Dice el refrán castellano que no es lo mismo predicar que dar trigo. No es lo mismo, cierto. Pero si lo que entendemos es que no suelen ir de la mano y que a menudo hay incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace, ya no es tan cierto. Al menos en El Vaticano, que, a iniciativa del Papa Francisco, se ha decidido destinar la recaudación de la Expo de Milán a dar empleo a 15 familias de refugiados. En concreto las beneficiadas serán 15 familias de refugiados iraquíes en Jordania.

El proyecto está dotado con los 150.000 dólares recaudados en la pasada edición de la Exposición Universal, celebrada en Milán. Además del trabajo para esas 15 familias, que se financiará durante seis meses, se dará formación también a otras 200 personas más, que podrán formarse profesionalmente en materias como carpintería, agricultura e industria alimentaria. La iniciativa se presenta en la capital jordana y estará coordinada por Cáritas Amman.

Hay predicar, decir lo que hay que hacer, incluso dar bienvenidas (Welcome Refugees) en los Ayuntamientos. Pero además hay que dar trigo, porque si no es legítimo pensar que lo de la pancarta puede que solo sea una operación cosmética.