Servicio diario - 30 de mayo de 2016


 

Santa Marta: la iglesia tenga memoria, profecía y esperanza, contrariamente esclaviza
Posted by Redaccion on 30 May, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Memoria de los dones que Dios nos ha dado, profecía para abrir el corazón y entender donde hay que ir, aunque tuviéramos que arriesgar para hacerlo, y esperanza para evitar una jaula de normas y preceptos que sirven solo para dar un sentido de seguridad.
Son las tres coordinadas que Francisco ha ofrecido este lunes en la misa diaria que ha celebrado en la Residencia Santa Marta.
El Papa vuelve a hablar de esos corazones demasiados cerrados a la obra de Dios y al soplo del Espíritu Santo. Lo hace recordando las parábolas de Jesús, el cual desmonta los andamios de leyes y prescripciones con las cuales los escribas y los fariseos sofocaban la memoria, la profecía y la esperanza.
En particular evoca la parábola de los viñadores homicidas narrada en el Evangelio de hoy, los cuales se rebelan contra su patrón matando a los siervos que enviaba para solicitar lo que le debían, llegando estos a asesinar al mismo hijo del patrón, el único, para así lograr que la herencia terminara en las manos de ellos.
Una metáfora clara, observa el Papa de “un pueblo cerrado en sí mismo, que no se abre a las promesas de Dios”, que asesina a los siervos y al hijo, o sea a los profetas de la Biblia y a Cristo, para no oírlo. Porque a ese pueblo le interesa “un sistema jurídico cerrado” y nada más. Prefieren que no vengan los profetas. Y legitiman a los doctores de la ley, a los teólogos que siempre entran en la casuística y no quieren la libertad del Espíritu Santo, y lo enjaulan, porque no permiten la profecía ni la esperanza”.
Es un sistema que san Pedro en la Primera lectura define como “corrupción, mundanidad y concupiscencia”. Por ellos Jesús no evita de increparlos, Él durante los 40 días en el desierto ha sufrido la tentación “de perder la memoria de su misión, de no dar espacio a la profecía y de preferir la seguridad en lugar de la esperanza”. Por eso les grita: ‘Ustedes giran en medio del mundo para tener un prosélito y cuando lo encuentran lo vuelven esclavo’, “una iglesia así organizada –exclama el Papa– hace esclavos”.
La viña bien organizada, subraya el Pontífice, es “la imagen del pueblo de Dios, la imagen de la Iglesia y también la imagen de nuestra alma”, que el Padre cuida siempre “con tanto amor y tanta ternura”. Rebelarse a Dios, como a los viñadores homicidas significa “perder la memoria del don recibido”, por para “no equivocarse en el camino” es importante “volver siempre a las raíces”.
El Papa al concluir invita a preguntarnos: “¿tengo yo memoria de las maravillas que el Señor hizo en mi vida?, ¿de los dones del Señor? ¿Soy capaz de abrir el corazón a los profetas, o sea a aquello que me dice ‘esto no va’, debes ir allá, ve adelante y arriesga? ¿Estoy abierto a aquello o prefiero cerrarme en la jaula de la ley? Y para finalizar: ¿tengo yo esperanza en las promesas de Dios, como las tuvo nuestro padre Abraham, que salió de su tierra sin saber dónde iba, porque esperaba solo en Dios?”.


La semana del Papa inicia profundizando la reforma de los medios de comunicación
Posted by Sergio Mora on 30 May, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- “En la reunión presidida hoy por el papa Francisco junto a los jefes de los dicasterios de la Curia Romana, se ha profundizado sobre la reforma de los medios de comunicación de la Santa Sede”. Lo indicó al finalizar la mañana, el portavoz del Vaticano a los periodistas presentes en la Sala de prensa del Vaticano.
Añadió que la reunión presidida por el papa Francisco, ha sido introducida por la relación de Mons. Dario Edoardo Viganò, prefecto de la Secretaría de la Comunicación.
Mons. Viganó después de estar durante años a cargo del Centro Televisivo Vaticano, fue nombrado responsable del nuevo dicasterio que buscará lograr una sinergía mayor entre las diversas estructuras de comunicación de la Santa Sede, como la Radio Vaticano, el Centro Televisivo, el Osservatore Romano, la Oficina de prensa, la tipografía y el servicio fotográfico, con unos 600 empleados entre técnicos y periodistas.
Una reforma que no contempla licenciar al personal, sí a desplazarlo de algunos sectores a otros en caso de necesidad, y sin olvidar de dar información a las Iglesias en el mundo que sufren persecución o están en dificultad.
Leer también: La reforma de la comunicación del Vaticano la volverá más eficiente


