Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

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Nº 427

4 de May. 2016

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: EL PALMAR DE TROYA

 

1. El “papa” dimisionario del Palmar de Troya se defiende tras su salida.

2. El antiguo Gregorio XVIII declara que el Palmar de Troya es “un montaje” y “acabará mal”.

3. Desmontando el Palmar de Troya.

4. Los cuatro “papas” del Palmar de Troya.

5. La historia de una adepta irlandesa del Palmar de Troya, aislada de la sociedad.

6. El relato periodístico de una procesión en el recinto de la secta palmariana.

 

 

1. El “papa” dimisionario del Palmar de Troya se defiende tras su salida.

FUENTE: Varios medios

 

 

«Es un paso que libremente y voluntariamente he dado en la vida. Ya no creo en aquello en absoluto». Con estas palabras ha explicado el que fuera «papa» de El Palmar de Troya a ABC de Sevilla el porqué de su renuncia al pontificado y su salida de la orden después de 32 años de vida en la secta. Según informa en una crónica de este diario Javier Macías, Sergio María Ginés Jesús Hernández, ex seminarista y ex militar, está empezando una nueva vida en Monachil (Granada), feliz junto a una mujer de la que se ha enamorado, Nieves Triviño, muy querida en el pueblo, ya que es ella quien organiza las fiestas en el Ayuntamiento.

Nieves, separada y con dos hijos, no desea hablar porque «la noticia es él» y no ha tenido problemas en pasar la llamada al que fuera líder de la conocida orden. Sergio María Ginés Hernández quiere desvincular su salida del Palmar con su relación personal. Considera que «eso es un tema de revista rosa». Asimismo, ha explicado que «yo no he huido como han dicho algunos medios, sino que escribí una carta de despedida por la falta de fe y todo se ha hecho ante notario».

El ya «ex papa» de la iglesia palmariana es muy claro respecto a la situación en la que ha quedado la orden: «Lo he dejado todo muy legalmente hecho, ante notario». Aunque no ha querido hablar acerca de su relación personal ni tampoco sobre cuestiones internas de la orden, Sergio María Ginés Hernández ha llegado «a un punto en el que ni puedo ni debo continuar. Quedarme allí como un administrador, como un empresario... creo que no debía». Aún así, no ha querido «echar mierda sobre nada y sobre nadie, he salido libre y voluntariamente y nadie me ha coaccionado ni obligado».

«El BMW es mío»

Guarda un enorme respeto a la congregación en la que ha vivido como religioso durante 32 años, ocupando distintos cargos. Así, ha querido dejar claro también que «he dejado todo aquello en superávit económico, fiscal y contable. Tengo extractos de las cuentas de cómo quedaban. Nadie puede acusarme de nada». Preguntado por los comentarios vertidos en los foros y redes sociales acerca de que se hubiera marchado llevándose el «papamóvil», un BMW X7 de alta gama valorado en 70.000 euros, Sergio María Ginés Hernández dice que «ese coche es mío y está a mi nombre por donación, firmado así». De esta forma, al «ex papa» no le interesa «entrar en el debate. Hay grupos de gente que en el año 2000 se fueron o fueron echados de allí y son los que están levantando toda la basura».

«Quiero empezar una nueva vida»

Por todo ello, quiere «pasar página, empezar una nueva vida. Yo he dejado aquello bien y un cambio de vida radical no se hace de un día para otro, pero yo estoy satisfecho porque ha sido una decisión muy meditada. Estoy tranquilo, desayunando ahora y tomando el sol, no tengo nada de temor porque soy un ciudadano más».

Echando la vista atrás, Hernández ha explicado cómo ha sido su sucesión: «En las leyes eclesiásticas, el papa anterior podía nombrar un sucesor, el cual muerto o dimitido el que está, puede aceptar o no el cargo. Como parece ser, lo ha aceptado». Se refiere a Joseph Odematt, el nuevo pontífice de esta congregación, que ha adoptado el nombre de Pedro III.

Reacción del alcalde

"Me da la impresión de que el nuevo papa puede abrir un poco más las puertas de aquello". Juan Carlos González, alcalde de El Palmar de Troya, de actualidad nacional en los últimos días tras la marcha por sorpresa del papa Gregorio XVIII, asegura que el padre Eliseo, un suizo de mediana edad cuyo nombre es Joseph Odermatt, es una persona cordial y amable, tal como leemos en el Diario de Sevilla.

"A Eliseo lo recuerdo yo de siempre. Lleva mucho tiempo en la iglesia, desde Clemente. Habla un andaluz perfecto". Así lo describe el regidor por las veces que lo ha visto en el Ayuntamiento haciendo una gestión. La espantada de Gregorio XVIII y el nombramiento de su sucesor la ha conocido por la prensa, ya que no tienen ningún contacto con la iglesia palmariana.

El alcalde de esta localidad vecina de Utrera tiene la sensación de que con el nuevo papa podría llegar el aperturismo a la secta palmariana, que rinde culto a personajes como Franco o Hitler, y en la que rige el más absoluto hermetismo. Actualmente son alrededor de 40 miembros, entre hombres y mujeres, los que viven en la iglesia.

«He venido a vivir en paz, he pasado página y punto»

Sin mitra, ni capa ni sotana blanca, con barba poblada, gafas graduadas y conduciendo su propio 'papamóvil' reconvertido en un automóvil azul de alta cilindrada. Así se dejó ver el pasado 28 de abril el anteriormente conocido como Gregorio XVIII y ahora Ginés a secas para dejar bien claro que ha sepultado definitivamente su etapa como tercer pontífice del Palmar de Troya para abrazar el amor con una granadina de Monachil, un pueblo enclavado al pie de Sierra Nevada. Así lo cuenta María Ruiz en un artículo de la agencia Efe.

«He venido a vivir en paz, he pasado página y punto», sentenció el enamorado, que exhibió ante los medios de comunicación las mismas dosis de opacidad que han caracterizado a la Iglesia Palmariana, la misma que ha abandonado para emprender una nueva vida junto a Nieves Triviño, que trabaja en el Ayuntamiento de esa localidad como animadora sociocultural.

