge la intimidad de esta alma. “La fragilidad es maestra de humanidad”, subrayó.
Y añadió el predicador: “es el cuidado de los frágiles, es el cuidado de los últimos, de los portadores de discapacidades y la atención a las piedras descartadas que indica el grado de civilización de un pueblo, no a los hechos de los fuertes y los poderosos”. A Jesús no le interesa el remordimiento sino la sinceridad del corazón. Su perdón es “sin condiciones, sin cláusulas, sin contrapartes”. El predicador recordó que Jesús se pone a sí mismo en el lugar de todos los condenados, de todos los pecadores. Rompe la “cadena maléfica” unida a la idea de “un Dios que condena y se venga, justificando la violencia”.
El corazón del pasaje no es el pecado a condenar o perdonar. En el centro no está el mal sino “un Dios más grande que nuestro corazón” que no banaliza la culpa sino que hace salir de nuevo al hombre de donde se ha detenido. Abre senderos, lo pone de nuevo sobre el camino justo, hace dar un paso adelante, “abre el futuro”.
Jesús –dijo el predicador– hace una “revolución radical” alterando el orden del eje vertical con “un Dios juez y castigador por encima de todos”.
Un Dios –añadió– desnudo, en la cruz, que perdona, será el gesto conmovedor y necesario para desactivar el fusible de las bombas infinitas sobre las que está sentada la humanidad. “No el Dios omnipotente, sino el Abba omni-amante. Ya no el dedo que apunta, sino el que escribe sobre la piedra del corazón: yo te amo”.
El predicador, padre Ronchi, recordó las palabras de Jesús “ve y de ahora en adelante no peques más”. Son las palabras que bastan para cambiar una vida. Lo que está detrás ya no importa. Ahora lo que cuenta es el futuro. “El posible bien cuenta más que el mal de ayer”, aseguró. Dios perdona “no como un olvidadizo, sino como un liberador”. El perdón no es buenismo, “sino poner de nuevo en camino una vida”.
En la conclusión de la predicación, el padre observó que muchas personas viven “como en una cadena perpetua interior”, aplastados por los sentimientos de culpabilidad por los errores del pasado. Pero “Jesús abre las puertas de nuestra prisión, desmonta la horca sobre la que a menudo nos dejamos a nosotros mismos y a los otros”. Al Señor no le interesa el pasado, es el Dios del futuro. Las palabras de Jesús y sus gestos “rompen los esquemas buenos/malos, culpables/inocentes”. Al ojo que ve el pecado “se le pide ver el sol: la luz es más importante que la oscuridad, el grano vale más que la cizaña, el bien pesa más que el mal”.





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‘Jesús no busca el pecado de la persona’
Rocío Lancho García | 10/03/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano). – La Iglesia y los cristianos tenemos la compasión del buen samaritanos por las heridas del mundo, porque tomarse cuidado de la persona que sufre mejora las relaciones sociales y frena la cultura del descarte. En torno a esta idea desarrolló su octava meditación de los ejercicios espirituales del padre Ermes Ronchi al papa Francisco y a la Curia Romana.
De este modo, el predicador tomó como referencia las palabras de Jesús a la mujer en el sepulcro “Mujer ¿a quién buscas? ¿Por qué lloras?”, para describir el comportamiento de Dios hacia el dolor del hombre. Jesús es el resucitado, es el Dios de la vida, y se interesa por las lágrimas de la Magdalena.
“En la última hora del viernes, sobre la Cruz, se había ocupado del dolor y de la angustia de un ladrón, en la primera hora de la Pascua se ocupa del dolor y del amor de María”. Porque, subrayó el predicador, este es el estilo de “Jesús, el hombre de los encuentros”: “no busca nunca el pecado de una persona, sino que se para siempre en el sufrimiento y la necesidad”.
Entonces, el predicador lanzó una pregunta: ¿cómo hacer para ver, entender, tocar y dejarse tocar por las lágrimas de los otros? Así, aseguró que “aprendiendo la mirada y los gestos de Jesús, que son los del buen samaritano: ver, pararse, tocar. Tres verbos que no hay que olvidar nunca”.
El predicador señaló que en muchas escenas del Evangelio, Jesús ve el dolor humano y siente compasión. Este vocablo, en el texto griego se traduce con sentir “un calambre en el estómago”. La verdadera compasión –explicó– no es un pensamiento abstracto y noble sino algo físico. Lo que lleva al buen samaritano a no “pasar de largo”.
A propósito, el padre Ronchi observó que la verdadera diferencia no es entre cristianos, musulmanes o judíos, no es entre quien cree y quien no cree. “La verdadera diferencia es entre quien se para y quien no se para delante de las heridas, entre quien se para y quien sigue recto”.
El predicador recordó que cada vez que Jesús se conmueve toca. “Toca al intocable”, al leproso, el primero de los “descartados humanos”. Advirtió también que “la mirada sin corazón produce oscuridad y después desencadena una operación aún más devastante: corre el riesgo de transformar a los invisibles en culpables, de transformar las víctimas –refugiados, migrantes, pobres– en culpables y en causa de problemas”.
Asimismo afirmó en la predicación que “si seco una lágrima, yo sé que no cambio el mundo, no cambio las estructuras de iniquidad, pero he mostrado la idea de que el hambre no es invencible, que las lágrimas de los otros tienen derechos sobre cada uno y sobre mí, que yo no abandono a la deriva a quien lo necesita, que no te han tirado, que el compartir es la forma más propia del ser humano”.
Porque la misericordia –concluyó– es todo lo que es esencial a la vida del hombre. Y Dios perdona así: no con un documento, sino con las manos, tocando, con una caricia.