Texto completo de las palabras del Papa en el IV congreso de Scholas Ocurrentes
Posted by Sergio Mora on 30 May, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco habló este domingo 29 por la tarde en el Aula nueva del Sínodo, en la ceremonia de conclusión del IV Congreso Internacional de la fundación pontificia Scholas Ocurrentes, con el tema “Entre la universidad y la escuela, un muro o un puente”. En el evento final estuvieron algunos actores famosos de Hollywood, futbolistas, surfistas y sobre todo los participantes del congreso que se realizó, una parte en el Vaticano y otra de jóvenes en la universidad Lumsa de Roma. En medio de las intervenciones del Papa se registraron otras actuaciones, incluso una oración interreligiosa realizada por un grupo de personas de diversos credos que participaron el en congreso en la Casina Pio IV.
A continuación las palabras textuales del Santo Padre
Primera intervención del papa Francisco: Gracias por estar aquí. Estoy contento de saludarlos y desearles que no haya sido muy aburrido todo esto. Que se haya dado ese clima de comunicación, ese clima de encuentro, ese clima de puente, que nos une y que es un desafío para este mundo que corre siempre el riesgo de atomizarse. Y de separarse y, cuando los pueblos se separan, las familias se separan, los amigos se separan, solamente en la separación se puede sembrar enemistad o incluso odio. En cambio, cuando se juntan se da la amistad social, la amistad fraternal y se da una cultura del encuentro que nos defiende de cualquier tipo de cultura de descarte. Gracias por eso y por lo que están haciendo con él.
La respuesta de Francisco a si había pensado alguna vez en renunciar debido a la responsabilidad que significaba ser Papa.
No se me ocurrió dejar de serlo por la responsabilidad y les hago una confidencia: ni se me había ocurrido que me iban a elegir a mí. Fue una sorpresa para mí. Pero, desde ese momento, Dios me dio una paz que dura hasta el día de hoy. Y eso me mantiene. Esa es la gracia que recibí. Por otro lado, por naturaleza soy inconsciente, así que sigo adelante.
Mirá, construir un mundo ‘más mejor, más mejor’, me salió la porteñada. Construir un mundo mejor creo que se puede resumir en esas cosas que hablamos juntos allí, ¿no es cierto? Es decir, que cada persona sea reconocida en su identidad, pero la identidad no se da si no hay pertenencia. Procurar dar pertenencia, y uno de ustedes me preguntaba: si un chico, una chica no tiene pertenencia ¿cómo puedo ayudarla? Por lo menos ofrecele pertenencia virtual, pero que se sienta… y ahí va a tener identidad. Pero una persona sin identidad no tiene futuro. Entonces urge, es urgente ofrecer pertenencias de cualquier tipo, pero que se sientan pertenecientes a un grupo, a una familia, a una organización, a algo, y eso le va a dar identidad. Identidad, pertenencia.
Esto otro, lenguaje de los gestos, animarnos a tener lenguaje de los gestos. A veces nos gusta hablar y hablar. A veces el lenguaje de los gestos es distinto. Sólo hablar no basta. Podemos caer en el «jarabe de pico» y ese no funciona. Lenguaje de los gestos, que a veces es una palmada, una sonrisa. Me gustó lo que dijiste vos: «Esta sonrisa no me la saca nadie». Una sonrisa que da esperanza, mirar a los ojos, gestos de aprobación o de paciencia, de tolerancia, gestos.
Dejar las agresiones, el bulismo, el bulling, el bulismo es otra cosa, el bulismo es una agresión que esconde una profunda crueldad y el mundo es cruel. El mundo es cruel. Y las guerras son un monumento de crueldad.
Una monja de un país africano que tiene guerras intestinas me mandó fotografías, las tengo acá. Y ¿a donde llega la crueldad de la guerra? Un niño degollado, un niño. Entonces, podemos entender el bulling. Si esto se da, ¿cómo no se va a dar el bulling? Es la misma crueldad contra un niño y un niño que se lo hace a otro, si vos sembrás crueldad. Un niño masacrado en su cabeza. Y esto pasó el mes pasado.
O sea, para construir un mundo nuevo, un mundo mejor hay que desterrar todo tipo de crueldad. Y la guerra es una crueldad. Pero este tipo de guerra más crueldad todavía porque se ensaña con un inocente.
Después el escuchar al otro, la capacidad de escuchar, no discutir enseguida, preguntar, y eso es el diálogo, y el diálogo es un puente. El diálogo es un puente. No tenerle miedo al diálogo, no se trata del San Lorenzo-Lanús, que se juega hoy, a ver quién gana. Se trata de juntamente ir poniendo las propuestas para avanzar juntos. En el diálogo todos ganan, nadie pierde. En la discusión hay uno que gana y otro que pierde o pierden los dos. El diálogo es mansedumbre, es capacidad de escucha, es ponerse en el lugar del otro, es tender puentes. Y dentro del diálogo si yo opino distinto no discutir, sino a lo más persuadir con mansedumbre.
Como ven son todas las conductas que fueron saliendo en las preguntas que ustedes hacían. Y el orgullo, la soberbia, desterrarlos, porque el orgullo y la soberbia terminan mal siempre. El orgulloso termina mal. O sea, yo te contestaría esa pregunta: ¿Cómo construir un mundo mejor? Por ese camino. Nuestro mundo necesita de bajar el nivel de agresión. Necesita de ternura. Necesita de mansedumbre, necesita de escuchar, necesita de caminar juntos. Si no, esto y esto se está dando hoy, porque faltan todas esas actitudes que yo dije. No sé si respondí a la pregunta, eh? ¿De acuerdo? ¿Respondí?
Las palabras finales del Santo Padre.
Les agradezco a todos ustedes la colaboración, el trabajo y la paciencia. Pensamos en todos los chicos del mundo con sus diversas culturas, idiomas, razas, religiones. Y nos dirigimos a Dios pidiendo con el texto de bendición más antiguo que es válido y es usado por las tres religiones monoteístas: «El Señor los bendiga y los proteja, haga brillar su rostro sobre ustedes y les muestre su gracia, les descubra su rostro y les conceda la paz. Amen». Y muchas gracias por todo y recen por mí, por favor, que necesito.
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Los niños son el corazón del drama de la guerra en Siria
Posted by Redaccion on 30 May, 2016