Nieves, abrumada por la repercusión que ha tenido en el pueblo la noticia, solo quiere que todo el revuelo pase cuanto antes para volver al anonimato de cuando nadie sabía que su novio era el líder de la extravagante Iglesia del Palmar de Troya, en Sevilla, que no está reconocida por el Vaticano. «Soy una curranta que quiere pasar desapercibida. Él ha pasado página y yo quiero pasar desapercibida», recalcó. Luego contó algo más del flechazo con Gregorio XVIII, que apenas ha ejercido durante cinco años. «Nos conocíamos porque yo fui a El Palmar hace más de treinta años y hace un año y medio o así contacté con él por otro motivo y poco a poco todo surgió».

Y poco a poco, como cuenta la novia, se fraguó un amor que ha vuelto a poner el foco mediático en esta Iglesia, que ya cuenta con nuevo 'papa', Pedro III, un hombre de origen suizo y mano derecha de Gregorio XVIII, hasta que éste perdió la fe. En Monachil se preguntan si el amor durará más que este último papado. Y el alcalde, José Morales, aprovecha el momento y pide la misma atracción mediática para sus proyectos locales, mientras asegura que en su agenda no tiene ninguna boda cercana. Dicen que la habrá en verano.

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2. El antiguo Gregorio XVIII declara que el Palmar de Troya es “un montaje” y “acabará mal”.

FUENTE: El Español

 

 

Ginés Jesús Hernández, quien hasta hace unos días era el Papa Gregorio XVIII de la Iglesia Cristiana Palmariana de la Santa Faz, vive ahora en Monachil (Granada), un pueblo a 250 kilómetros de donde conoció a Nieves. En unos meses se casarán. A los pies de Sierra Nevada, los vecinos de esta población viven pendientes del antiguo Pontífice. Antes, tres curas pasaron por la vicaría. Ahora lo hará él. La entrevista, que se extiende durante cuatro horas, se realiza en un bar cercano a la casa que comparten. Realizada por Pepe Barahona y Fernando Ruso, ha sido publicada por el medio digital El Español.

- ¿Renunció a su pontificado por amor?

- Perdí la fe. Tras meses de investigaciones descubrí que todo había sido un montaje económico. Ha habido apariciones en el Palmar, sí, pero todo derivó en una opulencia de los mandamases de allí.

- En esa pérdida de fe, ¿qué parte de responsabilidad tiene Nieves, su actual pareja?

- He estado 32 años sin mujer y podría haber estado otros tantos más. Voy a cumplir 57. Nieves [Triviño, natural de Monachil (Granada)] fue la que empezó a desvelarme lo que estaba ocurriendo y me aviso de que había un grupo oculto que se expulsó en el año 2000 y que iban a venir a por mí a robarme y a darme una paliza. A raíz de eso empecé a hacer indagaciones que después fui confirmando por otras fuentes. Y hay algunas cosas que son aberrantes. En todos los sentidos, económico y sexual.

- ¿Pederastia?

- No, eso no.

- ¿A quién involucran?

- Las investigaciones atañen a parte de la orden. Pedro III, mi sucesor, lo sabe. Aunque ellos defenderán que esto es un montaje.

[Ginés Jesús Hernández, el Papa Gregorio XVIII, concatena cigarrillos y apura un tercio de cerveza. La entrevista, que concede en un bar de Barrio Monachil cercano a su nueva casa, dura cuatro horas. Agarra la mano de Nieves, su novia, que no para de dedicarle caricias. Él se define como una persona “sentimentalmente fría” pero llama Chati a su pareja, cuyo número de teléfono guarda en su teléfono como Mi niña]

- ¿Qué decía en la carta que dejó a sus fieles?

- Digo que abandono el Palmar porque he perdido la fe en su obra y agradezco el cariño a frailes, monjas y fieles por el cariño que me han demostrado, pidiendo perdón por el dolor que sé que les causo y que nunca los olvidaré. Punto.

- ¿Qué se llevó al salir? Dicen que se ha llevado de allí millones de euros.

- ¡Pero si por allí nunca se ha visto esa cantidad de dinero, chiquillo! Yo entregué la herencia que recibí de mis padres, 20 millones de pesetas, pero me he ido y no voy a reclamar nada. Eso sí, el BMW X6 [blanco y matriculado en 2013, conocido como el ‘papamóvil’] sí que lo quiero porque me tengo que trasladar y ese coche me lo curré yo y es para mí. Igual que él [Pedro III] tiene otro.

- Se ha publicado que lo robó.

- El coche es totalmente mío, era de la iglesia de la que yo era representante. El 1 de marzo fui con el que ahora es Papa al notario para hacer una acta de donación. Desde entonces él tiene un BMW X5 y yo un X6. Antes había más coches, pero redujimos la flota porque se hacía difícil el mantenimiento y no les dábamos uso.

- Se lleva un coche pero, ¿qué deja allí?

- Dejo once caballos de pura raza y dos perros, Yasper y Canela, que echo mucho de menos. También dejo a mis padres, que están allí enterrados.

- ¿Qué hizo con el anillo papal?

- Lo entregué. El que llevo es uno que se hizo para la famosa Guardia Roja, que era un grupo de fieles que querían ser más cercanos al Papa, que se consideraban protectores míos, aunque yo salía por Sevilla solo, sin nadie.

[Su posición le permitía salir de los muros de la Iglesia Cristiana Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz, una escisión de la Iglesia Católica que considera antipapa a todo aquel posterior a Pablo VI. Se caracteriza por ser rígida y hermética. Celebran las misas en latín, cuidada indumentaria con velo para ellas y cuellos abotonados para ellos.]

- ¿En qué situación deja a la Iglesia Palmariana?

- He dejado la Iglesia fiscalmente y contablemente saneada, sin la más mínima deuda y, todo eso, con menos ingresos de los que antes entraban. Muchas veces me pregunto qué se hizo con todo el dinero que antes se tenía.

- ¿Quiere decir que los jerarcas de la iglesia la han desangrado?

- Más o menos.

- Se dice que la orden está en grave decadencia.

- Eso se decía cuando yo tomé el cargo. Ahora es otra. Empezamos a hacer reformas y la gente se preguntaba que cómo lo hacíamos, que de dónde salía ese dinero.

- ¿Y de dónde sale el dinero?

- Pues de las donaciones de los fieles, como siempre. Nosotros no tenemos otras vías de ingresos.

- ¿Es verdad que hay cuentas en paraísos fiscales que están dando rendimientos?

- No, no, no. Para tanto no llega la teta de la vaca.

- ¿Y las propiedades, las casas que había por Sevilla?

