Servicio diario - 17 de marzo de 2016


 

El Papa en Sta. Marta: ‘La esperanza no decepciona nunca’
Redaccion | 17/03/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha asegurado que la esperanza cristiana es la virtud humilde y fuerte que nos sostiene y evita que nos ahoguemos en las muchas dificultades de la vida. Lo ha hecho durante la homilía de la misa celebrada en Santa Marta en la mañana del jueves. Del mismo modo, ha precisado que la esperanza en el Señor no decepciona nunca y es fuente de alegría y da paz a nuestro corazón.
Jesús habla con los doctores de la ley y afirma que Abrahán “exultó en la esperanza” de ver su día. El Papa ha tomado como referencia el pasaje del Evangelio del día para subrayar cuánto es fundamental la esperanza en la vida del cristiano. Por eso, ha indicado que Abrahán “tuvo sus tentaciones en el camino de la esperanza”, pero creyó y obedeció al Señor y así se puso en camino hacia la tierra prometida. Por tanto, ha precisado, hay como un “hilo de esperanza” que une “toda la historia de la salvación” y es “fuente de alegría”.
El Pontífice lo ha explicado así: “hoy la Iglesia nos habla de la alegría de la esperanza. En la primera oración de la misa hemos pedido a Dios la gracia de custodiar la esperanza de la Iglesia, para que no ‘falle’. Y Pablo, hablando de nuestro padre Abrahán, nos dice: ‘creed contra toda esperanza’. Cuando no hay esperanza humana, está esa virtud que nos lleva adelante, humilde, sencilla, pero da alegría, a veces una gran alegría, a veces solamente la paz, pero la seguridad de que esa esperanza no decepciona. La esperanza no decepciona”.
El Pontífice ha proseguido asegurando que esta “alegría de Abrahán”, esta esperanza “crece en la historia”. A veces –ha aseverado– se esconde, no se ve; a veces se manifiesta abiertamente.
En esta línea, el Santo Padre ha citado el ejemplo de Isabel embarazada que exulta de alegría cuando recibe la visita de su prima María. Es la alegría de la presencia de Dios –ha explicado– que camina con su pueblo. Y cuando hay alegría hay paz. Esta es la virtud de la esperanza: de la alegría a la paz.
Asimismo, ha recordado que esta esperanza “no decepciona nunca” ni tampoco en “los momentos de esclavitud”, cuando el pueblo de Dios estaba en tierra extranjera. Este “hilo de esperanza” comienza con Abrahán, “Dios que habla a Abrahán” y “termina” con Jesús. Al respecto, el papa Francisco ha querido detenerse sobre las características de esta esperanza.
Por ello, el Santo Padre ha lanzado una cuestión. “Cuando se pregunta: ‘¿tú tienes esperanza? ¿tú tienes la alegría de la esperanza?’ ‘Pero padre, no entiendo, explíqueme’. La esperanza, esa virtud humilde, esa virtud que corre bajo el agua de la vida, pero que nos sostiene para no ahogarnos en las muchas dificultades, para no perder ese deseo de encontrar a Dios, de encontrar ese rostro maravilloso que todos veremos un día: la esperanza”.
Llegando a la conclusión de la homilía, el Obispo de Roma ha asegurado que hoy “será un buen día para pensar en esto: el mismo Dios, que ha llamado a Abrahán y lo ha hecho salir de su tierra sin saber dónde tenía que ir, es el mismo Dios que va a la cruz, para cumplir la promesa que ha hecho”.
Es el mismo Dios –ha finalizado Francisco– que en la plenitud de los tiempos hace que esa promesa se haga realidad para todos nosotros. Y eso que une ese primer momento a este último momento es el hilo de la esperanza; y eso que une mi vida cristiana a nuestra vida cristiana, de un momento al otro, para ir siempre adelante, pecadores pero adelante, es la esperanza; y lo que nos da paz en lo momentos difíciles, en los momentos más oscuros de la vida es la esperanza. La esperanza no decepciona, está siempre allí; silenciosa, humilde, pero fuerte”.





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Francisco asegura que la compasión es la verdadera fuerza de la sociedad
Rocío Lancho García | 17/03/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Nuestra fuerza como comunidad, a cualquier nivel de vida o de organización social, no se apoya tanto en nuestros conocimientos y habilidades personales, como en la compasión que mostramos a los otros, sobre el cuidado que damos especialmente a los que no pueden cuidarse por sí mismos.
Son palabras del papa Francisco, en su encuentro de esta mañana con los participantes del “2016 Harvard World Model United Nations”. Se trata de una iniciativa que reúne estudiantes universitarios de 11 países para que comprendan la actividad desarrollada por la ONU y los organismos internacionales. Como estudiantes universitarios se dedican “de forma particular a la búsqueda de la verdad y de la comprensión, al crecimiento en la sabiduría, no solo por vuestro beneficio sino por el bien de vuestras comunidades locales y de toda la sociedad”, ha precisado el Pontífice.
Por eso, el Santo Padre ha expresado su deseo de que esta experiencia les lleve a apreciar “la necesidad y la importancia de estructuras de cooperación y de solidaridad, que han sido forjadas por la comunidad internacional durante muchos años”.
A propósito, ha señalado que estas estructuras son particularmente eficaces cuando son dirigidas al servicio de los más vulnerables y marginados en el mundo. “Rezo para que las Naciones Unidas, y cada uno de los Estados Miembros, estén siempre dispuesta a este servicio y a este cuidado”, ha precisado.
Asimismo, el Pontífice ha asegurado que “el mayor fruto de este evento es el tiempo transcurrido juntos, vuestro encuentro con personas de todas partes del mundo, que representan no solo los diferentes desafíos contemporáneos, sino sobre todo la rica variedad de talentos y potencialidades de la familia humana”.
En estos días –ha precisado– aprenderéis mucho los unos de los otros y os recordaréis que, detrás de cada dificultad que el mundo enfrenta, hay hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, personas como vosotros.
Francisco ha recordado durante su discurso que muchas personas, golpeadas por los problemas más graves del mundo actual, por la violencia y la intolerancia, se han convertido en refugiados, trágicamente obligados a abandonar sus casas, privados de su tierra y de su liberad.
Por esta razón, el Santo Padre ha indicado a los presentes que estas son las personas que necesitan de su ayuda, “que os piden en voz alta ser escuchados, y que son más que nunca dignos de todo vuestro esfuerzo por la justicia, la paz y la solidaridad”.
También ha mostrado su deseo de que esta experiencia les haya servido para “ver el compromiso de la Iglesia Católica en el servir las necesidades de los pobres y de los refugiados, a sostener las familias y las comunidades y a proteger la dignidad inalienable y los derechos de cada miembro de la familia humana”.
Nosotros los cristianos –ha asegurado– creemos que Jesús nos llama a servir a nuestros hermanos y hermanas, a cuidar de los otros, a prescindir de su procedencia o circunstancias. Sin embargo este no es solo un distintivo de los cristianos, sino “una llamada universal, enraizada en nuestra común humanidad”.





