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En el mundo se siguen tirando toneladas de alimentos


 

El sacerdote español Fernando Chica Arellano, observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, ha participado en un acto celebrado en la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). También estuvo presente el cardenal Luis Antonio Tagle, presidente de Cáritas Internacional.

Este acto llevaba por título: “Iniciativas concretas para reducir la pérdida de alimentos en el contexto de la seguridad alimentaria. Un reto para la comunidad internacional”.

Este encuentro analizaba los avances que se han alcanzado pero sobre todo, se examinaba los grandes errores humanos que no terminan de solventarse.  

Según la FAO, 1.300 millones de toneladas  de alimentos se pierden o se desperdician al año en el mundo, lo que supone un tercio de la producción total para el consumo humano y conduce a un aumento de las emisiones de gases del efecto invernadero. Cifras alarmantes.

El discurso de Monseñor Chica no tuvo desperdicio. En primer lugar, puso de manifiesto que, aunque a la Santa Sede no le compete proponer soluciones técnicas “en su misión de anunciar la Buena Noticia del amor de Dios a todas las naciones, quiere continuar mostrando su cercanía ante cualquier noble esfuerzo”.

Apeló a la conciencia de la humanidad, “para que nadie permanezca como un mero observador ante esta lacra, para que ninguna persona quede impasible viendo cómo multitud de hombres, mujeres y niños ponen en riesgo su sagrado derecho a la vida porque no tienen nada que comer o porque a duras penas se alimentan”.

Sus conclusiones fueron contundentes: “Aquí en  la FAO, hemos querido proclamar con toda seriedad y convencimiento: en vez de perder alimentos, que todo se aproveche, que ningún producto se tire porque haya sufrido un deterioro superficial. Si logramos que ningún producto alimenticio se pierda, habremos pasado de la muerte a la vida. Un alimento perdido es un alimento robado a los pobres”.

Por su parte, el cardenal Tagle volvió a recordar en este congreso que es necesario invertir en las infraestructuras rurales.

Me consta que tanto el cardenal Tagle como Monseñor Chica, son dos sacerdotes comprometidos con obras, además de con palabras. Y necesitamos líderes como ellos.

Zenón de Elea.