- Las tuve que vender. En el año 2000 hubo un grupo que expolió la Iglesia y a raíz de eso empezó una decadencia terrible.

- En su nueva vida, ¿en qué pretende trabajar?

- Ya me buscaré la vida. Si yo tuviera el dinero que dicen que me llevé no habría pedido una cita para el INEM. Tendré que buscar un trabajo, yo no quiero vivir del cuento. Antes de ser Papa trabajé de operario de mantenimiento, sé hacer cosas de electricidad, de fontanería y no se me caen los anillos.

[Nieves interviene en la conversación] Es el Papa Enamorado, ¿no?

- ¿Hay broma en casa?

[Responde Nieves] ¡Claro! Es cierto que nos vamos a casar y le digo de broma que le voy a preparar una boda que ni el Papa la va a tener.

- Ginés, ¿ya hay fecha?

- Todavía no. Será pronto. Estamos barajando una fecha pero hay que cumplir unos plazos. De momento estoy empadronado aquí.

- ¿Deja amigos en El Palmar?

- Muchos. Además, quien me conoce bien, a diferencia de mis predecesores en el cargo, he sido como un padre con sus hijos.

- Sin embargo, ha trascendido una imagen mucho más dura. Se dice que llevó su pontificado con mano de hierro.

- Pues nada que ver con la realidad. Siempre he sido una persona muy abierta y nunca se me subió el cargo a la cabeza. Tengo un carácter fuerte y no me gusta que me obliguen a hacer lo que no quiero. En esas situaciones pierdo los papeles por un problema que tengo de adrenalina, que suelo tener sesenta veces más de lo normal. Si me pongo nervioso, exploto. Procuro que no ocurra.

- ¿Y cómo es Nieves?

- Es una persona encantadora, muy abierta, que me ha demostrado que es fiel, no sólo en cuestión de amor, si no por guardar los secretos.

[El vínculo de Nieves con la Iglesia Palmariana viene por su madre, muy devota. La prometida de Ginés Jesús Hernández ingresó en la orden con siete años y salió con 23. Fue monja hermana durante muchos años. Ahora es animadora sociocultural en el Ayuntamiento de Monachil y, desde hace semanas, lleva detrás de la oreja derecha un tatuaje con una S, de Sergio María, el nombre que Ginés adoptó cuando entró en la orden palmariana.]

- ¿Y las hijas de ella qué dicen?

- Pues están encantadas. Eso sí, sufren mucho por los comentarios de sus compañeros. Los niños son muy crueles.

[Nieves interviene de nuevo] Las dos le dicen papi.

- ¿Cuándo empezó el noviazgo?

- Desde enero, más o menos.

- Y en estos meses, ¿cómo han llevado la distancia?

- Pues ella ha ido hasta en cuatro ocasiones a El Palmar y yo he venido a Monachil un par de veces, tanto para verla como para resolver cuestiones que requerían de mi presencia.

- ¿Tenía las llamadas pinchadas?

- En El Palmar, sí.

- ¿Y quién espiaba al Papa?

- Antes de ser nombrado, descubrí que gente que trabajaba para nosotros habían hecho un desfalco tremendo. Fue terrible. Ahí tuve poco apoyo y eso me enseñó a andar con pies de plomo. En el 2000, descubrí a un grupo de frailes y monjas que estaban intentando dar un golpe de Estado y fueron expulsados. Ellos llegaron incluso a intentar darme una paliza. Afortunadamente, Nieves supo de eso y me alertó.

- Nieves, ¿en algún momento viste que el amor era utópico, que sería imposible?

- Desde los 15 años siempre me gustó el padre Sergio María. Pero jamás había hablado con él. Conocía a sus padres. Ahí empieza mi historia de amor. Jamás pensé que podríamos vivir como ahora.

[Ginés toma de nuevo la palabra] Yo empecé a notar lo que ella sentía. No soy tonto. Como todo hombre, tengo deseos. Cuando empecé a darme cuenta de lo que sucedía le dije que no se enamorase de mí.

- ¿Qué esconde El Palmar?

- Nada. Allí no hay nada malo.

- ¿Es peligroso adentrarse allí?

- No, para nada. Hay muchos rumores de que estábamos financiados por la mafia, que durante las procesiones había francotiradores apostados… me han llegado a acusar de que allí había un arsenal.

- Pero sí hay una estatua de Franco.

- La quitamos porque me lo aconsejaron. Teníamos un permiso de obras para la fachada y teníamos muchas presiones de Izquierda Unida. Decidimos quitarla para poder seguir con las obras.

- ¿Y a quién se le ocurre santificar a Hitler como San Adolfo?

- Eso es falso. Son los rumores que corren. Pero… ¿creéis que vamos a santificar a Hitler? De hecho, hay un vídeo circulando por Whatsapp en el que se recrea la escena de una película [El hundimiento] en la que me caricaturizan.

- ¿Hitler no pero Franco sí?

- Personalmente, por la tradición que tengo y por mis creencias. Yo soy, aunque sea apolítico, franquista. Pero por la herencia de toda mi familia. Mi abuelo fue Camisa Vieja de la Falange. Aunque yo no santifiqué a Franco. Eso sí, lo prefiero a él antes que a todos los que están ahora.

- Sin embargo, Nieves es de la Confederación General del Trabajo (CGT), que se considera una asociación anarquista. ¿Cómo se vive ese conflicto?

[Nieves] Yo soy delegada sindical de CGT en el Ayuntamiento de Monachil. Estoy afiliada y me identifico mucho con su trabajo. Pero no soy de izquierdas, aunque se puede ser religioso y de izquierda.

[Ginés] Creo mucho en la libertad individual. No considero que sea una relación normal la de un hombre con otro hombre. Y está bien visto. Nadie ha dicho de mí que yo sea homosexual, y eso que de mis predecesores lo decían.

- Del Papa Clemente, el fundador de la Iglesia Palmariana, se ha dicho que por la Alameda de Hércules de Sevilla se le conocía como La Voltio. ¿Era cierto?

- Eso era verdad. ¡Vaya! Era algo que ha aparecido en las investigaciones. De eso se sabe muchíiisimo…

- ¿Pero dónde guarda tanto expediente X la iglesia de El Palmar?

- Lo tengo todo en la cabeza.

- ¿Y deberían tenerle miedo los actuales jerarcas de su iglesia?