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El Papa enviará en misión a 250 familias del Camino Neocatecumenal
Redaccion | 17/03/16

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco recibe este viernes, 18 de marzo, a miles de personas del Camino Neocatecumenal en una audiencia privada en el Aula Pablo VI del Vaticano. En el encuentro, el Santo Padre enviará 50 nuevas missio ad gentes formadas por unas 250 familias de los cinco continentes y confirmará de nuevo “la labor evangelizadora de esta iniciación cristiana”.
El encuentro comenzará con una presentación del iniciador y responsable internacional del Camino Neocatecumenal en todo el mundo, Kiko Argüello, que estará acompañado de la también iniciadora Carmen Hernández y del presbítero Mario Pezzi. Además, han confirmado su asistencia varios cardenales y obispos de diversos lugares del mundo.
En el Aula Pablo VI estarán también presentes unos 8.000 miembros del Camino, la mayoría de ellos catequistas responsables del Camino en los cinco continentes; sacerdotes; seminaristas de los seminarios diocesanos misioneros Redemptoris Mater de Europa; los responsables de diversas comunidades y las 250 familias que serán enviadas por el Papa a la evangelización.
“Estas familias han recibido el destino esta misma semana en el transcurso de una convivencia internacional en Italia, donde también se han formado cada una de las nuevas missio ad gentes”, explica el comunicado distribuido por el Camino Neocatecumenal.
Asimismo, se indica que “las missio ad gentes se constituyen a petición de los obispos de las diócesis a las que son destinadas y están formadas por cuatro o cinco familias –la mayoría de ellas con más de cuatro hijos–, un presbítero, un joven y dos mujeres. Todos ellos forman una comunidad que tiene la misión de dar los signos de la fe que atraen a los hombres a la belleza del Evangelio y según las palabras de Cristo: Amaos como yo os he amado; en este amor conocerán que sois mis discípulos, y sed perfectamente uno y el mundo creerá“.
Entre los destinos de Europa (40 en total) a los que partirán algunas de estas familias por petición de los obispos, que se han mostrado verdaderamente entusiastas de esta nueva formar de evangelizar, se encuentran varias ciudades de Francia (donde hay seis seminarios Redemptoris Mater) como Biarritz, Burdeos, Toulouse, Orange, Pamiers o Mulhouse, en total más de diez. Otros países a los que acudirán en misión las familias serán Luxemburgo, Irlanda, Suecia, Gran Bretaña, Lituania, Letonia, República Checa, Alemania o Suiza. También Holanda, Chipre, Serbia, Austria, Ucrania, Rusia, Kazajistán.
En América las familias han sido llamadas a Canadá, Estados Unidos, Perú, Brasil… Mientras que en Asia a la India y China, entre otros.
En Oceanía a Australia y Papúa Nueva Guinea y en África algunas de estas missio ad gentes se formarán para Etiopía o Costa de Marfil, también para Sudáfrica, Guinea Ecuatorial o Nigeria.
La audiencia comenzará a las 12 horas de Roma y será retransmitida por el Centro Televisivo Vaticano (CTV) diversas televisiones de todo el mundo, así como a través del canal oficial de la Santa Sede en Youtube.





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El presidente de Portugal invita al Papa por el centenario de Fátima
Sergio Mora | 17/03/16

El santo padre Francisco recibió este jueves por la mañana en el Vaticano al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en el primer viaje que el mandatario luso realiza al exterior. El Papa lo saludó con un “bienvenido” y después conversaron privadamente en español durante unos 30 minutos.
El presidente portugués anunció este miércoles en una rueda de prensa en Roma, que traía la invitación formal para que Francisco les visite en Portugal, teniendo presente que el próximo año es el centenario de las apariciones de Fátima.
Durante la reunión — informa el comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede– se ha evidenciado el aprecio por las buenas relaciones entre la Santa Sede y Portugal, al igual que por la aportación que da la Iglesia a la vida del país, dedicando una referencia especial al debate en la sociedad sobre la dignidad de la vida humana y sobre la familia. Los coloquios han proseguido “con un intercambio de pareceres acerca de la situación en Europa y en la cuenca del Mediterráneo, en particular sobre la cuestión migratoria, así como sobre otras cuestiones de relieve internacional”.
El mandatario le regaló al Santo Padre seis paramentos de color muy vivaz diseñados por el conocido artista y arquitecto portugués Siza Vieira, así como un pequeño oratorio con una imagen de san Antonio de Padua, nacido en Portugal, que pertenecía a la casa del presidente.
Por su parte, el Papa le regaló una pequeña escultura en madera y dijo: “Este es el olivo de la esperanza y de la paz. Una de las misiones de los gobiernos es trabajar por la paz”. También le entregó una copia de la encíclica Laudato si’ y y la exhortación apostólica de la Evangelii Gaudium.
Después de la audiencia con el Papa, el presidente fue a visitar la Capilla Sixtina y la basílica de San Pedro, informó la web de la presidencia.
Rebelo de Sousa exponente del centro-derecha que venció las elecciones de su país el 24 de enero de este año con casi el 53 por ciento de los votos, por la tarde viajará a Madrid, donde se reunirá con el rey Felipe VI. El monarca español fue uno de los cuatro invitados de honor extranjeros que asistieron a la toma de mando del nuevo presidente y participó en el almuerzo de gala celebrado en el palacio presidencial de Belém.