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El Santuario de Javier acoge la Exposición ‘Rostros de la Misericordia’ de Rupnik
Iván de Vargas | 10/03/16

(ZENIT – Madrid).- En el marco de la Javierada 2016 y con motivo del Jubileo de la Misericordia, el porche cubierto del centro de espiritualidad del Santuario de Javier, en Navarra, alberga la Exposición ‘Rostros de Misericordia’, ilustrada con mosaicos del artista Marko Iván Rupnik, SJ, y con textos del sacerdote Pablo Cervera.
Los visitantes pueden disfrutar desde el pasado fin de semana de esta muestra que les ayudará a entender el sentido del Año Santo Extraordinario a través de las obras de misericordia corporales y espirituales.
El acto oficial de inauguración ha tenido lugar este jueves por la mañana, coincidiendo con la Javierada Sacerdotal. Antes de la misa de las 12 horas, el arzobispo Francisco Pérez González ha bendecido la exposición.
La Javierada es una de las peregrinaciones más importantes que se celebran hoy en día en España, por cantidad de participantes y por hondura religiosa. Su principal objetivo consiste en honrar y venerar al patrón de Navarra, san Francisco Javier.
El origen de esta peregrinación se remonta al siglo XIX. En 1885, una epidemia de cólera asoló la región y la Diputación Foral invocó la intercesión del jesuita para que librara al pueblo navarro de aquella terrible enfermedad, ofreciendo a cambio la promesa de que todos caminarían en procesión si se cumplían sus ruegos.
El santo atendió la súplica, y fue así como nació esta tradición que hoy se conoce con el nombre de Javierada. Tras la larga y cansada caminata todos los peregrinos se reúnen en la explanada del Castillo de Javier para celebrar una misa presidida por el arzobispo de Pamplona.
Un artista al servicio de la evangelización
Marko Iván Rupnik es un sacerdote esloveno, gran difusor de la espiritualidad del cristianismo oriental y consultor del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización y del Pontificio Consejo para la Cultura. Desde 1995, este religioso jesuita dirige el Taller de Arte Espiritual del Centro Aletti de Roma. Sus obras están presentes en templos de todo el mundo como la capilla Redemptoris Mater del Vaticano, la iglesia de San Giovanni Rotondo, los santuarios de Fátima y Lourdes o la catedral de la Almudena en Madrid. Además, Rupnik es el creador del logotipo del Jubileo de la Misericordia.





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Asesinan a Antônio Moser, teólogo brasileño invitado por el Papa al Sínodo
Thácio Siqueira | 10/03/16

(ZENIT – Río de Janeiro). – El hermano Antônio Moser, franciscano brasileño de la provincia de la Inmaculada Concepción, ha sido asesinado la mañana del miércoles 9 de marzo, después de haber sido asaltado en Petrópolis, estado de Río de Janeiro. Reconocido y valorado en Brasil como teólogo y evangelizador, el Papa le invitó al Sínodo de los Obispos sobre la familia, del 4 al 25 de octubre en Roma, en calidad de colaborador del Secretario especial.
El crimen tuvo lugar a las 6.10 de la mañana. Herido gravemente en el hombro, el religioso, de 75 años, consiguió volver a subir al coche. Los atacantes, sin embargo, lograron escapar. En el lugar de los hecho intervinieron las fuerzas del orden que llamaron a la ambulancia. Cuando llegó, el religioso ya había fallecido.
El ministro provincial de los franciscano de Brasil, fray Fidêncio Vanboemmel –en una nota publicada en la página web de la orden– ha expresado su pésame por la muerte del hermano y pedido oración a todos. “La dura realidad que aparece con frecuencia en nuestros telediarios llama ahora a nuestra puerta. Con impacto y tristeza recibimos la noticia de la partida imprevista de un hermano, víctima de una violencia que lamentablemente se ha hecho cada vez más común”, se lamenta. Y añade que “hoy, por desgracia, damos a Dios la vida de este hermano, asesinado en la misma Baixada que ha amado tanto”.
El vicario provincial, Evaristo Spengler, fue la última persona que vio a Moser, el día antes de morir. “Se trata de una gran pérdida para la Provincia y para la Iglesia. Ha sido un punto de referencia en la enseñanza de la Teología Moral en Brasil. Prueba de este ha sido su nombramiento en el Sínodo de la familia”, explica el religioso.
El hermano Antônio era muy activo y desempeñaba varios encargos: director presidente de Vozes, profesor de Teología Moral en el Instituto Franciscano de Petropolis, párroco de la iglesia de Santa Clara, miembro de la Comisión de bioética de la Conferencia Episcopal brasileña, coordinador del Comité de búsqueda y Ética de la UCP, coordinador del proyecto social Tierra Santa, docente, escritor, conferenciante. El pasado mes de diciembre celebró en su ciudad natal, Gaspar, los 50 años de sacerdocio.