- No, porque saben que yo nunca iré contra ellos. No voy a echar mierda sobre El Palmar. Y el que está ahora, Pedro III, sabe todas estas averiguaciones. Él mismo oyó algunos testimonios de afectados.

- ¿Es cierto que usted nombró a Pedro III? ¿No hubo cónclave?

- Por derecho eclesiástico palmariano, si yo lo nombro y él acepta, queda auto proclamado Papa. Yo lo nombré porque lo considero una persona capaz, yo le he enseñado todo lo que sé, pero le falta muchísimo carácter. También sé los nombramientos que él ha hecho.

- ¿Tiene allí espías?

- No, pero nos han llegado noticias. También nos han llegado mensajes muy desagradables del que ha sido nombrado tercero y que un sacerdote no tiene que decir.

- ¿Y les afecta?

- Yo quiero pasar página. No pensar en el pasado y centrarme en mi nueva vida.

- Y en esta nueva vida y con unas elecciones a las vueltas de la esquina, ¿a quién piensa votar?

- A nadie. Nunca he votado y he sido nombrado presidente de mesa tres veces. Pero siempre he sido objetor.

- ¿Pero se va a casar con una mujer divorciada?

- Sí, pero ella sabe que no me gusta.

- ¿El matrimonio será por lo civil?

- Evidentemente. ¿Quién me iba a casar? Ahora estoy excomulgado de la Iglesia Romana y de la Palmariana. Pero eso me lo paso por… las narices.

- ¿Y su familia irá a la boda?

- Yo estoy distanciado de mis hermanos por culpa de la Iglesia Palmariana. Pero ya he tenido acercamientos. Cualquier día iré a verlos y retomaré la relación.

- Separado de su familia por la iglesia y la gente les considera una secta. ¿Lo es?

- Estamos en el Ministerio de Justicia catalogados como secta. Para ellos, todo lo que no sea la Iglesia Católica es una secta. Si por estar fuera de la iglesia romana somos una secta, pues sí.

- Y allí, como dicen, no se le come la cabeza a nadie, ni se le aparta de la familia ¿no?

- Allí no se retiene a nadie. Si alguien se quiere ir, se le facilita dinero para pagarse el desplazamiento a su casa y nadie pone impedimentos. Hemos llegado a pagar billetes de avión a Australia de más de 3.000 euros. Yo ablandé mucho las normas en lo que se refiere al contacto con la familia.

[Ginés viste pantalón vaquero, zapatillas deportivas y una camisa bajo una sudadera azul. Lleva un reloj austero. Nada que ver con la etiqueta que se les exige a los visitantes de la catedral del Palmar: camisa abotonada hasta el último botón y pantalones, no vaqueros, y zapatos de vestir para ellos; velo y falda hasta los tobillos para ellas.]

- ¿Qué futuro le depara a la iglesia palmariana?

- Me he esforzado en hacer las cosas bien durante mi pontificado. Espero que el nuevo Papa lo haga bien y haya futuro para ellos. Pero por los hombres que han accedido a la jerarquía, me parece que todo acabará mal.

- Nieves, ¿cómo has sido capaz de guardar el secreto?

- Delante de mis amigas, cuando me llamaba por teléfono, siempre le llamaba Lovito, de Love. Me pedían que enseñara fotos.

- ¿Y fue fácil tomar la decisión?

- No, todo ha estado muy meditado. El 10 de marzo incluso dejamos la relación. Yo tenía una lucha interior muy grande, entre mi sacerdocio y ella. Y no podía llevar una doble vida. Pero el resultado de las investigaciones me ayudaron a tomar la decisión.

- ¿Y qué inclinó la balanza?

- Le dije que dejaría el pontificado si me pedía matrimonio. Me lo pidió. Yo acepté, aunque días después fui yo el que echó la rodilla al suelo para ponerle el anillo.

- ¿Y qué queda de Sergio María, el nombre que adoptó al entrar en la orden?

- Queda todo lo que he aprendido. Entré allí porque fui libre de hacerlo. También lo fui cuando con 16 años estudié en el seminario de la iglesia católica de Toledo. O cuando voluntariamente hice el servicio militar en los paracaidistas, donde participé en una misión nocturna contra ETA en Pamplona.

- ¿No tiene la sensación de haberse perdido mucho después de tantos años en El Palmar?

- Sí, aunque no me arrepiento. Eso sí, me siento engañado porque todo resultó ser un montaje.

- ¿Llegará el día en el que El Palmar se abra?

- Si lo hiciese, ya no sería El Palmar. Yo siempre dije que el problema económico era fácil de salvar, el alcalde de Utrera [término municipal en el que se enclava la iglesia palmariana] me preguntaba por qué no se abría al público. Yo le dije que esto no era El Rocío. Yo hago un open house, abro cuatro chiringuitos y cobro un euro por entrada… Me hago un millón de euros en dos días.

- ¿Cómo vivió la renuncia del Papa Ratzinger?

- A mí no me interesa. Pero no entiendo eso del Papa Emérito, y ambos con trato de Su Santidad. Yo soy Papa apóstata, cesante… He perdido la fe en aquello.

- ¿Y al Papa Francisco cómo lo definiría?

- Como un lobo con piel de cordero. Es un argentino, viste, que habla bien, pero poco más. Ese aperturismo que él pretende le hará daño a la Iglesia. No se puede quedar bien con todo el mundo. El crucificado murió por ir contra el mundo y la iglesia tiene que seguir sus pasos.

- ¿Echa en falta la oración en su vida?

- Te voy a confesar que yo llevo desde Semana Santa sin oficiar una misa.

- ¿Y qué le piden a la vida?

Un hijo. Ya lo estamos buscando.

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3. Desmontando el Palmar de Troya.

FUENTE: ABC

 

 

La iglesia cismática del Palmar de Troya responde perfectamente a la definición de secta: una «organización, generalmente religiosa, que se aparta de las doctrinas tradicionales u oficiales y toma carácter secreto para los que no pertenecen a ella; especialmente cuando se considera que es alienante o destructiva para sus seguidores». Desde que nació en 1975, lo que ocurre en el interior de los altos muros de la finca de La Alcaparrosa es un misterio. Lo cuenta Javier Macías en este reportaje publicado en el diario ABC.