(ZENIT – Roma).- Las comunidades cristianas de Siria vivirán este miércoles una jornada de oración por la paz, iniciativa que el Santo Padre recordó en el ángelus de ayer domingo. Sobre el tema, el obispo caldeo de Alepo y presidente de la Cáritas de Siria, Antoine Audo, ante los micrófonos de la Radio Vaticano aseguró que “los niños son el corazón de este drama sirio”, y que la iniciativa muestra como los cristianos están presentes y radicados en Siria y en la Iglesia”.
“El próximo miércoles 1 de junio –dijo el papa Francisco en el ángelus– con motivo del Día Internacional del Niño, las comunidades cristianas de Siria, sean católicas que ortodoxas, vivirán juntas una oración especial por la paz, que tendrá como protagonistas a los niños. Los niños sirios invitan a los niños de todo el mundo a unirse a ellos en la oración por la paz”.
Mons. Audo señaló que este gesto ecuménico, que permitirá a todos rezar juntos “es muy importante para nosotros y para la Iglesia en todo el mundo”.
El presidente de la Cáritas precisó en sus palabras que “los niños de Siria sufren mucho. Más de dos millones de ellos están sin escolarización, los veo por las calles de Alepo caminado descalzos sin pan, sin posibilidad de tener dignidad” y lo peor, añade es que “se explotan a los niños de muchas maneras para humillarlos, para conseguir dinero … “.
El obispo Caldeo indicó además que “los niños son las personas más débiles de la sociedad: todas las violencias caen sobre los niños, no tienen como de defenderse en esta situación”. Porque además “el corazón de Nuestro Señor ve en los niños el camino hacia el Reino de Dios, el camino de la humildad, que interpela al poder del mundo.
A través de los niños es una buena manera de hacer un llamado a la paz y la reconciliación” dijo. Deseó así que Francisco les ayude, porque “el Papa presta atención a las realidades humanas de los más débiles, de los más simples”.