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Cáritas Española pide al Gobierno “no mirar para otro lado” ante el drama de la prostitución
Redaccion | 10/03/16

(ZENIT – Madrid).- Cáritas Española ha apelado este jueves “a los gobernantes y a las autoridades públicas a que no hagan oídos sordos ni miren para otro lado ante la vergüenza de esta moderna esclavitud que es la prostitución y que está a la vista de todos”, una lacra que reclama a todos que “abramos los ojos a su realidad y escuchemos su clamor”. Esta ha sido una de las demandas expresadas esta mañana en la sede de la organización eclesial en Madrid durante la presentación del documento “La prostitución desde la experiencia y la mirada de Cáritas”.
En este informe, se analiza la realidad de “este grave fenómeno social a partir de las experiencias de vida de las mujeres acompañadas por los distintos proyectos de Cáritas en todo el Estado, y que están en la calle, en los clubs, en los centros de día y las casas de acogida, inmersas en la realidad, recogiendo sus propias palabras y testimonios”, según han explicado sus promotores en un comunicado.
El documento ha sido presentado por Paco Cristóbal, director del Área de Desarrollo Social de Cáritas; Hilde Daems, responsable del Programa de Mujer, Prostitución y Trata de Cáritas; Mª Luz Vicent, del proyecto “Jerejere”, de Cáritas Valencia; y Lourdes Pazo, del proyecto “Vagalume”, de Cáritas Santiago de Compostela.
A lo largo de casi ochenta páginas, el informe analiza cuál es la realidad actual de la prostitución –un ámbito de la exclusión social en la que Cáritas viene trabajando desde principios de los 80–, cuáles son los criterios de intervención en este terreno a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia y cuál es la propia visión de Cáritas sobre este fenómeno.
La publicación se cierra con un amplio capítulo de propuestas que permitan transformar la realidad social que sustenta la persistencia de este problema. A partir del análisis de los datos de atención de los últimos años (2011-2014), el informe extrae una imagen global de la realidad de la prostitución atendida desde Cáritas en ese período.
En primer lugar, “se puede afirmar con claridad que es una realidad que se viste de mujer: más del 90% de las personas acompañadas por todos los proyectos que se dirigen a este ámbito son mujeres”.
Otro dato muy significativo es que “la gran mayoría de mujeres acompañadas (más del 80%) son de origen extranjero. Aunque en los años de la crisis económica se ha apreciado un cierto aumento de las mujeres españolas que ejercen la prostitución, la desproporción es importante, si se tiene en cuenta que la población extranjera representa un 12% de la población residente en España”.
En cuanto a la nacionalidad de las mujeres, “Nigeria, Rumanía y Brasil están entre los países de origen más frecuentes, aunque tienen también bastante representación República Dominicana y Colombia”. Nigeria, Rumanía y Brasil siempre figuran también entre los principales países de origen de las mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual, tanto en España como en el resto de Europa”. En cuanto a la edad y nivel formativo, “una buena parte de las mujeres acompañadas por Cáritas no supera los 35 años y cuentan con un nivel educativo bajo; en su mayoría, no llegan a tener estudios secundarios”. Asimismo, “muchas de las mujeres acompañadas tienen menores a su cargo, bien en España, bien en su país de origen”.
De manera genérica, el perfil de la persona que ejerce prostitución y que se está acompañando en los proyectos de Cáritas es el de “una mujer joven, extranjera, con un bajo nivel educativo y, en muchos casos, con algún menor a cargo. Son mujeres que, además, dejan atrás en sus países de origen situaciones de pobreza, exclusión, discriminación e, incluso, violencia”.
Es importante constatar que los perfiles han variado mucho y siguen modificándose: cambian los países de origen, así como las formas que adquieren los procesos migratorios y el ejercicio concreto de la prostitución.
Además, en la difícil coyuntura social actual se constata que “algunas de las mujeres solo encuentran como posibilidad de subsistencia para ellas y para sus hijos el mantenerse en el ejercicio de la prostitución. Esta situación explica que algunas de ellas hayan vuelto a esta actividad, incluso después de unos años de haber tenido trabajo, tras haber agotado todas las prestaciones”.
Lo que señala la experiencia de Cáritas es que “el regreso al mundo de la prostitución acontece cuando se atraviesan momentos de dificultad económica en el núcleo familiar; aunque ésta suele ser la última de las opciones, se encuentra presente”. Muchas veces se retoma esta actividad a espaldas del núcleo familiar, ocultando la realidad a la pareja y a los hijos bajo variados pretextos.
El problema de la trata de personas
Aunque el tema central es la prostitución, el documento aborda también la trata de personas con fines de explotación sexual, “un delito del que son víctimas una parte de las mujeres y niñas que ejercen la prostitución en España”. La existencia de esta realidad está marcando, desde hace unos años, la intervención de los proyectos de Cáritas que trabajan en contexto de prostitución.
Dicha intervención, en los casos de trata de personas, necesita de herramientas y aprendizajes distintos, ya que, dada la diferencia entre trata y prostitución, “las mujeres objeto de trata son consideradas como víctimas de un delito y, por tanto, son titulares de una serie de derechos según la legislación nacional e internacional vigente”.
El trabajo con personas que son víctimas de trata es especialmente complejo por varias razones. La más importante de ellas tiene que ver con “la falta de conciencia de las mujeres de su condición de víctimas y de sus derechos como tales”. “El trauma que representa la experiencia vivida, las consecuencias psicológicas del estado de esclavitud, el autodesprecio y la vergüenza como marcas indelebles, el miedo por sí misma y por sus familiares, la desintegración de su identidad y de su capacidad de elegir sobre el curso de su vida, son todos factores que muchas veces impiden la comprensión del problema”.
En el encuentro informativo se han presentado dos experiencias significativas de Cáritas en el terreno de la prostitución, un ámbito en el que la institución trabaja desde comienzos de los años 80. Mª Luz Vicent y Lourdes Pazo han aportado distintas facetas del acompañamiento que se realiza a través de los proyectos que coordinan cada una de ellas: «Jerejere», de Cáritas Diocesana de Valencia, y «Vagalume», de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela.
El objetivo general de las acciones desarrolladas tanto a través de estos dos proyectos como del resto de centros y recursos repartidos por todo el país (Las Palmas, Orense, Burgos, Ponferrada, Huelva, Granada, Lugo y Zaragoza) es siempre “la mejora de las condiciones de vida de las mujeres en contexto de prostitución y de las víctimas de trata”, han apuntado. Para ello, Cáritas impulsa un modelo de acompañamiento individualizado a cada una de las mujeres participantes, “apoyándolas en sus procesos personales hacia una opción de vida libre y autónoma, y en el respeto de su voluntad y de sus derechos”.
El documento “La prostitución desde la experiencia y la mirada de Cáritas” dedica un amplio capítulo final a recoger una serie de propuestas orientadas a transformar esta realidad donde la prostitución implica la exclusión social, la pobreza, la violación de derechos humanos, la violencia, la desigualdad y la invisibilidad. Una realidad que, como se indica textualmente “no encaja con nuestros valores fundamentales, nuestros principios y nuestras creencias, basados todos ellos en las enseñanzas de Jesús y en la verdad del amor de Dios que se plasma en el encuentro entre personas”.
Para Cáritas, “una sociedad madura y consciente, compuesta por hombres y mujeres en situación de igualdad de oportunidades, y con el respeto a la dignidad humana por encima de cualquier otra cosa, es una sociedad donde no hay necesidad ni de ejercer la prostitución ni de consumirla”. En la situación actual, y para seguir caminando, el documento plantea una serie de propuestas en los ámbitos de los derechos, la educación en valores, la sensibilización y denuncia, el acompañamiento, y la explotación y trata de personas.
El texto concluye con unas palabras que el papa Francisco dirige a todos los cristianos este año con motivo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, confiando que allí donde esté Cáritas, las personas en situación de prostitución encuentren siempre “un oasis de misericordia”.