Magnus Lundberg, un profesor de Teología de la Universidad de Uppsala (Suecia), lleva casi veinte años investigando esta orden escindida de la Iglesia Católica y tiene las respuestas a los porqués del Palmar de Troya. «Pasé un tiempo en Sevilla desde 1998 haciendo investigaciones en el Archivo de Indias para mi tesis doctoral sobre la Iglesia en España y América Latina, que es mi especialidad. Conocí la historia del Papa Clemente —por aquellos años fue cuando saltó el caso de los abusos sexuales reconocidos de Gregorio XVII a curas y monjas del Palmar— y recogí documentos de varios lugares. Tengo una colección bastante buena y contacto con ex miembros tanto de España como de Estados Unidos e Irlanda».

Lundberg afirma que «es difícil saber de esta iglesia, hay muchos documentos sobre la doctrina pero apenas se conoce cómo se administra y financia». Para comprenderlo todo, habría que remontarse a los orígenes…

Los videntes

Todo empezó el 30 de marzo de 1968 en las afueras de la pedanía de Utrera El Palmar de Troya. Cuatro niñas, Rafaela, Ana, Josefa, y Ana caminaban por el campo y en un árbol lentisco vislumbraron la figura de la Virgen María. Asustadas, corrieron al pueblo para contar la aparición. A partir de ahí, numerosas personas del pueblo se acercaron a orar ante el árbol. Pronto empezaron a llegar personas que se erigían como videntes y a quienes, supuestamente, se les aparecía la Virgen, bajo la advocación del Carmen. Estos videntes fueron elegidos por el pueblo como instrumentos para comunicar los «mensajes divinos».

La incultura y analfabetismo que primaba en la pedanía sevillana por aquellos tiempos, hicieron mucho más sencilla la labor a estos personajes. Los principales fueron Rosario Arenillas, Antonio Anillos Martín, Clemente Domínguez Gómez, María Luisa Vila, María Marín, José Navarro, Antonio Romero, Arsenia Llanos y Manuel Fernández, entre otros.

De todos ellos, fue Clemente Domínguez Gómez quien, ayudado por su abogado Manuel Alonso Corral, se convirtió en el líder de todos los videntes. Clemente se estigmatizaba y entraba en éxtasis delante de hasta 40.000 personas que se llegaron a dar cita. Los estigmas visibles eran manchas y heridas sangrantes. La recepción del Niño Jesús en sus brazos era motivo de adoración para todo el pueblo presente.

Una vez los videntes se hicieron con el lugar, las cuatro niñas desaparecieron y no se volvió a saber nada más de ellas. Varias teorías circulan, como la que dice que los padres se llevaron rápidamente a las niñas de allí al ver en lo que se estaba convirtiendo aquello. Otra indica que las niñas fueron pagadas para iniciar todo el proceso de «manipulación» al pueblo y, en el momento que llegaron los videntes, se mudaron de El Palmar. El trabajo estaba hecho, la población estaba manipulada.

El porqué de la doctrina

El cardenal Bueno Monreal, al comprobar lo que se había convertido aquello, prohibió todo tipo de actividad de culto católico en La Alcaparrosa. Clemente Domínguez junto a su abogado comenzaron el proceso doctrinal, rechazando la transformación que se estaba produciendo en la Iglesia Católica con el Concilio Vaticano II restituyendo los ritos tridentinos. A la muerte del Papa Pablo VI, Clemente Domínguez se autoproclamó su sucesor bajo el nombre de Gregorio XVII.

Según Lundberg, «desde el 75, cuando se fundó la orden de los carmelitas [de la Santa Faz], había muchos tradicionalistas católicos, pero muchos se fueron cuando Clemente se proclamó papa. Luego llegó una doctrina más y más independiente. Comenzaron a celebrar misas palmarianas en el 83, muy breves, de unos cinco minutos. Más tarde, en el 2000, se revisó la Biblia basándose en una interpretación alegórica y en las visiones de Clemente. Desde entonces tienen una distinta a las ordinarias, que fueron quemadas. Esto ocasionó un cisma en la orden».

La pregunta es… quienes pertenecen a esta secta, ¿creen en todo aquello o es sólo un negocio? Lundberg considera que «esto es bien difícil. El Papa Clemente era un hombre psicótico. Pedro —el nombre que adoptó cuando fue proclamado papa Manuel Alonso Corral—, era el cerebro. Yo creo que eran católicos, marianos, tradicionalistas. Para ellos, María es corredentora, aunque van un paso más allá en cosas como la presencia de la Virgen en el pan eucarístico, que lo tienen como dogma. Otras cosas raras de la doctrina es lo que llaman ‘el planeta de María’, el lugar donde no existe el pecado original, o el ‘planeta de Lucifer’. Es como un desarrollo fantástico de doctrinas o pensamientos que existen en el mundo católico tradicional».

¿Cómo se financian?

Éste es el secreto mejor guardado de la orden. Es conocido que en 1972 recibieron una donación de 16 millones de pesetas de la baronesa del Castillo de Chinrel para construir la basílica y hacerse con los terrenos de La Alcaparrosa. Además de esa aportación, tras los viajes por Estados Unidos, Canadá, América Latina y Europa que hicieron los fundadores de la secta, lograron financiación de familias extranjeras, como una de Wisconsin, propietaria de una marca de electrodomésticos, que se convirtió en una gran benefactora.

Así, fueron creando sedes palmarianas en el extranjero con el fin de captar más adeptos. Al dinero de la baronesa y de las donaciones se le unió el de un crédito concedido por el Banco Central de Utrera, se pudo comprar la finca, que costó 3,2 millones de pesetas. Lundberg lo equipara en opulencia con la Iglesia de la Cienciología, pero cree que es «muy raro en el contexto de las iglesias tradicionales con raíces en el Catolicismo. Y esto es lo especial, tienen una basílica inmensa y riqueza patrimonial».

El profesor afirma también que parte del poderío económico que ha tenido la secta en su historia proviene también de los miembros ordenados, que ceden su patrimonio —en algunos casos grande— a la congregación. «Mucho dinero viene de los Estados Unidos. Sé quiénes son pero no quiero dar nombres. Hay gente allí y gente también en países como Alemania, Suiza y la propia España. Con el Papa Sergio —el que ha renunciado— abrieron nuevas misiones en diferentes países como Francia, Suiza y EE.UU. y Alemania. Llegó mucho dinero de allí». En Irlanda, según señala Lundberg, hay un grupo bastante numeroso y en Dublín vendieron recientemente su casa principal por 1,3 millones de euros. Así, explica que un procedimiento que suelen utilizar en el Palmar de Troya es «apropiarse del dinero de gente mayor, que aunque sea poco dinero o inmuebles, lo dan a la iglesia».