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Vatileaks 2 se suspende hasta el 6 de abril
Sergio Mora | 17/03/16

El juicio llamado Vatileaks 2, sobre la fuga de documentos reservados del Vaticano que terminaron publicados en dos libros y diversos medios de comunicación, se suspende durante 20 días, hasta el 6 de abril.
La decisión fue tomada por el tribunal después de que la abogada de Francesca Chaouqui, una de los cinco imputados, presentó un certificado médico que le prescribe 20 días de reposo absoluto debido a problemas en su embarazo, ya en el sexto mes.
El lunes pasado fue la quinta audiencia del proceso, durante la cual el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, reconoció haber pasado documentos a los periodistas también imputados en el proceso.
Al día siguiente fue la sexta y última audiencia celebrada hasta el momento, en la cual la señora Chaouqui abandonó el aula algunos minutos debido a que se sintió mal.
Los otros imputados en este proceso son Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, periodistas italianos que publicaron respectivamente los libros Via Crucis y Avaricia, y el sacerdote de monseñor Vallejo, Nicola Maio,





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Albania: Inaugurado un busto del papa Francisco en el centro de Tirana
Redaccion | 17/03/16

(ZENIT – Roma).- Un busto del papa Francisco fue inaugurado este martes en el centro de Tirana por el nuncio apostólico en Albania, monseñor Ramiro Molinar Ingles. El acto coincidió con el día que el Santo Padre fijó la fecha para la canonización de la albanesa beata Madre Teresa de Calcuta.
En la ceremonia –ha informado la agencia Sir– estaba presente el presidente de la República, Bujar Nishani; el alcalde de Tirana, Erion Veliaj, y otras personalidades políticas y religiosas del país.
La estatua, obra del escultor albanés Qazim Arifi, se ha colocado junto a la ‘campana de la paz’, realizada hace algunos años con proyectiles encontrados durante 1997, gracias a la obra del misionero italiano don Antonio Sciarra.
“El tercer aniversario de la elección del papa Francisco –indicó don Gjergj Meta, responsable de comunicación para la visita del Pontífice al país en septiembre de 2014– se ha recordado por los albaneses con este busto, delante de la Pirámide, símbolo de la dictadura comunista, pero junto a la campana de la paz, símbolo de renacimiento. Ese renacimiento en la dignidad y en la fe de la que Francisco ha hablado en la audiencia general de este miércoles en la plaza de San Pedro”.
Al inaugurar el busto, el nuncio dio las gracias a las autoridades locales y a todos aquellos que se comprometieron en la organización de la visita del Papa en 2014. Monseñor Ingles recordó todos los discursos en los que el Pontífice ha hablado de Albania antes, durante y después del viaje apostólico. Recordó también que el lugar donde se ha colocado la estatua, es el mismo en el que el pasado mes de septiembre se celebró la oración de las religiones por la paz, organizada por la Comunidad San Egidio.
En la parte inferior del busto, están inscritas las palabras del Papa en Tirana durante la misa en la plaza Madre Teresa, el 21 de septiembre de 2014: “El águila, símbolo de la bandera de vuestro país, no olvida el nido, pero vuela alto. ¡Vuelen alto!” .






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Más de 33 mil españoles piden al Gobierno protección y acogida para los refugiados
Redaccion | 17/03/16

(ZENIT – Madrid).- Representantes de Cáritas, CONFER, el Sector Social de la Compañía de Jesús y Justicia y Paz han entregado este jueves por la mañana en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación las 33.218 firmas de apoyo registradas dentro de la campaña viral que, bajo el lema “Tenemos 72 horas para actuar”, se puso en marcha el pasado lunes por la tarde para pedir al Gobierno español protección y acogida en Europa a los migrantes y refugiados. Se pretende de este modo manifestar rechazo al principio de acuerdo entre la Unión Europea y Turquía que se debate entre hoy y mañana en la reunión del Consejo Europeo.
“El éxito de esta campaña, que se suma a iniciativas similares lideradas esta misma semana por otras entidades, demuestra la solidaridad de la sociedad española ante el drama de las personas migrantes y refugiadas, y la indignación ciudadana con la respuesta europea”, han señalado las citadas organizaciones en un comunicado.
Asimismo, las entidades eclesiales han manifestado su satisfacción porque esta movilización popular haya impulsado el acuerdo alcanzado ayer en el pleno del Congreso entre el Gobierno y los grupos parlamentarios sobre la posición que habrá de mantener España en el Consejo Europeo que comienza hoy. “Es un hecho muy positivo que todas las fuerzas políticas hayan sido sensibles al clamoroso rechazo al principio de acuerdo manifestado por la ciudadanía y numerosas instituciones”, han dicho en su nota conjunta.
Cáritas, CONFER, el Sector Social de la Compañía de Jesús y Justicia y Paz también han pedido al Gobierno que lidere en el seno del Consejo Europeo la postura española acordada en el Congreso y que ofrezca los recursos necesarios para implementarla, con medidas concretas dirigidas a: “No cerrar las fronteras externas de la UE, a fin de garantizar acceso a las personas necesitadas de protección”; “tramitar individualmente cada solicitud de asilo, sin discriminación por razón de nacionalidad, conforme a la normativa europea e internacional”; “ofrecer mayor solidaridad con los países europeos a donde están llegando la mayoría de los refugiados, así como con los países limítrofes a los conflictos, que son los que albergan las cifras más elevadas de personas refugiadas”; “habilitar vías de acceso legal y seguro a Europa, que es la mejor forma de luchar contra las mafias”; “establecer un nuevo sistema de distribución de la población refugiada en Europa que sea justo para los Estados y para las personas refugiadas”; y “abordar las causas por las que tantas personas abandonan involuntariamente sus hogares por el miedo, la guerra o el hambre”.
Estas cuatro entidades de la Iglesia se mantendrán especialmente vigilantes para asegurar que las medidas que se adopten en el Consejo Europeo “no traicionen el acuerdo alcanzado en el Congreso y se orienten, de manera efectiva, a impulsar unas políticas de migración y refugio inspiradas en la protección y la acogida”. Y según han manifestado en su escrito, “confían que España contribuirá, a partir de ahora, a frenar la deriva causada por el cierre de fronteras y retrocesos de derechos en la que se encuentra inmersa Europa y contribuya activamente a proteger los derechos y la dignidad de las personas refugiadas y migrantes que llegan a nuestro continente”.