Los seglares del Regnum Christi inician su Convención Internacional en Roma
Posted by Redaccion on 30 May, 2016



(ZENIT – Roma).- Los seglares de Regnum Christi se reúnen esta semana en Roma, en una Convención Internacional destinada a profundizar y clarificar la manera en que ellos están llamados a encarnar y vivir el carisma del Regnum Christi, y a participar en el gobierno de la misión común.
Lo indicó este lunes por la tarde la oficina de prensa de la congregación de los Legionarios de Cristo, en un comunicado enviado a la redacción de ZENIT, en el cual se precisa que los representantes elegidos por votación en todo el mundo se reúnen hasta el próximo día 4 de junio con una tarea: concluir una fase de clarificación sobre su identidad y misión, y proponer recomendaciones al director general sobre cómo expresarlo en los futuros nuevos Estatutos.
Regnum Christi inició en el año 2010 un proceso de renovación profundo de la mano de la Iglesia, en el que están participando todos sus miembros y que esta semana da un paso más.
El director general del Regnum Christi y sacerdote Eduardo Robles-Gil, al presidir la Convención señaló: “Confío en que logremos identificar lo esencial de cómo el carisma del Regnum Christi es vivido por sus miembros laicos, y reunamos así las propuestas necesarias para poderlo expresar de manera renovada y apropiada en el texto de los nuevos Estatutos del Regnum Christi”.
La Convención Internacional se pronunciará sobre cada uno de los números estatutarios, y si reflejan la manera en que los seglares están llamados a vivir este carisma de la Iglesia. Posteriormente, y se preparará una propuesta de configuración canónica para todo el Regnum Christi.
Todo el proceso está asesorado por Gianfranco Ghirlanda, SJ, quien está participando en la Convención y que el 14 de junio de 2014 fue nombrado Asistente Pontificio para acompañar al Regnum Christi en esta etapa del proceso de renovación, especialmente en lo que se refiere a la configuración canónica.
También acudirán Mons. Rodríguez Carballo, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y el Cardenal Velasio De Paolis, que presidirán respectivamente la misa el martes y el miércoles por la tarde.
COMPOSICIÓN DE LA CONVENCIÓN
La Convención está compuesta por 80 participantes con una media de edad de 42 años: 64 son seglares elegidos por votación en sus respectivos Convenciones Territoriales, con voz y voto; 13 son participantes de las ramas consagradas del Regnum Christi –legionarios de Cristo, consagradas y laicos consagrados– que tienen voz pero no voto. Los delegados y participantes proceden de 16 países diferentes. Entre los seglares, 25 son mujeres, y 39 son hombres. Proceden de 16 países: México (22), EE.UU (10), Brasil (5), Colombia (3), Venezuela (3), Chile (4), España (4) , Italia (4), Alemania (2), Canadá (2), El Salvador (2), Filipinas (1), Argentina (1), Austria (1), Costa Rica (1), Francia (1)Entre los participantes de las ramas consagradas, 5 son mujeres y 11, hombres.
CIFRAS GENERALES
A fecha 30 de diciembre de 2014, el Regnum Christi estaba formado por aproximadamente 23.867 miembros: 21.500 seglares, 1.650 legionarios de Cristo (datos de 31 de diciembre de 2015), 593 consagradas y 68 laicos consagrados.
En el mundo, el Regnum Christi cuenta con 14 universidades en las que se forman 34 mil alumnos, 128 colegios con 67 mil alumnos, y 37 colegios Mano Amiga para niños de zonas marginadas, con 19 mil alumnos.


Unos 700 desaparecidos en los naufragios de esta semana en el Mediterráneo
Posted by Sergio Mora on 30 May, 2016



(ZENIT – Roma).- Más de 12 mil migrantes desembarcaron esta semana en las costas italianas, quienes sufrieron abusos, violencias y malnutrición durante la travesía. Y el balance que señala la portavoz de la agencia de refugiados de las Naciones Unidas (Acnur), Carlotta Sami, es dramático: unas 700 personas murieron en estos siete día en tres naufragios, aunque los números nunca los lograremos saber.
Como dramático es lo que emerge de las narraciones de los sobrevivientes, que cuentan haber visto niños que se ahogaban, violaciones y abusos de todo tipo. Así lo indicaron los 600 migrantes –de los cuales algunas mujeres embarazadas y 30 menores– que llegaron los días pasados al muelle italiano “Santa Lucía” de Palermo, tras haber sido rescatados en aguas internacionales. Ellos provenían de Libia y fueron transportados en un barco de Médicos Sin Fronteras.
El santo padre Francisco recordó el sábado en el Vaticano, conversando con los niños del ‘Treno dei bambini’ quienes le visitaron, que los niños migrantes no son un peligro, sino que están el peligro.
La persecución, los conflictos y la pobreza han obligado en el 2015 a más de un millón de personas a huir hacia Europa, es el nivel de desplazamiento más elevado observado en Europa occidental y central desde los años 90, cuando estallaron los conflictos en la antigua Yugoslavia, indican los datos Acnur.
Meses después del inicio de la crisis, el número de personas que arriesgan su vida cruzando el Mediterráneo y se desplazan a lo largo de la ruta de los Balcanes occidentales en busca de protección en distintos países de Europa se ha ido incrementando paulatinamente. La gran mayoría de quienes llegan proceden de zonas en conflicto como Siria, Afganistán o Irak y huyen para salvar sus vidas, por lo que se trata ante todo, de una crisis de refugiados. Cerrada o limitada la vía de los Balcanes, retomaron las travesías en el Mediterráneo.
El viaje es peligroso, pero para ellos, que han vivido años de violencia, conflicto y violaciones de derechos humanos, el huir de sus hogares y emprender este periplo es la única y desesperada opción que tienen. En el 2015, según datos ONU, más de 3.700 personas han perdido la vida en el mar en su intento de alcanzar las costas europeas.