¿Fraude fiscal?

Siempre ha existido la sospecha de que, en el fondo de todo este asunto, existe el interés lucrativo de aprovechar los beneficios fiscales de las donaciones que se obtienen gracias a que está reconocida como institución religiosa. Al donar una cantidad, recibirían un certificado diciendo que habían donado una cantidad superior, de forma que el donante terminaba evadiendo impuestos. Sea o no cierta esta teoría, la realidad es que quienes han visitado el Palmar de Troya, han podido comprobar que gran parte de sus miembros viven en la opulencia, con coches de lujo como el que le fue donado al ex papa Gregorio XVIII, un BMW X7 valorado en 70.000 euros.

¿Quiénes son los santos?

La iglesia palmariana reconoce a todos los canonizados por Roma hasta la muerte de Pablo VI en 1978. A partir de ahí, sólo reconoce a los canonizados en el interior de sus altos muros, y que son Francisco Franco, Luis Carrero Blanco, José Antonio Primo de Rivera, Josemaría Escrivá de Balaguer, José Calvo Sotelo, el Cardenal Cisneros, Don Pelayo, Cristóbal Colón, Eva Ibarguren, 300.000 mártires de la Guerra Civil, los papas palmarianos Gregorio XVII «El Muy Grande» (Clemente) y Pedro II (Manuel Alonso Corral). Aunque se cree que Adolf Hitler también fue canonizado, el profesor Magnus Lundberg desmiente este hecho.

¿Cuántos miembros tiene y de dónde vienen?

De las 40.000 personas que se dieron cita en 1970 para ser testigo de las apariciones y éxtasis del Papa Clemente, ahora apenas quedan menos de mil en todo el mundo. Magnus Lundberg afirma que «en 2011, durante el papado de Gregorio XVIII, parece que de nuevo entró dinero en la orden, aunque estaba muy diezmada en cuanto a sus miembros. En su primer sermón de 2011, decía que en aquel entonces tenía 1.500 miembros en todo el planeta. Ahora son menos de mil, ya que muchos o se han ido o han sido excomulgados».

En cuanto a los religiosos de la orden, la jerarquía en los comienzos era inmensa. «Hubo unas 200 consagraciones entre 1976 y 2005 (el año que murió Clemente), casi todos obispos, pero la mayoría dejaron la orden», explica. Ahora quedan unos 30, y cualquier fraile o presbítero es consagrado directamente como obispo, pero el profesor dice que «ya no hay cardenales desde 1995. Usan el birrete rojo pero no son cardenales porque ya no hay cónclave, sino derecho de sucesión». Respecto a las monjas, que anteriormente iban tapadas completamente (una especie de burka), «quedan muy pocas, entre veinte y treinta. Debe haber una revolución, porque las monjas ya no usan velo y esto es muy raro», comenta.

¿Cuáles son sus hábitos de vida?

«No es una prisión, no es imposible escapar, pero lo duro es que quizá nunca vas a encontrar a tu familia». Así describe el profesor de Uppsala la situación de muchos miembros escindidos. Lundberg asegura que hasta el papado de Sergio —el líder que se ha marchado con una mujer a Granada—, los miembros no tenían prohibido relacionarse con personas de fuera de la orden. Desde que él llegó en 2011, se endurecieron los hábitos de vida y «como mucho, pueden charlar un poco con compañeros de colegio o en el trabajo, pero tienen completamente prohibido entrar en contacto con ex palmarianos, incluso familiares y viejos amigos. Ni siquiera saludarlos por la calle. Esto es lo más trágico».

Así, pone el ejemplo de varios jóvenes que se encuentra en Dublín con su madre y no quieren saludarla. «Es un rasgo muy típico en las sectas», señala. En este caso, Manuel Moguer contaba en un reportaje en ABC el caso de una mujer irlandesa palmariana que fue hallada muerta en su cama dos meses después, y que no tenía contactos con nadie (en este mismo boletín). Lundberg cree en la importancia de este reportaje «porque podemos ayudar a mucha gente».

¿Cuál es la situación actual?

La iglesia palmariana está sumida en una crisis interna de la que le va a ser muy difícil salir. Desde el año 2000, muchos miembros se han marchado o han sido expulsados. Los sucesores de Clemente no han sido bien acogidos y, ahora, con la marcha imprevista de Sergio María Ginés Hernández abandonando la orden por «falta de fe», tras haberse enamorado de una granadina, pueden producirse más cismas.

Así lo cree el profesor, que considera que «no sé si va a desaparecer, pero es muy probable que haya cismas. Hay nuevos grupos de palmarianos y parece que Pedro III —el nuevo ‘papa’—es algo liberal también. Es flojo, según dicen mis informantes». En cuanto a la situación económica, el propio Papa Sergio comentó en una entrevista en exclusiva con ABC que lo había dejado con superávit y que estaba todo recogido ante notario.

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4. Los cuatro “papas” del Palmar de Troya.

FUENTE: ABC

 

 

¿Quién es el nuevo «papa» del Palmar de Troya? El profesor Magnus Lundberg de la Universidad de Uppsala en Suecia ha dado el nombre del sucesor del pontífice dimisionario, que ha abandonado la orden sin despedirse para marcharse, según apuntan algunas fuentes, con una mujer a Monachil tras haberse enamorado. Lo explica Javier Macías en el diario ABC. Según Lundberg, este nuevo «papa» sería un suizo llamado Joseph Odermatt, cuyo nombre de obispo es Eliseo María. Poco se sabe sobre él, sólo que es el que el anterior pontífice palmariano lo nominó para su sucesión, quien era hasta ahora secretario de estado de la secta que tiene su sede en la pedanía utrerana.