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Chile: Un ciclo de cine para reflexionar sobre la misericordia
Redaccion | 10/03/16

La Universidad Pontificia Católica de Chile en el contexto del Año Jubilar y de Semana Santa presenta una variada selección de 21 películas, de diversos países y culturas, así como también religiones.
Todas ellas tienen como tema común la misericordia en distintas facetas ya que mostrarán esta dimensión humana y divina tanto en situaciones cotidianas de la vida, como en aquellas experiencias límite, donde se puede revelar lo peor, pero también lo mejor y más noble del hombre.
El evento organizado del 16 al 24 de marzo por la Pastoral y Cine de la UC, toma el nombre “Relatos de Misericordia” que busca reflexionar sobre este concepto en la vida cotidiana.
El cine invita a través de sus imágenes y diálogo a romper la barrera de la indiferencia que a menudo reina para ocultar la hipocresía y el egoísmo y ayuda a preparar la Semana Santa 2016 y acercar el rostro de la misericordia de Dios a través del arte.
El ciclo contempla producciones de Canadá, Francia, Irán, Vietnam, Chile y Argentina, entre otros, y varias de ellas no han sido presentadas anteriormente en Chile. De modo especial y en torno a las películas: El Chacal de Nahueltoro (Chile/1969), El color del paraíso (Irán/1999) y Caminar sobre las aguas (Israel/2004), se realizarán distintos cinefórum en los que se tendrá la posibilidad de dialogar con expertos, directores y representantes de distintas religiones asociadas a cada cultura.
Leer la programación completa