Santiago de Chile: emocionante procesión del Corpus Christi desafía el mal tiempo
Posted by Redaccion on 30 May, 2016



(ZENIT – Roma).- Este domingo se realizaron diversas procesiones de Corpus Christi en las más variadas ciudades del mundo. Hoy citamos a una de ellas: la que se desarrolló en la Capital de Chile y que reunió a miles de fieles. Fue presidida por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, acompañado por el nuncio apostólico Ivo Scapolo, los obispos auxiliares, sacerdotes, diáconos y una multitud de personas provenientes de diversas partes de la capital.
Las informaciones enviadas a ZENIT por la dirección de Comunicaciones del arzobispado de Santiago, señalan que a pesar de la fría y lluviosa tarde del domingo miles de personas participaron de la histórica procesión que recorrió el paseo Estado –cubierto de alfombras de flores– desde la Iglesia San Agustín, hasta la Catedral Metropolitana.
La celebración en la que se conmemora la institución de la Eucaristía, el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo inició por la tarde y en la homilía, el cardenal Ezzati destacó: “Han sido valientes al enfrentar la lluvia y el mal tiempo. Esto nos muestra que el amor a Jesús es más fuerte que cualquier adversidad del tiempo o la cultura que vivimos hoy. Como desde comienzo de la vida de la Iglesia, cuando los apóstoles experimentaban la presencia de Señor en medio de ellos. Jesús resucitado nunca dejó de estar presente”.
“En estos dos mil años de historia –añadió el purpurado– la Iglesia nunca perdió la fe que el Señor camina con nosotros. En el pan y el vino, Jesucristo ofreció en la Última Cena el signo de la presencia real en nuestra vida y nuestro caminar”.
“Hoy lo queremos llevar por las calles de nuestra ciudad. Su presencia es salvadora, nos da esperanza. Como dice el papa Francisco, nos hace perseguirlo como paralíticos, que hemos sido sanados por la presencia de Jesús. La ciudad y el mundo de hoy se parecen a un paralítico. Hay tanta falta de confianza en esta nuestra historia. Que la presencia de Jesús nos toque el corazón para que podamos caminar siendo hermanos construyendo el Reino de Dios”, señaló el cardenal.
La voz de los peregrinos
Paula Samaniego, una madre que asistió a la procesión junto con sus hijos, expresó: “Bonito para los niños, para nosotros, una oportunidad única y hay que hacerle frente al mal tiempo porque es una experiencia preciosa y las alfombras son demasiados impactantes”.
Eva Mics, del equipo de servicio, señaló: “es primera vez que vivo Corpus Christi y nunca había visto las alfombras, pese a que estaban mojadas, me gustó porque jamás las había visto”.
Otro servidor, Felipe González, agregó: “nos juntamos semana a semana para adorar al cuerpo de Cristo y como esta es la celebración de él, siento que es una de las más importantes de la iglesia porque celebramos el cuerpo”.
Por su parte, Vito Jiménez, seminarista de cuarto año, contó: “Es una fiesta muy significativa, considerando que yo me estoy formando para ser sacerdote, entonces pensar que yo podré consagrar el pan y el vino para que sean el cuerpo y la sangre de Jesucristo hacen que esta fiesta sea esencial, además aquí uno se da cuenta que las personas tienen necesidad de Jesús sacramentado”.
Para monseñor Fernando Ramos, obispo auxiliar de Santiago, esta fiesta: “Expresa la devoción eucarística de los católicos que ven en un trozo de pan la visita de Jesucristo que se entrega como alimento y bebida para todos nosotros. Así que a través de esta procesión, expresamos nuestro cariño y agradecemos la presencia y cercanía de Dios en nuestras vidas”.
Sobre la violencia en la ciudad
Consultado al final de la ceremonia, respecto del lanzamiento de un artefacto incendiario al templo de la Gratitud nacional, el arzobispo expresó: “La violencia siempre engendra mayores problemas. Nos aleja los unos de los otros. Crea división. Nuestra vocación cristiana es a la comunión, a entendernos, a respetarnos aun en diversas posturas. Lamento que la violencia sea la voz que resonó ayer. Lamento que sea voz de jóvenes, porque ellos tienen por delante el futuro, desean vivir en paz. Duele el corazón cuando algunos de ellos no comprendiendo lo mas bello de su vocación, destruyen en vez de construir. He recordado la semana pasada las palabras del cardenal Raúl Silva Henríquez: ‘Matemos el odio, antes que el odio mate el alma de Chile’, hoy vuelvo a repetir esas palabras”.