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Monseñor Osoro entrega el premio Madrimaná 2016 a Joseph Fiennes por su papel en ‘Resucitado’
Redaccion | 17/03/16

(ZENIT – Madrid).- Será una de las películas de esta Semana Santa. “Resucitado” (Risen), protagonizada por Joseph Fiennes, Tom Felton, Cliff Curtis, Peter Firth y María Botto, nos sitúa en el Jerusalén del siglo primero, el día de la muerte de Cristo.
En la ciudad no se habla de otra cosa y por ello Poncio Pilato manda a Clavius, un centurión romano agnóstico, a que investigue lo que está sucediendo. La misión que le encomienda consiste en localizar el cuerpo desaparecido de Jesús de Nazaret para así sofocar un inminente levantamiento en Jerusalén y los rumores de que es el Mesías.
Cuando finalmente localiza a los apóstoles, y conoce a María Magdalena, Clavius ya no sabe qué pensar: las dudas respecto a la existencia de lo sobrenatural aumentan y se ve confrontado con los misteriosos acontecimientos que tuvieron lugar después de la crucifixión. Se trata de una épica historia bíblica sobre la resurrección, contada desde los ojos de un no creyente.
La cinta, producida por Sony Pictures y dirigida por Kevin Reynolds, se estrena en toda España el próximo 23 de marzo. Cuenta con el visto bueno del arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, que ha accedido a posar con los actores en la sesión de fotos promocional que ha tenido lugar este miércoles en una de las iglesias más bellas de la capital, San Antonio de los Alemanes.
Durante el acto, el arzobispo Osoro ha entregado el Premio Madrimaná 2016 a Joseph Fiennes. Con este galardón, se reconoce al actor británico por su interpretación de Clavius en la citada película, que se preestrenó precisamente en la última edición de la Muestra Internacional de Cine y Realidades Madrimaná. A juicio de la organización, Fiennes demuestra su versatilidad al ponerse en la piel de “un personaje que cautiva al espectador en una búsqueda apasionante hasta el encuentro con Jesús Resucitado”.





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“José Sánchez del Río dio su vida en defensa de su fe”
Iván de Vargas | 17/03/16