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La Fundación Crónica Blanca otorga el VIII Premio Juan Pablo II de Comunicación
Redaccion | 10/03/16

(ZENIT – Madrid).- La Fundación Crónica Blanca de Jóvenes Comunicadores ha concedido el VIII Premio Juan Pablo II de Comunicación a la periodista Raquel Martín, responsable de comunicación en España de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro Sierra, entregará el galardón a Raquel Martín el próximo miércoles –a las 19,30 horas– en la sede de Crónica Blanca. En el acto, también participarán el presidente de la citada fundación y delegado de Catequesis del arzobispado de Madrid, el sacerdote y periodista Manuel María Bru, y la redactora del semanario Alfa y Omega y miembro del patronato de Crónica Blanca, Cristina Sánchez.
El Premio Juan Pablo II de Comunicación “reconoce en los profesionales de la comunicación que lo reciben los valores del comunicador social promovidos por San Juan Pablo II en su rico magisterio, valores en torno a una vocación y una misión basada en el servicio, tal y como les indicó a los periodistas en su primera visita a España”, según han explicado sus promotores en un comunicado.
En las ediciones anteriores este reconocimiento ha sido otorgado a los siguientes periodistas: Javier Nieves, en 2008; Juan Pablo Colmenarejo, en 2009; Mariló Montero, en 2010; Ángel Gómez Fuentes, en 2011; Ricardo Benjumea, en 2012; Fran Otero, en 2013, y Esteban Pittaro, en 2014.





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Bodas de plata episcopales
Felipe Arizmendi Esquivel | 10/03/16

VER
El 7 de febrero de 1991, por medio del Papa San Juan Pablo II, recibí el llamado para servir como obispo en la diócesis de Tapachula, Chiapas. La ordenación episcopal fue el 7 de marzo siguiente. Acabo de cumplir, por gracia de Dios, veinticinco años en este ministerio. Decidí no hacer una gran celebración, sino sólo una Misa en una comunidad indígena tseltal, en un ambiente eclesial sencillo. Disfruté mucho este momento, con el cariño generoso de quienes participaron.
Cuando, el 31 de enero de 1991, el entonces Delegado Apostólico Jerónimo Prigione me llamó para decirme que se me pedía ir como obispo a aquella diócesis, fui ante el Sagrario para meditar; regresé diciendo que no tenía razones graves para negarme y aceptaba la encomienda. Estuve en Tapachula 9 años, que recuerdo con gratitud.
El 12 de enero del año 2000, el entonces Nuncio Apostólico Justo Mullor me entregó una carta del entonces prefecto de la Congregación para Obispos, en que se me preguntaba si estaba dispuesto a dejar Tapachula y venir a San Cristóbal, como sucesor de Mons. Samuel Ruiz García. Fui nuevamente al Sagrario y expresé que yo no querría aceptar este servicio, y daba mis razones. Proponía a otros tres obispos mexicanos para el caso. Sin embargo, con toda decisión manifestaba mi disponibilidad para aceptar, viendo esto como voluntad de Dios por medio de mis legítimos superiores.
El 12 de marzo del mismo año, estando como Secretario General del CELAM en Bogotá para coordinar importantes reuniones, recibí el llamado del mismo prefecto de la Congregación para los Obispos, pidiéndome ir de inmediato a Roma. Me presenté allá el 18 de marzo, y repetí lo mismo que había dicho por carta. Me pasaron con el Secretario de Estado y luego con el mismo Papa, quien también me preguntó sobre mi disponibilidad para este cambio. Mi respuesta fue la misma. En ese momento, el Papa no me ordenó aceptar, sino que sólo me escuchó con atención. El 25 de marzo, Jubileo de la Encarnación, estando él en Jerusalén y en Nazaret, me volvió a preguntar lo mismo, por medio de la Nunciatura Apostólica, y ratifiqué mi respuesta. Los signos de que ésta era la voluntad de Dios eran muy claros para mí: Desde Jerusalén: Padre, si es posible, aparta de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y desde Nazaret: Yo soy la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. El 1 de mayo de 2000 asumí la responsabilidad de obispo en San Cristóbal de Las Casas, con gusto, por ser la voluntad de Dios.
El 1 de mayo de 2015, presenté mi renuncia ante el Santo Padre Francisco, por límite de edad. No he recibido respuesta. Le recordé personalmente al Papa, ahora que estuvo con nosotros en esta ciudad, que el 1 de mayo próximo cumpliré 76 años. Estoy disponible para continuar en este servicio por el tiempo que se me indique, pero también para regresar a mi diócesis de origen, Toluca, para dedicarme a confesar y dar orientación espiritual a quien lo solicite.
PENSAR
El Papa Francisco me ha enviado una hermosa carta, de la cual comparto algunos párrafos: “Tomando en cuenta tus méritos y tu gran labor, San Juan Pablo II, el día 7 del mes de febrero de 1991, te nombró Obispo de la diócesis de Tapachula, que presidiste con responsabilidad por nueve años. En el Año del Gran Jubileo, 2000, el mismo Sumo Pontífice confió a tu comprobada competencia la diócesis de San Cristóbal de las Casas, que hasta la fecha sabiamente has presidido. Ejerciendo el ministerio episcopal, no te has dado descanso, visitando diligentemente las parroquias, interpretando rectamente la doctrina de la Iglesia y llevando esperanza cristiana a los hombres de buena voluntad. Por otra parte, queremos recordar el ejemplo diario de tu vida, tu entrega misionera, tu sólida piedad, así como tu fidelidad al Magisterio de la Iglesia y el amor que demuestras al Sucesor de Pedro. En la Conferencia de Obispos de México y en el Consejo Episcopal Latinoamericano has realizado un gran trabajo, analizando, con tus hermanos obispos, las cuestiones de nuestro tiempo y proponiendo iniciativas pastorales.
Nos congratulamos contigo por todo ello y, en ocasión de tu jubileo, de corazón resaltamos tus óptimos servicios, acompañándote con nuestra oración. Como signo de nuestro aprecio por ti y de una prueba de los bienes celestiales, te enviamos nuestra Bendición Apostólica, extensiva para todos los sacerdotes y fieles de tu amada grey, mientras pedimos a todos ustedes sus oraciones, para que podamos diligente y sabiamente realizar el delicado ministerio petrino”.
ACTUAR
Pido perdón por mis deficiencias. Doy gracias al Señor y a la comunidad eclesial por todas sus bondades. Suplico una oración para que sea fiel al ministerio que se me ha confiado.