Los foros en Internet arden desde que se conoció la noticia de que el pasado 22 de abril renunciara el «papa». En ellos hay un encendido debate entre antiguos miembros escindidos de la Iglesia de la Santa Faz y los que aún permanecen dentro. Esta secta que rompió con Roma tras el Concilio Vaticano II y que no reconoce a los papas de la Iglesia Católica desde la muerte de Pablo VI, está viviendo una enorme crisis interna, que ha terminado con la salida de numerosos obispos y la venta de propiedades. Éstos son los perfiles de los «papas» que han ocupado la sede de la Iglesia Palmariana:

Gregorio XVII

Con él comenzó todo. Clemente Domínguez Gómez (Écija, 1946), era el vidente principal del lugar de apariciones del Palmar de Troya en 1968 y quien, ayudado por su abogado Manuel Alonso Corral, se convirtió en el líder de todos ellos. Domínguez fue el producto de una infancia y juventud difíciles, marcadas por las fugas del domicilio paterno y, según confesión de su propia madre, de unas facultades mentales perturbadas.

Su peculiar forma de llevar la contabilidad le hizo abandonar una compañía de seguros en la que trabajó fugazmente antes de emprender junto a Manuel Alonso Corral, su «secretario de estado», el «camino a la santidad». En 1969 entró en éxtasis delante de 30.000 personas y se estigmatizó. Los estigmas visibles eran manchas y heridas sangrantes. La recepción del Niño Jesús en sus brazos era motivo de adoración para todo el pueblo presente. Esto se producía mientras un olor a incienso se daba cita en el lugar extrañamente. Fue así como comenzó la manipulación de parte de este pequeño pueblo de Utrera.

Clemente y su abogado necesitaban, ahora, persuadir a las instituciones para que financiaran la construcción de una basílica. Lo consiguieron, nadie sabe cómo, y fue levantándose poco a poco en la misma finca donde se produjeron las apariciones. En este contexto, y para darle aún más suspense a la historia, durante un viaje en automóvil por la autopista Bilbao-Behovia, Domínguez sufrió un grave accidente que le hizo perder la vista el 29 de mayo de 1976.

A la muerte del Papa Pablo VI, Clemente Domínguez se autoproclamó su sucesor bajo el nombre de Gregorio XVII y canonizó sobre la marcha a Franco (cuentan que fue el régimen quien financió a la secta), José Antonio, Colón, Don Pelayo y hasta Adolf Hitler posteriormente, por el gran número de alemanes con los que contaba la congregación.

Fue entonces cuando rompieron con la Iglesia, a quienes consideran como la «gran ramera», la «sinagoga de Satanás» que «tragó la Iglesia de Roma y la verdadera Iglesia de Cristo tenía que huir al desierto». Restableció la misa tridentina y excomulgó a Juan XXIII y Juan Pablo II, a quienes consideraba que usurpaban el trono del Vaticano, desde entonces la «sede del Anticristo».

Clemente, para legalizar en España su organización religiosa, se vio obligado a suprimir la palabra Papa en sus estatutos, y convertirla en Jefe de la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz. El 4 de enero de 1988, el Tribunal Supremo dictó una sentencia por la que se permitió la inscripción de la Iglesia Cristiana Palmariana en el Registro de Asociaciones Religiosas.

Durante la década de los 90, fue acusado de abusos sexuales a algunos de los sacerdotes y monjas de su orden. En 1997, Domínguez admitió tales abusos y pidió perdón por ellos. Falleció a los 58 años, en 2005, apenas 11 días antes que Juan Pablo II. Clemente fue objeto de numerosos documentales, películas y hasta de canciones, como la de Carlos Cano, que popularizó aquello de «Clemente, no te quedes con la gente».

Pedro II

Según sus seguidores, Clemente Domínguez estaba destinado a ser el último papa y a ser crucificado y morir en Jerusalén, regresando a la Tierra bajo el nombre de Pedro II. No se cumplió la profecía. Antes de morir, nombró como sucesor a Manuel Alonso Corral (Cabeza del Buey, Badajoz, 1934), su abogado y confidente. Manuel Alonso era obispo de la Iglesia, bajo el nombre de Padre Isidoro María. Está considerado por muchos como el verdadero «cabecilla» de toda la trama de El Palmar de Troya.

Cuando fue nombrado Papa, tres días después de la muerte de Clemente, eligió el nombre, precisamente, de Pedro II. Esta decisión trajo consigo una fractura dentro de la iglesia palmariana, ya que muchos obispos la abandonaron al conocer el sucesor. Consideran a Pedro II como el antipapa que usurpa el trono de El Palmar.

Gregorio XVIII

En 2011, fallecía Manuel Alonso Corral y la iglesia palmariana, que se iba desmoronando cada vez a mayor velocidad, nombraba a Sergio Ginés María Jesús Hernández y Martínez (Mula, Murcia, 1959), quien ocupaba la secretaría de estado de la secta con Manuel Alonso Corral. Hernández era un militar del Ejército retirado, con ideas carlistas y, según quienes lo conocen, antes de ser nombrado «papa» tenía fama de «agresivo» y con un «estricto código de conducta». Con este nuevo antipapa, la congregación fue perdiendo aún más seguidores (la mayoría de ellos extranjeros) e incluso prohibió a los miembros relacionarse con los vecinos del pueblo.

Sus prohibiciones a los integrantes de la orden, referentes a la forma de vestir y los hábitos de vida, se le volvieron en su contra. El pasado 22 de abril, dejó una carta a todos los seguidores asegurando que había perdido la fe y que abandonaba la iglesia. Cuentan que su destino está en Monachil, a donde se habría marchado junto a una mujer de la que estaría enamorado. Su lugar lo ocupa ahora el suizo Joseph Odermatt, que ha adoptado el nombre de Pedro III.

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5. La historia de una adepta irlandesa del Palmar de Troya, aislada de la sociedad.

FUENTE: ABC

 

 

Bridget Crosbie murió en su casa de Wexford (Irlanda) a los 82 años. Hasta aquí lo normal, dada la edad de la mujer. Es con el descubrimiento de su cadáver es cuando empieza el relato de los últimos años de la vida de esta mujer, atrapada por la iglesia del Palmar de Troya, «destruida» por el culto en una sociedad secreta, denuncia su familia. Crosbie, explican sus allegados, estuvo dos meses muerta en su cama antes de que la encontraran. «Cortó toda relación con la familia porque en la iglesia del Palmar le obligaron». Lo cuenta en español el diario ABC.

Según recoge el Belfast Telegraph, entre otros medios británicos, Crosbie dejó su Irlanda natal en los años 60 para trabajar en hospitales de Londres y las Islas del Canal. Cuando volvió a casa, «había cambiado». Por dentro y por fuera. Por fuera, sus vestidos eran más largos, más oscuros. Por dentro, su vida social era limitadísima, pues se reducía a quienes eran compañeros de fe en la iglesia cismática. Ni siquiera respondía al teléfono cuando la llamaba su familia.