Víctima de la persecución religiosa impuesta por el más radical de los gobiernos anticlericales en la historia de México y testigo de salvajes asesinatos durante la Guerra Cristera, José Luis Sánchez del Río, tras ser apresado por su propio padrino en el mismo templo donde fue bautizado, fue brutalmente torturado y martirizado en el cementerio de su pueblo natal por su valerosa defensa de la Iglesia Católica. Antes de morir, cuando sus verdugos le preguntaron “¿qué mandas decir a tu padre?”, respondió: “Que nos veremos en el cielo, ¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!”. Tenía tan solo 14 años. El papa Francisco confirmó el martes que este niño será canonizado en el Vaticano el próximo 16 de octubre.
El padre Luis Manuel Laureán LC, paisano del beato, asegura en esta entrevista con ZENIT que el recuerdo y el ejemplo de Joselito le han ayudado y confirmado en su vocación sacerdotal. Para este religioso, el joven fue un buen cristiano que dio su vida en defensa de su fe. Además, el autor de una de las biografías más documentadas del pequeño mártir mexicano señala que la intercesión del futuro santo alcanzó la gracia de la conversión de alguno de sus verdugos, o al menos su arrepentimiento.
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Mártir con catorce años. Así podría resumirse la vida de José Luis Sánchez del Río, quien será canonizado el próximo 16 de octubre, según acaba de anunciar la Santa Sede. Este joven beato mexicano era de Sahuayo, Michoacán. Es decir, comparten el mismo pueblo natal. ¿Cómo ha recibido la noticia?
— P. Laureán: Con enorme alegría. En cuanto supe la noticia, la reenvié. Muy pronto, en mi pueblo hubo repique de campanas, procesión, concelebración solemne de acción de gracias, “cuetes” (fuegos artificiales), fiesta y regocijo…
Seguro que le habrán venido muchos recuerdos a la cabeza.
— P. Laureán: Todos los niños de mi pueblo escuchamos la historia y la repetíamos de memoria; visitábamos el baptisterio de nuestra parroquia que fue su prisión y veíamos la pila bautismal en la que José Sánchez del Río había sido bautizado, como también todos nosotros. Recordé la casa de mi vecino, Rafael Gil “el Zamorano”; los juegos infantiles con su hijo, que es de mi edad; los caballos en el corral y las vacas lecheras, el rastrojo que les dábamos para comer. Recordé también las pistolas que vi en la mesa del “Zamorano”, sin saber entonces que el padre de mi amigo había participado como gendarme en el martirio de José Sánchez del Río, y menos imaginarme que le había disparado el tiro de gracia a Joselito cerca de la oreja derecha, como se puede comprobar mirando el cráneo con el orificio, reliquia de primer grado que se conserva en el relicario que guarda sus restos.
Usted ha escrito varios libros sobre este niño testigo de Cristo. Para alguien que no haya oído hablar de él, ¿quién era el futuro santo?
— P. Laureán: He publicado tres versiones de una biografía documentada. La primera en México, con un título sugestivo (Los gallos de Picazo o los derechos de Dios); porque el episodio de los gallos ha sido muy conocido y comentado en mi pueblo. Se trata de los tres gallos de pelea que guardaba el cacique y diputado Rafael Picazo dentro de la iglesia convertida en cuartel, cuadra, salón de fiestas y borracheras; y que campaban cerca del altar manchando con sus excrementos el presbiterio, el altar, las repisas del retablo, el comulgatorio. José, en un arranque de adolescente o movido por el “celo de tu casa me devora…” (salmo 69, 10), no tuvo más remedio que retorcerles el pescuezo para que no siguieren manchando la casa de Dios. La segunda edición fue publicada en Madrid por la editorial De Buena Tinta, con el título “El niño testigo de Cristo Rey”. En ciudad de México se ha hecho una edición privada con el mismo título “El niño testigo de Cristo Rey”.
Durante diez años busqué la documentación para mi libro en los museos de tema cristero, en el archivo municipal de Morelia, Michoacán, en el archivo diocesano de Zamora, Michoacán, en la Fototeca Nacional, en el archivo parroquial, etc. Tengo material para otra publicación de documentos. Por último, creo necesario escribir una historia novelada para los lectores adolescentes.
José Sánchez del Río fue un buen cristiano que dio su vida en defensa de su fe. Se había enrolado en la filas del ejército cristero para defender su religión, su templo, sus sacerdotes que sufrían una auténtica persecución religiosa por los caprichos del general Plutarco Elías Calles que quiso aplicar las leyes anticlericales contra la Iglesia Católica. La firmeza en pedir permiso a sus padres y la condición (por su tierna edad) de no llevar armas y solamente ayudar a los cristeros cuidando los caballos, limpiando armas, preparando y repartiendo alimentos, llevando recados, lograron su propósito de defender en serio su religión. En un encuentro con un batallón de federales, el caballo de su capitán resultó muerto. José, de inmediato, desmontó y ofreció su caballo para que pudiera huir el capitán dicendo: “Yo soy muy chico, a mí no me harán nada; usted es más necesario para la defensa…”. El capitán pudo ponerse a salvo y apresaron al mártir. Fue llevado prisionero y encerrado en la cárcel de Cotija; después llevado a su pueblo, Sahuayo Michoacán; y a los pocos días sentenciado a muerte y ejecutado porque no renegó de su fe y no gritó vivas al supremo gobierno, en cambio sí gritaba: “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!”
¿Qué aspectos le gustaría resaltar de la figura del beato José Sánchez del Río?
— P. Laureán: Su valentía, su fe en Jesucristo, su fortaleza. Ni la tropa toda junta tenía el valor y la entereza de este muchacho, según confesaron sus mismos victimarios, y recordó el cardenal José Saraiva Martins en la homilía de la misa de acción de gracias en Sahuayo. Es un digno ejemplo para los niños y los adolescentes. Es un digno patrono y protector. De hecho, ha sido nombrado patrono de varios seminarios, como el de los Operarios del Reino de Cristo en México, el de Verbum Dei de Norteamérica. También es patrono principal de los niños del ECYD, juntamente con san Ignacio de Antioquía.
¿El testimonio de su martirio ha influido de alguna manera en su vida personal?
— P. Laureán: Su recuerdo y su ejemplo me han ayudado y confirmado en mi vocación sacerdotal. Ahora lo tengo como mi intercesor personal. Además, su historia y su inocencia tienen en vilo a mi pueblo y a todo México. Su devoción se ha extendido por Italia, España, Estados Unidos, toda América. Cuando llegué a Argentina y contaba su historia, los jóvenes de Acción Católica me decían que ya conocían su martirio y que le tenían una gran devoción. En Italia ya se había publicado su historia en 1938 en el libro “Messico martire” (México mártir) de Luigi Ziliani.
Usted ha tenido ocasión de hablar con algunos de sus verdugos y con quien apretó materialmente el gatillo. ¿Se arrepintieron de lo que hicieron?
— P. Laureán: Sí. Conocí al “Zamorano”, a “la Aguada” (alias de Rafael Gil) y a Alfredo Amezcua. Por lo que pude colegir, vivieron muy arrepentidos. Rafael, mi vecino, vivió con holgura económica pero se mostraba muy serio y taciturno, con pocos amigos; Alfredo Amezcua fue muy pendenciero y varias veces se peleó a balazos… Creo yo que los méritos y la intercesión de José Sánchez del Río alcanzó la gracia de la conversión de estos dos verdugos, o al menos su arrepentimiento.
Como decía Tertuliano, la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos, ¿verdad?
— P. Laureán: Sí, la vida cristiana de mi pueblo y de México floreció: se reconstruyó el templo parroquial que había sido profanado; se revitalizó la Acción Católica, la famosa ACJM (Acción Católica de la Juventud Mexicana); se reanudaron los ejercicios espirituales llamados de encierro, específicamente los ignacianos. Hubo un renacimiento de la catequesis de los niños. Se multiplicaron las vocaciones a la vida religiosa y al sacerdocio. Se construyó una capilla y monumento a Cristo Rey.
José Luis fue asesinado el 10 de febrero de 1928, durante la persecución religiosa en México. ¿Qué mensaje cree que puede transmitir su historia a los jóvenes de hoy?
— P. Laureán: Eduardo Verástegui, actor en la película “Cristiada”, dijo: “Con esta historia comprendí por qué Dios ama la fe de los niños”. El mensaje más claro para los jóvenes: sean valientes y defiendan su fe en Cristo, defiendan sus valores y la tradición de sus mayores; amen a la Iglesia esposa de Cristo, y defiéndanla de los ataques cruentos o sutiles que la acechan.
¿Qué le pide usted a su paisano?
— P. Laureán: Qué interceda por mi pueblo, que nos alcance la paz social y política que anhela México entero, y que terminen las guerras que hacen sufrir a los niños.