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Irak: El patriarca caldeo contrario a la formación de milicias cristianas
Redaccion | 10/03/16

(ZENIT -Roma).- El patriarca caldeo Louis Raphael I ha tomado distancia de forma clara y definitiva de los grupos que en las comunidades cristianas sirias, asirias y caldeas apoyan la necesidad de luchar contra las fuerzas yihadistas a través de la formación de grupos armados organizados sobre una base confesional.
“Pensar que nuestra victoria pueda depender de la creación de facciones armadas aisladas para luchar en defensa de nuestros derechos podría dar lugar a otro ‘holocausto’”, como ya ha sucedido en el pasado, cuando las milicias cristianas “han luchado las guerras de otros” dijo.
Mientras que el camino a seguir es el de “aprender las lecciones de la historia”, y posiblemente apoyar a las fuerzas armadas regulares, añadió el patriarca elegido por el sínodo de la Iglesia católica reunido en Roma en el 2013.
Lo indicó esta semana la agencia de noticias Fides, indicando que el mensaje a todos los caldeos, difundido a través de los canales oficiales del Patriarcado, que esas milicias sectarias en realidad están “patrocinadas y apoyadas por los mismos poderes que desencadenaron el conflicto”.
En cambio asegura que la única solución eficaz y legítima es alistarse en las fuerzas armadas regulares, como el ejército iraquí o el que pertenece a la región autónoma del Kurdistán iraquí, para “trabajar con ellos en la liberación de las tierras ocupadas”.
Nosotros –continua el Primado de la Iglesia caldea– “tenemos que darnos cuenta de que nuestro destino está ligado al de todos los iraquíes, y esta es la única manera de asegurar nuestro futuro juntos, donde los chiíes están llamados a ofrecer su propia vida junto con los kurdos, sunitas, cristianos y turcomanos”.
En el mismo discurso, el Patriarca caldeo define el extremismo islámico que está sacudiendo los escenarios de Oriente Medio como un fenómeno “anómalo y políticamente controlado a distancia” y repite con fuerza su certeza de que “nada va a expulsar al cristianismo de Oriente Medio, a pesar de las dificultades, mientras haya cristianos decididos a permanecer en su tierra natal, orgullosos de su identidad y misión en esta parte del mundo”.





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“San José, Día del Seminario”
Demetrio Fernández | 10/03/16