«Siempre estuvimos pendientes de ella, pero no podía tratar con nosotros», explican los vecinos. Su creencia en los troyanos le impedía tratar a quienes estaban fuera de la iglesia radicada en Utrera. Un episodio especialmente revelador de su aislamiento tuvo lugar en julio, antes de su muerte. La mujer tropezó en la calle y tuvieron que acudir unos enfermeros. Cuentan que se negó a recibir cuidados y mucho menos a irse en la ambulancia con ellos.

«Se la llevaron de nuestro lado y la destruyeron», cuenta su sobrino Michael Crosbie al Teleraph. Bridget era una chica irlandesa «como cualquier otra», recuerda su familia. Llevaba la vida normal de cualquier hija de vecino: salir a tomar algo, amigos, el trabajo... Hasta que, denuncian sus allegados, se cruzó en su vida la Iglesia del Palmar de Troya. «Le lavaron el cerebro», acusan.

La familia de Bridget tiene un mensaje para quienes estén en una situación similar. Quieren advertirles: «La gente tiene que estar alerta con estos grupos. No sabemos por qué Bridget se involucró con ellos, pero los Palmarianos nos la robaron. Vivía aislada. Aunque queríamos hablar con ella, no podíamos». Fruto del aislamiento, de la soledad y, cree la familia, de su relación con la iglesia del Palmar de Troya, Bridget murió sola y tuvieron que pasar dos meses para que encontraran su cadáver en la cama.

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6. El relato periodístico de una procesión en el recinto de la secta palmariana.

FUENTE: ABC

 

 

Recuperamos para este boletín monográfico el artículo que, con el título “En el interior de la iglesia del Palmar de Troya”, publicó el año pasado, el 3 de enero de 2015, el diario ABC, firmado por Javier Macías, y que ofrecía un testimonio de un acto de culto (procesión del 1 de enero) durante el pontificado recién terminado.

En la oscuridad de la carretera que une Utrera con El Palmar de Troya se levantan, imponentes, las torres iluminadas de una basílica que todos conocen por fuera, pero a la que pocos han accedido. El pasado día 1 enero, la iglesia palmariana celebraba la procesión de San José del Palmar Coronado y la Virgen del Palmar Coronada.

A los bares de esta entidad autónoma de la localidad de Utrera comenzaban a llegar extranjeros, unos alemanes, otros americanos. Ellos, con pantalones marrones; ellas, con faldas hasta los tobillos de color marrón y un cíngulo, como color y hábito carmelita. Nada alteraba la vida normal del bar, situado curiosamente frente a la modesta parroquia del pueblo, de infinita menor envergadura que la basílica del Palmar. Los miembros de la banda de música de Guillena, sin distintivo alguno, esperaban allí a las nueve de la noche, la hora en la que salía la procesión. Minutos antes de esa hora, en la entrada a la finca de la iglesia palmariana, protegida por altos muros que impiden ver su interior, iban accediendo en coches (algunos de alta gama) los miembros de la comunidad.

El guarda de la puerta retenía amablemente a la veintena de curiosos que querían entrar en el recinto. Allí, el portero informaba de la normativa para poder acceder: para los hombres, pantalón largo, no vaquero, camisa abrochada hasta el último botón y los puños hasta las muñecas. Para ellas, una falda que tapara hasta los tobillos –no pantalón–, el torso completamente cubierto y un pañuelo en la cabeza que sólo dejara ver el rostro.

La procesión

Una vez superado el control, el portero da una última orden: «Apaguen los móviles», para evitar que se tomen imágenes del interior y se hagan públicas, si bien a los propios miembros de la comunidad, que se distinguen por llevar el escudo de la Santa Faz, sí les está permitido. A las nueve en punto suenan las campanas de las torres del Palmar, entonando el himno nacional. Dentro, los hombres, situados en la acera de la derecha y las mujeres, en la izquierda, forman un pasillo. Apenas hay un centenar de personas, mientras sale el cortejo. En la cabecera, una veintena de monjas, cubiertas completamente con un velo negro, incluso tapando sus ojos. Tras las monjas iba un pequeño grupo de niñas vestidas de comunión con velo blanco.

Luego, obispos, en su mayoría extranjeros –americanos, europeos y africanos–, con la birreta roja, que preceden al primer paso: San José del Palmar Coronado. «Ya no salen costaleros, se quitaron porque decían que venían borrachos», cuenta un curioso que ya conocía el funcionamiento de la iglesia palmariana. Los pasos van ahora con ruedas, con un sistema que hace que al tercer golpe de martillo se levante «a pulso» y, a la voz del capataz –con acento extranjero–, comience a andar. Alguien, debajo del paso, lo va conduciendo siguiendo unas rayas pintadas en el suelo.

El conjunto de San José con el niño es impresionante. Túnicas ricamente bordadas y un paso completamente plateado. Luego sale la Virgen, que se sitúa justo detrás. El palio es igualmente espectacular: blanco, profusamente bordado en oro y marfil, con un manto que más quisieran algunas cofradías de Sevilla. La Virgen del Palmar, eso sí, de dudosa calidad artística, porta una corona de oro repleta de joyas. Tras el paso, la banda de Guillena, sin distintivo alguno, que lleva años acompañando a estas imágenes con marchas como «Coronación de la Macarena» o, incluso, los sones flamencos de «Reina de San Román», con el escaso público aplaudiendo los momentos fuertes de las composiciones.

Y el Papa...

Sin duda, lo que resultaba más estrafalario era ver, tras el manto de la Virgen, a un hombre vestido de Papa, con todos sus avíos: el solideo blanco, la mitra y el báculo y una capa pluvial bordada, sostenida por dos cardenales que lo acompañaban. Tras él, todo el colegio cardenalicio del Palmar.La procesión, que da una vuelta al templo, se detiene en cada extremo como formando una cruz, donde ambos pasos se sitúan uno al lado del otro y el Papa acude a incensarlos, rodeándolos hasta en tres ocasiones, tras lo cual pronuncia los vivas a las imágenes. Finalmente, un cardenal con acento anglosajón grita «¡Viva Su Santidad el Papa Gregorio XVIII!». Su nombre es Sergio María, ex militar procedente de Murcia, elegido tercer Papa de esta iglesia cismática.

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La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.