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Nicaragua: El cardenal Brenes recibe a las Carretas Peregrinas en Popoyuapa
Redaccion | 17/03/16


La procesión con Jesús del Rescate sale al encuentro de las carretas peregrinas
Unas 406 carretas peregrinas provenientes de Masaya, Granada y Carazo, hicieron su entrada este lunes al Santuario Nacional de Jesús del Rescate en Popoyuapa, Rivas, tras recorrer durante cinco días más de ochenta kilómetros.
Los miles de feligreses, que han llegado hasta Popoyuapa en agradecimiento a los favores concedidos por Jesús del Rescate, han sido recibidos por el cardenal Leopoldo Brenes y el obispo de diócesis de Granada, monseñor Jorge Solórzano.
Lo indicó la arquidiócesis de Managua en una comunicación enviada a ZENIT en donde precisa que la bella imagen de Jesús del Rescate, envuelta en su enorme y hermosa túnica morada, salió al encuentro de la gran caravana de carretas, autobuses y cientos de feligreses que se sumaron gozosos a este momento de fe.
Tras darles la bendición a todas las carretas, el cardenal Leopoldo Brenes, destacó que este es un momento muy hermoso de una Iglesia humilde y sencilla, pero también muy madura en su fe.
“Siempre me pongo a pensar que caminar cinco días, en carretas, con toda la incomodidad que significa el dejar la casa, dejar el trabajo, y venir aquí como un punto de referencia, esto fortalece la fe de estas personas, fortalece la fe de la Iglesia”, destacó.

Las caretas peregrinas llegando a Popoyuapa
El cardenal valoró que esta es una fe que nos enseña mucho, porque son miles las familias que vienen con una pureza, con una espontaneidad, pero con una riqueza muy grande hasta el encuentro con Jesús del Rescate.
“Me alegra venir aquí durante ya casi 65 años, con mi familia, porque yo prácticamente fui un milagro de Jesús del Rescate, y en el momento que yo nací mis padres me traían en carretas”, recordó el arzobispo.






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“Semana Santa, todos a la Catedral”
Demetrio Fernández | 17/03/16

(ZENIT – Madrid).- Publicamos a continuación la carta semanal del obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, con motivo de la Semana Santa:
Se acercan los días santos de la Pascua, de la pasión, muerte y resurreccion de Jesucristo, que cada año celebramos con solemnidad. Y lo que celebramos en los templos sale a las calles en las hermosas procesiones de nuestra Semana Santa de Córdoba. El misterio celebrado es el mismo en todo el mundo. La manera de celebrarlo adquiere formas diferentes y propias, y en nuestra ciudad y nuestros pueblos adquiere tonos que la hacen admirable. La ciudad de Córdoba pone en juego a miles de personas con todo un despliegue de medios, que hacen de nuestra Semana Santa algo digno de admiración. No todo es folclore ni boato. Detrás de todo lo visible se esconde y se manifiesta públicamente el sentimiento, la devoción y la fe de un pueblo que cree en Dios, que acoge la redención que Jesucristo nos ofrece a los pecadores y que encuentra un consuelo inmenso en la Madre celeste que acompaña a su Hijo y a todos sus hijos, nosotros.
La Semana Santa es como la síntesis del misterio cristiano: Dios Padre, que compadecido del extravío de los hombres envía a su Hijo único Jesucristo. Este Hijo, que se hace hombre y carga con nuestros delitos, como el Cordero que quita el pecado del mundo. El Espíritu Santo, que sostiene el Corazón de Cristo en la obediencia de amor y en la entrega generosa por sus hermanos hasta la muerte. Y en el centro del drama redentor, acompañando siempre a su Hijo, Maria, una criatura como nosotros, elevada a la dignidad de Madre de Dios, colaboradora singular en la redención del mundo, y Madre nuestra entregada por Jesús junto a la Cruz al discípulo amado y en el a todos los hombres.
La Semana Santa no puede vivirse sin esa fe. Quitarle esa fe es vaciarla de contenido, dejarla hueca como una carcasa que no lleva nada dentro. La Semana Santa procede de la fe y genera la fe. Por eso su lugar es la comunidad cristiana, la Iglesia, y más concretamente, la Iglesia católica donde esa piedad popular ha sido alimentada a lo largo de los siglos. Precisamente este año, y por primera vez en la historia, todas las Cofradías y Hermandades de la Ciudad, celosas de su identidad cristiana creyente, a veces no comprendida e incluso despreciada, han decidido hacer estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba. Es como el lugar donde esa fe puede mejor expresarse y al mismo tiempo donde las Cofradias encuentran amparo, porque la Catedral es su casa, la casa de la Iglesia, la casa de la comunidad cristiana. Quien mira esta circunstancia sin fe, no entiende a que viene esta movida, o a lo sumo la interpreta como un alargamiento de la carrera oficial, y no faltará quien se sienta molesto. Quien mira este acontecimiento con fe, entiende que las Cofradías busquen cobijo en quien puede dárselo en momentos en que la fe tenemos que vivirla a la intemperie.
Las dificultades nos hacen crecer y madurar, si las vivimos desde Dios y con Dios. “Todos a la Catedral” es un signo visible de esta vivencia. Sean todos bienvenidos a su Casa, la Casa de Dios y de la Comunidad Católica. La unión de todos hace superar las dificultades que surgen en el camino, y las dificultades se convierten en un estímulo y una nueva motivación. Esta circunstancia viene a añadirse como un atractivo más a la belleza de nuestra Semana Santa de Córdoba, cuando todas las Cofradías pasarán por el primer Templo de la diócesis como señal de unidad, simbólicamente expresada en nuestra Catedral, donde está la Cátedra del Obispo.
Vivamos esta Semana Santa con especial fervor. Pasa Cristo por nuestras calles, acompañado de su bendita Madre. Pasan en sus preciosas imágenes, sagrados titulares de cada Hermandad. Al mirar a Jesús, él nos mira y nos ofrece su ayuda para llevar nuestra cruz, él nos mira para ofrecernos su perdón en este Año de la misericordia, el alienta en nosotros la esperanza de que el final no es la muerte, sino la gloriosa Resurreccion, la suya y la nuestra. Y al pasar su Madre llena de majestad y señorío en sus pasos de palio, ella nos invita a acercarnos a su Hijo, en el único en que podemos alcanzar la salvación.
Pasa Jesús, pasa Maria, pasa un pueblo creyente con el deseo de llevar esta misericordia de Dios y su paz a todos los hombres. No dejemos pasar delante de nosotros estos acontecimientos, sin conmovernos ante tanto dolor, sin valorar y estimar tanto amor, sin que cambiemos nuestro duro corazón por un corazón sensible al amor de Dios y a las necesidades de tanta gente que sufre en nuestro entorno. La Semana Santa cambia nuestra vida si la vivimos con fe.
Recibid mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio





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San Salvador de Horta – 18 de marzo
Isabel Orellana Vilches | 17/03/16

(ZENIT – Madrid).- Es absolutamente inútil que la mano del hombre pretenda modificar el giro de los acontecimientos que Dios ha previsto para sus dilectos hijos. A este santo le «persiguieron» las repercusiones de los constantes milagros que obró. Sus superiores intentaron evitarlos de distintas formas, pero no lograron paralizar el incesante flujo de prodigios que se producían por su mediación sencillamente porque Dios no lo permitió. Quiso que brillara en el mundo la multitud de virtudes que le adornaron.
Nació en Santa Coloma de Farnés, Gerona, España, a finales de 1520. Sus padres, que habían gozado de una holgada posición económica, quedaron en la ruina, y hallándose también enfermos se acogieron a la caridad del hospicio de la localidad. En ese lugar vino al mundo Salvador y allí fue educado en la fe. Cuando sus progenitores murieron era un adolescente y se ganó la vida como aprendiz de una zapatería de Barcelona. Así pudo sacar adelante a Blasa, su hermana pequeña. Pero Dios le llamaba y, una vez que ésta se casó, se apresuró a tocar las puertas del convento benedictino de Montserrat. Sin embargo, en él no se colmaron sus aspiraciones. Íntimamente se sentía incitado a vivir la pobreza y la humildad radicales en consonancia con el carisma franciscano. Y para dar cauce a su anhelo, ingresó en el convento barcelonés de Santa María.
Una de sus misiones fue ayudar al hermano cocinero. Pero realizó otras muchas tareas, siempre humildes, esas que vienen formando parte de la vida cotidiana de la mayoría de las personas: encender el fuego, fregar, limpiar, etc. Simplemente que en todas ellas Salvador fue verdaderamente ejemplar; las realizaba en un estado de oración y las sobrenaturalizaba. El silencio, roto únicamente para invocar a Jesús y a María durante su trabajo, era la tónica de su acontecer. Su espíritu de oración, docilidad y el agrado con el que realizaba cualquier labor, ponía de manifiesto su piedad, que no tardó en ser bendecida con signos extraordinarios.
Se cuenta que en el transcurso de unos festejos, en el convento invitaron a grandes personalidades presididas por el canciller del reino. Éste se anticipó a las necesidades que supuso tendría una comunidad como aquella, marcada por el espíritu de pobreza, y proporcionó a los religiosos exquisitas viandas. Ante la imprevista enfermedad del cocinero, Salvador debía avisar del hecho al hermano guardián. Pero un éxtasis de larga duración se lo impidió. Cuando llegó el momento de ofrecer el almuerzo, el guardián constató que no había nada elaborado. Y al conocer el «lapsus» de Salvador, que no le advirtió de la situación, le reconvino públicamente con grandes reproches diciendo que merecía que lo expulsaran del convento. Luego, al penetrar en la cocina, se encontró con todo lo preciso para preparar un delicioso banquete. El santo, llevado por el afán de crecer en humildad y en obediencia, acogió la corrección con mansedumbre, sin defenderse ni explicar la naturaleza de su despiste: nada menos que un rapto de amor divino.
Ya profeso llegó a Tortosa donde fue portero y limosnero. Su día a día estaba hilvanado de austeridades y penitencias. Era tan caritativo que la gente veía en él a un mediador ante Dios y se encomendaban a sus oraciones. Las milagrosas curaciones de enfermos atrajeron a tantas personas que, con objeto de preservar la paz del convento, lo trasladaron a Bellpuig, y luego a Horta en 1559, lugar que hizo célebre. Auténticas multitudes llegaban a buscarle. Él les pedía que se confesasen y comulgasen invocando a María. En una ocasión, después de bendecirlos, todos los enfermos, menos un paralítico, quedaron curados. Como éste se asombró de no haber sido agraciado por el milagro, Salvador le hizo ver que no se había confesado lo cual develaba una falta de confianza. El enfermo se mostró muy arrepentido y dispuesto a reconocer sus culpas. Salvador le indicó que se levantara, y aquél constató que estaba curado.
Los superiores y hermanos de comunidad del santo juzgaron que en estos hechos había elementos diabólicos. En consecuencia, fue apartado de la gente, siendo, además, exorcizado. Se consideraba que era un mal religioso, que atraía a las personas, y con ellas venía el desorden y el trastorno. No concebían que un hermano lego, que debía caracterizarse por su humildad, hiciera «cosas tan extrañas y tan poco conformes». No comprendían cómo toleraba que la gente le llamase «el Santo de Horta». Así se le hizo saber en capítulo. Le dieron el nombre de Ambrosio, y después de recibir la disciplina que le impusieron, lo trasladaron a Reus. Era cierto que la gente a veces le arrancaba el hábito a jirones. Incluso, en una ocasión, estuvo a punto de quedarse casi desnudo. Sea como fuere, él no replicó a las acusaciones.
Las personas que solicitaban su mediación, recibían respuesta de Dios que, a su pesar, seguía obrando milagros por su intercesión. En Reus se sucedieron los mismos hechos milagrosos que le precedían. La afluencia de peregrinos de toda España fue incesante, y se vio obligado a comparecer ante el tribunal de la Inquisición en Barcelona. Resultado: que los jueces terminaron encomendándose a sus oraciones. Lo enviaron a Cagliari, y allí murió el 18 de marzo de 1567, año y medio después de haber llegado. Los milagros siguieron produciéndose ante su sepulcro. Su cuerpo fue hallado incorrupto. Clemente XI confirmó su culto el 29 de enero de 1711. Pío XI lo canonizó el 17 de abril de 1938.






