Ante la Ley sobre ideología de Género aprobada en la Asamblea de Madrid, ante la gravedad de la situación y el emotivismo desde donde se suelen abordar este tipo de situaciones, ofrecemos continuación lo que con acierto, valentía, precisión y oportunidad ha dicho al respecto el Foro de la Familia.

Según la exposición de motivos de la proposición de Ley “la definición del sexo-género de una persona (…) no es un concepto puramente biológico, sino, sobre todo, psicosocial” y “se ha de otorgar soberanía a la voluntad humana sobre cualquier otra consideración física. La libre determinación del género de cada persona ha de ser afirmada como un derecho humano fundamental”; “el concepto de identidad de género se refiere a la vivencia interna e individual del género tal y como cada persona la siente profundamente”. Este es el fundamento conceptual de la ley: algo puramente subjetivo pretende convertirse en un derecho fundamental que nos vincula a todos.

Este tipo de proyectos son innecesarios pues ya existe a nivel europeo y español una completísima legislación de defensa de la igualdad y de lucha contra la discriminación en la que se engloba también la igualdad por orientación sexual y la no discriminación por esta razón. Este tipo de normas, en definitiva, crean privilegios totalmente injustificados.

En cualquier caso, el presidente del Foro de la Familia, Mariano Calabuig, ha asegurado que “desde el Foro de la Familia estamos a favor de no discriminar a nadie, ni a los homosexuales, ni a los transexuales, pero no queremos que se imponga una forma de pensar sobre la sexualidad”.

Calabuig resalta que en el artículo 24.2 se obligará a todos los centros escolares a incorporar en sus temarios “el reconocimiento y respeto de la diversidad existente en cuanto a configuraciones genitales y su relación con las identidades (…) de manera transversal y específica, integrando la transexualidad e intersexualidad”.

“En este artículo se recoge una medida puramente intervencionistas para poner la escuela al servicio de la ideología de género con la disculpa de evitar discriminaciones por cuestiones de identidad sexual. Esta medida es incompatible con la libertad de enseñanza y el pluralismo ideológico en materia de sexualidad, así como con la autonomía de los centros escolares, que ese recoge en la Constitución”, dice el presidente del Foro.

El artículo 33.2. hace hincapié en la necesidad de que “en los centros de menores se trabaje la diversidad familiar con el fin de garantizar que los y las menores que sean susceptibles de ser adoptados sean conocedores de la diversidad familiar por razón de identidad o expresión de género”. Asimismo, el artículo 37.3. recoge que “todas las bibliotecas propiedad de la Comunidad de Madrid y de los diferentes Ayuntamientos, deberán contar con fondo bibliográfico específico en materia de identidad sexual y de género, (…) siendo obligatorio crear una sección específica”.

“Bajo la apariencia de hacer frente a la discriminación del colectivo LGBTI, lo que realmente se pretende con esta ley es la imposición obligatoria de la ideología de género y de la presencia de las asociaciones de gays y lesbianas en todos los ámbitos de la vida pública y privada; y además, con el apoyo y financiación de las administraciones públicas”, dice Mariano Calabuig.

La aprobación de estas leyes supone una seria amenaza para la libertad de pensamiento, ideológica, religiosa y de educación. Calabuig dice que “desde el Foro de la Familia tenemos el compromiso y el deber de defender la libertad de pensamiento en materia de sexualidad y el derecho de los padres para educar a sus hijos según sus propias convicciones (artículo 27.3 CE). Estamos ante leyes profundamente injustas y hay que oponerse a ellas por todos los medios legítimos”.