(ZENIT – Madrid).- Publicamos a continuación la carta semanal del obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, con motivo del Día del Seminario:
En torno a la fiesta de San José (19 de marzo) celebramos año tras año el Día del Seminario. San José es el fiel custodio, al que Dios encargó la acogida del misterio de la Encarnación, cuando su esposa María había concebido virginalmente un Hijo, por obra del Espíritu Santo sin concurso de varón. He aquí la grandeza de este hombre. Desde la fe, acepta la vocación de Dios y la misión encomendada de custodiar el misterio que en su esposa se ha realizado. Y a ello se entrega plenamente. Sin su colaboración, el misterio de la Encarnación hubiera sido inviable, pues una mujer soltera embarazada podía ser lapidada, condenada a muerte por su delito. José protegió a María y al hijo de sus entrañas, Jesús. José hace las veces de padre y actúa como un verdadero padre con Jesús.
Este santo bien se merece una fiesta en su honor, para contemplar su virtudes, acudir a su protección y valiosa intercesión, para imitar sus virtudes, que no son pocas. Él ha vivido todo para Jesús, completa y exclusivamente para él y para su esposa María. Lo ha vivido en la humildad de quién sirve sin darse importancia, el centro de su vida era Otro. Y ha cumplido perfectamente la misión encomendada. Por eso, la Iglesia lo considera Patriarca de la Iglesia universal, modelo de los padres de familia, patrono de la buena muerte, que él vivió acompañado por Jesús y María y protector de las vocaciones al sacerdocio ministerial. En sus manos se formó el Sumo Sacerdote de la nueva Alianza, Jesús. Y en sus manos pone la Iglesia a quienes, habiendo recibido una vocación y misión parecida a la de San José, prolongan en la historia la presencia viva de Cristo Redentor en favor de todos los hombres, los sacerdotes ministros.
Nos encontramos en el Año de la misericordia, en el que Dios abre de par en par su corazón para todos, de manera que todos encuentren su lugar en ese corazón misericordioso. En su Hijo Jesucristo, ese corazón de Dios tan inmensamente lleno de amor, se ha hecho carne, es un corazón humano traspasado por nuestros pecados, pero convertido así en fuente inagotable de perdón y misericordia. Nuestros pecados y delitos han quedado lavados en su sangre, la que brota de sus llagas y de su corazón. Acerquémonos todos al Corazón de Cristo para alcanzar todos abundante misericordia.
Ese río de misericordia llega a todos los hombres a través del sacramento del perdón, donde confesando humildemente nuestros pecados, alcanzamos la misericordia de Dios. Y de este perdón Jesucristo ha constituido ministros a sus sacerdotes. El sacerdote es, por tanto, ministro del perdón de Dios y de la reconciliación entre los hombres, además de ser ministro de la Eucaristía, donde Cristo actualiza su sacrifico pascual, su muerte redentora y su resurrección gloriosa.
La Iglesia necesita sacerdotes, necesita sacerdotes santos y por eso ha de prepararlos bien. El descenso de natalidad, y más aún el descenso de fe en nuestros ambientes, hace notar también un descenso en el número de jóvenes que acuden al Seminario para prepararse al sacerdocio. En nuestra diócesis de Córdoba Dios sigue llamando a un buen número de ellos, y por eso le damos gracias, estamos contentos.
El Día del Seminario es ocasión para esta acción de gracias. Es ocasión para dar a conocer nuestro Seminario, que funciona en tres sedes distintas: Seminario Mayor San Pelagio, Seminario Menor San Pelagio y Seminario Redemptoris Mater San Juan de Ávila. 75 seminaristas en total. La cosecha de este año pinta bien: 6 nuevos presbiterios para el servicio de la diócesis y la Iglesia universal, sacerdotes del Señor. El Día del Seminario es ocasión también para pedir al Dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies. En muchas parroquias y comunidades se ora constantemente por las vocaciones de sacerdotes, por los que han sido llamados para que perseveren y sean fieles, y por los que serán llamados para que responda con prontitud y generosidad.
También es ocasión para agradecer a todos los que os interesáis por el Seminario vuestra oración, vuestra limosna, vuestra buena acogida cuando surge una vocación. Particularmente, a los sacerdotes. Cuando surge una vocación sacerdotal, normalmente ha tenido como espejo a un sacerdote concreto, ha tenido como apoyo a uno o varios sacerdotes. Queridos sacerdotes, he aquí una de nuestras principales tareas: la promoción de las vocaciones sacerdotales en nuestra diócesis, dando nosotros testimonio de la alegría de nuestra vocación, que nos hace felices. Y, además de los sacerdotes, las familias. Una familia cristiana es semillero de todas las vocaciones cristianas, también esta.
Pidamos a San José que continúe trayendo vocaciones a nuestros Seminarios, que cuide de ellos, que asista a todos los que trabajan en su formación y a todos los haga disponibles para cumplir generosa y fielmente la misión encomendada, como lo hizo él.
Recibid mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba





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San Eulogio de Córdoba – 11 de marzo
Isabel Orellana Vilches | 10/03/16