Comentario a la liturgia – Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
Posted by Antonio Rivero on 30 May, 2016



P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, director espiritual y profesor en el Centro de Humanidades Clásicas de la Legión de Cristo, en Monterrey (México).
Idea principal: Contemplemos el amor loco de Cristo. El corazón tiene motivos que la razón no comprende –diría Pascal.
Síntesis del mensaje: En este año de la misericordia la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús debería celebrarse con grande alegría y mayor fervor, pues en el Sacratísimo Corazón de Jesús están encerrados todos los tesoros de ternura, compasión y misericordia divinas para todos los hombres y mujeres. ¡Menos mal que Dios en Cristo se hizo amor misericordioso y loco para salvarnos! De lo contrario, ¿dónde estaríamos ahora?
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, todas las lecturas nos invitan a contemplar la locura del amor de Cristo. El amor que manifiesta su Corazón es un amor humano loco, que revela un amor divino todavía más loco. Los escribas y fariseos del evangelio de hoy no entienden esta locura de amor de Jesús con los pecadores y publicanos, tienen el corazón cerrado en el legalismo y en pergaminos. ¿A quién se le ocurre dejar las 99 ovejas e ir a buscar a la oveja perdida e indócil que se ha alejado del rebaño? Sólo a quien tiene un amor loco. La pérdida de la oveja provoca en el pastor un sentimiento de privación que invade todo su corazón y le hace olvidar todos los otros afectos. Y cuando la encuentra, se alegra, la sube a sus hombros, la acaricia, y cuando llega a casa, hace fiesta, y comparte su alegría con los vecinos. Gestos todos de un corazón loco y lleno de misericordia. Humanamente, este comportamiento del pastor es criticable, porque no es justo reservar más amor a quien merece menos. No es razonable este comportamiento. Pero el amor de Dios no hace cálculos, razonamientos. Lo que quiere es salvar a todos. ¡Cuánto tuvo que luchar Jesús en su vida pública con esos hombres acartonados en la ley, pero sin caridad! Pero el mensaje de Jesús era justamente esto: el amor misericordioso. ¿No estamos celebrando el Año Jubilar de la Misericordia para tomar más conciencia del núcleo del evangelio de Jesús?
En segundo lugar, Pablo en la segunda lectura vuelve a la misma verdad: “Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores” (Rm 5, 6). Ya sabemos que los pecadores –y cada uno de nosotros lo es- no merecen sino castigos. No es razonable que un inocente se ofrezca a sí mismo a la muerte, y a una muerte infame –clavos, espinas, bofetadas, desprecios…-, en beneficio de unos hombres culpables. Desde el punto de vista de la razón, morir por otro, aunque se trate de un justo, es ya un exceso. Nadie se ofrece a sí mismo voluntariamente a la muerte; un hombre muere cuando se le impone la muerte. El Corazón de Jesús no siguió la lógica de la razón, sino la del amor divino. Y sigue entregándose a sí mismo por nosotros en la Eucaristía: nos entrega su Cuerpo y su Sangre derramada por nosotros en remisión de los pecados. Su muerte en la cruz es la mayor locura de amor que se pueda concebir. Y en cada confesión, la sangre de Cristo se derrama por nuestra alma, lavándonos, purificándonos, renovándonos y santificándonos. ¿No es esto amor misericordioso?
Finalmente, algunos cristianos santos y mártires sí comprendieron este amor loco. Preguntemos a san Maximiliano María Kolbe. En 1941 es nuevamente hecho prisionero y ésta vez es enviado a la prisión de Pawiak, y luego llevado al campo de concentración de Auschwitz (campo de concentración construido tras la invasión de Polonia por los alemanes). Allí prosiguió su ministerio a pesar de las terribles condiciones de vida. Los nazis siempre trataban a los prisioneros de una manera inhumana y antipersonal, de manera que los llamaban por números; a San Maximiliano le asignaron el número 16670. A pesar de los difíciles momentos en el campo, su generosidad y su preocupación por los demás nunca le abandonaron. El 3 de agosto de 1941, un prisionero escapa; y en represalia, el comandante del campo ordena escoger a 10 prisioneros para ser condenados a morir de hambre. Entre los hombres escogidos estaba el sargento Franciszek Gajowniczek, polaco como San Maximiliano, casado y con hijos. “No hay amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos” (Jn 15, 13). San Maximiliano, que no se encontraba dentro de los 10 prisioneros escogidos, se ofrece a morir en su lugar. El comandante del campo acepta el cambio. Luego de 10 días de su condena y al encontrarlo todavía con vida, los nazis le colocan una inyección letal el 14 de agosto de 1941. ¿No es esto amor loco por parte de Maximiliano María Kolbe?
Para reflexionar: ¿Cómo es mi amor por Jesús: sólo sentimental, esporádico, interesado, inconstante? ¿O es fuerte, firme, demostrado en obras? ¿Qué estaría dispuesto a hacer por Cristo, si se me pidiera un duro sacrificio: huiría, protestaría, claudicaría? ¿O pondría mi pecho para dar la vida por Cristo y por los hermanos?
Para rezar: recemos con el cardenal, ya beato, John Henry Newman:
Amado Señor, ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya. Inunda mi alma de espíritu y vida. Penetra y posee todo mi ser hasta tal punto que toda mi vida sólo sea una emanación de la tuya. Brilla a través de mí, y mora en mi de tal manera que todas las almas que entren en contacto conmigo puedan sentir tu presencia en mi alma. Haz que me miren y ya no me vean a mí sino solamente a ti, oh Señor. Quédate conmigo y entonces comenzaré a brillar como brillas Tú; a brillar para servir de luz a los demás a través de mí. La luz, oh Señor, irradiará toda de Ti; no de mí; serás Tú, quien ilumine a los demás a través de mí. Permíteme pues alabarte de la manera que más te gusta, brillando para quienes me rodean. Haz que predique sin predicar, no con palabras sino con mi ejemplo, por la fuerza contagiosa, por la influencia de lo que hago, por la evidente plenitud del amor que te tiene mi corazón. Amén.
Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org