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Beato Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno – 17 de marzo
Isabel Orellana Vilches | 16/03/16

«Curar todas las llagas, remediar todos los males, calmar todos los pesares, desterrar todas las necesidades, enjugar todas las lágrimas, no dejar, si posible fuera en todo el mundo, un solo ser abandonado, afligido, desamparado, sin educación religiosa y sin recursos». ¿Hay algo más hermoso que estos propósitos cimentados en la suprema excelencia de la caridad, mandamiento esencial otorgado por Cristo? Fueron los que animaron la vida de este beato que nunca se cansó de prodigar a manos llenas todo el bien que concibió, postrado ante el Redentor y custodiado por la Virgen de la Merced. Su lema era: «todo para bien de la humanidad, en Dios, por Dios y para Dios».
Nació en Granada, España, el 11 de octubre de 1831. Su raigambre cristiana estaba fuertemente asentada por la fe que profesaban sus padres Antonio y Josefa, ciudadanos estimados y de gran relevancia en la capital. Ello, y la cuidada educación que recibió, fue determinante para su vocación sacerdotal. Su padre, reputado médico y catedrático de la universidad, era un hombre sensible que no pasaba por alto las necesidades ajenas. Siempre que estuvo en su mano atenderlas actuó generosamente. Imbuido de tantos valores, Juan destacó entre los compañeros de clase por su aplicación al estudio y ejemplar comportamiento. Y cuando se hallaba en el frontispicio de un futuro halagüeño, pudiendo adquirir la notoriedad que le permitían sus muchas cualidades personales junto al estatus social familiar que disfrutaba, conquistando escalas circundadas por el éxito, optó por entregarse a Cristo.
Ingresó en el seminario en 1850 y en el transcurso de esos años de formación se hicieron patentes sus magníficas dotes de oratoria. Casi doscientos sermones recogidos por él dan cuenta de la fecundidad de su palabra que brotaba de su oración. No era un simple predicador, sino un confesor de la fe; por eso llegaba a calar en el corazón de tantas personas. En estos valiosísimos escritos queda patente su inclinación a los débiles desamparados y aquéllos cuya existencia discurría por un continuo valle de lágrimas por los motivos que fuesen.
Fue ordenado sacerdote en 1855. A los pocos días perdió a su madre víctima del cólera. Abrazado a la cruz inició su trayectoria pastoral, que compaginó con la docencia en el colegio de San Bartolomé y Santiago. Entre tanto, proseguía sus estudios que culminaron con la obtención del doctorado en teología, la licenciatura en derecho civil y canónico, y un bachillerato en filosofía y letras. Esta formidable preparación le capacitó para asumir la cátedra de psicología, lógica y ética del Instituto de Granada, al tiempo que se hacía cargo de las parroquias de Huétor Santillán y de Loja. Además, ejerció como predicador numerario de la reina Isabel II, fue sacerdote castrense, formador de seminaristas, arcipreste y examinador sinodal en Granada, Jaén y Orihuela. Su finura humana y espiritual, el talante humilde, misericordioso, paciente, afable, lleno de dulzura, y su manifiesta ternura hacia los demás, suscitó gran estima hacia su persona.
En 1869 fue destinado a la diócesis de Málaga como vicario general, canónigo de la catedral y visitador de religiosas. La Providencia guió sus pasos y le puso al frente de la casa de la misericordia de Santa María Magdalena y San Carlos. Para un espíritu tan sensible como el suyo, consternado por las necesidades y el sufrimiento ajeno, la oportunidad de hallarse inmerso en ese colectivo de desfavorecidos no hizo más que acrecentar la aspiración de servirles, que formaba parte de su manera de ser. Contemplaba afligido y lleno de piedad a las jóvenes descarriadas que anhelaban modificar el rumbo de su desdichada existencia. En 1872 murió su padre. Y en 1878 impulsó la fundación de las Hermanas Mercedarias de la Caridad asociada a la Orden mercedaria. Esta obra sería su cruz y su gloria.
Las primeras religiosas tomaron el hábito en Granada en la primavera de ese año, trasladándose a continuación a Málaga. En medio de tenebrosos y espurios intereses, esos que impulsa el maligno, cinco de las nueve primeras integrantes de este movimiento eclesial quedaron seducidas por la oferta de un sacerdote, Diego Aparicio, que había estado al lado de Juan al inicio de la fundación, y le abandonaron. Optaron por regresar a Granada junto al presbítero para volver a poner en marcha allí la Orden. Con el corazón afligido e incontenible emoción, el beato manifestó: «Con dos que haya, la obra sigue; no se desanimen, Dios proveerá… ». Fijada la sede de Granada como origen de la casa general y noviciado en 1880, a todas quedó claro, porque así lo dijo su fundador, que sus objetivos habrían de ser: «ejercer todas las obras de misericordia espiritual y corporal en la persona de los pobres… ».
Después de un primer periodo de fecunda andadura se desencadenaron graves acontecimientos. En 1888 Juan fue ignominiosamente acusado por una de sus hijas. La creyeron y él fue destituido de su misión al frente de la congregación. Los arzobispos de Granada y de Sevilla, provincia de la que procedía la hostigadora, emprendieron una labor de esclarecimiento de los hechos que discurrió de forma confusa, con el desacuerdo de las religiosas de ambas ciudades. Además, se mezclaron otras ambiciones respecto a la Orden instigadas por varios eclesiásticos, con lo cual el padre Zegrí se entrevistó en Roma con León XIII. Se rehabilitó su imagen y se le permitió retomar sus funciones. Pero no fue bien recibido por el arzobispo de Granada ni por las religiosas. En julio de 1896 les dirigió una carta haciendo notar su inocencia. No logró llegar a sus entrañas. En 1901 conoció la aprobación de la obra que tantos sufrimientos le había causado. Pero murió a causa de una pertinaz diabetes, y lo hizo solo, completamente abandonado, el 17 de marzo de 1905. Dos décadas más tarde sus hijas repararon su error. Él contempló desde el cielo ese gesto. Juan Pablo II lo beatificó el 9 de noviembre de 2003.