Es uno de los grandes hombres que han enriquecido la historia de la Iglesia. Era brillante y audaz; un valeroso defensor de Cristo hasta el final. Vivió en Córdoba, España, en el siglo IX. Su familia permaneció fiel a la fe católica a pesar del dominio musulmán que penalizaba con severos impuestos la asistencia al templo, y daba muerte a quien hablase de Cristo fuera de él. Con estas presiones y el miedo al martirio muchos católicos abandonaban la ciudad. Eulogio renovó el fervor de sus conciudadanos dentro de la capital y en sus aledaños. Siendo niño, su abuelo le enseñó a recitar una pequeña oración cada vez que el reloj señalaba las horas, y así lo hacía; «Dios mío, ven en mi auxilio, Señor, ven aprisa a socorrerme», era una de ellas. Se formó en el colegio anexo a la iglesia de San Zoilo.
Mucho influyó en su educación el abad y escritor Speraindeo. Después recibió una esmerada formación en filosofía y en otras ciencias. Su biógrafo, amigo y compañero de estudios, Álvaro de Córdoba (Paulo Álvaro), reflejó su juventud diciendo que: «Era muy piadoso y muy mortificado. Sobresalía en todas las ciencias, pero especialmente en el conocimiento de la Sagrada Escritura. Su rostro se conservaba siempre amable y alegre. Era tan humilde que casi nunca discutía y siempre se mostraba muy respetuoso con las opiniones de los otros, y lo que no fuera contra la ley de Dios o la moral, no lo contradecía jamás. Su trato era tan agradable que se ganaba la simpatía de todos los que charlaban con él. Su descanso preferido era ir a visitar templos, casas de religiosos y hospitales. Los monjes le tenían tan grande estima que lo llamaban como consultor cuando tenían que redactar los reglamentos de sus conventos. Esto le dio ocasión de visitar y conocer muy bien un gran número de casas religiosas en España». Álvaro añade que: «tenía gracia para sacar a los hombres de su miseria y sublimarlos al reino de la luz».
Siendo sacerdote, era un predicador excelente. Su anhelo fue agradar a Dios y se ejercitaba en el amor viviendo una rigurosa vida ascética. Confidenció a sus íntimos: «Tengo miedo a mis malas obras. Mis pecados me atormentan. Veo su monstruosidad. Medito frecuentemente en el juicio que me espera, y me siento merecedor de fuertes castigos. Apenas me atrevo a mirar el cielo, abrumado por el peso de mi conciencia». Este sentimiento de indignidad que acompaña a los santos, le instaba a emprender un camino de peregrinación para expiación de sus culpas. Roma era su objetivo, pero su idea de llegar a pie era casi un imposible. De modo que pospuso este proyecto.
Hombre de vasta cultura, inquieto como las personas inteligentes que no pasan por la vida ajenas a las raíces de la historia, después de ver frustrados sus intentos de penetrar en el país galo que estaba sumido en guerras, y donde se trasladaba con la idea de averiguar el paradero de dos de sus hermanos, vivió durante un tiempo en Navarra, en Aragón y en Toledo. En Leire tuvo ocasión de conocer la Vida de Mahoma así como clásicos de la literatura griega y latina, y otras obras relevantes entre las que se incluía La ciudad de Dios de san Agustín. Y después de contribuir a acrecentar el patrimonio espiritual de los monasterios sembrados por el Pirinieo, cuando ya había hecho acopio de una importante formación intelectual, regresó a Córdoba llevando con él un importante legado bibliográfico que nutriría los centros académicos de la capital. Poco a poco fue naciendo una especie de círculo en torno a él integrado por sacerdotes y religiosos.
Pero en el año 850 los cristianos cordobeses quedaron estremecidos ante la cruenta persecución que se desató contra ellos. Muchos regaron con su sangre el amor que profesaban a Cristo, negándose a abjurar de su fe y a colocar en el centro de sus vidas a Mahoma. Eulogio fue apresado; junto a él se hallaba el prelado Saulo. El artífice de su detención fue otro obispo, Recaredo, que junto a un grupo de clérigos se puso de parte de los musulmanes. En la cárcel Eulogio redactó su obra «Memorial de los mártires». A finales del año 851 fue liberado. Con Muhammad I, sucesor de Abderramán, la situación de los cristianos se hizo aún más insostenible. Y el santo no estaba seguro en ningún lugar. De modo que durante un tiempo fue de un lado a otro para proteger su vida.
El año 858 fue elegido arzobispo de Toledo, pero su glorioso martirio estaba próximo. La joven Lucrecia, hija de mahometanos, anhelaba ser católica. Como la obligaban a ser musulmana, ayudada por Eulogio huyó de su casa y se refugió en la de unos católicos. Apresados ambos el año 859, fueron condenados a muerte. La notoriedad pública de Eulogio era altísima. Los ojos de los fieles estaban clavados en él. De modo que si los captores lograban que abjurase de la fe, el éxito estaba más que asegurado; muchos seguirían sus pasos. No lograron sus propósitos, a pesar de que astutamente le propusieron simular su retractación. Solo tenía que hacer creer a todos que abandonaba su fe, pero después podía actuar a conveniencia. Naturalmente, el santo respondió con el evangelio en la mano, renovando los pilares esenciales de su vida ante el emir que presidía el tribunal.
Uno de los fiscales que juzgaba su caso y el de Lucrecia montó en cólera: «Que el pueblo ignorante se deje matar por proclamar su fe, lo comprendemos. Pero tú, el más sabio y apreciado de todos los cristianos de la ciudad, no debes ir así a la muerte. Te aconsejo que te retractes de tu religión, y así salvarás tu vida». La pena capital era por decapitación. Pero Eulogio no se inmutó. Respondió: «Ah, si supieses los inmensos premios que nos esperan a los que proclamamos nuestra fe en Cristo, no solo no me dirías que debo dejar mi religión, sino que tu dejarías a Mahoma y empezarías a creer en Jesús. Yo proclamo aquí solemnemente que hasta el último momento quiero ser amador y adorador de Nuestro Señor Jesucristo», palabras que coronó derramando su sangre junto a la de Lucrecia el 11 de marzo del año 859.