Santa Bautista (Camila) de Varano – 31 de mayo
Posted by Isabel Orellana Vilches on 30 May, 2016



(ZENIT – Madrid).- Se entregó generosamente a Cristo después de haber experimentado los goces mundanos que formaban parte de la clase social a la que pertenecía. Nació en Camerino, Macerata, Italia, el 9 de abril de 1458. Y aunque era hija ilegítima del príncipe Julio César de Varano y de Cecchina di maestro Giacomo, no le faltó el cariño de su padre y de su esposa Juana Malatesta. Hasta que llegó el momento de su conversión, esta mujer despierta e inteligente recibió una sólida formación conforme a los cánones renacentistas. Ello incluía el conocimiento de la literatura clásica y el dominio del latín. Aprendió a pintar, dominaba los juegos de mesa, y no se privó de los bailes de salón frecuentados por personas de su alcurnia.
Espiritualmente, cuando tenía alrededor de 10 años su inocente corazón quedó encendido por las palabras que oyó pronunciar a Domenico da Leonessa. Entonces elevó a voto la costumbre de meditar todos los viernes en la Pasión de Cristo y de verter alguna lágrima por Él, como le sugirió el bondadoso fraile. Cumplió esta promesa fielmente: «Por virtud del Espíritu Santo, aquella santa palabra quedó impresa de tal manera en mi tierno e infantil corazón, que ya nunca marchó del corazón ni de la memoria». Fray Pacífico da Urbino, otro insigne franciscano, le animó a perseverar en esta práctica piadosa. Pero a los 18 años quedó hechizada por lo fútil. Pesaron en su ánimo las ansias de vivir y de divertirse, quedando inmersa en el fulgor de la corte en la que determinados comportamientos escandalosos no se consideraban tales. «Todo el tiempo –recordó de forma retrospectiva– lo pasaba en serenatas, bailes, paseos, en vanidades y en otras cosas juveniles y mundanas que de éstas se siguen». Después añadiría: «Bienaventurada aquella criatura que por ninguna tentación deja el bien comenzado». Lo decía por experiencia, porque hasta los 21 años se debatió entre grandes luchas espirituales.
Aún seducida por los placeres, un persistente impulso interior le invitaba a seguir a Dios. En la Cuaresma de 1479 experimentó la gracia de comprender el don de la virginidad y el llamamiento a la vida consagrada. Eligió el convento de Santa Clara, pero al comunicar esta decisión a su padre no recibió su beneplácito. Firme en su propósito, dos años más tarde logró vencer la obstinación paterna y pudo ingresar en el monasterio de Urbino. Allí tomo el nombre de Bautista, inusual para una mujer en esa época.
El príncipe, aceptando que inevitablemente no podría desposarla con alguien de rancio abolengo, ni proveerla de una vida llena de riquezas, como había soñado, secundó el anhelo de su hija restaurando y ampliando el monasterio de Santa María Nuova. Debió pensar que era la mejor dote que podía ofrecerle sin ser rehusada por ella que había elegido la pobreza franciscana. Además, el convento estaba ubicado cerca de sus posesiones lo que emocionalmente tenía su enjundia para él, ya que al menos la mantendría en su entorno. A este lugar se trasladó Camila en 1484, después de profesar, junto a ocho religiosas. Durante su estancia, por indicación de su confesor Antonio de Segovia, redactó diversos tratados en medio de las numerosas gracias y favores celestiales que recibió; entre ellos se encuentra La pureza del corazón.
Pasó por etapas de gran aridez que expuso minuciosamente en su obra Vida espiritual. Esas experiencias fueron forjando su imparable ascenso espiritual que estuvo marcado por las renuncias, en medio de las cuales ofrendó su amor a Dios sin escatimar esfuerzos. Era el signo de una vida ascética impecable que tenía como soporte, junto a la Eucaristía y a la oración continua, esta aspiración: «entrar en el Sagrado Corazón de Jesús y ahogarse en el océano de sus dolorosísimos sufrimientos». En ese tiempo la Iglesia se estremecía por el impacto que las tesis luteranas estaban teniendo en Alemania. Paralelamente, la desidia, origen de tantos desmanes, se había apoderado del espíritu de muchos eclesiásticos. Y Camila se afligía viendo tambalearse los cimientos de la unidad. Por eso, en su oración y entrega incluía específicamente la intención de obtener de Cristo la gracia de la conversión y, con ella, la reconciliación dentro de la Iglesia.
En su corazón revivía su amor por el Redentor, suplicando: «haz que yo te restituya amor por amor, sangre por sangre, vida por vida». Pronto se le presentó la ocasión de cumplir tan ferviente deseo. En 1501 se desencadenó una aterradora tragedia familiar. Alejandro VI excomulgó al príncipe de Varano y lo privó de sus derechos. Al tiempo, arrasaron Camerino y asesinaron al padre y tres hermanos de Camila. Solo uno de ellos se libró de la muerte. La santa, en medio de su dolor, elevó sus súplicas por ellos al cielo y perdonó al asesino. El lema de su vida era: «‘Hacer el bien y sufrir el mal’, y sufrirlo no solos, sino con Jesús en la cruz». Al año siguiente vio con preocupación que la masacre de Camerino podía reproducirse en el convento. Y huyendo del asedio de los Borgia, que ponía en peligro la vida de sus hermanas, partió a Fermo. No se diluyó el alto riesgo y como los señores de Fermo podían sufrir represalias por haberle dado cobijo, se dirigió a Atri, Nápoles, teniendo a su lado a Isabel Piccolomini Todeschini, que estaba casada con Mateo de Aguaviva de Aragón.
La muerte del papa Borgia le permitió regresar a Camerino. Después, coincidió que su hermano Juan, el único que había sobrevivido al asalto, fue nombrado jefe de estado de la ciudad por el papa Julio II. Este pontífice en 1505 encomendó a Camila la fundación de un nuevo monasterio en Fermo. Luego ella abrió otro en San Severino Marche ocupándose también de formar a las monjas. De ambos fue reelegida abadesa en diversas ocasiones. Su vida se apagó el 31 de mayo de 1524 a consecuencia de la peste que se desató en Camerino. Tenía 66 años, 43 de los cuales habían discurrido en la intimidad del claustro. Gregorio XVI la beatificó el 7 de abril de 1843. Benedicto XVI la canonizó el 17 de octubre de 2010.